Julio López
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Recuerdo y homenaje al “Cordobazo”
Por vientoencontra - Friday, May. 31, 2013 at 1:25 AM

miércoles, 29 de mayo de 2013

Recuerdo y homenaje ...
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ICONO DE LA CLASE OBRERA Y ESTUDIANTADO

En una buena parte del planeta promediando el siglo 20 se vivían situaciones de huelgas generales, movilizaciones, el mayo francés, la masacre de Tlatelolco en 1968, el asesinato del Ché Guevara en Bolivia año 1967 y muchas movidas más que inquietaron de verdad a la maldita raza capitalista pro imperialista.
En ese clima de insurgencia popular que se vivía en buena parte del mundo, Argentina no se encontró exenta. Tras reprimir con inusitada violencia la policía cordobesa (igual a los tiempos actuales en cualquier lugar del país) a los obreros del SMATA (sindicato de mecánicos) que salían de una asamblea realizada en el centro de la ciudad de Córdoba, los obreros respondieron firmemente a la represión del milicaje anti obrero adonde hubo corridas, abundante piedras, vidrieras destrozadas, ómnibus incendiados y policías heridos. Esto sucedió el 14 de mayo de 1969 que es a partir de cuándo se enseñorea la violencia de la ciudad. A cada acción represiva de las fuerzas policiales que efectuaban contra toda manifestación de protesta por pacífica que fuera, la población, los estudiantes y obreros CGT respondieron violentamente. Al llegar el 23 de mayo se ocupa el barrio Clínicas, tradicional reducto estudiantil y desde allí se enfrentó a la policía que durante dos días no pudo penetrar en el.
Frente a una ola de luchas contra el onganiato desatada prácticamente en forma espontánea por la población y, para no quedar más descalificada de lo que ya estaba, la burocracia “participacionista” de la CGT Azopardo se suma a un paro general dispuesto por la CGT de los Argentinos para el 30 de mayo. La CGT de Córdoba en manos de una conducción que integraban dirigentes peronistas combativos y por no peronistas, lanza un paro activo para el 29 a las 10 de las mañana como preparación al paro nacional del día siguiente.
Precisamente a las 10 de la mañana del 29 de Mayo comienza el abandono de las fábricas y los obreros encolumnados se dirigen hacia el centro de la ciudad que ya estaba poblada con estudiantes que vinieron del barrio Clínicas y de las distintas facultades, mientras que la columna de obreros de Kaiser engrosada con trabajadores y pobladores de las fábricas y barrios a medida que avanzaban hacia el centro de la ciudad. Fue la primera que enfrentó a las fuerzas de represión que, para el caso, el gobierno no tuvo conciencia de lo que el ánimo de las masas preparaban y restringió sus fuerzas solamente a una dotación de la compañía de gases.
La columna proletaria en ese momento ya superaba los 5 mil manifestantes que se dividieron en dos, rodearon a las fuerzas policiacas y con palos y piedras los hicieron huir. Fue un primer triunfo que alentó a los componentes de la columna y fue transmitido por correos espontáneos al resto de los compañeros que ya estaban distribuidos por toda la ciudad quienes por supuesto festejaron ruidosamente. El arribo de la columna de Kaiser al centro de la ciudad enfrentó nuevamente a las ordas represoras pero, que en esta oportunidad conscientes que al frente tendrían a uno de los sectores más combativos de la vanguardia del proletariado se pertrecharon y prepararon dispuestas a recurrir a todos los medios para dispersar a la columna que era la espina dorsal de la gran movida popular. Es estos enfrentamientos muere víctima de balas de la policía asesina el obrero Máximo Mena y al estudiante Daniel Castellano.
El asesinato los compañeros fue conocido de inmediato por el resto de las masas movilizadas que también desde sus lugares enfrentaban a la policía en diferentes lugares de la ciudad con mayor resolución de lucha y odio redoblado incrementando la superlativa violencia hacia las fuerzas del orden anti pueblo.
La policía absolutamente desbordada por la pueblada insurreccionada lentamente se retiró del centro de la ciudad para refugiarse en sus cuarteles luego de que algunos de sus integrantes quedaron desprendidos de sus compañías tiraron sus chaquetas, gorras, insignias desapareciendo de la ciudad. Al mediodía los más de 50 mil manifestantes dominaron y controlaron la zona céntrica de la ciudad; fueron más de 150 manzanas en manos de obreros y estudiantes. A tal punto llegó el control de los movilizados sobre ese sector de la capital mediterránea que los bomberos debieron pedir autorización para ingresar a extinguir los incendios que manifestantes habían provocado bajo custodia de obreros y estudiantes. A esto hay que agregar que las barriadas populares se sumaron a la insurrección popular instalando barricadas y destruyendo puestos policiales abandonados por sus guardias.
El gobernador Carlos Caballero, un católico de derecha con marcada tendencia falangista pidió cordura a la población y que “no se dejaran arrastrar por un puñado de resentidos”, como ignorando que era la inmensa mayoría de la población que se había sublevado contra la descomunal represión, la falta de derechos democráticos, la desocupación y miseria del gobierno que él representaba imponía.
Cierto es que los combatientes eran sólo algo de 50 mil, pero no es menos cierto que el resto de los habitantes de la docta colaboraban con ellos, apoyando moralmente la acción y entregando materiales para las barricadas, curando a los heridos o sirviendo bebidas y comidas a los combatientes.
El onganiato, que era gobierno nacional cobró conciencia de la magnitud de la insurrección popular que ya venía precedida por diversos azos de Corrientes, Tucumán y Rosario decide entonces recurrir al ejército para reprimir “a su manera”. Demoró su intervención confiando en que ante la perspectiva de una falta en los movilizados de objetivos precisos y claros los desgastara y la pueblada se diluyera.
Y…esto fue lo que ocurrió a la caída de la tarde. Los obreros, empleados y estudiantes, dueños de la ciudad, sienten que ya no es posible ir más lejos. Después de lo realizado sólo quedaba tomar el gobierno y pese a toda la conciencia de lucha empleada por aquel heroico pueblo cordobés para concretar lo que a nuestro juicio quedó marcado como un ícono de todas las valerosas luchas de nuestro pueblo, no tuvo una dirección que estuviera preparada para avanzar tanto (salvando algunas distancias nos recuerda al “váyanse todos” del 2001 y no tuvimos la alternativa de recambio por lo que la consigan se transformó en una mera puerta giratoria con 40 compañeros asesinados, por lo que nadie fue preso” .
Al anochecer, lentamente y con mucha pesadumbre se fueron retirando los combatientes del día a sus barrios, dejando de esa manera la ciudad libre para que interviniera el ejército que por cierto presentó suma premura en profundizar la intervención por temor a que renazca la insurrección. La lucha continuó aunque en forma aislada dos días más; el barrio Clínicas siguió ocupado hasta la noche del 30 y los barrios obreros y populares fueron inaccesibles a las fuerzas de represión durante la noche, debieron conformarse con controlar el centro de la ciudad y respetar a los peligrosos “francotiradores”.
La lucha dejó como saldo 14 muertos y decenas de heridos pero también –valga la redundancia- herido de muerte al nefasto gobierno del dictador Juan Carlos Onganía, que si bien duró al frente del mismo un año más, (ya había rodado la cabeza de su ministro del Interior Imaz) no pudo reponerse al golpe del campo popular que fue un ejemplo y aliento para todas las movilizaciones sociales que se sucedieron en el país. En él intervinieron todas las tendencias revolucionarias, antiimperialistas y populares que en realidad, lo hicieron a través de sus militantes, sumaron su enorme aporte de luchadores como partícipes individuales a esta gran movida. Algunas de las acciones realizadas en el Cordobazo han sido indudablemente dirigidas por militantes de una u otra organización, pero durante la sublevación en sí misma la intervención del conjunto de la población fue espontánea con dirigentes interviniendo, pero sin dirección.
Hemos dejado intencionalmente para el último nuestro análisis el papel desempeñado en el “Cordobazo” por los partidos obreros. Frente a la intervención de la vanguardia proletaria el papel que desempeñaron estos partidos fue menos que pálido, de una importancia extremadamente secundaria. Como analizamos para los acontecimientos del “Cordobazo” podemos afirmar que en las grandes luchas de las masas de Argentina los partidos obreros estuvieron ausentes, a lo sumo participaron en ellas sólo militantes aislados, nunca orgánicamente como equipo de dirigentes. No entendieron a fondo el proceso de elevación de conciencia de la clase obrera, y en los hechos, el estudiantado junto a un pueblo que acompañaba. La concepción reformista les chocaba con un movimiento que, lejos de pretender un “burgués progre” para engancharse tras él como furgón de cola, se orientaba a la búsqueda de sus objetivos con independencia política, de clase, cuestiones que sólo se cristalizarían en solución con la revolución socialista.
La importancia del “Cordobazo” fue tal que alentadas por las acciones en él desarrolladas que en buena parte del país las masas se lanzaron a la lucha utilizando los mismos métodos: enfrentamiento directo a las fuerzas represivas que son el brazo armado del capitalismo imperialista y ocupación de pueblos y ciudades.
El “Cordobazo” hace 44 años probó que los trabajadores y jóvenes de la Argentina podían ganar contra el gobierno militar de Onganía y liberó fuerzas inmensas que por entonces fue un incipiente inicio del como destruir políticas tradicionales y giraron hacia la construcción de una izquierda por primera vez desde inicio del siglo, con raíces en lo mejor de la clase obrera y la juventud.
En la actualidad desde vientoencontra2009 observamos las secuelas de la dictadura genocida victimaria de los 30 mil compañeros desaparecidos y también el accionar de gobiernos constitucionales títeres del imperialismo y el maldito capitalismo explotador. Las políticas aplicadas durante sus etapas han contribuido eficazmente al envenenamiento de la conciencia de la gran mayoría de la clase obrera.
Hoy, este estado de cosas ameritan la concientización, organización con mucha más necesidad aún que en 1969.
Nuestra clase en su conjunto debe entender que no es con planes demagógicos y limosneros que se resolverán sus problemas ni los de sus hijos –con un gran segmento de ellos cautivo de la droga-. La solución podría vislumbrarse en principio mediante la educación emanada desde las escuelas que sólo cumplan con su funcionamiento específico y no como comederos mata hambre.

Pero es imprescindible para llegar a ello asumir que no solo porque se vote se lograría; sino como producto de cuestiones muy diferentes que por supuesto para nada serían fácil, al contrario entendemos que dolorosamente difíciles;…pero sin duda: la única y, si queremos recordar con sinceridad al “Cordobazo” y tantas otras más que dignas luchas en la Argentina de nuestra heroica clase;…cuando menos decidámonos a pensar en organizarnos y de que manera comenzaríamos.-

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