Julio López
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Auka Trawm en Quetrequile, Territorio Mapuche
Por Avkin Pivke Mapu - Sunday, Aug. 22, 2004 at 5:38 PM
avkinpivkemapu@yahoo.com.ar

Reflexiones después del Trawm Mapuche en Quetrequile

Los días 14 y 15 de agosto se realizó un parlamento mapuche convocado por la organización CAI de Río Negro en el paraje Quetrequile, ubicado a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de Ingeniero Jacobacci, en lo que se conoce hoy como la línea sur de la provincia.

Alrededor de 120 personas se movilizaron desde Viedma, Fiske Menuco (General Roca), Fvrilofche (Bariloche), Buenos Aires, Pilcaniyeu y Huahuel Niyeu (Ingeniero Jacobacci) para llegar al encuentro citado en las tierras de la familia de Segundo Casiano; tierras que suman 7000 hectáreas que permanecen en conflicto con la familia terrateniente, de origen sirio libanés, Abi Saad.

Este tipo de encuentros pueden ser muy fuertes en el intercambio de emociones y pensamientos para las personas que participan. Tanto por el esfuerzo que implica salir de distintas realidades cotidianas para llegar a un lugar en el que no hay luz, gas ni teléfono como por el hecho de conocer a distintas personas que forman parte de un pueblo y que, al igual que muchas otras en distintos puntos del Wallmapu y de lo que hoy se conoce como Argentina, se han puesto de pie con la decisión de no entregar la tierra a la ambición terrateniente y/o empresarial, ya sea local o internacional.

“Hectárea” no es “Territorio” ni “Tierra”

Hacía mucho tiempo que no teníamos el privilegio de observar el horizonte, de recorrer con nuestra mirada el territorio, sin que una línea de alambrados nos venga a escupir “ganamos”. Todo es por algo, dicen, y en esta oportunidad le agradecemos a ese tal Algo por permitirnos disfrutar, aunque sea por un rato, con la fantasía liberadora de estar en un territorio en el que los alambrados se encuentran muy lejos.

7000 hectáreas están en disputa en este caso. Sólo 7000 hectáreas de los 5.000.000 considerados como “fiscales” por el estado de la provincia. Hectárea es la palabra que usa la tecnocracia para mensurar el territorio y nombrar hectárea es como decir dinero. Lo que esta palabra oculta, en su ideología de afán de lucro y posesión, es que hectárea en realidad es Tierra y Territorio, y que Tierra y Territorio, para muchos, no significa explotación sino Vida y Sabiduría.

Y es que a pesar de las causas judiciales armadas contra el pueblo y a pesar de toda esa idiosincrasia que nos ha hecho emigrar de los campos a las ciudades, este fin de semana nos volvimos con la sensación de haber estado compartiendo un espacio liberado de la opresión que nos hacen sentir las leyes que inclinan la balanza a favor de los que más poder y dinero tienen.

Un nuevo “Sentido Común” en construcción

Hace poco más de un año Rosa Nahuelquir convocaba a los mapuche de esta manera “La gente, los mapuche que vivimos acá en Esquel, en todos los barrios, tendríamos que volver a la tierra y empezarla a trabajar. Eso tendría que hacer la gente, no tendrían que esperar que el gobierno les de una caja de alimento para seguir viviendo”. Entre sus palabras y su lucha y este trawm, convocado en otra parte del territorio mapuche, existe lo que vamos comprendiendo como un nuevo “sentido común”, un sentido compartido que se fue gestando durante todos estos años de lucha y agotamiento de las vías jurídicas y legales. Recuperar la tierra para trabajarla, para volver a vivir en ella. Recuperarla de las garras del que rapiña para que vuelva a ser Madre, para protegerla del violador y del asesino.

Nuestra intención

Nuestra intención es compartir con ustedes algunas de las palabras de la gente que participó de este Trawm Mapuche. Para nosotros estas palabras no tienen la misma fuerza si les falta la experiencia de haberlas compartido en el momento en el que fueron expresadas y es por eso que nos gustaría invitar al que lee, y se interesa, a hacer su propia experiencia de acercamiento hacia otras y nuevas realidades.

Avkin Pivke Mapu

Segundo Casiano
Historia del engaño que concretó el robo

Vamos a empezar por el asunto cuando estos señores Abi Saad nos desalojaron de acá. Nos desalojaron echándonos arriba de un camión y nos llevaron a Jacobacci diciéndoles que nos iban a dar una casa de material. Nos llevaron a una casa que queda bastante afuera en el mallín, donde había una fábrica, que era del señor (Nacife). Pero aquella casa de material se volvió de adobe y peor de la que tenemos nosotros ahora porque cuando corría viento se movía toda esa casa con chapa, toda rota, de cartón. Mamá tuvo que andar trabajando por una bolsita de pan y el guiso. Y los Abi Saad nos agarraron ... hasta yo caí en la volteada porque yo estuve un año ahí viviendo y trabajaba solamente para ellos y lo que me pagaban eran huesos para hervir para hacer puchero y además manzana podrida, porque así fueron.
Y bueno, y ya al papá le sacaron los animales. Acá había muchos animales que tal vez algunos puedan acordarse ... Aquí, cuando faltó el finado abuelo, quedaron como mil quinientos animales, quedaron ochenta vacas, dos tropillas de caballos y dos manaditas de yeguas. Y papá se empezó a ir con los Abi Saad porque como él tomaba mucho y lo Abi Saad lo que querían era eso. Porque a él enseguida lo llevaban de acá a Jacobacci y allá le servían la mejor bebida que él quería tomar, la mejor comida. Lo llevaban derecho al negocio. Pero ¿qué pasaba? De allá se venían los señores Abi Saad y le traían un barril de vino y ahí le cargaban dos vacas o tres. Y nosotros le decíamos “Pero papá, así no va la cosa” Y él tenía su dicho “Ustedes no tienen nada que ver, yo sé lo que hago”. Y sí ... sabía lo que hizo ... Que los Abi Saad se fueron aprovechando, nos hicieron pasar de hambre y además le quedaban 700 ovejas que yo mismo las arrié con él desde allá arriba, desde el otro campo, y le dice el turco Felipe “Traé los gorditos (porque él les sabía decir así con toda la zalamería) traélos que yo te los esquilo”. Y los esquiló. Teníamos ahí el galpón a donde está la casa y los esquiló y los largó al campo y en esa vuelta nos dejó sin ninguna pata de animales. No dejó nada, ni para comer. Y bueno, no se los devolvió más. Y así empezamos ... todos nosotros trabajando de sirvientes.

Después de 20 años
Yo siempre trabajé de peón de campo mensual; toda mi vida. Hasta que nos decidimos acá entre los hermanos, con los peñi que vinieron de Bolsón y de toda esa zona. Nos juntamos y éramos como 16 o 20, no me acuerdo bien, pero fue el 18 de diciembre del 2000 que dijimos “Vamos a ir a ganar el lugar, no de prepo sino que vamos a ir al lugar nuestro que nos pertenece porque no puede ser que andemos padeciendo por ahí teniendo nuestro lugar”. Y bueno, así fue que nos vinimos y nos instalamos. Hace cuatro años que estamos en lucha. Y la lucha va firme. Yo estoy muy contento de que haya venido tanta gente de todos lados que quizás ni los conozco ni ellos conocen la lucha de nosotros ni nos conocen a nosotros pero igual estoy agradecido por todo porque para nosotros es una fuerza más. acá hemos tenido muchas amenazas, me han tirado bala ... Yo no soy más que nadie pero tampoco ... Y yo en aquel entonces cuando empezamos a reclamar estaba trabajando de puestero y yo tenía mi ganancia. Y bueno, digo yo, voy a ir para allá porque es el lugar a donde tenemos que estar porque nosotros nos criamos ahí y era del bisabuelo, fue del abuelo y fue de papá. ¿Por qué tenemos que andar por ahí? Pensaba yo. Y el pensamiento fue muy tarde, dijo ... Puede ser, no? Pero en realidad yo estoy muy contento porque los compañeros que nos apoyaron desde el principio está acá alguno, más de alguno porque hay varios, principalmente don Chacho y don Prafil que está por ahí también y otros compañeros como José y otros (...)

Solidaridad de lucha para aumentar la Fuerza
O sea que esto es importante y para todos los peñi porque es más fuerza, me parece. Hoy los turcos ni se han presentado. Acá me han hecho las mil y una a mí, hasta hace pocos días nos amenazaron al peñi Marcelo con Guarda, no sé qué es lo que pasó por allá, diciéndoles que iban a venir. Pero anoche yo no sé a qué compañera le contaba y le digo yo “Pero, estos van a tener que comprar un montón de balas. Mirá cuántos vienen ya y los que van a llegar.” Porque habían dicho que nos iban a meter bala a todos. Y hasta acá no se han aparecido. Pero bueno, esas son amenazas que hacen ellos para que uno les tenga miedo. Yo no soy más que nadie pero yo vine con la propuesta de quedarme y de acá me van a sacar muerto, como les he dicho. Yo no me voy a entregar y la otra vuelta cuando llegó el desalojo dijimos con Guarda y el resto de la familia “Vamos a resistir”. Nos iban a cagar a palos y bueno, pero nosotros vamos a resistir ... vamos a resistir el desalojo y no nos vamos a ir, y no nos vamos a ir. No nos vamos a entregar. Y el turco hasta ha ido al cementerio a sacar al abuelo. Alguno que tenga interés en ir a conocer eso está aquí cerquita. Fue y sacó al abuelo del cementerio y él anda como si nada por ese hecho. Y si nosotros hacemos una cosa y no tenemos para pagar nos meten en cana. Pero él ... no sé o tendrá mucha plata o estará ... Los milicos estos rascas que hay acá, esos de primera también nos querían llevar a nosotros. El año pasado vino un oficial acá y me quería detener. Y le digo “Por qué”. Me quiso tomar declaración y le digo “No, yo tengo la orden de mi abogado que mientras él no esté conmigo yo no declaro nada. No declaro y ni voy”. Y se pegó la vuelta. Pero ya se están dando cuenta que nos estamos avivando más. Porque antes ni eso teníamos porque yo me acuerdo que cuando nos dejaron sin nada papá iba al negocio de los Abi Saad y les iba a pedir algo, les iba a pedir plata y le pegaban y encima lo hacían meter preso. Y si les hacía denuncia, los milicos lo metían preso a él y Abi Saad se iba muy piola. Y ahora por lo menos no nos pueden hacer eso. Bueno, esas serían todas mis palabras por el momento.

Laura Casiano – Hija de Marta Casiano, hermana de Segundo.
De qué hablamos cuando decimos “Abi Saad”: Engaño, abuso, robo... ¿Va a llevar algo más? Vaya tranquilo que se lo anoto ...

Quería contarles que los Abi Saad es una familia de hermanos que son sirios y llegaron a la Argentina e instalaron una casa de “ramos generales” en el pueblo, en Jacobacci. Entonces, comenzaron a salir al campo y a dejar mercadería, bebidas, ropa y un montón de cosas. A veces se las dejaban sin que el campesino se las pida y así fue como les fueron generando supuestas deudas a nuestros abuelos, en mi caso, pero a muchos hermanos de por acá. Ahora de esos Abi Saad quedan pocos pero hoy estamos peleando con los hijos de ellos, con los sobrinos de ellos que son igual a ellos y que es gente que está denunciada, procesada, condenada y que sigue en la calle como cualquiera de nosotros. Yo quería contarles un poco de quiénes estamos hablando. Algunos de los sobrinos de esta gente tiene el título de abogado y está condenado por tráfico de carne, por robo de animales y aquí mismo, nomás, en el Chaiful ellos se dedican a eso. Hasta hace muy poco, muchos de los animales nuestros y de nuestros vecinos desaparecieron y no se encuentran culpables. Y nosotros sabemos que son ellos pero nosotros no podemos solos y es por eso que hoy nos alegra tanto verlos a todos porque es un apoyo para toda la familia.

Segundo Casiano
¿A quiénes defienden los organismos indígenas del estado rionegrino como la CODECI?

Yo quería agregar algo por el tema de la CODECI. Nosotros cuando tomamos acá, la señora Carriqueo, como abogada que es, ella nos amenazó hasta con el desalojo de nosotros en una reunión que hubo en el Traiful. Nos dijo aquí en tres días van a ser desalojados y encima van a ir presos. Así nos dijo la señora Carriqueo que es del CODECI y así andaban varios paisanos como nosotros, que no los voy a nombrar porque acá creo que hay familiares, dijo. Pero hay uno que es un tal Ruso Wilcapan, creo que es, que es un sinvergüenza de aquellos, tanto como la Carriqueo y tanto como los que están en el CODECI. A mí me hicieron ... hasta ese día antes andaban perfectamente con nosotros y después un día antes se dieron vuelta como una taba cargada. Para mí eso no vale, es una porquería. Tanto la abogada del CODECI como los que estaban en el CODECI en ese momento. Para nosotros no valió porque ellos hablan tanto de los paisanos y que les quieren dar tierras pero ellos lo quieren para el gobierno porque tienen un sueldo. Y los paisanos que se mueran de hambre. Así como al Ruso a varios más les he tenido que poner los pies porque a ellos les parece que porque uno se haya criado por ahí o porque a uno lo encuentren solo van a hacer lo que quieran. Yo no tengo ni un pelo en la lengua y no le tengo miedo a la muerte. Porque si yo le hubiese tenido miedo a la muerte no hubiese venido acá. Hace cuatro años que estoy, luchando sí, con ayuda sí, pero si yo hubiese sido otro no vengo. Porque cuando se tomó acá yo estaba trabajando y tenía mi ganancia porque era un puestero. Pero yo dije “No, yo me voy a ir allá porque allá nacimos y allá tenemos que luchar por el campo”. Y tenemos la CODECI. Oh! Es muy famosa la CODECI. Y resulta que cuando tomamos acá nos dijeron “No, de esta manera no porque ustedes van a ir presos”. “Van a estar tres días!” nos dijo la Carriqueo. ¿Y? Van tres años y casi cuatro años. Faltan cuatro meses para hacer los cuatro años. ¿Y quién nos sacó? Nadie. Así que la CODECI, por el momento no vale para nada, para mí y para muchos peñi. Así que si disculpen si hay alguno o si alguno tenía parientes en ese momento en la CODECI que me disculpe y si no que me diga directamente

María Torres – Integrante del CAI – Colitoro
Otro caso más de recuperación de territorio robado por la familia sirio libanesa

Bueno, yo también tengo algo que decir sobre mi campo. Yo he venido para darle fuerzas a mis hermanos Casiano que ellos vienen luchando por mucho tiempo y quiero decirles que tengan fuerzas y que tengan fe porque todo es posible, nada es imposible. Yo también fui una mujer muy luchadora sobre un campo allí en Colitoro que era el campo de mi suegro.

Se le quemó la casa ... una pena ¿Por qué no me vende lo que queda?
Llegó el momento de que mi suegro no pudo cuidar más su campo y se lo dejó a mi esposo. Esta es como una historia, se podría decir, porque mi esposo no sabe leer y no sabe escribir. Es una persona que no es mucho de hablar y en ese momento se encontró en un momento muy malo, muy aprisionado. Él dice que siempre tuvo problemas con Abi Saad porque ahí cerca, en la pampa, Abi Saad tenía un campo y más allá, en Colitoro, ahí estaba el campo en donde vivía mi marido y mi suegro.
Resulta que mi marido ya no tuvo fuerzas porque se quedó viudo, se le falleció su señora, y él andaba en esos trámites ... En ese momento fueron los turcos y le mandaron uno de los peones para quemarle la casa. Y al quemarle la casa bueno, él directamente se quedó en la calle con los chicos. Porque él se quedó viudo con cinco criaturas. Había quedado con muy poquitos animales y no tenía nada. Al verse solo y al verse de esa manera él no tuvo más capacidad y dice que agarró a sus hijos y se vino para el pueblo.
Se vino a vivir al pueblo y dejó el campo ahí. Entonces, como los turcos no son ni lerdos ni perezosos dice que fueron a la casa en donde él estaba, a la casa de su mamá, y dice que le dijeron “Ay, vos sabés, Conita, que se quemó tu casa” - cuando fueron ellos mismos los que la fueron a prender. Entonces, agarró y dijo “¿Por qué no me vendés los ladrillos? Porque esos ladrillos que están ahí ya no te van a servir para nada así que vendémelos”. Y bueno, mi marido dijo “Bueno, se los vendo los ladrillos pero los tienen que sacar de ahí. Sí, sáquenlos de ahí y se los vendo porque casualmente necesito dinero”.
Y los que más plata tenían siempre fueron los turcos, siempre fueron los Abi Saad porque las personas siempre iban solamente a lo de Abi Saad a sacar plata o lo que necesitaban. Entonces mi viejo agarró, fue y le vendió los ladrillos. Y después que les vendió los ladrillos, al haber sacado los ladrillos de ahí agarraron a la noche y como vieron que él ya no tenía a donde llegar porque ya se había venido para el pueblo, quedó el campo solo y lo alambraron. Le sacaron el alambre de la línea a donde estaba el campo de ellos y tiraron el alambre a la media noche. Dice que amanecieron alambrando el campo y le agarraron todo. Y cuando mi marido fue a ver su campo estaba todo alambrado. Entonces, ahí fue que dijo “Bueno, lo tendré que dejar” porque no tenía fuerzas y lo dejó.

María llegó a la vida de don Cone, su esposo ... todo es por Algo ...
A todo esto pasó más de veinte años. Cuando yo entré en el CAI, como decía Don Chacho, en ese año yo empecé a juntarme con la gente, a juntarme con mi gente y a poder andar por mi campo. Después, pasó el tiempo y es como que yo quise bajar los brazos, como que quise retroceder porque por ahí es como que me bajonié porque era mucha la lucha, era mucha la andanza. Porque yo tenía que andar, haya lo que haya yo andaba. Si tenía que viajar a algún lugar viajaba y anduve por muchos lados. Y gracias doy a mis hermanos que me ayudaron, a mis hermanos indígenas que estuvieron conmigo. Y después, luego, me fui a Viedma. Y allá yo tengo chicos conocidos y un día les digo yo “¿Y por qué no me llevan a la oficina de tierras, chicos? Llévenme a la oficina de tierras porque yo quiero ver si realmente el campo es de Abi Saad”. Entonces fui a ver y cuando llego a la oficina de tierras me encuentro conque los turcos no habían hecho ninguna transferencia sino que el campo estaba a nombre de Antonio (Cone). Entonces, yo dije “Bueno, aquí me agarro ... aquí me agarro”. Y bueno, ahí yo seguí notificando, viajaba, iba ... Pero por ahí es como que después estaba medio cortada y medio sola. La gente por ahí no me orientaba bien, tampoco y es como que habían cosas negativas.

Una mujer con la pollera “bien atada”
Y bueno, a través de todo es como que yo decidí que no iba a bajar los brazos. “Pierda o gane” dije, yo tengo que salir al frente. Y seguí, y seguimos con mi hija, me acompañaban los chicos. Íbamos y viajábamos hasta que llegó el momento en que llegamos con estos chicos que me acompañaban en Viedma y empecé a andar en la lucha y me junté con más gente que estaban pasando las mismas situaciones que yo estaba pasando en Viedma y bueno, a través de toda esa cosa rescaté mi campo. Cuando hablamos con el abogado la última vez que fui, el abogado me dice “Señora, dígame si va a entrar, sí o no, en su campo.” Eso sí, me aclaró la cosa, bien cómo venía la mano y yo le dije que estaba dispuesta. Yo le dije “A mi marido no lo dejo solo y a mis hijos tampoco. Primero me van a sacar a mí de los pelos. Y si no, no. Pero yo voy a ser la que va a ir ahí. Yo voy a entrar y como una mujer me voy a atar bien la pollera y no voy a retroceder”. Y así fui. Así que para el 2 de febrero del año pasado, que fue un domingo, entré en el lugar. Entramos en nuestro lugar y doy gracias a mis hermanos mapuche que me ayudaron mucho, que fueron a estar conmigo.

Casualmente también el CODECI y a pesar de ellos ...
Por ahí, también tuve bastante conflicto con los chicos de CODECI de Jacobacci, y también con un tal señor Ruso. Pero también les estuve diciendo las cosas como son porque yo no tengo pelos en la lengua para decirles. Yo les digo las cosas como son. Somos o no somos. Directamente. Yo soy así. Yo dije “A mí la gente falluta no me gusta y gente que anda con doble pensamiento tampoco. Porque a mí me gustan las cosas muy claras. Si quieren acompañar acompáñenme y si no me quieren acompañar, no me acompañen. Alguien me va a acompañar”. Así que vinieron los chicos de Viedma y me acompañaron. Entré en ese lugar y doy gracias a dios que ahora levantamos nuestra casa y pusimos animales. Tenemos animales, tenemos nuestra casa y ahora mis hijos y mi esposo quedaron allá y recuperamos nuestro campo.

“Esta carrera ya está ganada”
También los turcos nos amenazaron pero yo no les tengo miedo. Como les dije, no les tengo miedo, porque padre tuve uno solo y mi madre tuve una sola que me puso la mano, y papá. Y después de ellos, nadie mas. Y así soy y así voy a ser hasta morir. Y estas son las franquicias que les dejo a mis hijos y a todos ustedes. Ustedes, hermanos, peñi, les estoy diciendo que no aflojen ... No aflojen porque esta carrera ya está ganada. Ya no hay que bajar los brazos sino seguir para adelante, nomás.
Y es por eso que estoy contenta que pude venir para acá y quiero decirles que no hay que confiar en los turcos, que no hay confianza en ellos, porque los turcos son muy jodidos. Y aparte tienen gente. Tal vez ellos no pero sí tienen gente que cuando ellos no pueden hay gente que ellos tienen también para jodernos entre nosotros mismos.

“No van a poder con nosotros”... “No les tenemos miedo”
Entonces por eso digo que ellos no van a poder con nosotros. Los turco Abi Saad no van a poder nunca con nuestra gente porque nosotros somos indígenas y estamos firmes y somos unas raíces muy fuertes. No le tenemos miedo a la muerte. Estamos para eso y como le digo a mi hijo, yo como mujer que tengo 57 años no le tengo miedo a los turcos, si tengo que afrontarme con ellos no tengo ni un problema y así se los he dicho también. Así que por eso digo yo que gracias a dios estamos en el campo y ahí en Colitoro está mi casa. Y bueno, ahora mi marido tuvo que andar el otro día en Bariloche porque también, los trucos mismos mandaron gente al campo para sacar leña y después vino la abogada, la señora la (Llaura) esa ... Bueno, esa es la que fue y denunció como que mi marido había sacado leña del campo de ellos porque el campo era de ellos. Y bueno, mi marido fue a Bariloche porque lo citaron ahí, y allá también tenemos el abogado así que los turcos no tienen cabida. Y no les tenemos miedo. Ya dijimos que no y ya no nos van a sacar de ahí porque es nuestra tierra y el día que muramos nosotros van a quedar nuestros hijos y ellos serán los que lo van a defender después. Pero nosotros ya les dejamos el camino como para que ellos puedan defenderse y tengan sus cosas. Yo les digo cuiden el campo, trabajen el campo, cuiden el campo y cuiden los animales porque es para ustedes. Mientras yo esté viva voy a seguir apoyando a mis hijos, a mi familia y a todos mis peñi que están luchando por la misma causa. Estas serían mis palabras.

Chacho Liempe – integrante del CAI – El Bolsón
Palabras de presentación y apertura del Auka Trawm

Yo quisiera repetir lo que comentaba hoy Crecencio, la alegría de que hayan venido, que hayan hecho el esfuerzo de llegar hasta acá gente de distintos lugares, desde tan lejos, a pesar de la distancia y a pesar de la situación en la que estamos acá hoy y en la que vamos a tener que estar. Nosotros somos concientes de lo que significa estar acá en este lugar porque vivimos acá pero también veíamos importante que nos conocieran en cualquier situación porque casi siempre los encuentros se hacen en verano y el verano es lindo, acá está lleno de piches, de choiques, de guanacos. Es hermoso. Pero también está el invierno, está el frío, está la falta de leña. Y el motivo del lugar y el motivo de la fecha, si se quiere, tiene que ver con la situación que estamos viviendo hoy. Y la idea es contarles y después charlar. O sea que la idea no es que uno cuente y el resto escuche. Por eso es Trawm, por eso es abierto por eso es que todos vamos a charlar para que todos podamos contar. Creo que todos tienen algunas ideas de compartir la experiencia de cada uno, de cada lugar, de lo que se piensa y de lo que se sueña. Seguramente después contaremos lo que es la organización y el por qué de la organización que tiene que ver plenamente con todo lo que es el pueblo nuestro. Nosotros no somos cuatro o cinco gatos locos, somos miles. Somos miles con distintas características, con distintas formas de pensar, con distintas realidades. Y distintas realidades a las que nos llevaron también. Hay una cosa muy notable que es el caso de la lengua. Hay zonas que tienen mucho más la lengua nuestra y hay otras en las que no se mantiene tanto. Y esto tiene un por qué. Y no es porque nosotros hemos renunciado a la lengua nuestra. En esta zona, por ejemplo, se asentaron la mayor gente de lo que se llamaba antiguamente los azuleros; la gente rankulche que quedó desparramada después de la guerra.

Sobre la organización
La organización nace primeramente hace algunos años, cerca de veinte años, por la necesidad de decirle basta a todos esos años de sufrimiento de la gente nuestra, de nuestros mayores y de nosotros mismos. Entonces se dio naturalmente el que nos juntáramos y nació esta organización que queremos mucho porque es la forma que encontramos para defendernos. Queremos mucho a esta organización porque nosotros, como todos ustedes, sabemos lo que significa andar solo, no saber defenderse, no saber escribir, no saber cómo expresarse y no saber cómo hacer nada. Ir garroteado, usado, abusado, explotado y todas las cosas que se le ocurran las hemos sufrido y las sufrimos. Y encontramos que esta organización era la mejor forma que empezamos a tener, primeramente, como espacio propio porque este es nuestro lugar, esta organización es nuestro espacio donde discutimos, reímos, cantamos, lloramos y aprendemos y buscamos la forma de defendernos. Es el espacio nuestro. Entonces, la única defensa real que hemos encontrado, conociendo a los partidos políticos, conociendo cómo funciona el sistema con sus instituciones ... el único espacio que encontramos es la organización propia. Y la hacemos como podemos, cada cosa la vamos pensando, la vamos generando, y nos equivocamos y buscamos la otra forma ... Y en ese andar fuimos probando y conociendo el sistema, concientes de lo que significa, todo lo que es la cuestión administrativa, sus leyes y la cuestión esta en la que nos tienen metidos ahí. Cuando empezamos a juntarnos lo primero que apareció fueron los reclamos. En la asamblea nuestra hay unas doscientas o trescientas gente nuestra. Mucha gente, y acá hay ejemplos de parientes que han estado en la primer asamblea y que vivían como en este lugar que está distante pero hay lugares que son mucho más distantes y mucho más apartados a los que no se puede llegar ni siquiera con vehículo. Y de esos lugares llegaban a la organización porque escuchaban que por primera vez aparecía un espacio propio y donde se descargaban, donde largaban todo el sufrimiento de años. Y ahí buscábamos la forma entre todos. Primeramente está el alivio de soltar todo eso y después el problema. Y dentro de esos problemas aparecieron cientos, aparecieron y aparecen, cientos de casos de explotación y de robo de tierras de distintas formas. En el caso de los pedazos de tierras que nos quedan hoy. Y fuimos aprendiendo qué es lo que son los deslindes, como es la ley de tierras, después aparecen las cuestiones de las leyes que empiezan a reconocer nuestros derechos y hasta participamos en la elaboración de alguna de ellas.
Todo eso fuimos aprendiendo y utilizando y conociendo las caras de los funcionarios. Porque ahora todo esto está difundido, ya se conoce y todos hablamos, pero en esos tiempos, cuando nosotros éramos jóvenes no teníamos esa experiencia de pararnos frente a un funcionario. No la teníamos y temblábamos porque para nosotros era una cosa tan grande, un intendente era una cosa tan grande, y ni hablar de un diputado porque ni sabíamos qué puta era un diputado. Y fuimos andando y en la medida que los íbamos conociendo los íbamos bajando, bajando y bajando. Así hasta que después nos tocó discutir hasta con gobernadores. Entonces esa experiencia la hicimos casi durante veinte años y nos cansamos. Nuestros mayores se cansaron de andar reclamando. Nosotros hicimos prácticamente lo mismo nada más que con más elementos, más organizados, con más conocimientos y fue lo mismo, la misma situación. Lo que se dice comúnmente el bicicleteo de “Bueno, venga mañana o pasado”; que se arma una comisión y otra comisión. Todo lo que ya sabemos de cómo responden los funcionarios.

“Basta de hambre y miseria; ha recuperar la Tierra”
Entonces, en el año 98, de toda esa experiencia sacamos aquella consigna (por “No más hambre ni pobreza; a recuperar la Tierra”). Dijimos, cuando tenemos un problema, la gente del gobierno nos pide un papel y otro papel y tenemos que salir a ver dónde podemos demostrar que estos campos nos pertenecen y todas las cuestiones legales y los derechos que tenemos, etcétera. O sea que dijimos que ya no íbamos a cambiar la situación porque siempre tenemos que andar resistiendo y dando respuesta, siempre defendiéndonos, siempre defendiéndonos. Y dijimos “Estamos podridos de esto; vamos a dar vuelta a la cuestión. Ahora empezamos a avanzar nosotros.” Y decidimos empezar la recuperación de ese territorio. Y los primeros pasos que dimos le descontrolamos todo porque ellos fueron los que tuvieron que salir a buscar los papelitos. Los turcos estos están desesperados viendo dónde tienen un documento que les diga que son propietarios, siempre hablando dentro de la legalidad del sistema. Así que bueno, lo peleamos ahí. Ya hicimos un avance y con esa consigna, con esa decisión de todos, aparecen otros casos. Aparece el caso de Arroyo Las Minas, la zona de Alto Chubut, la zona de Costa Ñorquinco y aparece esta zona. Que es gente nuestra que toma la fuerza para avanzar.

Sobre el caso Casiano
Entonces, hace tres años y ocho meses que hicimos la recuperación esta que se trata de cerca de 8 mil hectáreas. Y ahí empezó la pelea. En esta pelea agotamos todo. Para simplificar, en este momento, la cuestión legal, la cuestión judicial en la provincia está prácticamente agotada. Estaría por pasar al “Supremo Tribunal de Justicia de la Provincia”.
Hace un mes, más o menos, un juez falla en contra de los Casiano y a los diez días tenía que dar la orden de desalojo, tenían que venir a desalojar. Entonces nosotros nos movimos. Primeramente estaba la decisión tomada de no salir, de resistir. O sea que si acá venían los milicos a sacarnos no se salía. ¿Y qué es lo que significa legalmente? Bueno, ya se acabó lo legal. Y como en ese momento venía la situación de un caso también de gente nuestra, de nuestro pueblo, que en el caso de la lucha que se está llevando con los Benetton estaba en el aire a nivel nacional, y justo en esos días también aparece la cuestión de la gente de pueblos como el nuestro en el caso de Salta donde también había problemas de desalojos y de luchas muy duras que también estaba instalado a nivel nacional. Y justo aparece también este caso que también se instala rápidamente a nivel nacional y trabamos el desalojo que en este momento está trabado. Le hicimos una denuncia al fiscal de estado pidiéndole el desalojo de Abi Saad con todos los elementos, con toda una denuncia bien fundamentada.
La cosa es que trabamos a la justicia, trabamos a la fiscalía de estado y hay un posible juicio al Estado de la provincia. Y a nivel nacional instalamos el tema así que está todo el mundo mirando para ver qué es lo que se hace aquí en Río Negro con respecto a Casiano. (...)

El círculo de vivir reclamando ...
Una cosa es que si nosotros acá hacemos reclamos para que se les entregue el campo a los Casiano como campo fiscal lo hacen rápidamente. Pero acá estamos diciendo que les entreguen el campo a los Casiano como parte del territorio que les pertenece como mapuche, como territorio tradicional de nuestro pueblo y ellos están ahí. Y nosotros llegamos a este punto acá y por eso queremos contarles y que charlemos más, hoy y mañana con más elementos porque no sé si es que a nosotros nomás nos pasa. Como decíamos tal vez les pasa también a los del campo, a los trabajadores, a los desocupados ... Capaz que todos estamos trabados ahí y nos meten en un círculo. Y todos vivimos reclamando, vivimos reclamando ... Entonces, o seguimos en el círculo ese, seguimos haciendo notitas, seguimos haciendo notas en la radio y hablando en los diarios, haciendo denuncias para que venga la APDH, para que vengan otros a apoyar nuestras denuncias o ... Y en eso hay un problema porque si aparece otro caso de los campos que robaron, si vienen los peñi a decirnos que pasa esto, esto y esto. ¿Nosotros vamos a agarrar de vuelta todo el papeleo, todo el tramiterío sabiendo nosotros que no van a tener respuesta? Si hacemos eso vamos a estar engañando a los peñi y nosotros vamos a estar ahí engañándonos también a nosotros mismos. No sé si se entiende cómo es la cuestión porque estamos en una situación que es muy limitada. Y eso es lo que queremos compartir y es por eso que buscamos, primeramente, informarles de la situación. Por otro lado, lo que nosotros hagamos es importante que lo sepa la mayor cantidad de gente que nos apoya, que no es de locos que somos que tomamos estas medidas sino que tiene un motivo y tiene un sentido.

“Los Casiano no pueden salir porque acá se criaron y crecieron, y acá está toda su historia”
Más o menos ese es el motivo de esta convocatoria. Y el hecho de hacerlo en este lugar es un motivo de reafirmación, de decirle a la gente del estado, a la gente del gobierno que de acá no nos sacan. No podemos salir. No pueden salir los Casiano porque acá se criaron y crecieron y acá está toda su historia. Su casa está ahí ... ahí está su casa. Aquí están sus muertos. Cada cosa de estas es la vida de Segundo, de Marta y de cada uno de ellos. Es de acá, este es su espacio. Y, por otro lado, como mapuche, es parte de nuestro territorio. Este es un momento muy importante, bien visible y no podemos retroceder. No nos dan espacio, no nos da espacio ¿saben qué?, lo que siempre decimos: la dignidad de nuestros mayores. Cuando se toma realmente conciencia esto no es cualquier cosa, eso no nos da espacio porque también queremos ser consecuentes con eso. Queremos ser consecuentes con lo que decimos. Yo me acuerdo de mi viejo ... ¿Con qué cara miro a mi viejo diciéndole, por ejemplo, “bueno, acá retrocedimos sin pelear”? ¿Cómo? Y esta discusión la tuve hace poquito con el fiscal de la provincia. El decía que lo que pasa es que en el caso de los que tienen mucho campo no quieren retroceder, no quieren perder. Y nos dijo que había que preparar a la gente para que entienda que a veces se pierde. Entonces le dijimos que no, que no es así. Bueno, eso es más o menos lo que tengo para decir.

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TITULO AUTOR FECHA
Campex Fernandito Gomez Saturday, Feb. 26, 2005 at 12:26 PM