Antes de empezar, una aclaración: mientras terminaba estas líneas, llegaban noticias de nuevas masacres en nuestra hermana Bolivia. No siento fuerzas para seguir escribiendo, y mi corazón, como el de todos nosotros, está con ellos. Así que aquí va, a medio hacer y todavía sin los links, la semana política K en Argentina.

La semana política K: Sobre olvidos y memorias.


La memoria no es simplemente una máquina donde se acumulan hechos pasados; es sobre todas las cosas un patrimonio social cambiante, que avanza y retrocede según varios factores, entre ellos la situación política y social y la injerencia de los medios de comunicación.

Lo que hoy parece olvidado, mañana se puede recordar nuevamente si las condiciones cambian. Un ejemplo de ello son las numerosas actividades que para este 11 y 12 de Octubre prepararon los pueblos originarios de nuestro país, recuperando tradiciones y resistencias que muchos creían enterradas bajo las balas de 511 años conquista y toneladas de historiografía inspirada en la revista Billiken.

Aquí presentamos algunos recuerdos y olvidos sobre los últimos acontecimientos de la realidad política nacional. Las declaraciones de Beliz y la situación en Santiago del Estero, los ejercicios del Aguila III y la política de Bush. Junto a ello, la masacre de Jujuy y la resistencia del pueblo Boliviano. Y para terminar, en la sección última cosa, una perlita mediática.


Beliz: transversalidades y narcóticos.

El que sufrió un ataque de memoria esta semana, fue el angelical ministro Beliz. Esta vez coronó su ofensiva contra el comisario Giacomino, señalando que los 90 el país estuvo dominado por una "narcodemocracia" donde se compraban y se vendían leyes. A las pocas horas de declarar, se desató una hola de reacciones; desde los propios acusados hasta la oposición, y sobre todo el gobierno, salieron a contener la nueva "metida de pata" del ex-menemista. Los Fernández, el dúo dinámico ministerial, pidieron "prudencia" al ministro, pero la declaración ya estaba hecha.

No es la primera vez que Beliz se va de boca. Durante su cargo como ministro del interior en el gobierno de Menem, declaró en una charla con una periodista que estaba metido en "un nido de víboras". Pocas horas después de pronunciar la frase se dio cuenta de que se había zarpado e intentó frenarla; se comunicó con el diario, explicó que era una boconeada y pidió que por favor no la publiquen. No hubo caso; sus declaraciones saltaron a la tapa de todos los medios y las víboras no tardaron en reaccionar poniendo los zapatos blancos de Beliz en la calle.

Así que el Ministro tiene antecedentes en no medir sus palabras. Esta vez, subido al caballo de los "vientos de cambio" se lanzó nuevamente contra sus antiguos aliados, quizás rememorando e intentando reivindicar su anterior desboque y golpeando, de paso, al viejo aparato peronista con el que se siente enfrentado. La reacción ordenada por Kirchner, los paños fríos y el reto público y oficial al ministro, pueden ser entendidos como una marca a los límites de la llamada "transversalidad" y renovación de la política.

Como un símbolo de esos límites, casi al mismo tiempo en que Beliz hacía esas declaraciones, Kirchner compartía un asado con Duhalde en la quinta de San Vicente, todo un icono de la narcodemocracia.

En otro rincón, un oscuro diputado del PJ -de quién sintomáticamente no recuerdo ni el nombre- explicaba en un no menos oscuro programa de televisión por cable que el congreso no analizaba la intervención a Santiago del Estero no por decisión propia, sino porque el extenso y lapidario informe elaborado por funcionarios del poder ejecutivo era, hasta el momento, de carácter anónimo. Nadie se hizo cargo de firmarlo. Y como respondiéndole sin nombrarlo, Aníbal Fernández declaró que "El Gobierno está trabajando, analizando y viendo cómo evoluciona el caso de Santiago del Estero".

Quizás, ambos hechos signifiquen una cosa; ponerle un límite a los gestos el primero, y señalar los límites que esos gestos, fuertes al principio, tienen en la acción. Quizás sea también un olvido de las promesas de renovación moral (léase con tono Carrió) y una declaración del principio que rige el trasfondo de estos entredichos: lavarse la cara sí, pero con el aparato, no te metas.


Maravillas del estilo K.


El vendaval pro-gubernamental, lleva a un estado de optimismo extremo entre las filas de los medios de comunicación. Hasta Hadad abandonó su derechismo extremo para hacerse pro-k. En este caso, dominada por la algarabía, la memoria actúa sumida en la amnesia; el efecto k hace que lo que se publicó un día sea olvidado al otro, y que los diarios no tengan ningún problema en contradecir lo que sostenían ayer.

En la tapa de todos los medios y especialmente en Clarín se anunció esta semana que bajó la indigencia; 500.000 personas dejaron el último escalón de la supervivencia para pasar a ser simplemente pobres.

La buena noticia, que el mismo Clarín olvidó en el camino, es que no es la primera sino la segunda vez que baja la indigencia en este año. En Junio habían dejado esa penosa condición 1.098.000 personas según las cifras del Ministerio de Economía publicadas en el Clarín del 11-06-03). Y ahora, dejaron de ser indigentes unas 507.000 personas (Clarín 10-10-03). El resultado total, sumando las dos publicaciones de Clarín, es de 1.605.000 personas menos que dejarán de sufrir condiciones extremas de supervivencia.

Lo único extraño del caso es que en Junio la cifra de indigentes que difundía el gobierno en Clarín era de 8.835.000 personas (una cifra discutida entonces por el INDEC) y que la que difunde el mismo diario y el mismo ministro hoy es de 9.020.000 habitantes en esa condición, tomando en cuenta los supuestos 507.000 menos.

Que pasó en el medio, si Lavagna aceptó los números del INDEC, o si hubo una suba súbita en los incides de indigencia, nadie lo sabe. Quizás, como los cálculos se hacen no en base a cambios reales en la situación de la gente sino en leves bajas del costo de la canasta familiar, los números hayan sufrido una extraña metamorfosis.

El caso es que la perdida de memoria, a veces, ni siquiera respeta la aritmética elemental.



Olvido imperial


A veces también el olvido actúa desconectando las relaciones entre diferentes hechos que se dan casi al mismo tiempo. Se trata de un olvido transversal, para estar a la moda y no decir semántico, que suena feo.

Mucha gente vivió con alivio y alegría que se hayan suspendido los ejercicios militares con tropas norteamericanas en nuestro país, conocidos como Aguila III. Los marines pretendían entrar en nuestro territorio con inmunidad diplomática, y que las críticas y la campaña realizada por diferentes sectores hizo retroceder al gobierno, despertando cierto malestar en la administración norteamericana.

Pocos medios dieron cuenta, en cambio, que el gobierno acaba de firmar el decreto que autoriza ejercicios navales conjuntos, conocido como UNITAS.

Mucho menos que los ejercicios forman parte de un plan estratégico en la región, que apunta a fortalecer el dominio militar de los Estados Unidos en la zona. Que esto no se trata de una elucubración de madrugada lo confirmó el mismo gobierno norteamericano; David Aufhauser, del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, donde trabaja encargado de la prevención de financiamiento a terroristas declaró esta semana al New York Times que en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, se vive un matrimonio de "drogas y terror", y que "la Casa Blanca prevé que operaciones antiterroristas en esa zona comiencen a rendir sus frutos en el corto plazo". Según la versión de este funcionario, desde allí se estaría financiando a "Hezbollah, Hamas y otros grupos extremistas musulmanes".

Como parte de la ofensiva, George Bush anunció una intensificación de las hostilidades con Cuba. Además de reforzar la prohibición de que los norteamericanos viajen a la isla, el presidente yanqui declaró que se intensificará la producción de propaganda pro-norteamericana por todos los medios que sean necesarios, y que se facilitará la migración de cubanos hacia los Estados Unidos. Pero lo mas inquietante, es que en su discurso anunció la formación de un "comité asesor" encabezado por Collin Powell y Mel Martínez, un funcionario del gobierno con buen diálogo con los sectores anticastristas que presenciaron el discurso y exigen a Bush la invasión militar de la isla.

Casi al mismo tiempo Bielza, será el primer canciller argentino que viajará a Cuba, desde la última vez que lo hizo Dante Caputo. En su viaje, el funcionario declaró que intentaría entrevistarse con opositores al gobierno cubano, la mayoría de ellos financiados por Norteamérica. El argumento de Bielza es que "quiere tener la misma libertad de acción que tuvo Fidel Castro en Argentina". Si las intenciones del canciller prosperan, seguramente terminarán o bien en un incidente diplomático, o bien en una legitimación internacional de estos sectores.

¿Será pura casualidad o habrá alguna relación -carnal- entre todos estos hechos? ¿Será que el corresponsal de Crónica TV en Chipre, disfrazado de Casco Azul, es un adelanto bizarro de la integración de nuestra CNN autóctona a una futura fuerza de paz regional?


Nuestra propia memoria.

Pero la memoria y el olvido es, sobre todas las cosas, una relación de fuerzas. Hace menos de un año, un documentalista boliviano señalaba que en su país los muertos por la represión no tenían nombre, y que generalmente ni siquiera se tenía un registro del número. Comparaba la situación con la Argentina, donde nombres como el de Teresa Rodríguez, asesinada durante una protesta de desocupados en 1997, todavía servía para nombrar a varias organizaciones piqueteras. Si hoy muchos sabemos que el décimo muerto en los combates callejeros en La Paz fue un adolescente llamado Walter Huanca Choque, es porque en las calles de toda Bolivia algo cambió, y el pueblo levanta a sus muertos como bandera.

Aquí en nuestro país, en una situación de aparente calma, acaba de suceder una nueva masacre. Comenzó con el asesinato de un joven en una comisaría de Jujuy, presentado como "suicidio", y terminó con el asesinato de otro en medio de la represión a una movilización que exigía justicia. El nombre del muerto en los enfrentamientos era Luis Marcelo Cuellar.

Desde un punto de vista podríamos decir que el asesinato y la brutal represión son una prueba de la vigencia de la vieja política de garrotes, y de la superficialidad de las purgas policiales, que alcanzan nada más a la remoción y el enroque de algunos jefes impresentables, pero que dejan, como señalábamos la semana pasada, intacto lo esencial de aparato represivo. La semana pasada alertábamos que tras las purgas se aceitaba el aparato represivo nuevamente, y que los casos de represión parapolicial eran un síntoma de ello. El perro Santillán parece haber confirmado eso, denunciando una escalada represiva y una animosidad en la zona contra su organización.

Pero lo que queremos señalar hoy es otra cosa. Según señala un diario de Jujuy, Lucas Airas, referente local de la CCC, habría declarado de "al principio pensaban que había habido solamente un muerto durante la represión policial, pero que hacía instantes que sus compañeros de Libertador le habían asegurado que, fuera del supuesto suicida, eran tres los muertos en la noche del jueves". El saldo de la protesta sería, entonces, de 3 muertos, 40 heridos y al escribir estas líneas todavía quedan 19 detenidos.

¿Cuales son sus nombres, cuales las circunstancias en que fueron muertos, heridos o detenidos, cuál será la respuesta que preparamos para ello?.

Si no respondemos a esas preguntas, si olvidamos esta situación, si no le damos la importancia que tiene, estaremos construyendo un precedente de impunidad muy peligroso. Es casi un lugar común decir que los pueblos sin memoria no tienen futuro, pero no por ello deja de ser cierto. Para el martes está convocada una movilización repudiando los hechos. No puede ser patrimonio exclusivo ni de los convocantes ni de los afectados directos; hay que participar, por Jujuy y por todos nosotros.

flor azul ((@--))