Julio López
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Patricia Walsh se opone a ENARSA
Por Equipo de trabajo parlamentario de IU - Friday, Oct. 08, 2004 at 4:44 PM

Posicion de la Diputada Nacional de Izquierda Unida Patricia Walsh en el recinto de la Camara de Diputados sobre ENARSA.

Discurso de la Diputada Nacional pòr Izquierda Unida Patricia Wlash en sesión del 6/10/04
Sobre tratamiento creación de ENARSA

Sra. Walsh.- Señor presidente: el bloque Izquierda Unida va a votar en contra del dictamen de mayoría. Sí valoramos todo el trabajo que se hizo en el dictamen de minoría, acerca del cual expuso de una manera absolutamente adecuada el señor diputado Polino.


Solicito que la votación se realice en forma nominal porque entiendo que este es un proyecto importante y una vez más creo que es necesario dejar establecidas las responsabilidades políticas.


Asimismo, pido permiso para insertar algunas partes de mi discurso referidas a cuestiones técnicas. Pero no quiero dejar de decir que, en mi opinión, todo lo que hemos debatido a lo largo de estas horas produce consecuencias que pesan sobre la vida de los argentinos: familias, hombres y mujeres de nuestro país.


Hay algunos lugares de la Argentina que están mostrando las huellas o consecuencias de las decisiones que se han tomado. Son lugares de lucha, de resistencia, de reclamo y de protesta. ¿En qué pensamos si nombramos a Tartagal, a General Mosconi, a Plaza Huincul, Cutral-Có,
Comodoro o Caleta Olivia? ¿Qué ocurrió en esos lugares? ¿Qué está pasando hoy con las personas, con las familias, con los niños, con los jóvenes, con los abuelos?


Se han dado muchos datos y números y se han hecho muchas cuentas a favor y en contra de ENARSA. También se habló de contar con una política energética, de los hidrocarburos, del petróleo y del gas. Se habló de las consecuencias de enajenar nuestro patrimonio nacional, de la posibilidad de recuperar o no ese patrimonio. Se dijo que a lo mejor es irrecuperable. ¿Será cierto que el petróleo es irrecuperable? ¿O lo que ocurre es que no queremos recuperarlo? ¿No queremos hacer lo suficiente?


Hemos perdido miles y miles puestos de trabajo. ¿No podemos hacer nada por recuperarlos? ¿Será que en un país como el nuestro, con aberrantes cifras de desocupación, no podemos pensar en proyectos con los que se recupere en número de miles los puestos de trabajo? ¿Será que nos ocurre que la mejor idea para un país como el nuestro, con la desocupación que tenemos, sobre todo en los lugares que nombré, sea pensar en una empresa con veinticinco puestos de trabajo? En 1991 YPF tenía veintidós mil puestos de trabajo.


¿Será que no podemos pensar en cómo arreglar el desastre? ¿O será que no queremos?


Sí podemos discutir cómo recuperar nuestro patrimonio nacional con nuestro petróleo y nuestro gas, tal como han señalado varios señores diputados.


Recientemente el señor diputado Cafiero contaba lo que ocurre con Loma de la Lata, en Neuquén. ¿Será que no podemos hacer nada?


Recordaba, entonces, que estamos hablando de personas, que tienen nombre y apellido, que tienen historia. Algunas de estas personas tienen una historia absolutamente vinculada a lo que decidimos cuando regalamos el petróleo.


Hoy estamos discutiendo la creación de una empresa “trucha” de veinticinco personas en vez de resolver sobre la forma de recuperar patrimonio que es nuestro.


Pensaba, porque tienen nombre y apellido, en Elsa Orozco, Marcela Constancio y Selva Sánchez. Tal vez estos nombres no signifiquen nada para ustedes; yo los tengo anotados para recordarlos.


Son mujeres jóvenes, muy jóvenes, que están
presas en la comisaría 4ª de Caleta Olivia, en una habitación de dos por dos, donde no hay aire y les cuesta respirar. Esto lo sé porque pude visitarlas y sé que no hay aire. Por ese motivo les duele la cabeza.


Estas tres mujeres están presas por pedir puestos de trabajo genuinos, de setecientos pesos por mes. Eso es lo que piden y reclaman. Le escribieron una carta al presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner, pidiéndole puestos de trabajo. Firmaron la carta, con una copia al gobernador de la provincia, Sergio Acevedo.


Reitero que la carta fue firmada junto con otras mujeres y hombres de Caleta Olivia. La copia de la carta está hoy en el expediente judicial como prueba de cargo por la comisión de un delito. Aunque no lo crean o les parezca extraño, esa carta está como prueba de cargo de la comisión de un delito en el expediente judicial.


Pedir trabajo genuino a una empresa petrolera, en una provincia que tiene petróleo, que es de los argentinos, es un delito, cuando el consorcio petrolero al que le piden trabajo se lleva de este país miles y miles de dólares.


Resulta que no hay trabajo para estas mujeres que entre las tres tienen once hijos: una tiene seis, otra tres y la tercera dos. De los seis hijos que tiene una de las mujeres, uno de ellos está en silla de ruedas. El papá, el compañero de esta mujer que está presa, concurre a la cárcel llevando a los seis hijos para que vean a la madre que está presa por pedir trabajo a un consorcio petrolero que se lleva todas las ganancias que puede de este país.


Reitero que ese padre lleva a los cinco chicos y empuja como puede la silla de ruedas con su sexto hijo. Otra de las mujeres presas tiene una beba a la que amamanta, y está angustiada porque no es fácil amamantar cuando se está preso.


La tercera mujer también está angustiada, porque tiene dos chicos de 13 y 14 años, no tiene marido y son los vecinos los que cuidan a sus hijos.


Estas tres mujeres están presas con prisión preventiva, como si fueran delincuentes, cuando son tres argentinas que quieren trabajar en una petrolera que se lleva el petróleo, que es nuestro. Esto, sencillamente, no es justo.


Entonces, me parece que votar en forma negativa esta iniciativa es lo más correcto, porque este régimen no le sirve ni a Elsa ni a Marcela ni a Selva. No les sirve esta empresa de veinticinco personas.


Lo que sí les serviría mucho es que alguna vez esta Cámara y el Congreso de la Nación les permitan recuperar, tanto a ellas como al resto de los argentinos, el petróleo, nuestros recursos, y en el caso de estas tres mujeres ojalá muy pronto, hoy mismo si se pudiera o bien mañana, puedan recuperar por lo menos el aire porque están en una celda en la que ni siquiera pueden respirar.



Inserción del discurso correspondiente a sesión del día 6/10/04
Orden del Día 1237
discusión en general


Hemos escuchado desarrollar fundamentados cuestionamientos a la legalidad y a la constitucionalidad del proyecto de ley en tratamiento.
He seguido atentamente las discusiones que han tenido lugar en las Comisiones respectivas, y he prestado especial atención a las intervenciones que, sobre el particular, distintos señores Diputados han realizado.
Se ha planteado la violación a la Ley de Sociedades, en virtud de la cual, y por el artículo 1º de este proyecto de ley, se constituye ENARSA, de forma tal que se crea un híbrido societario, actitud que la citada ley prohíbe. Nos preguntábamos el porqué de este desaguisado.
Se ha planteado también la violación a la Ley de Hidrocarburos, reiterada como plenamente vigente de acuerdo a las reformas que el miembro informante por la Comisión de Energía ha manifestado que se realizarán al texto que viene del Senado. Nos preguntábamos que necesidad existe de violar otra norma a la que se dice subordinarse.
Se ha planteado también la violación a las normas de la Comisión de Valores, al tiempo que se señala que la empresa que se constituirá deberá aplicar las normas de la misma para cotizar en la Bolsa. Seguíamos sin saber cual era la necesidad de vulnerar otra norma más.
Teníamos cierta prevención, por supuesto, porque algunos de los auspiciantes fundamentales de esta norma habían tenido una activa participación en el proceso de venta de la empresa estatal YPF, o sea que no podíamos asegurar que les preocupara el interés de nuestro pueblo sobre quien explotaría finalmente nuestra riqueza petrolera,y se apoderaría de su renta.
Al mismo tiempo sabíamos que hoy, con muy pocas excepciones, no sería posible defender aquí las privatizaciones y las concesiones de las riquezas nacionales.
Y ello es así porque nuestro pueblo tiene muy en claro las consecuencias que, en carne propia, sufre por las políticas privatizadoras y de concesiones de los últimos 30 años.
Nadie puede defender hoy, al menos fácilmente, las concesiones de los ferrocarriles, que levantaron miles de kilómetros de vías, mataron pueblos enteros, despidieron decenas de miles de trabajadores y hoy le siguen costando al Tesoro miles de millones de pesos como subsidios. Y sabemos de que forma se prestan esos servicios hoy.
Sólo basta observar el proyecto de Ley de Presupuesto para el año 2005, que recientemente hemos recibido, donde se registra la supuesta preocupación del gobierno nacional para reflotar este servicio público, para lo cual destina una cuantiosa inversión que viene a suplir la falta de inversión que debieron haber hecho los mismos concesionarios.
Podríamos también detallar las consecuencias de la privatización del servicio de agua, pero para ello nos remitimos a los fundamentos de nuestro proyecto de Ley de anulación de la concesión a Aguas Argentinas S.A., donde señalamos los atropellos cometidos y lo que ello le costó al Estado y a cada uno de nuestros ciudadanos.
Si pusiéramos en discusión la concesión de las rutas por medio de los peajes, podríamos ver que la mayor obra que hicieron las empresas beneficiarias fueron las casillas para cobrar. Por ello es que hoy, en uno y otro caso, el Estado tiene que hacerse cargo de las obras que los concesionarios no hicieron, y ello se reconoce en el proyecto de Ley de Presupuesto que nos ha enviado el Poder Ejecutivo para el año 2005.
Pensemos en Aerolíneas Argentinas, donde luego que el fisco nacional debió poner cientos de millones de dólares para cubrir la pérdida que producía estando ya privatizada, llegamos a la situación de hoy de tener una línea aérea que no tiene aviones pero que nos cuesta millones de pesos mensuales.
Y así podríamos seguir detallando, pero queremos hoy centrarnos en el tema energético. Hemos entregado una empresa modelo como YPF, y hemos privatizado nuestro subsuelo. Hemos destrozado a Gas del Estado, a Segba y a Agua y Energía.
Hoy vemos bien las consecuencias, con pueblos que fueron prósperos donde hoy gobiernan la desocupación y la miseria.
Tenemos también en cuenta la crisis energética que este año le ha costado al erario público cientos de millones de dólares y que provocó cortes de energía a las industrias y suspensión de miles de trabajadores. También queremos decir que la irracional explotación petrolera-gasífera de las concesionarias y privatizadas, cuya única finalidad es la obtención de la mayor ganancia en el menor tiempo posible, ha reducido las reservas gasíferas y petroleras a la mitad de lo que recibieron de la estatal YPF, llegando hoy a niveles críticos.
Conociendo bien los resultados de esta historia, nadie puede decir fácilmente ahora vamos a privatizar la plataforma submarina argentina, y por ello inventan un camino tortuoso, con contenidos violatorios de la propia Constitución Nacional, y a ello lo llaman
ENARSA.
Y esto se desarrolla al mismo tiempo que se reconoce que la renta petrolera es mayor que nunca. Desde el propio Ministerio del área se reconoce que el costo petrolero en nuestro país es de 8 dólares el barril, mientras su precio internacional supera en estas horas los 50 dólares.
Habiendo privatizado la explotación petrolera y gasífera, ahora, al subir el precio internacional, las empresas multinacionales nos aumentan el precio de la nafta y la luz, mientras que las exportaciones que ellos realizan de petróleo y gas provocan que nuestro país se quede sin reservas. Y la renta petrolera, de ribetes incalculables, ni siquiera ingresa al país, porque las normas vigentes les autorizan a dejar fuera del país el 70% del monto de sus exportaciones.
Dijimos que nadie se aventuraría a expresar públicamente que deberíamos privatizar el único recurso potencial que queda en poder del Estado de todo el complejo gasífero-petrolero: la cuenca de un millón de kilómetros cuadrados.
La sociedad atípica que hoy quieren crear, ENARSA, es la forma que encontraron para privatizar. Transfieren la cuenca marítima a esta empresa, que la podrá concesionar a terceros, no quedando claro bajo que normas, y con el menor control. Para ello fuerzan las normas constitucionales que reconocen que la plataforma marítima es de propiedad de las provincias, de acuerdo a la reforma constitucional del año 1994.
Bajo el discurso público de explotar, en manos del Estado, las últimas reservas que los gobiernos anteriores no llegaron a privatizar, generan en realidad un instrumento legal para transferirle los derechos de explotación, autorizándola a su vez a que ceda su explotación a terceros.
Si hubieran querido realmente refundar una empresa estatal, hacer nacer una nueva YPF, seguramente hubiéramos visto y oído la opinión crítica de las empresas multinacionales del rubro. Habríamos sentido sobre nuestras espaldas lo que popularmente se llama "el lobby petrolero". Pero, por el contrario, sólo se ha publicado hoy mismo el anuncio de una empresa extranjera que invertirá en los próximos años, en nuestro país, miles de millones de dólares para explotación petrolera en el mar: ¡han anunciado sus inversiones antes que los diputados tratemos la ley!. Y los demás, al callar, han asentido con esta propuesta de ley porque no los afecta. Les conviene.
Es gravísimo que en lugar de estar discutiendo como renacionalizar el complejo petrolero-gasífero-energético nos estén planteando que sigamos privatizando. Porque ENARSA es un camino para la privatización de la cuenca marítima.
El dominio del petróleo, el gas y la energía eléctrica, insumos básicos, sustanciales y claves de cualquier proyecto de la economía nacional, debe ser estatal. Y sólo el Estado debe explotarlo, de acuerdo a sus necesidades, porque es la única forma de garantizar la independencia económica. Y por ello este Congreso debería anular las ilegítimas concesiones y privatizaciones que se han efectuado en la década pasada.
Debemos hacernos cargo de la explotación petrolera, quedarnos con la renta petrolera, usar la energía para el desarrollo de nuestro pueblo. Es nuestra obligación discutir un plan estratégico energético que comience por controlar la exportación de petróleo en un país que tiene petróleo pero que no es un país petrolero.
Son caducas las concesiones para explotar el petróleo porque no han hecho más que sacar petróleo y gas donde ya YPF, cuando era estatal, había hecho la prospección e incluso los descubrimientos de este recurso. Pensemos que las empresas privatizadas y los concesionarios no han hecho ninguna inversión en gasoductos y oleoductos pese a sus increíbles utilidades.
El Estado debe hacerse cargo de la explotación de la cuenca marítima, junto con las provincias, incorporando la experiencia acumulada por los miles de trabajadores de YPF que Repsol echó a la calle.
Nuestro país debe y puede hacerse cargo de toda la cadena petrolera, gasífera y energética, y dispone de recursos monetarios para hacerlo. Para empezar tenemos el superávit primario, que en nuestro presupuesto consolidado (Nacional más las 24 provincias) según los primeros cálculos, se estima que oscilaría, para el año 2005, entre los $ 20.000 y $ 25.000 millones, a los que podríamos añadir los recursos ocultos que, según el diario Clarín del 5/10/2004, llegan al 29% del total de los depósitos que están en los bancos.
Por todo lo anterior, el Bloque de Izquierda Unida va a votar en contra del dictamen de mayoría.

Equipo de trabajo parlamentario de Izquierda Unida Diputada Nacional Ptricia Walsh
mail: bloqueiu@hcdn.gov.ar

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Por todo lo anterior
Por sorprendido - Friday, Oct. 08, 2004 at 6:28 PM

Por todo lo anterior votamos con Natale y la derecha

¿Otra vez sopa? ¿Así defendemos a los presos?

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80 votos en contra
Por Hebe - Friday, Oct. 08, 2004 at 9:56 PM

Los votos a favor fueron 122.
Los votos en contra 80.
Ochenta.

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Claro, son 80 votos
Por Claro - Friday, Oct. 08, 2004 at 10:27 PM

Si, son ochenta votos:

Poquitos de la izquierda fracasada.
Poquitos más del eterno ARI que nos defiende de las mafias (y por eso anduvo tanto tiempo con Romá, etc).
Otros poquitos más de los socialistas que cumplieron 100 años (30 como socialdemócratas probritánicos, 30 más como gorilas y los 40 restantes al pedo).

Y el granel de votos negativos, la mayoría de la minoría: la UCR y la derecha.

Esos son los ochenta votos.

Pregunto ¿para darle la plataforma a los ingleses / petroleras / Bush o a quien carajo se les ocurra , ¿hacía falta ENARSA?.

Nooooo.
No hacía falta, bastaba el marco actual, así que mal pueden objetar a Enarsa que no cierra la discusión, la abre.

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Forros
Por Yo - Saturday, Oct. 09, 2004 at 1:37 AM

Los traidores van a pagar. Espero ansioso el día que los trabajadores podamos cobrarnos las traciones de heil Tumini.

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Enarsa: La izquierda presenta proyecto mellizo
Por Rath - Saturday, Oct. 09, 2004 at 9:53 PM

PO871 - 07/10/2004

UNA CAPITULACION MEMORABLE
Enarsa: La izquierda presenta proyecto mellizo


CHRISTIAN RATH


Un conjunto de organizaciones y diputados perfectamente caracterizado –CTA, Apyme, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Economistas de Izquierda, Partido Comunista, Partido Socialista, Claudio Lozano, Patricia Walsh, Mario Cafiero, entre otros– han presentado un proyecto para que el Congreso apruebe la creación de Enarse, Empresa Nacional de Energía Sociedad del Estado, como alternativa a la Enarsa oficial, planteada como sociedad anónima. Fuera de esto, el proyecto izquierdista convalida la privatización del negocio petrolero, efectuada por el menemismo, y propicia nuevas entregas, por ejemplo del Mar Argentino. La letra ’e’ que separa a uno y otro proyecto subraya que estamos ante proyectos mellizos. Al igual que su melliza, la Enarse izquierdista pretende “evitar situaciones de abuso de posición dominante originadas en la conformación de monopolios, oligopolios o de otras situaciones que distorsionen la libre competencia” (artículo 4º). Se trata, entonces, de una especie de “asociación de defensa del consumidor”, función que ya deberían estar cumpliendo los organismos estatales corrientes. Mientras tanto, los negocios de Repsol, Petrobras, Total y demás pulpos, que se benefician de una renta petrolera del orden de los 6.000 millones de dólares al año, siguen gozando de la ‘seguridad jurídica’. Los izquierdistas han engavetado la nacionalización del petróleo. Esto resulta explícito del planteo de que Enarse “tendrá la titularidad de los permisos de exploración y de los convenios de explotación sobre la totalidad de las áreas marítimas que no se encuentren sujetas a permisos o concesiones a la fecha de entrada de la presente ley” (artículo 2º). Es lo mismo que dice el proyecto oficial, y pretende el mismo objetivo: tanto Enars(e) como Enars(a) se proponen conceder a los monopolios internacionales la explotación del Mar Argentino.

El Estado nacional no necesita crear empresas especiales para entregar la plataforma continental marítima. Si el gobierno y los izquierdistas se empeñan igualmente en esta redundancia es porque unos y otros aspiran integrar al negocio a sus propias camarillas –en el caso de la izquierda se trataría de poner en el directorio a un “representante de los trabajadores” (¿CTA?), a otro por “concurso público”, a otro por los “consumidores”.

Los mellizos también comparten la característica de que no tienen asignado un capital para actuar como empresa productiva. Pero incluso si esto fuera modificado, estaríamos ante otra confiscación del pueblo, al cual habría que sacarle la plata para formar ese capital. La nacionalización del petróleo y el restablecimiento de YPF, en cambio, significarían la recuperación de un capital confiscado por los monopolios.

La adhesión de la “izquierda” al proyecto de Kirchner es mucho más que el abandono de la lucha por la nacionalización del petróleo. Es un acto de integración política al régimen vigente, cuyo objetivo declarado es la “recomposición de la burguesía nacional”, es decir, del Estado capitalista y de las relaciones semicoloniales de esa burguesía y de ese Estado con la burguesía mundial.

Los firmantes del proyecto mellizo conforman un bloque político continental de cuño kirchnerista, como lo demuestra su alineamiento con Lula y el Frente Amplio de Uruguay, incluso más entreguistas y ‘neoliberales’ que el propio Kirchner.

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