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¿Negoció Saddam un plan de huída con la CIA?
Por Tato - Friday, Apr. 18, 2003 at 5:53 AM

Una sospecha que crece: (IAR)14/04/03 - Una versión que empezó a cobrar cuerpo durante las últimas horas sostiene que el ex presidente iraquí negoció una "débil resistencia" de sus tropas en Bagdad a cambio de su huída y la de su Estado Mayor. Este acuerdo habría posibilitado que Saddam y su entorno "desaparecieran" sin dejar rastros con sus fortunas a salvo y sin la vergüenza de la capitulación. Y que las tropas de EE.UU. ingresaran rápidamente a la capital iraquí como "claros vencedores" en el plano militar.

En momentos en que la última línea defensiva del régimen de Saddam parece tocar a su fin en Tikrit, crecen distintos rumores y versiones sobre su paradero y el de sus principales funcionarios.
Desde antes del inicio de las operaciones militares, la CIA y la inteligencia norteamericana venían desarrollando operaciones especiales dentro de territorio iraquí.
Las mismas se orientaban principalmente a descabezar el régimen de Saddam, quebrar su cadena de mandos, producir rendiciones y deserciones en las fuerzas regulares iraquíes, y anular la capacidad de control del régimen sobre la estructura militar-defensiva del país.

El propio Pentágono había revelado al principio de la guerra que la inteligencia norteamericana mantenía contactos con altos jefes de la cúpula militar iraquí, interesados en formar parte de un poder militar post Saddam.

Al comienzo de la guerra el Pentágono cambió sus planes iniciales de ataque aéreo relámpago y masivo por "bombardeos selectivos" a blancos estratégicos del poder militar iraquí, acompañando la ofensiva y el despliegue de sus blindados y tropas terrestres hacia Bagdad.

Su estrategia operativa buscaba conseguir la rendición o forzar una negociación de capitulación del ejército regular iraquí creando las condiciones internas para una revuelta con posible asesinato de Saddam.

Simultáneamente, y a través de cadenas internacionales como la CNN, se implementaban campañas de acción psicológica dirigidas a desmoralizar y quebrar a los mandos militares de resistencia iraquí y promover una revuelta interna que terminara con la vida de Saddam.

En cuanto al plan defensivo iraquí, todas las fuentes de inteligencia militar coincidían en que el Consejo de Mando de la Revolución (CCR), principal instancia dirigente del poder iraquí que controlaba Irak, había decidido dividir el país en cuatro zonas militares lideradas por comandantes leales a Saddam Hussein.

Estas regiones según esos informes de inteligencia, se dividían en una región central de Irak, en la que se incluía a Bagdad, que estaría bajo el mando del hijo del presidente, Qusai Husein, mientras que la zona norte sería dirigida por el número dos del Régimen, Ezzat Ibrahim, y el sur estaría bajo las órdenes de Alí Hasán Al Majid, influyente miembro del CCR y primo de Saddam Husein, que fue dado por muerto por las fuerzas aliadas.
La región de Al Furat al Awsat al sur de Bagdad, estaría al mando de Mizban Jader Hadi, miembro del Consejo de Mando de la Revolución.

En cada una de estas zonas militares las fuerzas leales a Saddam Husseim representadas por la Guardia Republicana, la Guardia Republicana Especial, miembros del Partido Baath y los Fedayines crearían anillos defensivos cerca de los principales centros urbanos con el objetivo de enfrentar a las fuerzas invasoras y evitar el avance hacia la capital del país.

La plaza defensiva central se situaría en Bagdad dividida en tres anillos defensivos, cuya última línea establecida en el centro de la ciudad estaría defendida por la Guardia Presidencial y los combatientes del Partido Baath.

Los estrategas del Pentágono preveían dos escenarios en el desarrollo de la batalla final por el control de Bagdad.
En una primera fase, cercar Bagdad con las tropas y blindados, lanzar una ofensiva área demoledora y masiva sobre los últimos bastiones de Saddam, y desde ahí forzar una rendición incondicional del régimen, al menor costo posible de bajas civiles y militares.

De fracasar esta operación,y en una segunda fase, las fuerzas terrestres ingresarían a Bagdad, luego de que la Fuerza Aérea y los buques y submarinos lanzamisiles de las flotas de los portaaviones terminaran de "limpiar" el terreno con sus misiles. Este era el escenario más temido por los EE.UU. dado que su desarrollo implicaría una masacre militar de proporciones incalculables.

En el curso de las operaciones de toma de Bagdad ninguna de estas fases se cumplieron. Las fuerzas invasoras de la coalición, después de combates esporádicos con fuerzas desmembradas, entraron casi sin resistencia a Bagdad.

¿Dónde estaban los equipos militares y los 50.000 efectivos de fuerzas especiales comprometidos en el plan de defensa iraquí?
Los sostenedores de la teoría de la negociación de Saddam con la CIA resumen esta versión diciendo que ni a EE.UU. ni a Saddam les convenía un escenario de masacre.

El ex hombre fuerte de Irak había fracasado en su intento de provocar reacciones o levantamientos en el mundo árabe, y se encontraba solo y rodeado. Resistir sólo conducía a la muerte, y Saddam nunca tuvo vocación de suicida. Su vida política la construyó negociando, particularmente con EE.UU. y la CIA.

En cuanto a Estados Unidos, la capitulación de Irak en una guerra de corta duración y con la menor cantidad de muertes civiles y militares, era el escenario ideal para sus objetivos estratégicos económicos y geopolíticos en la región.
En términos descarnados de resultado militar, no era lo mismo para Bush, el Complejo militar Industrial y las corporaciones de Wall Street apoderarse de Irak con un alto costo en vidas humanas, que con un bajo costo en vidas humanas.

Ello le posibilitaría neutralizar las reacciones internacionales en contra, y contener las maniobras dentro de la ONU de las potencias capitalistas (China, Rusia, Francia, Alemania, etc) que buscan su tajada de negocio con el petróleo y la reconstrucción de Irak.

Un acuerdo para bajar la resistencia a un nivel mínimo era de conveniencia mutua para ambos sectores.

Saddam y su entorno salvarían la vida y sus fortunas sin la verguenza de la capitulación, y los EE.UU. ingresarían a Bagdad como claros vencedores en el plano militar.
Un Saddam capturado podría convertirse en una peligrosa "bandera de lucha" para el mundo árabe y musulmán. Un Saddam muerto o desaparecido sería el escenario ideal para lidiar con la ocupación de Irak.

De acuerdo a como se desarrollaron los hechos de la toma militar de Bagdad, esta versión no parece muy lejana de la realidad.

Si Saddam y su cúpula no aparecen durante los próximos días, habría que empezar a pensar que su famosa "carta en la manga" no era otra cosa que un acuerdo con la CIA que le permitiera disfrutar de una tranquila jubilación.
Y pensando, tal vez, que para un dictador vivo siempre puede haber otra oportunidad.

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guerra eerick Tuesday, Dec. 16, 2003 at 12:54 PM
Ahora comienza la lucha por la liberación xxx Friday, Apr. 18, 2003 at 1:34 PM
Al final Saddam va a quedar bien xxx Friday, Apr. 18, 2003 at 12:56 PM
Buen análisis xxx Friday, Apr. 18, 2003 at 11:56 AM