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“El trabajo de un mbya se paga menos; todavía hay discriminación”
Por Territorio Digital / Misiones - Tuesday, Sep. 30, 2014 at 6:20 PM

LA MISIONES QUE VIENE | HERIBERTO VILLALBA. DOCENTE EN LENGUA Y CULTURA MBYA

Analizó la actualidad de la nación guaraní, reclamó igualdad de oportunidades y evidenció que las miradas que se cierran a la diversidad condicionan el desarrollo de su cultura

“El trabajo de un mb...
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Lunes 15 de septiembre de 2014 |

Heriberto Villalba. | Docente en lengua y cultura mbya | Foto: Gentileza: Marcelo Rodríguez

POSADAS. “Va a llegar el día en que los niños cuestionen las raíces del ser mbya, como la vida en comunidad, y hay que estar preparados para darles libertad para elegir”, reflexionó Heriberto Villalba, adentrándose en los cimientos de la tradición milenaria, para dar su mirada crítica desde adentro y confiado en la superación de su pueblo.
Es docente e investigador, vive en la comunidad Perutí de El Alcázar y está al frente del programa nacional de alfabetización bilingüe para jóvenes y adultos guaraníes que nunca fueron a la escuela.
“Los mbya todavía cazamos y recolectamos, pero al mismo tiempo demandamos igualdad de acceso a los servicios esenciales como educación, alimento y salud; es una cultura que está en permanente tensión y adaptación”, dijo.
Y centró en la educación la esperanza de la supervivencia de la cultura y la mejora en la calidad de vida; aunque lamentó que todavía persisten formas de discriminación hacia los pueblos aborígenes: “La igualdad de oportunidades no es un hecho todavía, hay discriminación en el trabajo, en el acceso a los servicios, en la posesión de la tierra”, enumeró Heriberto en una charla donde puso en su lugar los prejuicios hacia la etnia guaraní y abordó algunas problemáticas de fondo.

¿La educación formal ocupa un lugar importante para el pueblo mbya?
Hay más conciencia sobre la importancia de la educación, nos preocupa el tema de la educación de los niños, que puedan empezar los estudios en la edad establecida, vemos esto en el reclamo permanente de los jóvenes por el acceso a la educación.

¿Se escolarizan tarde los niños mbya?
La sobreedad es una problemática, pero en los últimos tiempos se fue revirtiendo, se fue mejorando con la creación de escuelas en todas las comunidades, y algunas tienen la sala de cuatro.
Pero es verdad, que los trayectos tienen algunas interrupciones y salen un poco más tarde del séptimo grado, esto depende mucho también de la ubicación de las comunidades, las más cercanas a la ruta tienen más acceso a la educación y a los servicios en general, las que están alejadas del casco urbano son las que tienen más dificultad de ingresar al sistema.

Usted apunta que la cercanía a los centros urbanos abre el acceso a los servicios, ¿se vive mejor en las comunidades próximas a las ciudades?
Y… se gana y también se pierde, se gana en el acceso a los servicios, eso mejora las condiciones de vida y las oportunidades de formación, educación y se afianza la relación entre las familias de la comunidad y los vecinos del pueblos, el contacto con las autoridades, a veces esta cercanía a un centro de salud puede salvar una vida.
Pero por otro lado, hay que tener cuidado con respecto a lo que consumen los chicos, los jóvenes, digo consumir en el sentido de todo lo que entra en contacto con nuestra cultura, lo que hace bien de la cultura occidental es muy valorado, pero hay muchas cosas que afectan de manera negativa.

Entre estos aspectos negativos, habría que señalar el avance de los vicios, el consumo de alcohol.
Sí, los jóvenes y adultos están expuestos a estas problemáticas, pero no es una realidad que hay que generalizar y estigmatizar, hay personas que beben como en todos los barrios, hay personas que consumen alcohol y después pelean, pero los medios de comunicación magnifican cuando se trata de hermanos mbya, y eso hace mucho daño a la cultura; yo sigo sosteniendo que la educación es la herramienta para mantener nuestros valores.

¿Cómo se abordan estos temas dentro de las comunidades?
Todo depende de la comunidad, de los líderes, del diálogo, de la gestión, hay realidades muy diferentes.
Para el caso de los niños, la preocupación se da con lo que ven en la televisión, hay muchas cosas que ven ahí que en la comunidad no hay, y los niños quieren porque son niños, es difícil y hay que estar para acompañar, para enseñar, para dialogar.

¿Hay resistencia al uso de tecnología?
Con el tema de la tecnología, los teléfonos, las computadoras, hay distintas visiones de los hermanos. Mi posición es que es bueno que los chicos y jóvenes tengan manejo de las herramientas, acceso a la tecnología, que aprendan la informática para desarrollar proyectos, para mejorar su formación, investigar, pero hay que cuidar el otro lado, controlar los contenidos y para los padres se dan estas ocupaciones nuevas, porque muchas veces son cuestiones que los más grandes no manejan y el rol de la escuela y los docentes es muy importante.

¿Se adaptan los padres a estos nuevos conocimientos?
Es natural que los niños quieran lo nuevo por curiosidad, porque son chicos y quieren lo que ven, frente a esto nosotros seguimos manteniendo la oralidad como la forma primaria de transmitir cultura, conocimientos, valores de nuestro pueblo, la historia, la contención.
Nuestra educación se da en la oralidad, eso es el principio de ser mbya guaraní, siempre se mantuvo la educación a través del fogón, de las reuniones familiares, una ronda de mate.
Es la forma de educar durante siglos y eso se va transmitiendo, es la forma de rescate, el relato de los mayores.

Se da esta educación cotidiana de los valores en la familia, ¿en la escuela hay espacio para aprender la cultura guaraní?
Es válido generar estos espacios de enseñanza de la cultura dentro de la educación formal, el aprendizaje de la lengua es importante, que los chicos puedan aprender la cultura en la lengua madre dentro de las escuelas.
Además, de aprender los contenidos que son importantes del sistema educativo y que son para todos, también tener este espacio, que sean educaciones complementarias, que no se imponga una sobre otra.
Hoy hay escuelas primarias bilingües en todas las comunidades y hay un movimiento para lograr más escuelas secundarias, eso es un paso grande a futuro, se avanzó mucho en abrir a la participación de los hermanos en temas de educación, hoy tenemos la Organización de Docentes Indígenas de Misiones (Odim), que trabaja en esto.

¿Cuáles son estos valores que buscan transmitir a los niños y para el futuro?
Nuestra sociedad es muy democrática, todos tienen derecho a expresar su mirada en las reuniones, y el jefe es el cacique y que decide, disciplina y protege, hay que respetar la autoridad, y también dar el punto de vista y tener la oportunidad de ser escuchado.
La forma de organización política tiene en la base el respeto a la autoridad, el cacique sigue siendo la autoridad que define cada situación, pero cada miembro de la comunidad, desde la juventud, varones y mujeres, todos son escuchados y pueden plantear sus preocupaciones y los pedidos en distintas instituciones siempre son comunitarios.
Hay un respeto hacia la otra persona.

¿Y cuáles son los problemas que más surgen hoy en estas reuniones comunitarias?
Surgen de las demandas de las propias familias, en alguna comunidad hará falta mejorar alguna cuestión de acceso a la salud, o falta desarrollar en cuestiones de calidad de vida, el tema de la educación, crear escuelas, aulas satélites, ese es un pedido real. También, la atención a la salud, derecho a la tierra, la atención médica en hospitales son temas que se pueden plantear.

Estará enterado de las denuncias sobre la pobreza que se vive en las aldeas y que llegó a los medios de Buenos Aires hace algunas semanas. ¿Son así de profundas las carencias, hay niños que tienen hambre?
Soy docente de primaria y secundaria; como le dije hay realidades diferentes en todas las comunidades, siempre los adultos tenemos la preocupación de que no falte comida a los niños, a los ancianos.
En mi comunidad, Perutí, los chicos reciben el alimento en las escuelas y en las casas, eso es algo importante para que puedan aprender y tener las defensas suficientes para no enfermar o reponerse rápido.
También las familias tienen una parte de la alimentación que es tradicional, no todo lo que se consume es alimento envasado, hay alimentos que proporciona el monte que son tradicionales fuentes de energía y de salud, y que son muy apreciados por nuestra cultura, pero que hoy día escasean un poco.
Tenemos carne del monte que se puede cazar, también hay pesca aunque poco, las aves que están en el monte forman parte de la dieta, están los frutales nativos como el guavirá Jaboticaba, araticú, esos son frutos con mucho alimento para los chicos.

¿Tiene que ver con desmonte, con el avance sobre la selva?
Para nosotros es mejor si viene de la naturaleza que si viene del supermercado, somos de una cultura que tuvo soberanía alimentaria.
Es verdad que hoy hay menos monte, eso también afecta el ánimo de la personas y ahí la cuestión de cultivar la espiritualidad es esencial para no caer en el desánimo.
Antiguamente, andar el monte para conseguir los alimentos y caminar mucho fue parte de la vida cotidiana, hoy esa costumbre se mantiene y si se encuentra miel o frutos se comparte con las familias de la comunidad, no podemos perder el monte.

¿Y cómo se alimenta la espiritualidad?
Nosotros tenemos nuestra fe mbya, consiste en el respeto a la vida, el respeto al creador de la naturaleza, el respeto a Tupá Ñanderú y Ñamandú que es el sol, el respeto a todo lo que sea la naturaleza, nuestra religión es la espiritualidad mbya que vive en armonía con la naturaleza.
También, somos muy respetuosos de otras religiones, hay hermanos que asisten a las iglesias de otras religiones, podemos compartir y eso no afecta para nada a la religión mbya y al ser mbya, en tantos siglos se mantiene el amor a todos los que sean dones de la naturaleza.

Del vínculo con la sociedad blanca, ¿qué cosas considera injustas o asimétricas?
Una cosa que escuchamos mucho es que el mbya no cultiva la tierra; sobre esto puedo decir que cada comunidad funciona con su propia realidad, hay comunidades productoras de yerba, otros plantan cedro o especies nativas, hay comunidades que hacen su desarrollo de frutales, florales, miel, cría de gallinas.
Siempre se tiene maíz, poroto, mandioca, se trabaja lo básico que se necesita para la comunidad; si se mide con una vara de rentabilidad, puede ser no se llegó a plantar grandes extensiones, se planta lo básico, lo que necesita la familia para el autoconsumo.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que la disponibilidad de la tierra también condiciona mucho el espacio para la producción de plantaciones anuales.
El tema de la extensión de la tierra es nuestra lucha para tratar de mantener el desarrollo sustentable que es necesario.

¿Considera que hay miradas prejuiciosas sobre el pueblo mbya, se sienten discriminados?
Este prejuicio de que el mbya no trabaja condiciona mucho, cuesta insertarse, hay mucha desigualdad, a un personal aborigen rural se le paga menos que al blanco, no está cubierto, no tiene seguro, los empleadores discriminan al trabajador mbya.

¿Que posibilidades de trabajo tienen los jóvenes de pueblos originarios?
En estos últimos tiempos varios jóvenes se insertaron en el sistema de planta funcional de las escuelas, eso es una posibilidad concreta, hay agentes sanitarios, hay padres que están insertos en el trabajo rural como peones o changarines de cosecha de yerba, mandarina, son trabajos temporarios.
Otra entrada económica es la venta de artesanías, para eso se viaja a las ciudades es una forma de comercio, pero cuesta vender, no se quiere pagar el valor del trabajo, entonces hay familias que tienen que permanecer días en las ciudadades.

¿Piensa en la continuidad de su cultura, cómo imagina las comunidades dentro de unos años?
La sociedad necesita desarrollo, en algún momento los niños van a cuestionar el orden actual de las cosas. Van a querer salir y aprender cosas nuevas, o no vivir más en la comunidad, y hay que darles la libertad de elegir, hay que educar para elegir. Es importante conservar las raíces pero con formación, con capacitación, la educación será la herramienta para la continuidad de nuestra cultura.


Mujeres protagonistas
“Las mujeres tienen mucho protagonismo dentro de la vida en la comunidad y también hacia afuera, hay dirigentes mujeres y tienen parte activa en las decisiones de educación, y en la transmisión de la artesanía y de los conocimientos orales”, señaló Heriberto sobre el rol de la mujer en la cultura guaraní.
Relató que no hay diferencias de género al momento de exponer problemáticas comunitarias y que tienen los mismos derechos y obligaciones que los varones en cuanto al mantenimiento del hogar y la elección de la pareja.
Recientemente, estudiantes universitarias y profesionales mujeres de la comunidad mbya cuestionaron la tradición de la maternidad temprana como un obstáculo para la escolaridad.
Sobre esto, el investigador de la cultura mbya, analizó: “Puede ser que la maternidad temprana dificulta que la joven pueda seguir estudiando, pero formar pareja joven es parte de la cultura, los chicos y chicas son libres para elegir al ser amado, falta concientización para que puedan ser madres y estudiar”


El perfil
Heriberto Villalba
Tiene 41 años, 8 hijos, vive en Perutí, es docente de lengua y cultura indígena.
Presidente de Odim, forma parte del equipo de Educación Intercutural Bilingüe (EIB) del Ministerio de Educación y coordina el programa de alfabetización para adultos Bi-alfa que comienza en octubre.

Silvia Godoy
silviaedithgodoy@gmail.com.ar

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