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Clima de tensión en Sulfacid
Por Diario El Ciudadano y la Región - 11-02-05 -
Friday, Feb. 11, 2005 at 8:50 AM
DENUNCIAN “APRIETE”. Dirigentes sindicales responsabilizaron al ministerio de Trabajo y al gobierno provincial Un importante operativo policial se desplegó frente a la fábrica, en donde los obreros levantaron una carpa de protesta. Hubo forcejeos y procesaron a ocho empleados. Hoy, gremios del cordón definirían medidas
El conflicto en Sulfacid se recalentó. Un operativo policial con más de 60 efectivos, sietes móviles y la presencia de los bomberos fue desplegado ayer, alrededor de las 14, en las puertas de la fábrica de Fray Luis Beltrán, por una orden judicial. Las fuerzas de seguridad “amedrentaron a los obreros” apostados en una carpa de protesta que mantienen en reclamo del ingreso de empleados suspendidos desde julio del año pasado, según relató Jorge Acedo, dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Rosario. Los forcejeos y el clima de tensión no pasaron a mayores, pero quedaron procesados ocho manifestantes “por el delito de usurpación por actos turbatorios”, acotó el dirigente gremial. En el mismo momento, en Buenos Aires, estaba prevista una reunión entre las partes en el Ministerio de Trabajo, encuentro que los representantes sindicales decidieron suspender ante los hechos acaecidos.
En tanto, durante la mañana de hoy, se realizará un plenario intersindical de delegados de distintos gremios de Rosario y el cordón industrial, en donde se espera que se tomen medidas en conjunto “para responder a este apriete de la empresa avalado por el ministerio de Trabajo y el Gobierno de la provincia”, acusó Acedo.
“Fue una provocación porque primero llegaron los efectivos a querer levantar la carpa, aunque el comisario a cargo del operativo y el juez con la orden correspondiente se presentaron recién mucho después”, sostuvo Acedo, aún perplejo e indignado. “Por suerte los compañeros no entraron en el juego pero así todo, se levantaron sumarios procesales a ocho obreros, pero la carpa quedó”, agregó.
“Es la primera vez que veo que un valiente comisario que manda la Guardia de Infantería aparece mucho después que se desarrolla un operativo de este tipo, y que un juez tenga tanta celeridad”, protestó Acedo.
En el mismo momento, estaba prevista una reunión en Buenos Aires convocada por el Ministerio de Trabajo, que los dirigentes del Sindicato Unico de Trabajadores Químicos y Petroquímicos, decidieron posponer. “Comenzaba la reunión, estaba el grupo de abogados de la empresa y el director financiero, cuando recibimos las noticias del operativo. Dejamos notificado el hecho y nos retiramos”, contó el secretario general del gremio, Daniel Santillán.
“No se pueden judicializar los conflictos laborales, sobre todo cuando había un compromiso por parte del ministro (de Trabajo de la Nación), Carlos Tomada, y del propio gobernador (Jorge) Obeid, que nos han demostrado que toman partido por los inescrupulosos. Los obreros cumplimos todos lo puntos del acta firmada en su momento y la empresa no”, se quejó el gremialista.
“Estas patronales no están interesadas en negociar, ellos creen, avalados por el gobierno, en la política del garrote. Pero gracias a Dios pasan cosas como el reclamo de los compañeros de los subterráneos de Buenos Aires que ni siquiera la burocracia puede parar”, acotó Acedo.
La “paz social” fue firmada entre Sulfacid y el gremio en julio de 2004, después del conflicto desatado durante casi un mes, y que derivó en 56 telegramas de despido y 200 de suspensión. Los obreros exigían el cumplimiento de una orden judicial que les reconocía un suplemento salarial por las horas de trabajo insalubre, y que la empresa, en manos del grupo boliviano Comsud, no les pagaba.
Sulfacid se negó desde un principio a incorporar a seis trabajadores suspendidos, a quienes además, denunció penalmente. Pero en el acuerdo firmado ante Trabajo había quedado establecido que una vez que la Justicia determinara la situación de los operarios sancionados, estos se reincorporarían.
Lo cierto es que tal como especulaban algunos de los obreros más desconfiados, la empresa les ofreció a tres de los sancionados un retiro indemnizatorio y a los restantes directamente los dejó cesantes.