ARGENTINA: LOS POLITICOS RENACEN COMO EL AVE FENIX
Por Rodrigo Guevara - Friday, Jul. 19, 2002 at 4:52 PM
rodrigoguevara02@hotmail.com

El movimiento mediático de las "cajas" financieras de los políticos -en sintonía con una estrategia del capitalismo norteamericano en la Argentina- ya ha conseguido su objetivo: lograr que la gente -olvidada de los problemas sociales- hable todo el día del magnicidio, de la inseguridad, o de la chance de los candidatos en las encuestas.

Por Rodrigo Guevara, desde la Argentina

Hace siete meses, no podían salir a la calle sin que los insultaran o los agredieran.

Durante la primavera del cacerolazo espóntaneo -después de la caída de De La Rúa en diciembre del año pasado- los políticos, junto a los sindicalistas, banqueros, y empresarios enfrentaban el aluvión de "ladrones", "corruptos"", y "váyanse todos" que les prodigaba la gente en la calle cuando los identificaba.

A casi siete meses de aquellas gestas populares -y favorecidos por la complicidad de los medios- regresan de sus cenizas como el Ave Fénix.

Después de protagonizar un nuevo turno de saqueo capitalista con Duhalde, ahora vuelven remozados a postularse para la renovación de sus cargos como si nada hubiera pasado.
 
Muchos -caso de los candidatos del PJ- hacen marketing electoral denunciando (con gran cobertura mediática) magnicidios o posibles atentados organizados contra ellos o sus familiares.

Desde 1983 -año en que los políticos relevaron a los militares en carácter de empleados-sirvientes de Washington y Wall Street- ningún candidato electoral sufrió atentado alguno contra su vida.

Salvo casos aislados de violencia -surgidos de peleas internas por el reparto de la "caja" o el poder- durante estos diecinueve años en la Argentina no hubo un contexto institucional de atentados planificados contra la vida de ningún político.

Durante todos estos años la "clase política" actuó como una corporación empresarial que utilizó al Estado (nacional, provincial o municipal) como su empresa personal para hacer negocios.

No solamente entregaron impunemente las empresas del Estado y el gerenciamiento económico-productivo del país a la voracidad de los bancos y transnacionales, sino que se enriquecieron a expensas de las gigantescas coimas y prebendas económicas que cobraron por sus servicios de entrega del patrimonio nacional.

El descomunal saqueo capitalista a la Argentina -sin parangón con ningún otro lugar de planeta donde se aplicó el modelo de capitalismo sin fronteras- no hubiera sido posible sin la intervención de los políticos en carácter de administradores o gerenciadores de ese robo.

Sin las leyes de desmantelamiento del Estado nacional y de la destrucción de las legislaciones de protección social del trabajo -impulsadas y votadas por los políticos- hoy la Argentina no estaría en los niveles africanos de distribución de riqueza en que se encuentra.

 Desde el Poder Ejecutivo, las gobernaciones, el Parlamento o el Poder Judicial, los políticos fueron los articuladores administrativos de ese despojo capitalista que dejó -hasta el momento- 20 millones de pobres, 6 millones de desocupados y subocupados y una absurda deuda externa impagable de 260.000 millones de dólares, producto de la rapiña financiera de Wall Street.
    
Todo este proceso de trasnferencia de riqueza argentina al exterior -posibilitado por una distribución de coimas no menor a dos presupuestos anuales de la Argentina- generó la instauración de verdaderas oligarquías políticas enriquecidas, caso de Menem, Duhalde; Rodriguez Saá, Kirchner, Romero -entre otros-, cuya magnitud de enriquecimiento ilícito y fortuna superan al de muchos empresarios y banqueros de primera línea de la Argentina.

La voluminosa "caja" financiera de que disponen estos candidatos -depositadas en paraísos fiscales o "blanqueadas" por medio de testaferros- les permite prescindir del establishment económico para financiar sus campañas electorales.

En el caso de Menem, Romero, Rodriguez Saá y el propio Kirchner, por ejemplo, disponen de fondos propios para comprar encuestas, campañas mediáticas, entrevistas televisivas arregladas, o la trasmisión en vivo de sus actos electorales pasados como si fuera una "noticia" más.

Enriquecidos con el aparato del Estado, ya no necesitan de él para autofinanciarse.
Sólo quieren perpetuarse en su cargos oficiales por ambiciones personales, o para seguir construyendo su "empresa" camouflada dentro del aparato estatal.

El movimiento mediático de las "cajas" financieras de los políticos -en sintonía con una estrategia del capitalismo norteamericano en la Argentina- ya ha conseguido su objetivo:
lograr que la gente -olvidada de los problemas sociales- hable todo el día del magnicidio, de la inseguridad, o de la chance de los candidatos en las encuestas.

Eso debe dejar alguna enseñanza a las organizaciones populares.
De izquierda, nacionalistas populares, o lo que sean.

El capitalismo actúa siempre como un "sistema":
económico, político, militar y mediático-comunicacional.
Sus estrategias, aunque diversificadas, son totalizadas y planetarias.

En la Argentina -como en el resto de Latinoamérica- los objetivos y las tácticas del poder económico local, siempre coinciden con las necesidades de los políticos corruptos y las estrategias regionales de Washington y Wall Street.

Alguien -con la suficiente capacidad para hacerlo- debería escribir una manual de acción y formación para el campo popular titulado: CONOCIENDO AL ENEMIGO.

Donde se detallara, paso paso por paso, los diferentes niveles operativos -tácticos y estratégicos-que utiliza el capitalismo (con Estados Unidos como potencia locomotora) para explotar económicamente, dominar políticamente, y controlar socialmente a través de las campañas de acción psicológica en los medios de comunicación.

Sólo la comprensión de que el sistema capitalista -a escala planetaria- actúa como un sistema totalizado, puede eliminar los "prejuicios" que todavía subsisten en amplios sectores del campo popular.

Prejuicios que alimentan el "voluntarismo de la lucha" e impiden el conocimiento objetivo y sistematizado de las tácticas y estrategias del enemigo, con el consiguiente y reiterado fracaso de las luchas populares.

Todo esto -retroalimentado por las campañas mediáticas atomizadoras de conciencia colectiva- posibilita que los políticos sigan renaciendo periódicamente con las urnas de Wall Street.

Y que- cuando se acaben los políticos del sistema- los militares y la "democracia blindada" se conviertan en la única opción viable para un conjunto mayoritario de la sociedad argentina.

agrega un comentario