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"Gritos del Bosque", la mitología mapuche llega al cine de suspenso
Por Fuente: Azkintuwe - Thursday, Dec. 05, 2013 at 9:48 AM

Cinta relata la historia de un geólogo y un ingenieroque son contratados por una empresa para construir una represa en un bosque nativo en Cañete. En sus labores, se introducen en el bosque guiados por dos hermanas mapuche que conocen la zona. Durante el día las cosas marchan bien, pero al llegar la noche...

"Gritos del Bos...
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SANTIAGO DE CHILE.- Juanita, una machi de Arauco, les dio un consejo a Fernanda Urrejola y Jorge Olguín durante las grabaciones de "Gritos del Bosque", la primera película 3D chilena: "Cuando entren a los lugares sagrados pidan permiso". No se trataba de una plegaria ni de un mantra, recuerdan la protagonista y director del filme. Era más bien la necesidad de estar conscientes de que penetrar los bosques de la Araucanía, específicamente Cañete, no admite arrogancias capitalinas.

"Hasta que una vez se nos olvidó. Y empezaron a pasar cosas muy raras cuando no hicimos caso. Escuchamos ruidos extraños. Otros actores vieron gente que aparecía entre la vegetación", asegura Olguín. "No eran sonidos de personas. Uno trata de ser racional y dice «no, deben ser animales». Pero después de un rato comprobamos en el equipo que eran personas. Y hablaban en mapudungún. Te lo cuento sin ningún ánimo publicitario, sino para recalcar cómo es el choque de mundos que hay en la película".

Urrejola: "También se nos apareció un viejo que le decía al equipo técnico que había que tenerle respeto al bosque. Nadie sabía de dónde había salido, ni quién era".

Sin embargo, para ella que ya tenía experiencias con el cine de género gracias a "Tráiganme la cabeza de la mujer metralleta" (Ernesto Díaz, 2012), era una oportunidad para salir a explorar y caminar sola. "Aprovechaba de abrazar a los arbolitos y mostrar mis respetos". Aunque cuenta que a Felipe Contreras -quien interpreta a un mapuche llamado Millalikán- le sucedió que después de recitar unos textos en mapudungún, sintió que le contestaban en el mismo idioma, de una forma que no entendía.

"Somos una cultura amputada"

Si Caleuche, con dos millones de dólares de presupuesto, se encumbra a lo más caro del cine chileno, Gritos del bosque es un trabajo más modesto. Costó 500 mil dólares, aunque hay algo en lo que no se ahorró: la tecnología en 3D. “Sólo la podría haber hecho así. Para provocar la sensación de agobio de los personajes en medio de este bosque tenía que usar una cámara 3D. Lo que quiero es que el espectador sienta la misma vulnerabilidad que los protagonistas”, explica el director.

La obra está en posproducción y el plan es que en el verano vaya a un festival en Norteamérica. "Gritos del bosque" se estrenará en el primer semestre del próximo año. Allí podemos aproximarnos a la inquietante experiencia de dos hermanas de origen mapuche: Ailén (Urrejola) y Ana Catrilaf (Carolina Arredondo).

La primera oculta su origen y la segunda está orgullosa. Ambas son contratadas como guías, junto a Cristián (Tiago Correa), para trasladar a Dave, un geólogo estadounidense (Wil Edgar) y Alex, un ingeniero (Paulo Brunetti), a través de los parajes del Golfo de Arauco. "No debería haber inconvenientes en construir la represa", dicen en inglés. "La cinta está hablada en tres idiomas: mapudungún, castellano e inglés. Lo trilingüe fue un desafío", dice Olguín.

Hasta que comienzan a suceder extraños -y violentos- sucesos. Ya se les había advertido: el bosque está embrujado y se pueden escuchar los espíritus de guerreros mapuches caídos en la guerra de Arauco hace 500 años. De hecho, Nicolás Allende interpreta a un soldado español perdido en el tiempo. “La película parte con imágenes de flashback de la Guerra de Arauco, que fue librada principalmente en la zona de los bosques aledaños a Cañete, en el límite entre la Séptima y Octava Región. Esa zona fue nuestro centro de operaciones mientras filmamos”, dice el director.

Desde el estreno de Avatar en 2009, la industria del 3D en el mundo no ha parado. Pero no es el horror el género que más recurre a él. Es, en primer lugar, la animación y luego, el género fantástico o de ciencia ficción. En Argentina, con Metegol, apostaron por la animación y el fútbol para hacer su primera obra en 3D. En Chile, serán los árboles de La Araucanía los que lleguen primero a las tres dimensiones de la pantalla de cine.

- ¿Por qué decidiste hacerla en 3D?

Olguín: -La idea es que el espectador se sienta entrando en el bosque, viviéndolo. Ese era el formato que permitía contar la historia como nosotros queríamos. Nos interesa mucho hacer una première en la zona donde se filmó la película. Exhibirla en formato original de 3D. Seríamos muy felices si el ciclo se cierra ahí. Mi interés por la zona nació con mis idas al Festival de Cine de Lebu, que me permitieron conocer esos paisajes tan cargados de historia.

- ¿Cómo llegó Fernanda a protagonizar la película?

Olguín: -Hace tiempo que nos encontrábamos en fiestas y lanzamientos. Y siempre había tenido ganas de trabajar con ella. Junto a Carolina García, mi esposa y guionista, creímos que era la mujer perfecta para representar el papel de Ailén. Quedó fascinada con la historia y los desafíos de hacer una película de género con horror y fantasía, además de representar a una mujer mapuche. Ella tuvo que aprender e interpretar el mapudungún.

Urrejola: -Lo bueno de una película de género es que te propone exigencias y situaciones límites, que no se encuentran en otro tipo de historias. Acá los personajes van de 0 a 100. Todo es cada vez más intenso.

Olguín: -No es tan común que las actrices se comprometan tanto. Ella es responsable, obsesiva y trabajólica. Por eso me interesaba interpretar este papel. Para ir a los bosques nativos y estar ahí, en medio del frío y la humedad se necesitaba fuerza y energía.

Urrejola: -Nos llevamos super bien con Jorge. Me gusta su pasión. El disfruta mucho su pega y se nota. La experiencia fue increíble. ¡Estamos a puro piropo! (se ríe).

- Fernanda encarna a un personaje que reniega de su origen. ¿Representa eso a muchos chilenos?

Olguín: -Ella vivió todo lo negativo de ser mapuche: fue discriminada en el colegio y se enfrentó a los prejuicios. A diferencia de su hermana menor que está feliz de su origen. Pero acá, la primera va a conectarse con sus raíces. Algo está pasando en el país también, con los estudiantes y los fenómenos políticos: estamos valorándonos. Eso se representa con estas dos hermanas que viven una situación límite. Es curioso: ambas son las guías y terminan perdidas en el bosque.

Urrejola: -Somos una cultura amputada, como pasa en toda Latinoamérica. Nos cortaron un pedazo y quisimos ser los más europeos posibles. Estamos absolutamente desconectados. A los mapuches nunca se les ha respetado y no los hemos hecho partícipes del país. ¡Y son nuestra verdadera raíz! Yo siempre he tenido deseos de saber un poco más del pueblo mapuche. Es una deuda que tenemos los chilenos.

- Este tipo de películas, hace que uno cambie por dentro. ¿Les pasó a ustedes?

Olguín: -Sin duda. Carolina investigó y se metió en la zona, involucrándose con mucha gente de la comunidad. Estuvo en el Museo Mapuche, estudió la arquitectura. Cuando llegué a la zona conocí esa cosmovisión y cambié. Eso es lo bonito de este oficio. Uno va sorprendiéndose y comprobamos que lo que queríamos contar -que el bosque está vivo- era un tema real acá.

Urrejola: -Nosotros normalmente les tenemos miedo a las fuerzas ocultas que no conocemos. Pero realmente el miedo somos nosotros mismos. El terror viene de uno. En la naturaleza, el ser humano es como una hormiga más, todo te habla al punto que te quedas en silencio. Y ahí uno conecta.

Olguín: -"Gritos del bosque" es una pequeña aproximación a la zona. Es una ventana, a través del cine, a un mundo que no existe en otro lado. La tesis es simplemente que el bosque está vivo. Algo que es natural y lógico para los mapuches.

- ¿Creen que esta historia conecta con los cambios sociales del Chile actual?

Olguín: -Sería pretencioso decir que la película captura esas transformaciones. Aunque claro que tiene un tema contingente. Pero esto no es un documental. Es una película llena de acción, suspenso, horror y fantasía. El 3D era el formato más adecuado para contar esta historia.

Urrejola: -Lo primero que uno espera en este tipo de películas es que la gente lo pase bien, se entretenga y empatice con la historia. Eso es lo más importante en las películas de género. Pero también se da el espacio a la reflexión. El tema es mucho más profundo y ojalá que esta cinta sea un granito de arena que aporte a eso.

Olguín: -Partió llamándose "voces" y terminó en "gritos". ¡Quedó muy intensa! Hay un discurso sobre cómo el progreso ha provocado la atrocidad más terrible de la historia del hombre. En la película queda claro. El cine de horror permite usar esos elementos tomados de la realidad.

- ¿Al final el horror es el hombre y no el bosque?

Olguín: -Es entretenido usar ese paradigma. Está la idea de que hay un bosque embrujado. Pero es la misma ignorancia del hombre frente a la naturaleza. Tiene que ver cómo el hombre se ha disociado de ella. Y de esa desconexión surge el horror.

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