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Visita de un grupo de cicloturismo educativo: "No hacemos competencia"
Por Comunidad Indígena Punta Querandí - Friday, May. 04, 2018 at 12:24 PM
movimientoendefensadelapacha@gmail.com

Desde el barrio Lambaré de Ingeniero Maschwitz (Escobar), cada sábado, una veintena de chicos de entre 6 y 12 años le escapan “a la tecnología” y salen a recorrer los pocos lugares naturales que sobreviven en su localidad y en Dique Luján, una de las zonas más impactadas por la invasión de barrios privados en la zona norte del Gran Buenos Aires.

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El sábado 14 de abril por la mañana, un grupo de cicloturismo educativo visitó el territorio de la Comunidad Indígena Punta Querandí.

Su coordinadora Nerina Godoy, una madre de 27 años, se presenta: “Somos un grupo de ciclistas para chicos, educativo y saliendo de la tecnología. Si bien no todos contamos con bicicletas, nos gusta salir a pedalear y recorrer distintos lugares, vamos tranquilos, despacio, no hacemos carrera, no hacemos competencia”.

La idea de visitar al territorio sagrado y educativo de los pueblos originarios, ubicado en el paraje Punta Canal, fue una recomendación de varias personas. Aquí recorrieron el Museo Autónomo de Gestión Indígena y conocieron la Maloka -vivienda comunitaria ancestral- y el Opy, una construcción de uso ceremonial.

“Una tía y amigos que ya habían venido nos contaron más o menos la historia y decían que les iba a gustar a los chicos”, relata Nerina, mamá de Thomas, quien participa de la experiencia.

El grupo se reúne cada sábado a las 17 horas, pero en esta oportunidad decidieron encontrarse a las 10 de la mañana y muchos de ellos a los 5 de la mañana ya no podían dormir, contaron.

Según Nerina, la salida a Punta Querandí fue importante para los chicos: “Les aportó un montón, por eso hicieron muchas preguntas”. Y eso buscan: que los lugares dejen una enseñanza. “Siempre buscamos que sea algo educativo, no llevarlos al Parque de la Costa donde no van a aprender nada, la idea es hacer cicloturismo educativo”, remarca.

“A Punta Querandí ninguno de ellos había ido y no conocían la historia”, explica y agrega: “Es un lugar super recomendable para venir, no sólo para chicos sino para nosotros, preguntamos más que ellos, está buenísimo”.

Otros lugares que han recorrido fueron la Reserva de Maschwitz –espacio protegido por vecinos- y la Granja Don Benito –recientemente abierta por el Municipio de Escobar-, “lugares que están acá nomás y muchos de ellos no conocían”.

Nerina tiene mucho arraigo en la zona, nació, se crió y tuvo su hijo en Maschwitz. Su abuelo Carlos, conocido también como Kaki, atendía una de las primeras verdulerías del barrio. Como todo lugareño que se jacte de serlo, fue usuario del trencito que unía este pueblo con el de Dique Luján, el cual tenía parada intermedia exactamente en Punta Querandí (ramal cerrado en 1967).

SURGIMIENTO

La iniciativa del grupo está relacionado a un problema muy común en muchos hogares de zonas urbanas: niños y adolescentes que pasan mucho tiempo encerrados, sin hacer deporte, aferrados a su celular u otras alternativas de entretenimiento pasivo.

“La idea fue sacarlos de la tecnología y que hagan un poco de deporte, yo tengo un nene y está todo el día con el celular, le decía vamos a andar en bicicleta, vamos a hacer algo y no quería nacer nada”, cuenta Nerina.

La propuesta venía de hace un tiempo “pero es un poco complicado, es mucha responsabilidad tener que hacerte cargo de varios chicos”, relata la mamá de Thomas, quien aún así no se acobardó por la situación: “Dijimos vamos a hacerlo igual y se prendieron un montón”.

No todos tienen bicis propias, pero se fueron organizando para conseguir más rodados para que todos puedan participar. “Durante las salidas cuando alguno tiene algún problema, todos frenan y ven cómo lo resuelven juntos”, cuenta como ejemplo de los valores solidarios y comunitarios que promueven.

El entusiasmo de los chicos, crece con cada salida y se ilusionan con marcar una identidad bien propia. “Se les ocurren millones de ideas, no depende de mí, sale de ellos decir ‘no tenemos un nombre’ o ‘podemos hacernos una remera’, al principio no querían usar ni casco pero vieron que todos los ciclistas los usan”, expresa la coordinadora.

EL PROBLEMA DE LOS BARRIOS PRIVADOS

Desde su rol de ciclistas también han sufrido lo que significa el avance de los barrios privados en nuestros territorios, arrinconando a los habitantes de los barrios preexistentes. “Lo vemos porque mayormente andamos en lugares tranquilos con calles de tierra, no podemos ir por calles asfaltadas, entonces queremos ir a algún lugar de Maschwitz y hay barrios privados por todos lados, no podemos entrar, se corta todo. Por ejemplo atrás donde decimos Las Quintas está lleno de barrios privados, está la seguridad que ya nos mira medio mal. Hay lugares donde no podemos ir”.

Los pibes viven en carne propia lo que desde Punta Querandí y otras organizaciones llamamos invasión inmobiliaria. “Sí, ya lo vieron ellos mismos porque no podemos ir por ningún lado, no hay nada natural, al único lugar que podemos ir es a Dique, a la reserva de Maschwitz, la Granja, pero para otro lado imposible”.

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