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"Nuestra elite es racista y le da asco hacer negocios con los indios"
Por Pablo Cingolani - Saturday, Mar. 27, 2004 at 11:25 AM
pablocingolani@yahoo.com.ar

Se analiza la situación de Bolivia y la incidencia del racismo en la actual crisis de legitimidad

“Coco” Pinelo

“Nuestra elite es racista y le da asco hacer negocios con los indios”

Pablo Cingolani

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Son tiempos de acción, nadie lo duda pero más que nunca de la necesidad de un norte que nos guíe. Proyecto nacional, estrategia, modelo, gas, Constituyente, mercado, globalización: todos estos temas aborda nuestro entrevistado sin complejos, de frente.
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“Coco” Pinelo es el coordinador del Comité de Enlace de Organizaciones de Pequeños Productores, una alianza de cooperativistas mineros, artesanos, micro y pequeños empresarios y organizaciones económicas campesinas (OECAS) de toda Bolivia. Chuquisaqueño de cepa, nacido un año después de la “Revolución de Abril”, este especialista en planificación estratégica, siempre barajó un arsenal de ideas polémicas, cuestionadoras, pero siempre útiles a la hora de un debate nacional en torno al país que queremos que en Bolivia ya parece cuestión de vida y muerte. A continuación, sus respuestas.

Los tiempos políticos, económicos y sociales se han acelerado como nunca antes. Es tiempo de acción, se reclama acción. Sin embargo, para actuar, hay que tener las cosas claras. En ese sentido: ¿Cómo caracteriza el momento histórico, el gobierno de Mesa y la coyuntura?

Antes de Octubre el Comité de Enlace de Organizaciones de Pequeños Productores había planteado que no cabía ya en Bolivia la posibilidad de solucionar los problemas que nos enfrentan a los bolivianos solamente a través de un Pacto Social, Reencuentros o Agendas Mínimas y que había llegado el momento de sentarnos a discutir nuevas reglas. A la luz de esta lógica, el Comité enarbola una consigna: ¡Patria Insurgente, Viva la Constituyente!

Luego, Octubre demuestra que los sistemas de representación e intermediación que persisten desde el 52 (partidos políticos y sindicatos) han entrado en crisis terminal y que la coyuntura abierta por el Decreto Supremo 21060 ha finalizado. Estamos pues ante un momento histórico definitivo puesto que Octubre abrió puertas para solucionar los problemas de todos los bolivianos. Si no las cruzamos, nos separamos o nos invaden.

En tiempos de acción, existe emoción. Dos momentos me emocionaron profundamente, el primero cuando, el 17 de Octubre a las 14 PM luego de bajar desde El Alto, una manifestación inmensa de Cooperativistas Mineros (antes de la llegada de Huanuni) se encontró en la puerta del Cementerio con otra columna, esta vez de los compañeros de Omasuyos que se dirigían hacia arriba. Los dinamitazos explotaron y los omasuyos empezaron a cantar: “abran cancha, abran cancha, que aquí llegan los mineros.....” Todos nos abrazamos. Estábamos volteando la muerte.

El segundo fue cuando ví y escuché el primer discurso de Carlos Mesa. Pensé, ¡finalmente estamos ante la posibilidad de construir la patria!

La rebelión de Octubre fue denominada como “la guerra del gas” porque una consigna generalizada fue que este recurso no debía venderse como parte de otro negociado más o no venderse e industrializarse en el país. Queda pendiente la modificación de la Ley de Hidrocarburos y el referéndum vinculante. La economía se ha gasificado y parece imponerse la visión de un nuevo modelo de salvación nacional en base a un monoproducto maravilloso. ¿Usted que opina?

Es cierto que los hechos de Octubre fueron denominados como la “guerra del gas”, pero no fue precisamente el “gas” el tambor que llamó a la rebelión. Creo firmemente que el tronar más potente que convocó estas jornadas fue el de la defensa de la vida. ¿Quiénes respondieron este tronar que poco a poco se convirtió en un clamor por la vida?

Miles de productores campesinos, miles de artesanos y de dirigentes barriales; respondieron los cooperativistas mineros, respondieron empresarios pequeños de El Alto que abrieron junto con los artesanos sus puertas para que se alojaran los mineros que llegaban desde Oruro, Bolsa Negra, Quime, etc.

Es cierto que la consigna fue “el gas es nuestro carajo”, pero creo que la defensa de la vida en Octubre convocó a quienes luchan contra su pobreza, a quienes luchan por tener acceso al mercado, a quienes son exaccionados por las mafias de todas las prefecturas, de todas las Alcaldías (no te olvides del Maya – Paya), por las mafias de impuestos internos y la renta, por las mafias del Ministerio de Trabajo, del Ministerio de Salud, de la PTJ y de la Policía. La pelea fue contra la forma cómo el Estado se relaciona con la gente. Los cañones fueron dirigidos contra su máximo representante (Sánchez), y el gas apareció como el ejemplo de lo que no permitiríamos que nuevamente sucediera.

Es decir en Octubre juramos que no sucedería con el Gas, lo que sucedió con el estaño, la goma o el salitre. Pero Octubre representa el agotamiento de la manera partidaria de administrar el estado, el agotamiento de los partidos que conocemos (no del sistema partidario de representación) y de sus propuestas. Octubre expresa la posibilidad de no solamente construir la patria vía gas y sobre todo visibiliza la determinación de la gran mayoría de los bolivianos que plantea que no solamente es el tema del gas, es el tema del agua, el de todos los recursos estratégicos, es el tema del acceso al mercado y sobre todo el de la inclusión el que determinará el posicionamiento de Bolivia en el mundo.

Usted ha insistido en que Bolivia debe buscar romper estas dependencias y bregar por la conformación de un mercado interno. Somos 9 millones en un territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados, tenemos casi todos los climas y casi todas las ecoregiones, ¿cómo lo logramos?

Fortaleciendo nuestras ventajas comparativas. “Orgánico, ecológico, natural, limpio, inclusivo” son los adjetivos que nos permitirán no solamente organizar un mercado interno real sino posicionarnos en un mundo globalizado de manera diferenciada al resto de los países. Todos estos adjetivos son sustantivos cuando se los propone desde un punto de vista político. Veamos por ejemplo, el tema del turismo. Hasta hace pocos años, el Nepal recibía cinco millones de turistas al año. Esta cifra bajó por la presencia de una guerrilla parecida a Sendero Luminoso. ¿Cómo hacemos para captar este flujo? Presentándonos como un país, donde no se utiliza químicos para producir, donde lo ecológico es un instrumento de la política de turismo (ojalá la hubiera), un país donde los turistas pueden alimentarse con producción nacional natural, un país que asombra por su limpieza, un país que ha logrado impedir el ingreso de productos transgénicos a su territorio y sobre todo, por que somos un país de culturas vivas y no solamente de ruinas arqueológicas.

Retrospectivamente, ¿por qué no se ha desarrollado un mercado interno sólido en Bolivia? Según su punto de vista: ¿las elites nacionales entienden que esa es la condición indispensable para ser nación?

Tengo una hipótesis: existe un mercado interno sólido al que las elites no entran.

Aquí se conjugaron los siguientes factores. Creo que nuestra elite opta por el trabajo fácil. Organiza sus negocios en torno a un mercado al que se propusieron proveer. Es el caso de los importadores proveedores de la minería y luego del 52, los proveedores de bienes y servicios del Estado.

A este factor se suma el de la soberbia frente al otro. Esta soberbia se transmuta muy rápidamente en racismo. Nuestra elite es racista y le da asco hacer negocios con los indios o los cholos. Es un racismo solapado que se institucionaliza y es tan fuerte que en la actualidad ya hay algunos sectores que públicamente esgrimen su superioridad.

Hay militantes movimientistas a los que muy fácilmente se les escucha decir “indio de mierda” “ese dirigente es un loco y además cholo”. ¿Movimientistas? ¿Los de la alianza de clases?, preguntará Ud. Y es que la élite en Bolivia – es el tercer factor- se organiza desde el Estado y los tributarios son los miembros de los partidos que, gracias a ello, acumulan económicamente. Así, entre la elite camba es muy fácil escuchar que equis dirigente político -famoso hoy- era un “cunumi.”, pero que por sus contactos o su habilidad de hacer negocios, lo nombran uno de los responsables del carnaval cruceño.

Comerciantes racistas que medran del Estado. ¿Todos son así? Es interesantísimo observar que miembros muy inteligentes de nuestra elite o de sus familias, siguen diciendo “mi ahijado el ponguito” y no son concientes de su racismo estructurado.

Los emprendedores del oriente o del occidente, los mineros y los agroindustriales, si bien no venden al Estado, sí se aprovecharon de éste. Es el caso de Sánchez de Lozada que traficó con influencias para mejorar sus negocios (fletes ferroviarios y tributos) y es el caso de quienes no pagaron la deuda al Banco Agrícola. Para lograr este mercado, ambos núcleos, organizaron administrativamente el país de manera centralizada, que les permitiera la colusión en los negocios estatales y que –además- repitiera la centralidad administrativa estatal en las regiones.

En este panorama, pensar que nuestra elite era capaz de organizar un mercado interno a lo chileno, era francamente ingenuidad. Ellos organizaron su mercado y punto.

Obviamente esto generó una respuesta, la de quienes fueron objeto del racismo, que poco a poco, en varios de sus sectores ingresaron en la espiral del racismo a la inversa. El aymara racista es más común que el quechua racista. Existe una frase en el altiplano que dice, “qhara, qhara no más es”, aunque sean compadres.

Este otro mundo, compuesto hoy por miles de artesanos, micro y pequeño empresarios, emprendedores económicos campesinos y por los cooperativistas mineros, sí ha generado un mercado interno también propio. Es el mundo de quienes hacen negocios sin medrar del Estado pero –por ejemplo- para entrar en el sistema financiero bancario y no bancario, tienen que pagar un interés elevadísimo, racista, como condición de su ingreso al “mercado interno de la elite”
No he encontrado racismo en los aymaras que hacen negocio. El racismo aymara está ubicado en lo político y sindical. Pero es un racismo que no representa sectores económicos aymaras.

Estamos entonces, frente a dos mercados. El de las elites y el de la mayoría productiva. El primero controlado por racistas abiertos o solapados y el segundo, controlado por emprendedores que rechazan también el racismo político aymara.

Finalmente, hay un último factor. Por un lado, nuestra elite se propuso crecer al nivel de gran industria y no lo logró. Por el otro, el otro mercado, está organizado por miles de talleristas (como dice Walter Chávez) que no se proponen alcanzar el nivel de las industrias brasileras. ¿Hay posibilidad de alianza entre ambos? Si logramos en la Constituyente nuevas reglas, podremos hablar de Patria en serio. ¿Sinceramente? No creo que los grandes estén destinados a ser la vanguardia de la construcción nacional.

¿La ausencia de litoral marítimo es una camisa de fuerza?

Ayer me informaron que la Asamblea Permanente de Derechos Humanos del Ecuador había declarado al año 2004 como el año de los Derechos del Mar de Bolivia. Creo en la reivindicación marítima, creo en la fuerza política de su contenido. En una ocasión, en conversaciones con dirigentes políticos chilenos, les pregunté por qué si los israelitas devolverían territorio a los palestinos, por qué ellos no nos devuelven el mar. La respuesta fue “cuidado con que ustedes se conviertan en los palestinos de América”. Por esta respuesta , creo que la enorme fuerza integradora de la consigna mar para Bolivia, permitirá una América Latina funcionando en algunos años como la Unión Europea.

Pero no es una camisa de fuerza para el desarrollo nacional. ¿Nos abre los horizontes? Es cierto. Pero que nuestra gente no tenga acceso al internet en todo el territorio, es peor. ¿Qué baja los costos de la exportación? Es absolutamente cierto e importante, pero ¿qué exportamos? A la cancillería le importa un comino ser representante de todos. Lo es solamente de unos cuantos. ¿Nos permite relacionarnos con los países del Pacífico? Totalmente cierto, pero la globalización está rompiendo mitos. La fuerza de la demanda, es política, nos enfrenta contra el militarismo chileno que hoy por hoy cuida los intereses de los exportadores de capital de ese país. Es una demanda que nos liga al común de los chilenos, a nuestros hermanos, quienes como Allende, se proponían construir la Patria Grande Latinoamericana.

Un tema que está en la agenda mental de muchos bolivianos es el de refundar el país. Lo plantearon los cruceños, Javier Medina, para eso se trabaja en la realización de una Asamblea Constituyente. Según su criterio, ¿qué hay que refundar y que no?

Aquello de nuevas reglas tiene que ver con solucionar tres crisis: la de participación, organización y representación. Es decir, nosotros los ciudadanos de a pie, nos preguntamos, en lo político: ¿dónde participo? ¿cómo me organizo? ¿quién me representa? Estamos obligados a hacernos estas preguntas puesto que ya no nos interesa participar en un partido donde me organizan como célula o regional y luego otro –por decisión del jefe- me representa. La actual Constitución Política, la nueva, ya nos permite avizorar instrumentos de solución a estas crisis. La presión por la ruptura del monopolio de la representación vía partidos, es un mensaje.

Sin embargo, si nos hacemos estas preguntas desde el punto de vista de lo económico, es decir, ¿dónde participo? ¿Cómo me organizo? ¿Quién me representa?, el tema es más complejo. Lo es, puesto que en la Constituyente desarrollaremos nuevas reglas que a la corta nos permitirán asegurar o no, si ambos “mercados” (expuestos en las anteriores preguntas) pueden hacer alianzas o se enfrentan.

Nuevamente, los ciudadanos de a pie nos preguntamos ¿dónde participo?. Cuando uno pregunta a un pequeño productor de blue jeans de El Alto, si alguna vez intentó participar en eventos de la Confederación de Empresarios Privados, la respuesta es inmediata: sonrisa con sorna y desilusión. Y también viene el retruque “¿realmente crees que yo podría participar en un evento?” Y si no participa de un evento, menos puede “participar” de un negocio.

¿Cómo me organizo para producir? Hasta hace unas semanas (veremos cómo el DS Compro Boliviano impacta sobre esto) el Código de Comercio obligaba a organizarnos como SRL o SA para entrar al mercado estatal. Tenías que estar registrado en las Cámaras y luego recién alcazabas identidad para entrar al mercado. Al mismo tiempo, siguen miles de trabas y trámites para organizarte abiertamente. Por ello la respuesta a esta pregunta, es concreta, “me organizo como me da la gana” y hago negocios sin que nadie se entere. Nadie es el Estado. ¿Tendrán espacio los informales en la próxima CPE?

Finalmente, ¿quién me representa?. En todo caso Cancillería o Comercio Exterior, o Ceprobol nunca desarrollaron una política capaz de encontrar nexos con este nuestro mundo para representarlo.

Entonces, si bien la Constituyente no solucionará el tema del empleo, sí tendrá que definir nuevas reglas con relación al acceso y distribución de la riqueza nacional. No bastará incluir “democracia participativa” entre los atributos de Bolivia que emerja de la Constituyente. Habrá que ver cómo todos podemos ser representados por el Estado, habrá que ver cómo todos somos reconocidos y respaldados y habrá que desarrollar discusiones para asegurar que todos podemos participar del mercado.

Por ello, si no logramos nuevas reglas económicas, no podremos refundar o más bien, hacer parir una nueva patria.

¿Asamblea, referéndum, modificación de la Ley de Hidrocarburos, la agenda de Octubre, resolverán los problemas de fondo? ¿La agenda coyuntural puede conducirnos a una agenda terminal?

Creo que si no enfrentamos estos procesos podemos terminar mal.

El debate en torno al modelo neoliberal, su vigencia o su cambio, las discusiones sobre los alcances del Consenso de Washington y sus ramificaciones como el ALCA nos consumen años y en todo caso sólo sirven para oponerse a algo pero no ha servido hasta ahora para parir un modelo y un consenso propios, ¿usted que opina?

Muchos de nuestros dirigentes se llenan la boca con aquello de “derogar el 21060” cuando en los hechos, la propuesta liberal fruto del Consenso de Washington ha llegado a su techo. Todo esto, en un contexto internacional que presenta al menos las siguientes variables más visibles: Bush –acorralado- es capaz de dar zarpazos peligrosísimos, el pedido de más asesores en Colombia es una señal. España de García Lorca, Alberti y Machado se ha expresado con fuerza luego del 11 de Marzo, Blair tiembla...y Kerry aparece en el horizonte como una esperanza para la paz.

En otras palabras, el tema no es modélico. El tema enfrenta estrategia contra estrategia. ¿Qué quieren los halcones? ¿Qué queremos nosotros? “Nosotros” es más ambicioso, nosotros somos por lo menos América del Sur. La globalización nos permite enredarnos con fuerza y rapidez y debemos hacerlo primero con la región. Pero nuestro Estado es tan lento...en fin, no se trata de lamentarnos ahora por ello. Y si nuestro Estado es tan lento, nuestros líderes son –hasta ahora- diminutos, cuando de posicionarnos en el mundo globalizado se trata.

¿Modelo propio? No. Repito, estrategia de posicionamiento en el ciberespacio. ¿Parece ridículo decirlo? Más ridículo es que algunos de nuestros dirigentes o funcionarios del Estado no sepan qué es el internet.

En un mundo globalizado a la fuerza, con la debilidad estructural del Estado boliviano, su dependencia lastimera de la cooperación internacional y en medio de una lluvia permanente de demandas sociales ¿Es posible impulsar un modelo propio de desarrollo y crecimiento que privilegie a los pobres?

No creo en los modelos. No hay nada modélico. Sí creo que podemos elaborar estrategias que nos permitan posicionarnos con nuestra propia marca en un mundo sin fronteras. Creo que es posible una Bolivia que incluya a todos y deje de ser pobre. Estas estrategias tienen que democratizar el acceso al mercado y a sus beneficios. Para ello, -desde el campo de lo popular – si bien no debemos dejar de avanzar políticamente, tenemos que ser capaces de cambiar nuestra cultura política y eliminar el instrumento pliego como articulador de demandas y utilizar el instrumento Agenda Estratégica a través del cual articulemos propuestas de país.

¿Cómo se imagina Bolivia el 2025?

Posicionada en el mundo global gracias al reconocimiento de su fortaleza nacional: la diversidad cultural (no el gas), rica, con un Estado Nacional organizado en base a regiones descentralizadas o autónomas que incluyan a todos, controlando su agua, su oxígeno, sin niños desnutridos, con bolivianos aymaras, quechuas, guaranís, mestizos reconocidos por su aporte al bien común, sin pobres, sin transgénicos, con producción orgánica, con procesos turísticos que no han liquidado nuestros sitios (como Acapulco hoy), con agua en el Altiplano gracias a la industrialización del Gas, con artesanos produciendo manualmente maravillas, con talleres de pequeños industriales produciendo blujeans Levy Strauss o Lee abiertamente y sin necesidad de maquila, con el Salar de Uyuni controlado produciendo litio y material para procesos nucleares pero sin perder su belleza turística o su sal. Llena de corredores de exportación en la que no solamente vendemos quisa para los choferes brasileros sino que además y sobre todo, se quedan para admirar nuestras fiestas y nuestra paz.

La Paz, Bolivia, marzo de 2004

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