POR FAVOR QUE LA HISTORIA NO SE REPITA
Por Walter Escobar - Friday, Sep. 24, 2004 at 2:18 AM

No es relevante el hecho de la reforma constitucional ahora; más cuando surge de la ilegalidad. No es relevante porqué a este gobierno federal la actual constitución no le impide poner en la mira de la justicia a quienes han delinquido en la función pública: llámese poder ejecutivo, judicial y legislativo.

“Los pueblos que olvidan su historia corren el serio riesgo de cometer los errores del pasado”.
Esta frase célebre, máxima o sentencia a recorrido el mundo porqué es el resultado de experiencias dolorosas. De allí su origen. Por eso contiene una fuerte dosis de sabiduría. Bien podría ser que aquí en Santiago es necesario tenerla presente, como una luz que ilumina estos días de oscuridad y confusión porque hoy Santiago está en zona de riesgo y a punto de repetir lo que no queremos que ocurra.
No es relevante el hecho de la reforma constitucional ahora; más cuando surge de la ilegalidad. No es relevante porqué a este gobierno federal la actual constitución no le impide poner en la mira de la justicia a quienes han delinquido en la función pública: llámese poder ejecutivo, judicial y legislativo. Como tampoco tiene ningún impedimento para que Santiago tenga mejor salud, mejor educación y seguridad. De igual modo se termine con la impunidad. Estas son cuestiones relevantes y la razón de ser de este proceso intervencionista.
Es evidente que estas cuestiones resueltas le darían legitimidad y apoyo al actual interventor.
Si tomamos en cuenta que se impulsó para que algunos puntos le sean favorables a quienes la impulsan.
Creo que la constitución debe ser reformada en tiempo de paz y no en un clima beligerante como lo que hoy estamos viviendo. Pedir que se postergue o que sea el gobierno elegido por el pueblo y con la participación de todos los sectores de la vida institucional, no es estar en contra de la reforma.
Hoy es evidente que se quiere favorecer a un sector y excluir a otros, sea esto intencionadamente o por omisión, porque se vuelve a las viejas antinomias entre reformistas y supuestos antireformistas.
En una mirada retrospectiva, en el año 1949 el entonces presidente, General Perón, impulsó la primera reforma a la Constitución de 1853 con principal fin de posibilitar su reelección. Cuando en el país poco o nada se respetaba la opinión de los que pensaban diferente: cárceles y exilios para los opositores al régimen. El país estaba dividido entre peronistas y antiperonistas. Ese segundo mandato nacido de dicha reforma, concluyó antes de los plazos establecidos y las consecuencias dolorosas que sufrió el país, después de la caída de Perón.
En el año 1994, el entonces presidente y actual prófugo de la justicia, Carlos Menem, amenazó con llamar aun plebiscito si no se acordaba la reforma para lograr la reelección. Y posteriormente, en el 98, estuvo a punto de violarla para una nueva
re-reelección. Todo esto ocurrió en el orden nacional: fueron las dos únicas veces que se habló de la reforma de la Constitución.
En el orden provincial, en el año 1985, en alianza con la Democracia Cristiana (de nuevo en el centro de la escena los que de cristianos tienen poco y de demócratas nada) impulsó la reforma de nuestra Constitución para seguir gobernando la provincia. No pudo ser, porque dicha alianza –que marchaba en pos de intereses personalistas- fue derrotada por el radicalismo.
Sin el ánimo de inducir a nadie a pensar en lo inoportuno de esta ilegal convocatoria, es una invitación a la reflexión madura de los hechos descriptos y de los que hoy vivimos a diario.
Muchos hemos tenido esperanza de que el remedio federal sea un aire fresco de paz.. Para ese fin marchamos mas de cincuenta veces pidiendo justicia, sin apartarnos de ese reclamo y el cese definitivo de la impunidad.
Este reclamo popular, que llevó a cifras que rondaban las treinta mil personas, fue el detonante de la caída del régimen juarista. Ese mismo deseo de justicia, hoy está vigente.
Sin justicia no hay paz, y sin paz no puede reformarse una Constitución. La paz es un elemento esencial para poder pensar en construir una provincia grande, y la Constitución debe surgir de ese pensamiento y en el futuro garantizar a todo ciudadano, sin exclusión, jornadas de trabajo para la prosperidad y pacífica sociabilidad.
Es necesario refrescar la memoria o hacerlo conocer a quienes por juventud, no conocen algunos datos importantes.
De las cinco veces que Juarez fue gobernador, tres veces surgió de una Intervención Federal.
En 1973, en alianza con la Democracia Cristiana, siendo interventor el doctor Jensen Viano. En aquella oportunidad llevó en la lista, como senador nacional, al doctor Eduardo Cerro padre; en la lista de diputados a conspicuos dirigentes de las filas Democristianas. En el año 1983, nuevamente Jensen Viano fue el interventor y Carlos Juarez resultó electo gobernador. Finalmente en 1995, el interventor Juan Schiaretti, que finalizaba su mandato, impulsó y apoyó la candidatura de Enrique Bertolino, actual intendente de Selva. Al igual que hoy ellos decían que ganaban las elecciones…y resultó ser un inepto y desconocido para asumir la responsabilidad de una candidatura de tal magnitud. Como resultado de todo eso Juarez resultó gobernador nuevamente.
Entonces, si nos olvidamos de la historia, corremos el serio riesgo de que Juarez, desde la prisión o desde su lecho de enfermo y porque no desde la tumba, vuelva a ganar una elección.

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