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Acuerdo Unión Europea - Mercosur: ganancias para pocos, amenaza para la mayoría
Por Alianza Social Continental - Tuesday, Oct. 26, 2004 at 4:49 PM

Declaración de los movimientos y organizaciones sociales del Mercosur

Acuerdo Unión Europea - Mercosur: ganancias para pocos, amenaza para la mayoría

Declaración de los movimientos y organizaciones sociales del Mercosur

1 de octubre, 2004

Resumen

Mientras las negociaciones del ALCA (Área de Libre Comercio de las
Américas) siguen en compás de espera en relación a las elecciones en
los Estados Unidos, los gobiernos de los países del Mercosur, negocian
contra reloj un acuerdo también nocivo para la región sólo que con la
Unión Europea (UE). El apuro es grande entre los negociadores porque el
plazo para la conclusión del acuerdo termina el 31 de octubre – es ésta
la fecha en que los representantes de la Comisión Europea serán
cambiados y, en caso de que el acuerdo no esté concluido, el proceso
negociador tendrá que recomenzar.

Las organizaciones y movimientos de la región que hacemos la Campaña
Contra el ALCA en el Cono Sur queremos hacer pública y fundamentar
nuestra oposición a este acuerdo lesivo con la Unión Europea, que pone
en juego nuestra soberanía, nuestro futuro y las posibilidades de
avanzar en una verdadera integración sustentable subregional y con los
pueblos europeos.

Como veremos, a cambio de supuestas ganancias para algunos pocos
sectores agroexportadores, nuestros gobiernos de los países del
Mercosur están ofreciendo entregar sectores clave de nuestras economías
a la competencia desigual con las grandes empresas transnacionales
europeas, en áreas como bienes industriales, pesca y transporte
marítimo, seguros, servicios ambientales –inclusive agua y
saneamiento--, servicios financieros y de telecomunicaciones, compras
gubernamentales, normas más estrictas de propiedad intelectual que
impedirán la transferencia de tecnología y facilitarán la biopirateria
y la apropiación indebida del conocimiento asociado al uso de la
biodiversidad, garantías jurídicas adicionales para los inversores
europeos, etc.



Declaramos que este toma y daca es absolutamente inaceptable, como lo
es la falta total de transparencia con la que se están conduciendo
estas negociaciones.



En consecuencia, exigimos a los negociadores y gobiernos del Mercosur:

no firmen el tratado con la Unión Europea.
• detener inmediatamente las negociaciones
• realizar consultas populares y sectoriales previas a reiniciar
negociaciones
• involucrar a los parlamentos nacionales plenamente en todas las
etapas de las nuevas negociaciones, previo a la firma de cualquier
acuerdo
• evaluar los impactos socioambientales y económicos de la
liberalización de las últimas décadas en el región



1. Acceso a mercados en agricultura – La supervivencia de la
agricultura familiar y campesina está en juego



La mayor apuesta de los gobiernos del MERCOSUR esta cifrada en
obtener acceso al mercado europeo para algunas producciones
agropecuarias y agroindustriales de la región. Pero para que eso
ocurra, el acceso a los mercados debe ser una concesión mutua, es
decir, que nosotros tendremos que abrir aún más nuestros mercados a las
importaciones agrícolas subsidiadas europeas, lo que significará la
ruina para la inmensa mayoría de los agricultores familiares y los
campesinos de la región.



Uno de los casos más preocupantes en ésta área de negociaciones es
el caso de la leche, que es considerado producto sensible por el
Mercosur, y tiene hoy un arancel de 27% para la entrada de la leche
europea en nuestro mercado. Sin embargo, la lista de excepción para
productos reconocidamente sensibles del Mercosur no está siendo
aplicada al acuerdo UE-Mercosur. La agricultura familiar/campesina
(pequeños productores), por ejemplo en el caso de Brasil, es
responsable por el 82% de los 1,8 millones de establecimientos lecheros
y por, por lo menos, el 80% de la producción.. Si el acuerdo fuese
firmado hoy, la alícuota de importación de leche, que es de 27% sería
reducida gradualmente a 0% en diez años, excepto para la leche el
polvo, lo que no eximiría a la agricultura familiar de sufrir serios
impactos porque habría significativas reducciones arancelarias (de
cerca del 50%). La importación, que actualmente ya es alta, sería
desastrosa y afectaría mucho a los precios nacionales y la vida de
millones de pequeños agricultores. Seguramente más de un millón de
éstos, que hoy producen alrededor de 30 litros de leche por día cada
uno, no estarían en condiciones de productividad para competir con los
europeos, e irían a la quiebra, perdiendo trabajo y engrosando las
filas del éxodo rural. Lo mismo sucede con la producción de cebolla,
ajo, vinos, duraznos y otros. Todos ellos producidos en pequeñas
propiedades.



Más allá de lo que significa este acuerdo en términos de la
apertura de nuestros propios mercados, la apuesta de nuestros gobiernos
de sustentar esta supuesta integración económica en el aumento de las
exportaciones de origen agropecuario y agroindustrial supone darle a
nivel nacional y regional prioridad a la agricultura de exportación, en
lugar que a la agricultura campesina para satisfacer las necesidades
alimentarias y otras de nuestra población. La agricultura para la
exportación beneficia sólo a una ínfima minoría de los agricultores de
la región (los grandes productores latifundistas). De hecho, toda la
cadena productiva agroindustrial en la región –desde las semillas hasta
los alimentos procesados— ya está en gran medida transnacionalizada y
en manos de grandes empresas transnacionales, muchas de ellas de origen
europeo. Esta priorización de la agricultura de exportación amenaza la
soberanía alimentaria de nuestros pueblos, ya que corremos el riesgo,
como ya ocurre en la Argentina, que la producción (de soja) para la
exportación desplace a la producción nacional de alimentos como la
leche para el consumo local, o en Uruguay donde las plantaciones
forestales para le exportación están invadiendo zonas tradicionalmente
agropecuarias, desplazando en uno y otro caso a los pequeños y medianos
agricultores que surten el mercado interno. También amenaza nuestra
soberanía alimentaria, porque la agricultura de exportación es
mayoritariamente de naturaleza altamente contaminante del suelo, el
agua y el aire y se basa en el principio de uniformidad, en lugar que
la rica diversidad de la agricultura campesina. Estos aspectos
ambientales y sanitarios se verán aún más agravados con la
proliferación de cultivos transgénicos para la exportación.



En las negociaciones de este capitulo agrícola quedan además al
descubierto lo engañosas que son las supuestas ofertas europeas en
materia de acceso. En el sector de carnes los europeos nos ofrecen
cuotas menores a lo que exportamos actualmente, es decir, 116 mil
toneladas, cuando ya estamos exportando 275 toneladas. Como si eso no
fuera poco, esta cuota no es ofrecida de una vez, sino en etapas a lo
largo de 10 años, para los cuatro socios del bloque. Es decir, aunque
entreguemos todos nuestros mercados con la ilusión de que los europeos
van a abrir el suyo a cuotas mayores de exportaciones agropecuarias,
donde tenemos mejores condiciones de producción, ellos siguen
protegiendo mientras nuestros gobiernos ofrecen todo.



Además, la EU sigue proponiendo un mecanismo que aumenta el arancel
a medida que las exportaciones van creciendo. Esto significa que,
cuanto más exportemos, mayor será el arancel. Esta situación sólo
beneficia a quién ya exporta carnes a Europa, que ganará más por
exportar menos, no habiendo real apertura de mercados para nuevos
productores y ninguna diferencia en la cantidad exportada en función
del acuerdo.



Otro punto grave del proceso de negociación en curso es el tema de
los subsidios a la exportación. El subsidio europeo a la exportación de
leche es de 1.700 mil millones de euros para el año 2004 y existe una
previsión de 1.200 millones de euros para 2005. No hay nada acordado en
la negociación sobre la forma de proteger a nuestros pequeños
productores agrícolas (agricultura familiar y campesina) de la agresión
que significa este volumen de subsidios. También no se ha acordado
sobre salvaguardias contra picos de importación de productos agrícolas
subsidiados.



La propuesta de la UE en las negociaciones viene acompañada de
algunas condicionalidades, que consideramos absurdas: que el Mercosur
le dé garantías de protección adicional a la propiedad intelectual
ligada a las denominaciones de origen geográfico de la producción de
vinos, quesos y jamones – lo que podría llevar a la prohibición del uso
de expresiones tales como queso parmesano, roquefort, mortadela,
champagna, etc, pues éstas identificaciones geográficas ya están
patentadas en Europa – y sólo conceder las cuotas a lo largo de diez
años y divididas en dos etapas, dependiendo esta segunda de los
resultados de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio
(OMC).



2. Amenazas al derecho del Mercosur a tener políticas industriales
autónomas



En bienes industriales el Mercosur ya aceptó abrir más del 90% de
su mercado, y los europeos (que abrirían el 100%) quieren que este
porcentaje llegue también a 100. Esta es una ecuación desigual, pues si
analizamos los items de nuestro intercambio comercial con la UE,
veremos que los países del Mercosur exportan productos primarios,
minerales y manufacturados de bajo precio e importan básicamente bienes
industriales. Con esta apertura a los bienes industriales, el
desequilibrio sería peor.



El último informe de la UNCTAD alerta sobre el hecho de que entre
1980 y 2003, a pesar de que el volumen de productos exportados por los
países en desarrollo haya crecido también fuertemente, el poder de
compra obtenido por los países con esas exportaciones creció mucho
menos. Esto es así porque aumentaron mucho más los precios de las
mercancías compradas por esos países y provistas por los países
desarrollados en los mercados internacionales, tales como máquinas y
equipamientos, bienes de informática, industrializados de mayor grado
tecnológico y de investigación (remedios, por ejemplo), que mostraron
crecimiento de más de 9% en 2003. E incluso los productos
manufacturados exportados por Brasil, como calzados, textiles,
productos de acero o de aluminio también presentaron “deterioramiento
de los términos de intercambio”, a pesar del crecimiento de sus
volúmenes.

Este deterioro de los términos de intercambio que se acentuará con
este acuerdo, implica además un deterioro inaceptable del medioambiente
y una sobreexplotación de los recursos naturales y la perpetuación del
papel de la región en la división internacional del trabajo como
exportador de materias primas cada vez más baratas.



Y en el caso de los automóviles, la industria de autopartes
denuncia los enormes prejuicios que tendrían con la apertura propuesta,
teniendo en cuenta principalmente que buena parte de las fábricas
instaladas en la región son europeas y que readecuarían sus estrategias
de producción para privilegiar el comercio intrafirmas y a sus
proveedores europeos.



3. El acuerdo transforma al agua, el saneamiento ambiental y nuestro
mar territorial en mercancías



En las negociaciones sobre servicios está en juego la apertura de
sectores como telecomunicaciones, bancos, seguros, “servicios
culturales y educativos”, “servicios ambientales” (agua, saneamiento y
control de la contaminación ambiental), servicios postales,
construcción civil y turismo. Mención especial merece el agua, y en
especial el Acuífero Guaraní compartido por los países del MERCOSUR.
Aunque no hace parte HOY de lo que reclama la Unión Europea, en la
medida que se trata de un acuerdo que queda abierto a compromisos
mayores de liberalización, no puede caber la menor duda que una vez
firmado el acuerdo marco inicial, las grandes transnacionales del agua,
que en su mayoría son europeas, querrán acceso irrestricto al Acuífero
Guaraní.



En las discusiones sobre pesca y navegación de cabotaje, la UE está
ejerciendo presión para reducir nuestro mar territorial de 200 millas a
12 millas; de esta forma, los navíos con bandera europea podrían
considerar de su propiedad todo lo que fuese pescado fuera del límite
de las 12 millas. Esto no es más que el primer paso a la privatización
de los mares! Como se no bastase, el MERCOSUR está ofreciendo a los
inversores europeos un tratamiento igual al que le es concedido a
nuestros inversores y empresas.



4. El Mercosur ofrece preferencia a Europa en las compras del sector
público



En las negociaciones sobre compras gubernamentales, el Mercosur
ofrece preferencia a los europeos, en relación a otros países y
regiones. Esto significa que después que se firme el acuerdo, todas las
licitaciones públicas del gobierno nacional, por encima de cierto
valor, darían derecho a los europeos a tener preferencia internacional
en la disputa. Y, obviamente, en diversas áreas ellos tienen
proveedores en mejores condiciones de competir que nuestra industria, y
podrán así disputar las inversiones públicas en infraestructura, con la
pérdida del potencial de generación de empleo nativo que eso significa.



5. El acuerdo es ilegítimo y nocivo para nuestros pueblos.



Lo más grave es que existe una gran presión para la aceptación del
acuerdo por parte de algunos sectores agropecuarios (y dentro de los
gobiernos, por ejemplo en el caso brasileño predominan los intereses
representados por los Ministerio de Agricultura y de Desarrollo
Industria y Comercio) cuando ni siquiera hay una evaluación de la
propuesta global europea. La Unión Europea dice que está fuera de
discusión el trato asimétrico en sectores específicos, como por ejemplo
los textiles. Nos preocupa mucho el desequilibrio de estas
negociaciones y el hecho de que nuestros gobiernos no lo estén
considerando, mientras que es un principio fuertemente defendido en las
negociaciones del ALCA, donde no se acepta una negociación en la que
las diferencias de desarrollo económico, productivo y comercial no sean
tenidas en cuenta.



Las concesiones que puedan ser hechas en este acuerdo abren un
precedente, que hace muy difícil negarse a ofrecer lo mismo en otros
acuerdos. Esto significa que, habiendo hecho ofertas tan generosas a la
UE, el Mercosur tendrá que arrancar desde ese piso, o aún más, cuando
se cuando se produzca el reinicio de las negociaciones del ALCA. No hay
dudas de que el gobierno de los Estados Unidos reiniciará las
negociaciones con la exigencia de que los países del Mercosur sean tan
generosos como los Estados Unidos cuanto lo hayan sido con la UE.



Con la perspectiva de hacer viable un Mercosur reformulado que
sirva a una estrategia de creación de una comunidad económica y
política en América del Sur, los términos del acuerdo hoy negociado con
la UE son inaceptables.



Si nuestra diplomacia supo parar las negociaciones del ALCA porque
estaban lejos de atender a las necesidades y deseos en relación a un
proyecto de desarrollo sustentable e autónomo, ¿por qué dejan que siga
adelante el acuerdo con los europeos?. Este acuerdo pone en riesgo
sectores importantes de la agricultura familiar, de nuestra industria y
servicios, y el empleo de millones de ciudadanos del Mercosur. ¿Todo
eso para no ganar nada?. Tan sólo un acuerdo de “libre comercio” más
que aumentará las ganancias de las transnacionales europeas y de pocos
sectores del agronegócio.



La firma del acuerdo representaría una imposición no sólo a la
próxima Comisión Europea, sino también a uno de los estados miembros
del Mercosur que elegirá nuevo presidente el mismo día que debería ser
firmado el acuerdo (31 de octubre, elecciones presidenciales en
Uruguay). Un acuerdo a los apurones como el que está siendo negociado
sin dudas burlaría la voluntad de los pueblos de ambas orillas del
Atlántico.



6. Conclusiones



No entendemos y no aceptamos las razones por las cuales los
gobiernos y los intereses de los capitales que estos defienden tengan
tanto apuro para celebrar acuerdos de ”libre comercio”. La propia
Unión Europea nos dio un ejemplo de paciencia y mesura, ocuparon los
últimos cincuenta años para construir un acuerdo entre los países
europeos, y ahora quieren imponernos un acuerdo tan amplio en tan poco
tiempo.


Ante esta amenaza de firma de un acuerdo tan nocivo para la gran
mayoría de la sociedad, es crucial que los movimientos sociales que nos
movilizamos contra el ALCA resistamos y presionemos a nuestros
gobiernos para que



no firmen el tratado con la Unión Europea.
• detener inmediatamente las negociaciones
• realizar consultas populares y sectoriales previas a reiniciar
negociaciones
• involucrar a los parlamentos nacionales plenamente en todas las
etapas de las nuevas negociaciones, previo a la firma de cualquier
acuerdo
• evaluar los impactos socioambientales y económicos de la
liberalización de las últimas décadas en el región



Brasil

>Campanha Brasilera de Luta contra a ALCA

>Coordinación de Movimientos Sociales

>ABONG – Associação Brasileira de ONGs

>CUT – Central Única dos Trabalhadores

>REBRIP – Rede Brasileira Pela Integração dos Povos

>Via Campesina Brasil (Movimento dos trabalhadores rurais sem terra-
MST, Movimento dos pequenos agricultores- MPA, Movimento das mulheres
camponesas- MMC, Movimento dos atingidos por barragens – MAB, Comissão
pastoral da Terra- CPT)

>FETRAFSUL

>CONTAG


Argentina

>Autoconvocatoria No ALCA



Uruguay

>Campaña nacional por la soberanía y contra el ALCA



Paraguay

>Iniciativa Paraguaya NO ALCA

>MCNOC



Continental

>Alianza Social Continental



Secretaría Alianza Social Continental
http://www.asc-hsa.org
Tel. 55-11-21089129 Fax 55-11-3272-9601
Rua Caetano Pinto, 757 CEP 03041-000
São Paulo - Brasil

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