| versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
La comunidad guaraní exige respuestas por las obras inconclusas
Por El Tribuno -
Monday, Jun. 15, 2015 at 4:54 PM
14-06-2015 - La construcción del hospital está paralizada hace 8 meses. Los originarios recordaron que tampoco se amplió la escuela. "Las obras a medias son lo mismo que nada", coinciden contundentes y molestos Mario Churito y Gregorio Manuel, cacique y presidente, respectivamente, de la comunidad aborigen Ava Guaraní de Pichanal.
0000655902.jpg, image/jpeg, 1099x610
Ambos se refieren a varias construcciones inconclusas alrededor de las 400 viviendas de villa Rallé, ubicada a la vera de la ruta provincial 5 y a unos 300 metros de la ruta nacional 34, en la localidad norteña.
Es el caso de la prometida ampliación de la escuela Jesús de Nazareth, del pequeño hospital para el lugar -cuyos trabajos quedaron paralizados hace ocho meses- mejoras y mantenimiento del centro de salud que no tiene atención las 24 horas.
Además falta definir el traspaso de las 26 hectáreas que faltan entregar, según lo dispone el decreto nacional 329 de 2006.
"Toda la gente está muy molesta porque está cansada de esperar. Las cosas se empiezan, se habla mucho, se promete, pero no se concretan", señala El cacique Churito a El Tribuno, anticipando que "no queremos llegar al corte de ruta, pero si los funcionarios del Gobierno provincial no responden tomaremos medidas".
En el caso de las hectáreas reclamadas, los dirigentes aborígenes consideran que deben utilizarse para levantar más viviendas, un playón deportivo y espacios para los chicos y jóvenes. "Los funcionarios no tienen que abandonar lo que se hace ni lo que se proyecta. El centro de salud necesita arreglos, pintura, mantenimiento general porque tiene mucha concurrencia, y si no lo mejoran terminará en ruinas", explicaron.
Viviendas y desalojo
El crecimiento poblacional de la misma comunidad prácticamente obligó a dos nuevas generaciones a instalarse a lo largo de las 400 viviendas, por lo que se calcula en aproximadamente 3 mil las personas instaladas en una zona que tiene mil metros de largo por 225 de ancho.
Tanto Churito como Manuel exigen también que se controle el correcto uso de las casas adjudicadas, porque hay gente que figura como propietaria, pero no las ocupa.
No las necesitan
"Significa que no las necesitan o tienen otra propiedad. Hay un caso puntual de una casa deshabitada que fue ocupada por otra familia que ahora teme ser desalojada. Estas cosas tienen que ser claras y darle un techo a quien realmente no lo tiene", dicen.
Ambos representantes aborígenes piden que se respete El acuerdo con el Instituto Provincial de Vivienda. Estas casas fueron financiadas con fondos del Enargas y de la empresa TGN como indemnización por el tendido de un gasoducto que se construyó en los terrenos que ocupaba la comunidad.
www.eltribuno.info/adjuntos/170/imagenes/000/655/0000655902.jpg
