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Pueblos indígenas, voces que exigen ser escuchadas
Por Prensa Latina / Cuba - Friday, May. 30, 2014 at 6:26 PM

Por Waldo Mendiluza

Naciones Unidas (PL) Marcados por siglos de exterminio y discriminación, los pueblos indígenas del planeta reclaman reconocimiento, respeto a sus derechos y espacios de participación para convertirse en actores clave del desarrollo sostenible.

Sin perder sus tradiciones, costumbres y tierras, 370 millones de originarios-que habitan en 70 países de cinco continentes- defienden su existencia en armonía con la vida moderna y comparten problemas, desafíos y aspiraciones con el resto de la humanidad.

Sus demandas volvieron a la palestra entre el 12 y el 23 de mayo con la celebración de la XIII Sesión del Foro Permanente de Naciones Unidas para Asuntos Indígenas, mecanismo anual establecido en 2000 para garantizar una tribuna a quienes han sido injustamente marginados.

A propósito del evento, Prensa Latina conversó con líderes de comunidades aborígenes de África, América y Asia.

RECONOCIMIENTO, UNA PRIORIDAD

Para la representante de la comunidad masái de Tanzania Martha Lekitony Ntoipo, el problema central que enfrentan es el no reconocimiento del derecho a existir con costumbres, lenguas y organización propias.

En muchas regiones del mundo las autoridades no aceptan las tradiciones de los originarios ni su forma de interacción con el medio ambiente, lo cual trae como consecuencia la exclusión y la falta de acceso a servicios básicos, un escenario que se traduce en pobreza, mortalidad materna-infantil y desplazamiento de nuestras tierras, advirtió.

La activista recordó que la discriminación sigue, pese a la adopción en 2007, por la Asamblea General, de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

Los gobiernos no deberían firmar instrumentos tan importantes para después ignorarlos o incumplirlos, dijo.

Por su parte, el líder maya guatemalteco Alberto Marroquín abogó por la convivencia de las costumbres aborígenes con la vida moderna.

El pueblo maya tiene su propia educación, justicia, elecciones, ciencia, alimentación, territorio e idioma, un acervo que no puede ser ignorado, porque tiene experiencias que compartir, ilustró.

"Queremos ser tomados en cuenta, tenemos la visión de que todos los sectores de la sociedad deben marchar juntos para mediante el diálogo y el entendimiento construir el multiculturalismo y el Estado de Derecho real", subrayó.

PROBLEMAS COMUNES

El gran jefe de la nación Tl'azt'en, Edward John, de la provincia canadiense de Columbia Británica, la dirigente de la región filipina de Cordillera Joan Carling y Lekitony Ntoipo coincidieron en que los problemas son comunes, más allá de distancias geográficas.

Vivimos el mismo drama de los daños a la naturaleza, el impacto del desarrollo en nuestras tierras, la ausencia de reconocimiento y la marginación en la toma de decisiones, incluso cuando estas nos afectan con fuerza, señaló John.

De acuerdo con el activista, cambiar ese panorama adverso es el principal mensaje del Foro acogido por la ONU, donde participaron mil 500 delegados.

Al respecto, Carling lamentó que el progreso y el crecimiento económico en regiones y países no suelen beneficiar a los indígenas.

Por lo general ocurre lo contrario, la construcción de carreteras e hidroeléctricas obliga a las comunidades a dejar sus tierras, además del impacto negativo en la naturaleza.

Para la vocera, no se trata de oponerse por oponerse a las transformaciones, sino de abordarlas con los principales perjudicados, cuyos derechos humanos son violados de manera permanente, pese a tantos convenios e instrumentos internacionales.

Resulta necesario un espacio de diálogo entre los gobiernos, los pueblos originarios y el sector privado, con el propósito de articular las acciones y reducir los daños, expuso.

Carling también mencionó el tema del cambio climático, un fenómeno que amenaza la supervivencia de poblados costeros y otros asentamientos.

Lekitony Ntoipo consideró que la ausencia de reconocimiento es el mayor flagelo que azota a los aborígenes, porque lleva a la exclusión, al no acceso a la educación, la salud y los servicios básicos, a la destrucción de su hábitat y a la censura de sus costumbres.

"La clave para entender nuestros problemas puede resumirse en que se nos niega el derecho a existir", sentenció.

INDUSTRIA EXTRACTIVA

La explotación desmedida de los recursos naturales de la madre tierra constituye uno de los más graves problemas que enfrenta la humanidad, pero su impacto es particularmente severo en los originarios.

Se trata de la extracción de petróleo, gas y minerales, recursos con frecuencia ubicados en territorios de nuestros pueblos, que sufren las consecuencias, explicó la nativa de Alaska (tribu Inuit) Dalee Sambo Dorough, electa para presidir el Foro

Las concesiones a empresas y las labores de explotación generalmente ocurren sin consultar a los aborígenes, cuyos derechos económicos, sociales y culturales se ven vulnerados de forma continua por las industrias, indicó.

El desplazamiento forzado, la pérdida de territorio, la destrucción de ecosistemas de los cuales dependen para alimentarse y vivir, la militarización y la criminalización de las protestas son algunos de los efectos directos.

Sambo Dorough llamó a resolver esta situación de manera urgente, en aras de garantizar los derechos humanos de los pueblos indígenas.

LATINOAMERICA, UN REFERENTE

Latinoamérica tiene experiencias positivas que compartir en materia de inclusión social y participación política de los indígenas, las cuales podrían ser útiles en otras partes del mundo, afirmó la activista nicaragüense Mirna Cunninghan.

La representante del pueblo Miskito, ubicado en áreas autónomas de la Costa Caribe del país centroamericano, aseguró que en 17 estados de la región se reconocen a los originarios, lo que se refleja en las legislaciones.

Somos una parte del planeta donde las comunidades autóctonas pueden organizarse, jugar un papel en la democracia y garantizar a las mujeres y jóvenes espacios, precisó la graduada de medicina y presidenta hasta 2012 del Foro Permanente de la ONU para Asuntos Indígenas.

Según Cunninghan, Nicaragua es uno de los países con logros en materia de inclusión de los aborígenes, a partir del reconocimiento a su identidad y sus derechos a la tierra, estableciéndose regiones autónomas en buena parte del territorio nacional.

También destaca la participación política, expresada en la elección de líderes indígenas, detalló la activista, otrora funcionaria del Ministerio de Salud Pública del gobierno sandinista.

Otras naciones latinoamericanas impulsan políticas similares, añadió a propósito del contexto regional.

Ã"rganos de Naciones Unidas, como el Programa para el Desarrollo, han elogiado el apoyo a los pueblos originarios en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.

Sin embargo, Cunninghan aclaró que las buenas experiencias no significan que los indígenas no tengan problemas en Latinoamérica, los mismos de sus hermanos del mundo.

Falta muchísimo por hacer, empezando por que entre el reconocimiento de los derechos de las comunidades autóctonas y su aplicación práctica todavía hay una enorme distancia, advirtió.

Además -agregó la representante de los miskitos- continúan las dificultades con el acceso a la tierra, la exclusión, los obstáculos para recibir servicios básicos y el impacto negativo de la industria extractiva.

AGENDA DE DESARROLLO POST-2015

La comunidad internacional perfila la agenda post-2015 con nuevos objetivos de desarrollo sostenible, marco que los pueblos indígenas consideran una oportunidad de reparar siglos de injusticias y exclusión.

"Esa agenda será irrelevante para los originarios del planeta si no incluye el combate a la pobreza que los afecta o los espacios para garantizar la continuidad de sus tradiciones", alertó la relatora especial de la ONU para los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz.

La líder Igorot de la región filipina de Cordilleras recordó que para los indígenas del planeta, los Objetivos de Desarrollo del Milenio -los cuales el año próximo serán sustituidos por una nueva agenda- quedaron bien cortos a la hora de responder a sus necesidades de acceso a servicios básicos, al reconocimiento de sus derechos y a la preservación del entorno.

Ahora se trata de identificar indicadores específicos, a la altura de las expectativas de un sector de la población mundial marginado por siglos, dijo Tauli-Corpuz, quien ilustró sus preocupaciones con el caso de la pobreza y la manera de medirla.

"No se trata de la línea fijada (por el Banco Mundial) de un dólar o 1,25 dólares diarios per cápita, sino de establecer términos de verdadero bienestar humano", señaló.

De acuerdo con la relatora especial, recién nombrada por el Consejo de Derechos Humanos, otro tema a priorizar en el nuevo marco de desarrollo es la preservación de las costumbres y las tradiciones de los aborígenes.

También es clave incluir el reclamo indígena de salvar a los ecosistemas de la depredación y del saqueo de los recursos, subrayó.

La líder del pueblo Igorot aseguró que los indígenas tienen mucho que aportar en la elaboración de la agenda post-2015.

"Se perdería demasiado si no nos escuchan, porque estamos dispuestos a apoyar ese proceso", afirmó.

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