Julio López
está desaparecido
hace 6447 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

INFOSIC- PARMALAT Y LOS EMPRESARIOS DE LA MUERTE
Por reenvío agencia walsh - Tuesday, Jan. 18, 2005 at 6:06 PM

Dos conflictos laborales se están desarrollando durante esta primer quincena del año, en las empresas Parmalat e Infosic. Los trabajadores enfrentan a sus patronales para mantener sus puestos de trabajo y cobrar salarios atrasados. En el camino por alcanzar estos objetivo no sólo están enfrentando a los patrones. Tal cual fueran hábiles esgrimistas deben dar respuesta en distintos frentes, la mayor parte de las veces en soledad.








Quizás lo de Omar Chabán y la tragedia de Cromagnón no sea un caso tan excepcional, en cuanto a conducta social, como pretenden hacerlo aparecer ciertos medios de información.

Una primera mirada sobre los acontecimientos de este comienzo de año y fin del anterior, pueden llevarnos a reflexionar – y no por capricho – sobre ese paradigma social que constituyen los empresarios.

Dos conflictos laborales los ponen sobre el tapete:



El viernes 7 de enero, un empresario poderoso, Sergio Szpolski, decidió cerrar una de sus empresas: la agencia de noticias Infosic. Veinticinco trabajadores quedaron en la calle. El empresario habrá pensado “esto no me conviene, cierro y a otra cosa”. Dos más dos: cuatro.

La misma cuenta habrá realizado cuando se decidió la quiebra fraudulenta del banco Patricios- hecho por el que estuvo inhabilitado por el Banco Central- estafando a centenares de personas; o cuando se dispuso ahorrar gastos en la seguridad imprescindible para los natatorios de la Red Megatlón. No importó si con tal decisión se decidía también la muerte de la niña Florencia Müller Rombolá en febrero de 2001 en la pileta de All Boys y de otras tres personas ahogadas en piletas de la red. (ver http://www.justiciaporflorencia.com.ar )

En el último diciembre, otro empresario, no menos “exitoso”, Sergio Taselli, decidió hacer un buen negocio y compró la empresa láctea Parmalat. El empresario habría pagado el simbólico precio de 1 euro, a cambio de hacerse cargo de una deuda de 50 millones de pesos, por una empresa que facturaba, hasta fines de 2003, 190 millones de pesos. Llamado a concurso de acreedores a la semana de la compra y treinta y nueve trabajadores en la calle.

Sergio Taselli es además accionista de Metropolitano - concesionaria del ferrocarril Roca y a la cual el Gobierno le rescindió el contrato del San Martín - empresa que no escatimó “ahorros” en la seguridad de los trenes de ambas líneas. ¿Cuántas víctimas? No es fácil saberlo.

Además, a través de la compra en remates judiciales, el empresario adquirió la productora de maquinaria agrícola Massey-Ferguson, los talleres ferroviarios Materfer, la alimenticia Molinos Brunning y la siderúrgica Altos Hornos Zapla.

Entre 1994 y abril de 2002, fue concesionario del yacimiento de Río Turbio, que recibió un subsidio estatal de 22,5 millones de dólares durante 10 años. La empresa de Taselli decidió no gastar ni en las más mínimas medidas de seguridad para los trabajadores. Con esta decisión se condenó a muerte a los catorce mineros atrapados en un socavón en mayo de 2004.

Cabe señalar la labilidad de estos empresarios. Tanto son metalúrgicos, como mecánicos, mineros o lecheros. Gerencian desde una acería hasta una procesadora de leche y sus derivados. No es nueva su presencia en el ámbito de negocios de la Argentina, pero desde la brutal liberalización de la economía iniciada en el último cuarto del siglo cobraron vuelo, y al tiempo que compran y venden empresas, destruyen puestos de trabajo y a la misma industria.

En su accionar, es fundamental la utilización de fondos altamente especulativos, que buscan altos réditos en poco tiempo. Capitales del “toco y me voy” o, como los ha bautizado la sabiduría popular, “fondos buitre”.

Dos y dos: cuatro.



Si a Chabán pueden adjudicársele casi doscientas muertes, entonces a Szpolski la de Florencia y las de otros tres bañistas y a Taselli las de los catorce mineros por lo menos. Así funciona el capitalismo y no se puede escapar de sus reglas. Nada nuevo bajo el sol. El asesinato de millones de personas es decidido de igual modo por los empresarios de todo el mundo. Según cuán poderosos sean, pueden matar por guerra, bala, hambre, enfermedades, cárcel, desempleo, contaminación, tristeza, falta de seguridad laboral y falta de seguridad en lugares públicos y de muchas otras maneras que ni siquiera imaginamos.

Sin embargo, es lugar común en el imaginario social, ver al empresario como sinónimo de éxito. Es una meta a alcanzar. El modelo social de riqueza y poder se presenta casi como la antípoda de las muertes y desastres que inevitablemente provoca.

A modo de ejemplo y sin ir más lejos, en muchas marchas callejeras aún puede oírse “paredón, paredón para todos los milícos que vendieron la nación” y pocas o ninguna referencia a los empresarios, tan o más responsables que los militares de todo lo sucedido durante la Dictadura Militar.

Es fácil de comprender: a pesar de tener diferencias, de disputas feroces, cuando se ven en peligro los empresarios se abroquelan, se unen. Con toda la maquinaria cultural fabrican otros responsables, entregan chivos expiatorios o instalan ideas tales como “culpables somos todos.”. Mientras los empresarios multimediáticos derraman lágrimas de cocodrilo y se frotan las manos por las ganancias que la sangre derramada les permitirá obtener.

En el caso de Infosic la corporación multimediática, también se abroquela, hace causa común.. No hablar de los conflictos laborales en los medios es el mandato. El diario de Ernestina de Noble, empresaria fuertemente sospechada de apropiación de dos chicos desaparecidos, oculta deliberadamente la información. Salvo algunas filtraciones en Crónica y en algunos programas de radio nadie dice nada.



Algo para reflexionar: a los empresarios no los une el amor ni el espanto. Sólo intereses. Dos y dos: cuatro.



Rodolfo Grinberg

Agencia Rodolfo Walsh



agrega un comentario