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A no salirse de la raya
Por Mariano D’Arrigo - Thursday, Oct. 09, 2014 at 12:54 PM

9 de Octubre de 2014 | Hace seis meses, tres mil oficiales de Gendarmería y Prefectura desembarcaron en Rosario. Creció la “sensación de seguridad” pero también la estigmatización de la juventud de los barrios. Organizaciones y especialistas cuestionan que “se persigue a perejiles” y no a los grandes ganadores del negocio narco.

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Fue una maniobra de ocupación militar. Primero montaron la distracción: un falso Encuentro Nacional sobre Cambio Climático y Respuesta Rápida en Emergencias para fuerzas de seguridad, que se realizaría en San Nicolás. Concentraron la tropa: Tres mil efectivos federales de Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal. Asistidos por 450 vehículos, seis helicópteros y un avión de observaciones, en la tarde del 9 de abril se desplegaron por Rosario. Un blitzkrieg nac y pop. Allanaron 89 bunkers y detuvieron a 25 personas. La cantidad de sustancias incautada fue tan baja que las autoridades ni la informaron.

La paz berniana se impuso sobre una ciudad convulsionada. Entre 2010 y 2013, se duplicaron los asesinatos en el departamento Rosario (que abarca 24 localidades): pasaron de 124 a 250. Cuando llegaron las fuerzas federales, en 2014, se habían cometido 91 crímenes.

Los asesinatos del Pájaro Cantero, líder de la banda de Los Monos, y el del empresario Luis Medina, acribillado junto a su novia Justina Pérez Castelli, podrían ser escenas de El Patrón del Mal o algún tanque de acción de Hollywood.

Sin embargo, aunque han aumentado los homicidios para dirimir disputas entre bandas narco por el control del negocio, en siete de cada diez asesinatos existe un conocimiento previo entre víctima y victimario. El acceso fácil a armas de fuego y la persistencia de injusticias estructurales generan un caldo de cultivo para que estalle la violencia extrema como resolución de conflictos domésticos o vecinales. El perfil de las personas fallecidas es claro: hombre, joven y de los sectores populares. De las 250 víctimas del año pasado, 140 tenían menos de 35 años.

Ese mismo grupo social integraba también David Moreira, un joven de 18 años que murió el 26 de marzo de este año después de ser linchado por un grupo de 50 vecinos de clase media del oeste rosarino. Lo acusaban de haber robado una cartera.

María Victoria Cattáneo, integrante de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud y militante de Patria Grande, consideró que el desembarco de las fuerzas federales “implicó una respuesta a ese sector social que termina linchando a un pibe y decirles que efectivamente estaban desprotegidos”.

Violencias

“La llegada es auspiciosa y los seis meses son positivos” evaluó el secretario de Seguridad Comunitaria de la provincia de Santa Fe, Angel Ruani. “Con la presencia de Gendarmería ha disminuido la violencia en los barrios periféricos, ha bajado el número de homicidios dolosos en Rosario y esto se va a seguir profundizando”, agregó.

Sin embargo, especialistas en seguridad cuestionaron la eficacia de estos operativos en la pacificación del territorio y el combate al narcotráfico. Son una distracción. Una forma de meter la mugre debajo de la alfombra.

Esteban Rodríguez Alzueta, abogado y ex asesor del Ministerio de Seguridad de la Nación entre 2011 y 2012, señaló que la saturación policial en Rosario tuvo tres objetivos: “Contrarrestar la sensación de inseguridad; mandar señales contundentes a una opinión pública que asocia la violencia al narcotráfico y el narcotráfico a la pobreza; y cubrir a los otros actores de la cadena: los distribuidores mayoristas, los abogados, contadores y asesores financieros; a los funcionarios y políticos que se financian con los recursos que provienen de la regulación de estos mercados”.

Con el correr de los meses, se multiplicaron las denuncias de violencia de gendarmes hacia la juventud de los barrios populares. “Primero se da el hostigamiento cuando los pibes y pibas de visera están en el centro. En el barrio los mandan a la casa, los desnudan en la calle en presencia de otros, o les hacen comer el porro que se están fumando. Son cuestiones que no tienen nada que ver con la legalidad, y que a la vez no son abusos: han sido mandados para eso”, aseguró Cattáneo.

Desde el gobierno provincial se pronunciaron “abiertos a todo tipo de denuncias” pero sostuvieron que no recibieron “quejas concretas de este tipo de lesiones que pueda haber hecho personal de Gendarmería”. “Había que poner orden en cuanto a patrullaje y presencia de grupos que hacía que los vecinos estuvieran incómodos. Estaban haciendo lío, hasta se escuchaban tiros. La gente se siente más tranquila”, consideró Ruani.

Ladrillos

Movimientos sociales y especialistas cuestionan que la política de destrucción de búnkers no va acompañada de la investigación de la ruta del dinero del narcotráfico en Rosario. Apuntan al vínculo entre agronegocio, boom de la construcción y narcotráfico, actividades que tienen a Rosario como una de sus principales plazas.

Entre 2003 y 2013, el complejo sojero exportó por unos 155 mil millones de dólares. El 70% de esos productos sale por el Gran Rosario.

Entre 2003 y 2011, la inversión inmobiliaria en Rosario alcanzó los 4.465 millones de dólares, según estadísticas de la Fundación del Banco Municipal de Rosario. Cuatro millones de metros cuadrados que no solucionaron el déficit habitacional.

Unos 2000 millones de pesos por año mueve el narcotráfico en Rosario, según se afirma en el documental multimedia “Calles perdidas”, elaborado por la Universidad Nacional de Rosario.

“Los actores que crearon condiciones para la expansión del universo transa fue el campo argentino: los pooles sojeros, las aceiteras y chacareros que comercializan la mitad de las cosechas o sus producto de manera ilegal”, sostuvo Rodríguez Alzueta. El autor de “Temor y control” explicó que “a través del tráfico ilegal en negro se fueron corrompiendo funcionarios, gendarmes, lubricando una máquina que quedará a disposición para otros tráficos. Pero además porque esos mismos actores del campo argentinísimo, que tienen necesidad de lavar la plata, de blanquearla, fueron los principales promotores del boom inmobiliario que creó condiciones para que ingresara la plata del narcotráfico”.

La política

A partir de una nota publicada por el periodista Horacio Verbitsky en Página/12, se reavivaron las denuncias de puentes entre el narcotráfico y el poder político provincial.

Angel Ruani defendió la gestión del Frente Progresista Cívico y Social, encabezada por el Partido Socialista y la UCR: “A Los Monos no los inventó este gobierno, los Cantero venían funcionando hace veinte años. Con su connivencia policial, lo reconocemos. De 36 detenidos en la causa del juez Vienna, 13 son de las fuerzas policiales. Que vaya preso quien tenga que ir preso. Pero que en la Cámara de Diputados se tomen denuncias y no se avance hacia la justicia es un mamarracho y una tomada de pelo”.

Además, el funcionario resaltó la responsabilidad del estado nacional: “Santa Fe no limita con Paraguay, Bolivia ni Brasil, que son las fronteras de ingreso de los elementos básicos para la producción de cocaína. El control es todo un trabajo que hace Seguridad de la Nación y la justicia federal”.

Rodríguez Alzueta amplió la mirada a los distintos gobiernos, que pueden mostrar ciertos avances progresistas en otros terrenos pero que no han logrado cambios profundos en las fuerzas de seguridad y el combate del delito organizado: “Los funcionarios no han sabido, podido o querido hacer los acuerdos políticos amplios para sustraer de la agenda electoral estas conflictividades sociales que, para poder desandarla necesitan de los tiempos largos. No es tan fácil meterse con las economías ilegales, porque detrás de ellas, están los mercados informales y los mercados legales. Hay demasiados personajes con el culo sucio”.

 

Mariano D’Arrigo, desde Rosario – @mdarrigo

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