Julio López
está desaparecido
hace 6430 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Salió El Roble de Septiembre Nro 92
Por Periódico El Roble - Thursday, Sep. 10, 2015 at 7:42 PM

10/09/2015

ER 92 JPG

Descargá el 92 desde acá

Editorial: Todo un palo
Desde la devaluación de enero de 2014, el debate político y económico del establishment ronda en torno a las características de un próximo ajuste cuya aplicación será responsabilidad de la próxima presidencia. La sorpresa fue que el gobierno decidiera implementar políticas concretas en este sentido durante el 2015, un año electoral.
Sea porque en el cálculo político consideran que los costos son menores; sea porque se consideró que la continuidad no estaba en riesgo y era más importante allanar el camino al ajuste por venir; o por mera convicción política de una gestión que, como ha sido el caso de CFK, apostó desde el primer momento por fragmentar y debilitar al sindicalismo en todas sus formas.
Primero fue el techo paritario. Si algo le importó a la gestión nacional pensando electoralmente, fue garantizar la mayor tranquilidad en el ámbito económico. Un objetivo que no podía concretarse sin el disciplinamiento gremial. La voluntad del gobierno fue tan dura que implicó voltear acuerdos ya cerrados. Solo un puñado de gremios logró romper el techo -bancarios, alimentación- entre ellos, el más visible: el conflicto de los aceiteros, con una huelga de 25 días y la movilización de miles de trabajadores.
Segundo fue la represión. En las últimas semanas, los ataques contra activistas y organizaciones obreras y populares pegaron un salto en cantidad y calidad. Encontramos que fue reprimida una protesta por el despido de trabajadores mineros en Santa Cruz; que trabajadores de cooperativas (organizados en AGTCAP) que ingresaron al Municipio de Esteban Echeverría fueron reprimidos por la bonaerense, dejando heridos y hospitalizados; que trabajadores tanineros en Chaco sufrieron una “salvaje represión”, según titularon los medios locales, por parte de la policía. En el número anterior contábamos sobre la represión durísima que le echaron a los trabajadores de la Línea 60, en uno de los conflictos más salientes del año que concluyó –al menos por ahora- el 5 de agosto con un acuerdo que implicó la reincorporación de 50 de los 53 despedidos, el pago de días caídos y elreconocimiento del cuerpo de delegados, entre otros logros. A esto se suma el doble ataque contra los trabajadores del INTI en Buenos Aires el 6 de agosto. Fueron reprimidos cuando se manifestaban en la Autopista Gral. Paz, más tarde la Policía Federal fue a buscar a los trabajadores cuando salían de su turno, dejando varios heridos. Dos delegados fueron literalmente secuestrados durante varias horas en las cuales se desconoció su paradero, hasta su liberación.
Estos hechos, muchas convenientemente “ignorados” en los medios, parecen mostrar elmarco de lo que se viene en pos de lograr y mantener ese disciplinamiento.
Por su parte, en las PASO presidenciales los candidatos patronales obtuvieron entre los tres,el 90% de los votos. En función del ajuste que mejor les calza, por razones económicas pero también ideológicas, distintos sectores de la burguesía han optado por uno u otro. Elkirchnerismo, que fue el gran remedio para reconstituir la gobernabilidad en aquellos años, ha reafirmado ahora su giro conservador para consolidarse como una opción válida para la próxima etapa.
Pero los resultados electorales no explican toda la realidad; no representan linealmente la conciencia popular; no explican todo lo que pasa, y más importante aún, lo que podría pasar. Una mirada crítica desde la perspectiva de nuestra clase tiene que señalar que el kirchnerismo muestra su rostro más antiobrero si tenemos en cuenta la posición que adoptó frente a dos huelgas durísimas como la de los aceiteros y la 60, que sin embargo resistieron y triunfaron, mostrando al resto de los trabajadores que se puede luchar y ganar con organización, asambleas y delegados que van al frente.
El desplome de las bolsas de los últimos días, producto de explosión de la burbuja especulativa china, para nuestro país, es una señal más de un mundo que no volverá a ser elque fue en los últimos quince años. Se acabó el “viento de cola” y arrancó el que viene de frente, con dólar caro y commodities baratas.
No hay dudas de qué intentará hacer la burguesía argentina: querrá como siempre que todas las facturas las pague la clase trabajadora. La única duda es si nosotros se lo vamos a permitir.
por Equipo de El Roble

agrega un comentario