Julio López
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Péguele al patriarcado: Especial Ni una menos
Por Radio FLIA – Red Eco - Friday, Jun. 05, 2015 at 9:08 AM

Jueves 04 de Junio de 2015 | En la última edición de radio FLIA creímos necesario seguir pegándole al patriarcado y crear un especial llamado “Ni una menos”, porque compartimos la lucha, nos atraviesa y queremos seguir indagando en el arte y en la literatura para de esta forma deconstruir la realidad y sus vínculos con el propósito de poder cambiar radicalmente toda forma de opresión. Gabriela Cabezón Cámara fue una de las invitadas al estudio, ella es escritora y estudiante de letras en la UBA. Publicó relatos en diversas antologías y revistas. Escribió la trilogía La virgen cabeza 2009, la historia de una travesti que organiza una villa de emergencia, siguió con Le viste la cara a dios 2011, el relato de una joven secuestrada por una red de trata de personas y finalizó con Romance de la negra rubia 2014, novela que trata sobre una okupa santificada que crea un imperio. Actualmente se inclina hacia la literatura gauchesca, jugando, explorando y fluyendo con la China, la mujer de Martin Fierro.

Péguele al patriarca...
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(Radio Flia- Red Eco)
RF: ¿Qué estás leyendo?
GCC: El último libro que leí fue Pequeña flor de Iosi Havillo.

RF: ¿Lees narrativa Argentina o extranjera?
GCC: Desde hace 5 años, aproximadamente, leo narrativa Argentina porque todos los colegas publican libros y me da curiosidad leerlos, además me interesa saber lo que escriben los más jóvenes. Igualmente, también busco cosas de afuera.

RF: Indagas en lo nuevo, en lo que crean los jóvenes…
GCC: Trato de enterarme y de buscar todo el tiempo, antes me enteraba más fácil porque iba a los ciclos, pero ahora estoy viviendo la mitad de la semana en un pueblito cerca de La Plata, con lo cual, la visita a los ciclos se redujo bastante.

RF: ¿Cómo ves el panorama de la literatura actual?
GCC: Está muy vivo, en ebullición, hay mucho talento. Entre los chicos no tan chicos que me encantan están Emilio Jurado Naón y Marie Gouiric.

RF: ¿Sentís que está atravesada por alguna temática o que se pueda percibir algún eje?
GCC: Es difícil darse cuenta de eso porque si existe me atravesaría a mi como escritora. Cada tanto resurge un eje, un ejemplo de la época fueron las drogas. Hubo un tiempo de mucho realismo, ahora hay una vuelta a lo fantástico muy interesante, pero en cuanto a este género no tengo una lectura abarcativa.

RF: ¿Cómo llegás a interesarte por la literatura?
GCC: Desde muy chica, me daban curiosidad las letras que no sabían que querían decir. Los cuentos también me interesaban mucho.

RF: ¿En tu casa había una gran biblioteca?
GCC: No, mis padres habían comprado unos libritos para niños; era una colección que incluía a los cuentos de los hermanos Grimm, a “Simbad el marino” también, por ejemplo.

RF: Después te fuiste interesando sola, porque llegaste a estudiar letras también ¿No?
GCC: Si, unos años después. Mi abuela tenía una pequeña biblioteca ROBIN HOOD, con cuarenta ejemplares y a mí me parecía que era como estar en la biblioteca nacional.

RF: ¿Y en la escritura? Porque ahí si hay un salto. La escritura es una cosa y la carrera de letras va por otro lado. ¿Cuándo llegas a asumir que lo que estás haciendo es una producción?
GCC: Desde niña también, no lo asumía como una producción pero si era lo único que me interesaba y me gustaba hacer. Nunca tuve otro deseo.

“La partida. Fue el brillo. El cachorro saltaba luminoso entre las patas polvorientas y ajadas de los pocos que quedaban por allá. La miseria alienta la grieta, la talla, va arañando lenta la intemperie en la piel de sus nacidos, la cuartea, le impone una morfología a sus criaturas. Al cachorro todavía no; brillaba con la luz de lo alegre de estar vivo, una luz no alcanzada por la triste opacidad de una pobreza que era. Estoy convencida, mas falta de ideas que de ninguna otra cosa, hambre no teníamos, pero era gris y polvorosa la vida en esos llanos, los míos; tan poco brillo había que cuando vi al cachorro supe que eso era lo que quería para mí, algo radiante, luminoso. No era la primera vez que veía uno, incluso había parido a mis criaturas y no es que no brillara nunca la llanura; brillaba con el agua, revivía aunque se ahogaran, todo en ella perdía la chatura, corcoveaba de granos, tolderías, indios dado vueltas, cautivas desatadas y caballos que nadaban con sus gauchos en el lomo, mientras cerca los dorados les brincaban veloces como rayos, como burbujas de amanecer condensado que duraba un instante sobre el agua toda entera que se partía en pedacitos y se iba para abajo, para lo hondo, para el centro del cauce del rio desbordado y en cada fragmento de ese rio que se comía las orillas brillaba algo de cielo y no parecía cierto ver todo eso; como el mundo entero era arrastrado a un vértigo barroso que caía lentamente y girando sus cientos de leguas rumbo al mar.”

RF: Contános un poco que es lo que nos acabas de leer
GCC: Leí los dos primeros párrafos de una novela imperialista que estoy escribiendo. Trata sobre la China, la mujer de MartÍn Fierro, de la cual sabemos poco. La llamo imperialista porque ella se encuentra con una inglesa e inician un viaje juntas. En ese viaje, China conoce el universo contado por la inglesa, que por el hecho de nacer en Inglaterra sabía que la tierra era redonda, que había chinos, africanos, maquinas a vapor, jirafas, montañas, un mar enorme. Además le prestaba cosas, como tazas de té, enaguas de seda. De esta forma, le va abriendo un mundo a la China. Toda la historia transcurre en el desierto, en el medio de la nada mientras se van haciendo amigas.

RF: ¿Cómo fue cambiar? venías de una trilogía muy contemporánea en tiempo.
GCC: Está bastante cerrado eso, igual voy a entregar a una pequeña editorial española un libro con crónicas de ficción de rabiosa actualidad y políticamente parecidos a los primeros. En este último tenía ganas de hacer algo más lúdico, estuve mucho tiempo leyendo obsesionada a la gauchesca y al final apareció esto.

RF: ¿La estás escribiendo en prosa normal?
GCC: No tiene una base octosilábica ni endecasilábica, posee una música porque a mí eso me importa mucho. Probablemente cuando hable Fierro hable como él, en sextetas de octosílabos.

RF: ¿Cómo armas las novelas? ¿Se te ocurre una idea y vas hacia ella o la vas escribiendo y de repente te das cuenta que un día iba para un lado en particular?
GCC: Escribo siempre a partir de una imagen, en este caso, trata sobre una chiquita en el campo con un perrito cachorro que le encantaba. Voy escribiendo de a partes, una palabra lleva a la otra; en el camino la idea se te empieza a delirar. Hay escritores que planifican todo, como Stephen King, pero yo creo que esta bueno dejarse fluir.

RF: ¿Después pasas por un proceso de autoedición?
GCC: Relativamente, porque me cuesta mucho ponerme a escribir. Llevo meses pensando la idea y dándole vueltas; una vez que ya empezó, que se deliró lo que se tenía que delirar, que adquirió un ritmo, lo vuelco y ya me queda bastante redondo. Primero tengo que vivir este periodo de anarquía orgánica.

RF: Editaste uno de tus libros con la editorial independiente ETERNA CADENCIA que forma parte de la FLIA. ¿Fuiste alguna vez a la FLIA?
GCC: Si, un par de veces. La experiencia fue muy grata porque me encanta lo vivo, lo pequeño, lo que pelea, resiste, lo incipiente. También edité con LA ISLA DE LA LUNA otra editorial independiente. Ahora publiqué con la BIBLIOTECA NACIONAL, pero es del estado, tiene otro circuito de circulación por fuera del mercado. Paralelamente, este libro que estoy terminando se editará en una editorial pequeñísima de España.

RF: ¿Para vos tiene una importancia particular o te parece que es la manera a la que se puede acceder en este momento a editar una novela?
GCC: Tiene una importancia particular. Las editoriales hegemónicas tienen planes digitados y lo que se puede publicar y lo que no ya está bastante claro, difícilmente se ponga en juego a un editor inédito. Si la literatura está viva no es por Random House ni por PLANETA, sino gracias a las editoriales que se arriesgan y buscan lo nuevo, que se animan a publicarlo; hay mucho trabajo gratis que se hace con amor y por vocación.

RF: ¿Podría existir dentro de la literatura de género la división femenino-masculino?
GCC: No sé si se puede diferenciar en hombre-mujer en el sentido más conservador de los dos términos, si me parece que hay visiones más laterales del mundo. Hay una perspectiva dominante y no dominante en cuanto al género, que incluye a personas que ocupan un lugar de minoría; también existen desde un lugar no dominante determinado por clase.
Preexisten determinadas relaciones de poder que desde un lugar muy central cuesta más que se hagan conscientes porque esa persona está menos estimulada a darse cuenta porque le queda cómodo; creo que esa es la división. Después hay cosas específicas, hay bastante escrito sobre la relación hijo-madre desde Edipo pero hay menos escritos sobre la relación hija-madre que es otro vinculo distinto pero no menos interesante, ahí hay una especificidad dada tanto por la historia como el triángulo edípico que tallan las familias.


Otra de las presentes fue Jacqui Chan, artista, militante por el derecho al aborto, forma parte junto a otros tres poetas del colectivo La hiedra crece. Hace poco publicaron su primer fanzine, en el que está incluido su columna “Me cojo encima” y en la que habla sobre pos-sexualidad.


HOY: El mito de Ricky Martin y la mermelada

La década del noventa fue sin dudas una de las décadas más surrealisticamente perversas en lo que se refiere a las consecuencias del neoliberalismo y pervertidas en el buen sentido de rebeldía sexual, ya que post dictaduras la gente vuelve a promover y proclamar las libertades individuales. La tv fue una de las voceras más populares del capitalismo, y tuvo como fin desinformar hablando sobre lo que no conocía, y así creó sin piedad, estereotipos esclavizantes y sembró el miedo a vivir en libertad. La tele tomó este despertar sexual rebelde de la sociedad y se lo apropió para convertirlo nuevamente en opresión. Por eso la hipersexualización de las mujeres los programas de TV y abundancia de temas referidos a la sexualidad en los talk show, hablando banalmente de las identidades trans, de la explotadora prostitución, de las sexualidades disidentes sin profundizar ni conocer un fulbo. La sociedad que estaba terminando la década del noventa, seguía ávida de escuchar hablar sobre algo que los alejara de sus monótonas vidas presexuales, entonces ahí es que surge el mito del que vamos a hablar hoy. Miles de personas juran haber visto con sus propios ojos esta historia tan genial que es una lástima que no estemos hablando de una novela o de una película. Lo que ahora voy a relatar no es una peli de Waters, no-no, es el mito de Ricky Martin y la mermelada, que ahora resurge a partir de un segundo mito: el video parece ser, está en la deepweb. Pero todxs sabemos que es mentira porque en esta historia no ocurre ninguna violación o muerte.
Este mito tuvo lugar en el último año del siglo pasado (1999) resulta que en un programa de TV donde se sorprendía a la gente cumpliéndole un sueño en vivo, invitaron a Ricky Martin a sorprender a una chica de 15 años que era su fan. Ella, sin saber que estaba siendo filmada se untó mermelada (algunxs dicen de frutilla otrxs de cajeta) en la concha y se la hizo lamer por su perro, que paradójicamente lo había bautizado “Ricky” La chica al sentirse avergonzada por tanta exposición finalmente se suicida. Todo esto según el mito, se pudo ver en vivo por televisión, menos el suicidio que fue unos días después cuando Minoridad interviene en el asunto. La historia parecía perfecta para vendérsela como real a la sociedad de esa época, contenía todo tipo escandalosos tabúes y perversiones de orden opresor: zoofilia, fanatismo, una menor de edad y suicidio por vergüenza.
Postsexualmente y como feminista puedo sacar la siguiente conclusión: La historia le genera morbo a la sociedad que fue formada sexualmente por una televisión pedófila (Franchela) machista (Tinelli) y patriarcal (noticieros) porque aquí se expone y se hipersexualiza una menor y encima pone a un animal en el relato, ambxs seres vulnerables. Las mujeres y niñxs aún no gozamos de derechos plenos para que se nos reconozcan como personas, los animales carecen aún de derechos y de voz, asi que podemos decir que son dos seres oprimidxs. Esto le genera sensación y consciencia de poder a lxs que estan sentadxs frente a televisión y aún son presexuales: “las mujeres y las minorías, incluidas las minorías sexuales, están, como comunidad, sujetas a la violencia, expuestas a su posibilidad o a su realización (…) significa que en parte cada uno de nosotros se constituye políticamente en virtud de la vulnerabilidad social de nuestros cuerpos -como lugar de deseo y de vulnerabilidad física, como lugar público de afirmación y de exposición” Judith Butler.
Lxs postsexuales podemos definir así las distintas sexualidades, una sexualidad presexual (prehistórica) es una sexualidad precaria, con fines reproductivos o para el placer del opresor, la sexualidad sexual (hegemónica) es una sexualidad sin deconstruir, heteronormativa y aburrida la sexualidad postsexual es una sexualidad deconstruida, es decir la sexualidad en esta era Postsexual como experiencia exclusivamente humana, sirve para desautomatizar el deseo y estimular un reconocimiento más agudo de los otrxs. La deconstrucción de la orientación sexo/afectiva impuesta, es por fin la guía para nuestros deseos.
Espero que no se hayan cogido encima, en las próximas columnas seguiré hablando de mitos populares vinculados a la sexualidad en todos lados, cuestiones escatológicas en televisión y muerte en mi familia. ¡No se lo pierdan!
¡Nos vemos en internet! Jacqui W. Chan

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