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¿Quién vio desfilar a los genocidas?
Por Juan Mattio, Notas.org.ar - Wednesday, Jul. 13, 2016 at 1:44 PM

11 de julio de 2016 | Transferir recursos. Esa fue la clave en los primeros meses de gobierno para Mauricio Macri. Como si se tratara de un acto reflejo. Desregular el cambio monetario, endeudar al Estado para pagar deuda y eliminar las retenciones agropecuarias y mineras. El tiempo es dinero. No se podía perder un minuto. Lo que siguió -no por capricho sino por necesidad- fue la transferencia de capital simbólico y político. La dinámica es idéntica: un sector pierde, otro gana. Y desde esa perspectiva debe leerse el primer desfile militar en 15 años recortado contra la ausencia de cualquier organismo de Derechos Humanos en los actos oficiales, incluyendo a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

¿Quién vio desfilar ...
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La pregunta es, entonces, ¿ante quiénes desfilaron los militares en el Bicentenario de la Independencia? Entre las múltiples respuestas posibles hay una más preocupante que otras. Desfilaron para ser vistos por los jueces y fiscales que llevan adelante los juicios por delitos de lesa humanidad.

Si esta hipótesis genera duda podemos preguntarnos: ¿Qué habrán pensado Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga (integrantes del Tribunal Oral Federal de Tucumán) que están juzgando ahora mismo los crímenes del Operativo Independencia al ver marchar a los “combatientes” de esa operación de exterminio frente al palco presidencial? ¿Habrán pensado que se infiltraron entre tantas vallas y gendarmes? ¿Habrán creído que el presidente ignoraba su presencia? ¿O habrán entendido ese gesto como un mensaje político?

Lo mismo podemos preguntarnos en relación a la presencia de Aldo Rico y Emilio Nanni en el desfile del Campo de Polo. Porque Rico y Nanni no sólo fueron promotores de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida cuando se acuartelaron contra los gobiernos democráticos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem. También son parte del grupo que festejó “los vientos de cambio” en noviembre pasado cuando Mauricio Macri ganó las elecciones. Nanni fue parte del mitín de abogados defensores que se nuclean en la asociación Justicia y Concordia donde su presidente, Alberto Solanet, llamó a “derogar y reemplazar la legalidad desprovista de legitimidad que angosta y asfixia a la patria”.

Si su presencia en la celebración del Bicentenario puede resultar ambigua para quienes no los conocen -de hecho la televisión los trató como “héroes de Malvinas”-, para los defensores del genocidio no hay duda. Así lo demostró en su cuenta de Twitter la presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina (donde dice “presos políticos” debe leerse “represores que cumplen condena”), Cecilia Pando.

Por si el mensaje no es claro

Uno podría pensar que lo que haga el Poder Ejecutivo no tiene por qué afectar al Poder Judicial. En última instancia todavía se enseña en la escuela secundaria que los poderes del Estado son independientes.

Sin embargo, en una nota del diario Clarín publicada días atrás, esta hipótesis republicana quedó desmentida. El diario de Ernestina Herrera de Noble anunció una operación política, con base en el Congreso, para desplazar a Alejandra Gils Carbó como Procuradora General de la Nación. La estrategia supone armar una comisión de senadores y diputados que le sigan los pasos de la Procuradora. Se espera que esa esa presión la obligue a renunciar.

Y en el mismo medio se anunciaba que el Consejo de la Magistratura va iniciar una auditoria en la Justicia Federal Penal. Lo que supone presión política para los magistrados de Comodoro Py. Y ese fuero es el que juzga los delitos de lesa humanidad. El desplazamiento de Gils Carbó y la presión sobre los jueces implica poder para iniciar un cambio de rumbo. Y ya se vio en qué dirección cuando la Sala III de Casación Penal anuló tres condenas a prisión perpetua contra represores por considerar que los fusilamientos a 14 miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo no podía considerarse delitos de lesa humanidad ya que habían sucedido en 1974.

Para comprender este giro copernicano tal vez nos ayude la caracterización que hace Horacio Vertbisky en una entrevista de La Izquierda Diario, cuando dice que “Éste es un sistema judicial corrupto y sobre todo oportunista, profundamente oportunista. (…) Porque protegen cualquier cosa en los primeros años de un Gobierno y persiguen cualquier cosa en los finales”.

Esto no empezó el 9 de julio

La cadena de gestos por parte del gobierno se inició con los apellidos que forman su propio equipo. La presencia de Nicolás Massot, Adolfo Prat Gay, José Martínez de Hoz (h), Oscar Aguad y Luis María Blaquier entre muchos otros, fue la primera demostración de que las familias que se beneficiaron con la dictadura iban a ser parte central del nuevo gobierno.

Después Madres, Abuelas e Hijos esperaron dos meses y medio desde la asunción para ser recibidos por el nuevo presidente. Mientras tanto Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos, recibió a integrantes del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas, una asociación que defiende a los genocidas en su oficina de la Ex Escuela de Mecánica de la Armada.

En este marco, la renuncia de Darío Lopérfido -quien declaró que los desaparecidos no eran 30 mil- puede leerse como un grano de arena en el desierto. Porque el negacionismo es estructural a este Gobierno. Entre tantos gestos, lo demuestra que el prólogo del Nunca Más que escribió Eduardo Luis Duhalde haya sido retirado en la nueva edición y haya quedado, en solitario, el que escribió Ernesto Sábato y ya es tristemente célebre por defender la Teoría de los Dos Demonios.

El Estado que dirige Mauricio Macri no sólo transfiere capital económico desde los sectores populares hacia los grandes grupos empresarios. En la celebración del Bicentenario vimos cómo el capital político de los ex detenidos, de los familiares, de los organismos de Derechos Humanos y del campo popular pasaba, poco a poco, a manos de golpistas y represores. Ellos ya saben para dónde empuja el viento de cambio.

@juanmattio

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