Denuncia contra Zamora
Por Marta Castaño y Enrique Avila - Monday, Mar. 31, 2003 at 11:25 AM

El motivo de este correo es hacer llegar a la mayor cantidad de personas posibles una historia en la que hemos sido víctimas de un personaje que aparece en los medios y se postula como "el abanderado de la ética y la honestidad". Este personaje es el Sr. Luis Zamora, actual diputado nacional, y que hoy se postula como candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Ante la bronca, impotencia e indignación que nos provoca y como una forma de
seguir luchando, queremos denunciar y contar con tu colaboración para que este
correo se difunda todo lo más posible. Por eso te pedimos que lo reenvíes a
todas las personas que conocés.

Desde ya muchas gracias y esperamos tu colaboración.

Marta Castaño y Enrique Avila



En el año 1997 recurrimos al Sr. Luis Zamora para que nos ayude, como abogado,
en una causa por un accidente que habíamos sufrido en la ruta nacional Nro. 34
en la provincia de Santiago del Estero. El "accidente" se produjo por la
presencia de animales sueltos sobre la ruta. Y a causa de esto murieron nuestros
hijos Pablo E. Avila (12 años) y Marina B. Avila (10 años), mi hermano Daniel J.
Avila (42 años) su esposa Daniela Panontín (33 años) y sus hijos Mailén I. Avila
(3 años) y Lautaro M. Avila (2 años).

Después de haber consultado con varios abogados a quienes sólo les interesaba
tomar el caso para iniciar una acción civil, con lo cual nosotros no estábamos
interesados, decidimos consultar al Sr. Luis Zamora. Porque pensábamos en ese
momento que el "accidente" que habíamos tenido debíamos denunciarlo y hacerlo
público, ya que en la pcia. de Santiago del Estero y en la ruta 34 la presencia
de animales sueltos era algo habitual. Y Zamora, dados sus antecedentes como
defensor de los derechos humanos, nos parecía que era la persona que podía
llevar adelante esta denuncia.

El Sr. Zamora nos comunica su decisión de tomar el caso (causa penal) con el
agregado que también iniciaría la acción civil de donde él cobraría luego sus
honorarios, si el fallo fuera favorable (esta causa se encuentra en trámite en
la Corte Suprema de Justicia de la Nación).

Al tiempo de nuestras investigaciones en archivos periodísticos, organismos de
control, Ministerio de Obras Públicas e informes policiales y de seguridad vial,
nos enteramos que la principal causa de los accidentes producidos en Santiago
del Estero eran provocados por la presencia de animales sueltos en las rutas.
Con un saldo muy importante de muertes todos los años.

La ruta 34 fue entregada en concesión por el sistema de peaje durante el
gobierno de Carlos Menem a la empresa Covinorte SA del grupo de Benito Roggio.
Quienes no hicieron nada desde el momento en que se hicieron cargo de la ruta,
hace ya doce años, para terminar con las muertes absurdas que todos los años se
producen por la presencia de animales sueltos.

Para Roggio lo único que importa es la recaudación que queda en sus "cabinas de
peaje". Y no la vida de las personas que transitan por la ruta.

Con la acumulación de una gran cantidad de documentación y antecedentes le
pedimos a Zamora hacer la denuncia pública de éstos hechos ya que considerábamos
que lo nuestro no había sido un "accidente" más, sino más bien que se trataba de
un homicidio por negligencia y desinterés, tanto de la empresa concesionaria
como de las autoridades encargadas del control de la ruta.

Un homicidio más producido por la política de desmantelamiento del Estado y de
los organismos de control llevada a cabo durante el gobierno del Sr. Menem.

Nuestra sorpresa fue grande cuando el Sr. Zamora nos dice que no era el momento
de denunciar, que teníamos que seguir juntando pruebas en el expediente y junto
a otros argumentos legales nos desalienta de hacer público nuestro caso, ya que
si lo hacíamos íbamos a alertar al enemigo (Covinorte) de las pruebas que
estábamos ingresando en la causa penal.

Muchas veces intentamos hacer la denuncia obteniendo siempre la misma respuesta:
Que todavía no era el momento.

Durante todos estos años en los que estuvimos juntando pruebas "sin alertar al
enemigo", Zamora nos estuvo cobrando una cuota por llevar la causa penal (esto
fue un cambio en el acuerdo original, y propuesto por él, ya que de entrada nos
dijo que no nos iba a cobrar por la causa penal y que su trabajo en ésta lo
cobraría en la civil) Y también nos pedía prestado dinero de nuestros ahorros,
para resolver situaciones personales, llegando a la suma de us$ 18.000.-

Colaboramos en su regreso al Congreso como diputado ya que integramos la lista
de Autodeterminación y Libertad en el año 2001

siendo Marta electa diputada ya que figuraba en segundo lugar. Quien renunció
antes de asumir para ceder su lugar al actual diputado J. Roselli.

En mayo de 2002 decidimos irnos del movimiento y del lugar que ocupábamos en el
Congreso, después de ver muchas cosas con las que no estábamos de acuerdo y de
las que no queríamos ser cómplices.

El " honesto Zamora" y su mujer Noemí Oliveto hoy candidata a diputada en la
Ciudad de Buenos Aires empezaban a mostrar su verdadero rostro, no el que
aparece en los medios, sino el real, que no se diferencia mucho de los políticos
corruptos a quienes denuncian.

Nos dimos cuenta después de muchos pedidos para continuar con la causa penal que
de hecho Zamora ya la había abandonado hacía mucho tiempo. Y esto había sido
después de haber juntado las pruebas que a él le interesaban para la causa
civil. Por lo que ahora afirmamos que el Sr. Zamora usó la causa de la muerte de
nuestros hijos en su propio interés. Solamente le interesaba la causa civil por
el dinero que podría llegar a obtener de ella.

Nos damos cuenta que nos estuvo engañando durante todos estos años para sacarnos
dinero (que todavía se niega a devolver). Y lo que es más grave aún, es que nos
dejó sin la posibilidad de llegar a los responsables en una causa donde murieron
seis personas, y decimos nos dejó porque ahora nos enteramos que las
responsabilidades penales prescribieron en el año 2000. Y esto muy bien lo sabía
el Sr. Zamora y lo ocultó para poder seguir cobrando la cuota y pidiéndonos
dinero prestado.

El esfuerzo que hicimos durante todo este tiempo fue en vano. No le interesaba
al Sr. Zamora los viajes a la pcia. de Sgo. del Estero de donde regresábamos
destruidos después de recorrer la ruta, llegar al lugar del accidente, ver la
camioneta destruida, la indiferencia de un juez que poco le importaba la vida de
las personas, de un fiscal que nunca intervino en la causa, la impunidad con que
la policía y la concesionaria de peaje se desentienden del problema -ya que para
ellos es normal que los animales caminen por la ruta-.

Nada le importó al Sr. Zamora de nuestro dolor, él siguió adelante con sus
engaños y sus mentiras, hasta llegar a usar la muerte de nuestros hijos ante la
Justicia Electoral como justificativo de la renuncia de Marta a asumir la banca
como diputada (tenía que cuidar su imagen ante la prensa, no iba a ser que algún
periodista se preguntara por qué una diputada renunciaba antes de asumir).

Tampoco le importó usar a su hijo cuando les dijo a muchos integrantes del
movimiento de que Enrique lo estaba amenazando con hacerle algo al hijo si no
devolvía el dinero que le habíamos prestado y que él no estaba en condiciones de
devolver.

Y por último no le importó acusar al diputado Roselli ante los medios de prensa
y pedirle la renuncia por el sólo hecho de que Roselli le pidiera que nos
devuelva el dinero y que no cague a los amigos.

Esta es la historia de este señor que hoy se postula para el gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. Que va a aparecer en todos los medios denunciando a los
políticos corruptos. Que esta vez va a aparecer junto a su mujer Noemí Oliveto
porque el único fin que persigue con su postulación, es el de ubicar a su mujer
como diputada en la Ciudad de Buenos Aires. Así de esta forma poder seguir
viviendo los dos de la política, esa que él tanto repudia.

Con todo esto que nos pasó nos damos hoy cuenta que el Sr. Zamora es igual o
peor que aquellas personas a las que queríamos denunciar y que provocaron la
muerte de nuestros hijos y familiares.

Marta Castaño y Enrique Avila



PD: adjuntamos nota de la revista Noticias del 1.3.2003

título
La deuda no se paga


Dicen que Luis Zamora (53) no quiere pagar la deuda. No la que el FMI le reclama
a la Argentina, sino la que él mantiene con dos ex empleados -y ex amigos-
suyos. Los acreedores aseguran que todavía no devolvió un centavo. Él se declaró
en default. Ellos exigen 18.000 dólares, que al cambio actual serían 57.600
pesos. Él contraoferta, dicen, apenas 7.000 dólares, y encima "pesificados" a un
"cambio chatarra" de 1,20: es decir, 8.400 pesos. Ellos hoy viven de lo que
tenían ahorrado. Él gana un jugoso sueldo de diputado. Ellos lo amenazaron con
hacer pública esta historia. Él les aconsejó, aseguran, que mejor lo pensaran
dos veces. Ellos lo pensaron. Y avanzaron.
Yo acuso. ¿Quiénes son los acreedores? Enrique Ávila (46) y Marta Castaño (45),
marido y mujer, ambos ex militantes de Autodeterminación y Libertad (AyL) y ex
emplados de Zamora en el Congreso: Marta era secretaria suya y Enrique era el de
José Roselli (40), el otro diputado "zamorista" que fue expulsado de AyL en
diciembre pasado y desde entonces se maneja con autodeterminación y libertad
(ver recuadro). Marta y Enrique se fueron antes, en mayo, luego de reprocharle a
Zamora sus supuestos "tejes y manejes" en el Congreso. "Si no les gusta, se
pueden ir", dicen que respondió.
¿Cómo se originó la deuda que hoy reclaman, y que el propio Zamora, sin precisar
su monto, admitió públicamente? Hace seis años, la pareja lo contrató como
abogado, aunque no están nada conformes con sus servicios. Fue por esos tiempos,
aseguran, que Zamora empezó a pedirles prestado. Primero, 5.000 dólares en 1998
("nos dijo que tenía que pagar la hipoteca de la casa"). Después, 6.000 dólares
a fines de 1999 ("para hacer la escritura y la división de parcelas de un
terrenito suyo en Escobar, que lo iba a vender y luego nos pagaba"). Y por
último, 7.000 dólares en octubre del 2001, días después de dar el batacazo en
las legislativas de ese año ("nos dijo que era para cubrir gastos de campaña y
que cuando asumiera la banca, empezaba a pagarnos").
La suma da 18.000 dólares. De los cuales Marta y Enrique juran no haber recibido
un centavo. Y de los cuales Zamora, aseguran ellos, sólo reconoce 7.000. ¿Por
qué? En julio del 2002, harto de esperar, Enrique dice que aceptó "condonarle"
los dos primeros préstamos (11.000 dólares) para que al menos les devolviera el
tercero. Los acreedores ahora se arrepintieron de ese ofrecimiento, pero Zamora,
abogado al fin, parece haberlo tomado al pie de la letra. Con un agregado
curioso: 7.000 dólares, pero "pesificados" a un cambio de 1,20 (peor incluso que
el del "corralito"). Eso dicen que les ofreció el trotskista, quien, para más
datos, es autor de un proyecto de ley contra la pesificación.
¿Por qué se demora tanto en pagarles? "No puedo, no tengo plata, no estoy en
condiciones", dicen ellos que les responde Zamora ante cada nuevo reclamo. Marta
y Enrique incluso recurrieron al diputado José Roselli, hoy desterrado del
partido, para que "ablandara" al líder de AyL. Aunque Roselli está convencido de
que fue ese intento mediador el que determinó su expulsión. Del otro lado,
Zamora también hizo gestiones. Al menos eso es lo que aseguran, a dos voces,
Enrique Ávila y su psicóloga Alicia Terán (sí, su psicóloga). Parece una
historia de locos, pero Enrique y Terán cuentan lo siguiente: que a ella la
llamó un prestigioso psicólogo y amigo de Zamora, con más vocales que
consonantes en su apellido, para que disuadiera a su paciente de ventilar en
público el tema de la deuda y otros igualmente incómodos. "¿Vos podés pararlo?",
jura Terán que le preguntó su eminente colega en nombre de Zamora. La mujer
asegura que cortó indignada.
Sin respuesta. NOTICIAS intentó comunicarse con Zamora, pero el candidato a nada
no devolvió los repetidos llamados. Hubiera sido interesante conocer su versión
sobre ese supuesto "apriete psicológico", y también sobre otras acusaciones que
le lanzan sus acreedores. Por ejemplo: ¿es cierto que Enrique Ávila tuvo que
insistir en que lo den de baja después de renunciar, porque en AyL pensaban
seguir cobrando ese sueldo en nombre suyo, por así decirlo? ¿O es verdad que
algunos de los empleados que Zamora nombró en el Congreso ni siquiera trabajan
en ese espacio físico, y que la mayor parte de sus sueldos queda en manos del
movimiento? El "expulsado" diputado Roselli asegura que puede dar fe: de un
total de 8.000 pesos (4.000 de sueldo más pasajes y gastos reservados), Roselli
dice que lo dejaban quedarse con 2.500 y que "aportaba" todo lo demás a AyL.
¿Es casualidad que el hombre que renunció a competir en las presidenciales sea
el mismo que hoy le rehúye a sus compromisos económicos? Marta y Enrique, los
acreedores, vuelven a la carga: "Hace poco nos enteramos de que Zamora siempre
tuvo una relación medio extraña con el dinero. Por ejemplo, él hace bandera con
eso de que renunció a la jubilación de privilegio cuando terminó su mandato de
diputado del Movimiento Socialista de los Trabajadores, en 1993. Y la verdad es
que el MST tuvo que pagarle una renta mensual de 4.500 pesos, que era igual a
esa jubilación de privilegio". Es una acusación fuerte, aunque no le endilguen
nada reñido con la ley.
NOTICIAS llamó a una fuente inobjetable del ex partido de Zamora. El hombre,
miembro de la dirección del MST, dijo lo siguiente: que "renunciar a la
jubilación de privilegio no fue un mérito de Zamora, sino una norma de nuestra
organización". Que Zamora "debería reconocer que del '93 al '97 no vivió de la
venta de libros, como él siempre dice", y que "cobraba una renta importante",
aunque sin especificar el monto. Que en 1997 el MST trató de "hacer un ajuste de
esa renta", y que eso, más algunas oportunas "diferencias políticas", determinó
el quiebre de Zamora con el partido. Entre esas diferencias, se sonríe la
fuente, estaba la declamativa oposición del trotskista a los "rentados". Lo dice
un cuadro de conducción del MST.
Al parecer, Zamora debe más que un puñado importante de dólares. Está en deuda
con su discurso.

Franco Lindner


Recuadro
Roselli - El mediador

El diputado José Roselli, alias "Cuero" o "El Mudo", perdió quince kilos y
sufrió una úlcera en el estómago luego de su traumática separación de Zamora en
diciembre del 2002. Por esos días, un comunicado de AyL explicó que lo
expulsaban del movimiento por "graves transgresiones ético-políticas", entre
ellas el apoyo "inconsulto" de Roselli a un proyecto de Saúl Ubaldini y a varios
otros de diputados menemistas y duhaldistas. Pero la versión de "Cuero" es bien
distinta. Según él, los problemas empezaron cuando a él se le ocurrió hacer de
"mediador": le reclamó a Zamora el pago de la deuda que el líder trotskista
mantiene con Enrique Ávila y Marta Castaño. Zamora, dice, sugirió hacerlo con
fondos del movimiento. "No, el movimiento no tiene nada que ver. Esa es una
deuda personal tuya", asegura Roselli que le contestó a su jefe. A lo cual
Zamora, siempre según Roselli, dijo: "Vos tenés que cuidarme las espaldas,
Cuero". En simultáneo con la expulsión de Roselli, AyL le exigió la "devolución"
de su banca. El diputado correntino se negó. Y tampoco piensa mudarse de su
escaño, al ladito del de Zamora. "Que se cambie él, a mí no me mueven de acá",
desafía. La pelea promete nuevos capítulos.

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