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La defensa de hoy para la victoria del mañana
Por Martín Ogando - Monday, Aug. 02, 2004 at 9:02 PM

La lucha del movimiento estudiantil en el banquillo de los acusados

El 4 de agosto, junto a Sergio Salgado, seremos juzgados en el Palacio de Tribunales. Tendremos el raro privilegio de ser los primeros estudiantes llevados a juicio oral desde el final de la dictadura militar, y se nos imputan delitos que podrían llevarnos a la cárcel si nos dieran la pena máxima prevista que es de 6 años. Del otro lado estarán los que nos llevaron a juicio: la Franja Morada radical y el ex – decano de Sociales, Fortunato Mallimacci, que organizaron un fraude escandaloso en las elecciones de1999 y luego corrieron presurosos a “criminalizar” la protesta estudiantil; el corrupto ex – rector Oscar Shuberff, con más re – elecciones encima que Menem, que encabezó uno de los períodos más negros para la universidad y más fructífero para sus cuenta bancaria, y que tuvo tiempo, entretanto, para presentarse como querellante en la causa; Darío Richarte, Lautaro García Batallán y otros de la cofradía “sushi” que luego de vaciar los centros y federaciones estudiantiles y repartirse algunos planes Trabajar se hicieron un tiempito para, desde las oficinas de la SIDE, colaborar en el asesinato de nuestros compañeros el 19 y 20 de diciembre; el juez Rimondi que llevó la instrucción en la causa y comandó el desalojo y la represión de Brukman. Y están los que no nos conocen, no saben qué pasó ni pisaron jamás la UBA… pero tienen bien en claro que tienen que condenarnos. Claro, es que no importa quienes seamos. El clamor del otrora videlista Grupo Clarín, de los Feimann, Canal 9 y los Longobardi, la Nación y tantos otros adalides de la mano dura es claro: acá hay que poner orden y toda oportunidad es buena. Sino miremos el asesinato del Oso Cisneros, sino veamos la provocación montada ante el rechazo popular al Código de Ibarra y Macri. Pero son más, muchos más los que están en esta vereda. Porque al lado de nosotros van a estar los 4.000 compañeros procesados por luchar que saben que ese día los juzgan junto con nosotros. Va a estar el Pollo Sobrero, va a estar Pepino, Raúl Godoy, los trabajadores del subte y los cientos de compañeros perseguidos de las organizaciones piqueteros. Va estar Marina Shifrin, condenada por esta justicia de los patrones cuya causa es bandera de lucha de todos nosotros. Y van a estar nuestros compañeros. Los de años de militancia en la universidad, los de las agrupaciones, los independientes y los miles que ya dieron su veredicto y nos llevaron el año pasado al Consejo Directivo de la Facultad y a la presidencia del CECSo. Y es lógico que sea así. Porque todos saben que del 4 al 6 de agosto no sólo nosotros vamos a estar en el banquillo de los acusados. Se va a juzgar a la militancia, a la lucha y a la organización de los trabajadores y la juventud, y después de este juicio vendrán decenas más que tendrán el mismo objetivo.

El momento actual es clave. La clase capitalista, sus partidos, sus grandes medios, su justicia y su gobierno “nacional y popular” le quieren quebrar el espinazo al movimiento de lucha y organización que se desenvolvió luego del 19 y 20 de diciembre del 2001. Se juegan mucho. Mientras intentan recomponer sus instituciones, sus partidos, es decir su “normalidad”, buscan liquidar la conciencia y la organización que conquistamos los trabajadores el pueblo. Para esto tiene lugar la coptación pero también la represión, con la “código penal en la mano” o mediante la sucia provocación, da lo mismo. Seguramente se busca condenar nuestra militancia, nuestra lucha por una universidad enlazada a la emancipación de la clase trabajadora y no a los despachos del Banco Mundial, nuestra pelea por recuperar las organizaciones estudiantiles, nuestras convicciones revolucionarias. Pero se juzga mucho más que esto, y por esa razón la lucha por nuestra absolución y la participación masiva en el acto y el acampe frente a los tribunales tiene que ser una cita de honor. Venimos encarando una fuerte campaña por la absolución, con los compañeros de la FUBA, del Centro de Estudiantes y todas las agrupaciones estudiantiles y también dando la pelea en el terreno legal con los compañeros del Ceprodh, de APEL y de la Liga. Pero ahora falta el último tramo y el más importante. Cuando hay que hacer sentir bien fuerte en la plaza de tribunales el reclamo de la absolución, el reclamo del desprocesamiento de los más de 4.000 luchadores populares, de abajo el código de convivencia y libertad a los compañeros y de basta de impunidad para los asesinos de pueblo. El grito de las organizaciones obreras y piqueteros, de los estudiantes combativos y los movimientos sociales debe tronar bien fuerte en los oídos del gobierno que pretende enterrar el levantamiento popular del 2001: absolución para Sergio y Martín, ninguna condena a la protesta, la rabia y la lucha de los trabajadores; ninguna condena a los piquetes y las fábricas tomadas. El 19 y 20 de diciembre se mantiene vivo en las organizaciones de lucha de los trabajadores el pueblo, en su defensa de hoy se juega la victoria del mañana.

*por Martín Ogando,
Militante de Socialismo Revolucionario y de la Agrupación Universitaria PRAXIS

Consejero Directivo, Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

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