“Nadie educa a nadie, nadie
se educa a sí mismo;
los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo”
Paulo Freire.
INTRODUCCIÓN
En el texto de Giroux y Penna, “Los profesores
como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del
aprendizaje” , se destaca el hecho evidente de que las escuelas
son instituciones sociopolíticas, y hace alusión a unas
cuestiones que plantea R. Tyler: “¿Deberían las
escuelas formar a los jóvenes para que se adapten a la actual
sociedad tal como ella es de hecho? O, por el contrario, ¿Tiene
la escuela la misión revolucionaria de formar a los jóvenes
que tratarán de mejorar esa misma sociedad? (1)
Según una encuesta realizada en una escuela
rural (ubicada en el Alto Valle, a seis kilómetros de la ciudad
de Allen, con una población de clase baja, hijos de peones
rurales, inmigrantes chilenos que tratan de insertarse en la sociedad
argentina), sobre qué función cumple la escuela y qué
se espera de ella, el 90 por ciento de los padres contestó:
educación, disciplina, respeto, preparación adecuada
para el secundario (aunque muchos mandan a sus hijos a trabajar en
las chacras en lugar de seguir estudiando), continuidad, no paros.
A buen entendedor se ve una clara tendencia a la educación
tradicional y de adaptación, se asemeja al análisis
de educación que realiza Bernstein (citado en el texto de Giroux):
... “los estudiantes aprenden valores y
normas destinados a producir “buenos” trabajadores industriales,
interiorizan valores que acentúan el respeto por la autoridad,
la puntualidad, la limpieza, la docilidad y la conformidad”.
Entonces ¿qué deben hacer los maestros
rurales rionegrinos? ¿Qué propuesta pedagógica
implementar? ¿Preparar ciudadanos (mano de obra barata) para
adaptarse a la sociedad actual, cada vez más consumista e individualista
o para transformarla?
Se analizarán opiniones y presupuestos teóricos
y metodológicos de algunas tendencias pedagógicas, para
arribar a conclusiones que orienten a los docentes y directivos de
las escuelas a determinar qué orientaciones educativas brindar
a sus alumnos.
EL MODELO NEOLIBERAL
Los neoliberales definen un conjunto de estrategias
orientadas a transferir la educación de la esfera de los derechos
sociales a la esfera del mercado. Para ellos, la crisis educacional
es, antes que nada, una crisis de eficiencia, eficacia y productividad
derivada del inevitable efecto perverso al cual conduce la planificación
y el centralismo social. (Gentili y da Silva, 1994). Consideran que
las instituciones escolares deben funcionar como pequeñas empresas
productoras de servicios educacionales y asumir los principios de
probada eficacia para alcanzar cierto liderazgo en cualquier mercado.
McDonaldizar la escuela supone pensarla como una institución
flexible que debe reaccionar a los estímulos (las señales)
que emite un mercado educacional altamente competitivo. (2)
En este modelo de organización social, la escuela
tiene por función, en la perspectiva de los hombres de negocios,
la transmisión de ciertas habilidades y competencias necesarias
para que las personas se desempeñen competitivamente en un
mercado de trabajo altamente selectivo y cada vez más restringido.
La buena educación escolar debe garantizar las funciones de
selección, clasificación y jerarquización de
los postulantes a los futuros empleos. Para los neoliberales, en esto
reside la “función social de la escuela”. (Gentili,
1995).
¿INVERSIÓN O BIEN DE CONSUMO?
En su libro “El capital humano”, Sara
Finkel plantea esta pregunta y dice que la ideología dominante
de los organismos educativos nacionales e internacionales se podría
definir como:
...”la inversión en educación es productiva cuando
sólo son aquellas habilidades, conocimientos y atributos adquiridos
por el hombre y capaces de aumentar la capacidad de trabajo”.
Desde la producción capitalista, la educación
tiene relevancia económica sólo y cuando contribuye
a aumentar la productividad de los trabajadores productivos. No es
el contenido de la educación lo que determina por sí
mismo su carácter productivo sino la inserción de éste
en la producción. Define así la educación como
consumo, si refleja valores tradicionales y la educación como
inversión, si responde a una concepción moderna, eficiente
y es funcional para el desarrollo.
Este enfoque de la educación, aún con
los años, no pierde vigencia en la sociedad actual, ya que
a menudo se escucha la pregunta que 2.300 años atrás
, un joven estudiante de geometría preguntó a Euclides:
“¿Qué es lo que ganaré aprendiendo estas
cosas?”. El maestro llamó a su esclavo y le dijo: ”
Dale unas monedas, pues parece que éste debe ganar algo con
lo que aprende”. (3)
Por otra parte, Adriana Puigross, señala que
los criterios de reclutamiento utilizados por los empleadores no responden
a políticas globales ni a acuerdos establecidos entre el sector
privado y los organismos gubernamentales destinados a capacitar recursos
humanos, ni tampoco a convenios entre empresarios o a los directivos
de las empresas estatales. La demanda de capacitación responde
a una serie compleja de factores, entre los cuales parece jugar un
papel determinado la cultura general, pero a ello se le agregan elementos
de personalidad, experiencias y capacidad de adaptación.(4)
EQUIDAD VERSUS POLÍTICAS SOCIALES
Las sociedades sostienen las escuelas por razones
que se encuentran entre dos extremos: por una parte, porque contribuyen
a reproducir el orden social; por otra, por la esperanza de que pueden
contribuir a mejorar ese orden. Las escuelas caminan orientadas así
entre el pasado y el futuro. Su tarea no es sólo preservar
el pasado, sino construir el futuro. En la escuela se aprende de los
maestros, de los compañeros de clase, de los libros, del ejemplo
de los adultos, de la forma en que se organiza y lleva a cabo la tarea
escolar, de muchas cosas. Se aprende una relación con el conocimiento
y con la realidad a la que ese conocimiento se refiere y sobre la
que se le permite actuar. Se aprenden formas de relaciones con otras
personas. Se aprenden ideas sobre uno mismo, sobre nuestro lugar en
la estructura social, en la vida y en el mundo, se desarrollan esperanzas
y expectativas, se adquieren habilidades.(5)
El número de personas que vive bajo la línea
de pobreza en América Latina aumentó de 136 millones
en 1980 a 204 millones en 1997, y no ha disminuido en términos
porcentuales. Porque las condiciones de vida de los más pobres
son tan limitantes del bienestar, de las capacidades y libertades,
todas las personas en Latinoamérica quieren que sus hijos tengan
oportunidades que les permitan desarrollar capacidades para que su
lugar en la estructura social no sea librado al azar. De este modo
todos los padres tienen expectativas de que sus hijos tengan oportunidades
educativas que les permitan satisfacer sus necesidades y vivir con
bienestar y destinan parte de sus recursos, por modestos que sean,
para que sus hijos desarrollen capacidades que les permitan ser libres
y vivir bien; todos esperan que las escuelas les ayuden en esta tarea.
La tarea de la política social no es preocuparse
de las fuentes de la desigualdad, que se encuentran en la base del
sistema y, por lo tanto, más allá de su campo de acción.
Este esfuerzo de delimitación de las áreas legítimas
de actuación no implica negar la conveniencia de que la política
económica sea manejada según objetivos de naturaleza
social.
Como derivación de la confusión limítrofe
y de los campos de acción de ambas políticas, suelen
plantearse alternativas como enseñar a pescar a quienes tienen
hambre en lugar de entregar pescado. La propuesta tiene la fascinación
de la sabiduría oriental. Pero ¿cuáles son su
implicancias concretas? Se ha repetido muchas veces que la lógica
de funcionamiento de las economías latinoamericanas tiende
a cerrar el acceso a sectores de la población en el mercado
formal de trabajo. Cuando se habla de “enseñar a pescar”,
¿se busca revertir esa tendencia desde la política social?
Si es así se trata de una pretensión insostenible. La
política social cumple el objetivo de invertir en recursos
humanos ( que puede interpretarse como enseñar a pescar) pero
necesita que el sistema productivo esté en condiciones de demandar
ese personal, que haya un “río que tenga peces”,
siguiendo la metáfora (Sergio España).
TODOS PUEDEN APRENDER
Últimamente se presentan dos líneas
de pensamiento que confluyen en la vinculación pobreza-riesgo
escolar. De un lado, el progresista, se viene escuchando con cierta
frecuencia la aplicación del concepto de educabilidad, no ya
como condición innata de todo ser humano, sino como resultado
de las condiciones sociales previas a la escolarización de
cada niño. Hay incluso quienes buscan el indicador que permita
identificar el número de niños “por debajo de
la línea de educabilidad”. Del lado del ultraliberalismo
el concepto es el darwinismo, es decir, la presunción de que
hay factores sociales y culturales que terminan tornándose
en genéticos, al punto de predeterminar el futuro de los niños
(¿idea de los padres y maestros rurales?). En definitiva, unos
desde el reconocimiento del drama social, otros desde la exaltación
de lo orgánico, ambos coinciden en relativizar las posibilidades
de éxito de los más pobres.
Por eso resultan tan importantes las contribuciones
de las experiencias e investigaciones que analizan las causas del
éxito en el rendimiento y escolarización de alumnos
de sectores postergados, como la disponibilidad de libros en las aulas,
la cercanía de la escuela, el transporte, la adecuación
en la propuesta curricular o la educación preescolar, todos
ellos muestran fuerte incidencia sobre las posibilidades educativas
de los alumnos, a pesar de los difíciles puntos de partida
familiares.
Esta síntesis del trabajo sobre Políticas
sociales en América Latina, escrito por Sergio España,
hace referencia también al plan que se puso en marcha progresivamente
en escuelas rurales de nuestro país, a partir de 1996, y que
permitió a los alumnos insertarse sin problemas en las escuelas
secundarias urbanas.
EDUCAR AL SOBERANO
Quienes entienden que la escuela es la única
que puede garantizar la educación del pueblo, lo hacen partiendo
de la convicción de que la educación escolar posee un
potencial transformador y que “La escuela cumpliría la
parte que le corresponde en esa trasformación con la eficiencia,
para garantizar a las clases populares la adquisición de conocimientos
que favorezcan su inserción en la dinámica más
general del cambio” (Melo, 1985). Para que esto sea posible
es preciso que deje de ser “selectiva e Incompetente”
lo cual sólo puede lograrse trabajando “dentro de ella
para aumentar significativamente las oportunidades de acceso y los
años de permanencia de las clases populares en el sistema de
enseñanza”.
En la tarea histórica de constituir al pueblo
como fuerza real efectiva, la educación popular ocupa un lugar
estratégico y ello nos obliga a ser precisos en la definición
de sus objetivos y en la identificación de sus destinatarios.
Este texto extraído de: “Poder político
y educación popular” de José Tamarit, nos acerca
a la idea de escuela transformadora, así como lo expuso Henry
Giroux, en la conferencia que dio en el congreso nacional organizado
por la Asociación de Diarios de la República Argentina
(Córdoba, 2000):
... “ lo que se analiza aquí es la necesidad de educar
a los alumnos con el conocimiento y habilidades que necesitarán
para participar en el mundo público, para ser actores de un
gran escenario y participar en la conversación pública
que prevalece acerca de temas educativos, políticos, sociales
y culturales. Esto sugiere prácticas educativas que conecten
el pensamiento crítico con la acción colectiva, el conocimiento
y poder con una impaciencia profunda con respecto al status quo, y
a la mediación humana para la responsabilidad social. Las escuelas
deben proporcionar a los alumnos posibilidades de pensamiento crítico,
de ciudadanía social y una vida democrática vigorosa”.”Los
docentes deben poder discutir las formas de pedagogía que cierran
la brecha entre la escuela y el mundo real. El currículo debe
estar organizado alrededor del conocimiento que se relaciona con las
comunidades, las culturas y las tradiciones que dan a los estudiantes
un sentido de historia, identidad y lugar”.
LA TRAGEDIA EDUCATIVA
Por último se considera el texto de Guillermo
Jaim Etcheverry: “La Tragedia Educativa”, porque describe
la crisis de la educación en nuestro país.
En la sociedad actual cada vez se privilegia más
lo útil, lo que sirve para trabajar, frente a lo que se considera
ocioso saber perimido. Los medios han ido invadiendo a los niños,
y los padres y docentes se enfrentan a una lucha desigual, porque
el deseo de vender es mucho más poderoso que los valores familiares.
Uno de los objetivos de la cultura popular contemporánea es
eliminar las dificultades, simplificarlo todo. ¿Una obra maestra
de la literatura o una sinfonía parecen complejas? Hoy esto
no es un problema. La maquinaria de la cultura popular contemporánea
cuenta con poderosas herramientas que permiten “procesar”
las grandes creaciones del hombre para despojarlas de ambigüedades,
quitarles los matices y todo vestigio de sutileza. Ante la sola sospecha
de dificultad, se ponen en marcha los aceitados mecanismos de la simplificación.
Una obra de arte se usa como material para generar fantasías
que permiten pasar un rato divertido. Cada día estamos más
expuestos a esta cultura pasteurizada, papilla intelectual que prolonga
la lactancia de una vida fácil, sin esfuerzos, y de una estúpida
jovialidad. La preocupación central de nuestra sociedad es
que lo que aprendan los jóvenes les “sirva”, pero
en beneficio económico (modelo neo-neo ).
Se necesita recibir señales permanentes de
la cultura que perduren más allá del espejismo fugaz
de la fama. Para ello, la dirigencia debería abandonar el culto
al éxito que dominó en los años ochenta, y que
identifica el triunfo y la sabiduría con el dinero y el poder.
CONCLUSIONES
Al considerar diferentes textos y opiniones se pone
de manifiesto la polaridad de las intenciones al educar. Si se educa
a los alumnos para adaptarse a la sociedad y sólo para el trabajo,
como sostienen muchos, se corre el riesgo de preparar graduados obsoletos,
ya que, como va la historia, nadie sabe muy bien cuáles serán
las categorías laborales del mundo en menos de una década
(6). Por otra parte se pierde el sentido de la cultura, los valores
, el esfuerzo, y se hace factible que sus mentes comiencen a trabajar
exclusivamente dentro de los límites de los medios mediante
los que son educados. Desgraciadamente, el modelo neoliberal y sus
variantes, con algunas pequeñas diferencias, es el discurso
político actual, cualquiera sea su tendencia partidaria, y
la sociedad en general lo sostiene aunque no esté de acuerdo
con él.
Si, por el contrario, se cae en el extremo de construir
una educación inclinada hacia la intolerancia y la violencia,
hacia la interrupción de los procesos, la inestabilidad y la
crítica por la crítica misma, se corre el riesgo de
formar “inadaptados” y no transformadores de la sociedad.
Si bien, el educar para el trabajo es más una
tarea de la educación secundaria, en el medio rural muchas
veces la educación básica o primaria es la única
a la que se accede. Además los análisis realizados por
los grandes organismos de las Naciones Unidas y por los datos aportados
por todos los informes de la UNESCO, el gran problema es el tipo de
futuro que le espera al mundo rural y la educación que va a
ser necesaria para esas poblaciones que, hoy en día, son más
de la mitad de la humanidad. Con otro problema grave: ¿Quién
tiene la capacidad de diseñar y elaborar esa estrategia?
Entonces, ante el peligro de que la educación
se convierta en una forma de ganarse la vida y deje de ser una experiencia
que permita el derecho al conocimiento, necesidad básica del
ser humano, los docentes junto a los padres deben sentarse a construir
una escuela que sirva como espacio de resistencia de la cultura dominante,
no se trata sólo de aprender a vivir en sociedad sino a cambiarla
cuando sea necesario, no se puede responder a un niño : no
pierdas tiempo aprendiendo estas cosas, no son rentables.
Hay que recordar que en la tarea histórica
de construir al pueblo como fuerza real efectiva, la educación
popular ocupa un lugar estratégico y que ello nos obliga a
ser precisos en la definición de sus objetivos, en la identificación
de sus destinatarios y sobre todo en la formación de personas
libres, capaces de elegir el estilo de vida que llevarán.
Para finalizar se transcriben los conceptos de Jacques
Delors que resumen la idea del autor de este trabajo:
“Al final de un siglo caracterizado por el ruido y la furia
tanto como por los progresos económicos y científicos
–por lo demás repartidos desigualmente -, en los albores
de un nuevo siglo ante cuya perspectiva la angustia se enfrenta con
la esperanza, es imperativo que todos los que estén investidos
de alguna responsabilidad presten atención a los objetivos
y a los medios de la educación.”
NOTAS
1- También citado en el mismo texto, el educador
Paulo Freire afirma que: “ No hay nada parecido a un proceso
educativo neutral. La educación, o bien funciona como un instrumento
utilizado para facilitar la integración de la generación
más joven dentro de la lógica del sistema actual y obtener
su conformidad al mismo, o bien se convierte en “la práctica
de la libertad”, en virtud de la cual hombres y mujeres se enfrentan
crítica y creadoramente con la realidad y descubren la forma
de participar en la transformación de su propio mundo”
2- En el texto se compara a la escuela con los fast
food. Dice que tienen un punto en común: ambos existen para
dar cuenta de dos necesidades fundamentales en las sociedades modernas:
comer y ser socializado escolarmente. La escuela pensada y diseñada
como una institución prestadora de servicios, debe asumir los
principios de probada eficacia para alcanzar cierto liderazgo en cualquier
mercado.
3- Mencionado en “La Tragedia Educativa”
de G. Jaim Etcheverry.
4- Al hacer referencia a educación-trabajo,
la autora plantea que las instituciones educativas no proporcionan
una adecuada formación básica, conservan orientaciones
laborales vigentes treinta o cuarenta años atrás y utilizan
un discurso lineal y rígido incapaz de preparar al estudiante
para adaptarse a la variedad de situaciones sociolaborales, científicas
y tecnológicas que se le presentan.
5- Síntesis de un artículo aparecido
en la Revista Iberoamericana de Educación número 23,
publicación monográfica cuatrimestral editada por la
OEI, escrito por Fernando Reimers Arias:”Educación, desigualdad
y opciones de política en América Latina en el siglo
XXI”.
6- Del libro de G. Jaim Etcheverry: La tragedia educativa.
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