UNA NOTICIA IMPORTANTE PARA TODAS LAS MUJERES LUCHADORAS ARGENTINAS QUE LEEN INDYMEDIA
Por CARLOSEGUNDO de Clarin - Monday, Feb. 14, 2005 at 3:51 AM

HEREDERO AL TRONO BRITANICO El príncipe Carlos se casa con Camilla, su amante desde hace 30 años . Ademas dijo que hubiera "querido ser el tampax de Camilla"

Lo anunció la casa real británica. La boda se realizará el 8 de abril en el castillo de Windsor. La relación de Carlos con Camilla Parker Bowles provocó su divorcio de Lady Di, la princesa de Gales.




María Laura Avignolo. PARIS. CORRESPONSAL
mlavignolo@clarin.com






Apenas tres líneas bastaron a la reina Isabel II para anunciar su felicidad ante su más delicada, cuidadosa y prolongada operación de estabilidad para el futuro de la monarquía británica. El casamiento civil del heredero británico, el príncipe Carlos, con su amante de toda la vida, la divorciada Camilla Parker Bowles, se realizará en el castillo de Windsor el próximo 8 de abril y no habrá ceremonia religiosa oficial. Sólo el arzobispo de Canterbury, doctor Rowan Williams, celebrará una breve bendición en la capilla de Saint George antes de una fiesta con familiares y amigos.

Un hecho que indica las sensibilidades políticas y religiosas de la unión entre estos dos cincuentones enamorados desde hace 30 años, pero cuya historia de amor ilegal provocó el divorcio de Diana, la desaparecida princesa de Gales; minó la credibilidad de la corona; y socavó su reputación como heredero y como futuro jefe de la Iglesia anglicana. Estos matices atípicos provocaron resistencia de los obispos anglicanos para digerir un potencial matrimonio con una divorciada, también infiel, en su casamiento con un oficial del ejército y antiguo pretendiente de la princesa Ana. Pero tampoco aceptaban el actual concubinato en Clarence House, la residencia de la hoy fallecida reina madre.

Es la primera vez que un miembro de la familia real se casa en una ceremonia civil en la historia de la corte de Saint James. Este gesto marca las dificultades de esta historia de amor que no permitió a la princesa de Gales ser reina de Gran Bretaña por las infidelidades de su marido, pero tampoco permitirá a Camilla ser la reina que no pudo ser Lady Di. Deberá conformarse con el rango de "princesa consorte" cuando su futuro marido reemplace a su madre, la reina Isabel II, en el trono. Sólo el Parlamento puede decidir convertirla en reina en varios años más.

El estatus de Camilla desveló a la casa real, a los cortesanos y a los constitucionalistas. Cómo establecer para ella un rol real que no ofendiera las sensibilidades de los súbditos y especialmente del "establishment" británico que sostiene a la monarquía y sus privilegios y no ser llamada reina.

Camilla será automáticamente princesa de Gales pero jamás el palacio lo aceptará públicamente

porque es un símbolo de lo que fue Diana, muerta en un trágico accidente de tráfico en París junto a su novio ocasional, Dodi Al Fayed. Pero sí será tratada como Su Alteza Real, la más alta distinción en el trato real, que les quitaron a Diana y a Sarah Ferguson cuando se divorciaron de los hijos de la soberana.

Entre los ocho títulos a los que puede acceder la esposa del heredero, la reina eligió el de duquesa de Cornwall para Camilla, a quien ella conoce y frecuenta desde la adolescencia, pero a cuyo casamiento fue su más tenaz opositora hasta ahora por razones de Estado. El ducado de Cornwall es una inmensa extensión que mantiene al heredero y su familia desde el año 1300 y cuyas cuentas quieren inspeccionar por primera vez los parlamentarios británicos para ver si no hay evasión de impuestos.

Cuando las luces de la torre de Windsor se encendieron el jueves por la noche por orden de la soberana británica para celebrar el compromiso de su hijo con Camilla, se estaba poniendo en marcha un reconocimiento que le costó al heredero depresiones, ostracismo y un fuerte rechazo de la opinión pública después de la muerte de Lady Di, que logró remontar en la más ambiciosa campaña de relaciones públicas para imponer a su futura esposa.

Después de sondeos con resultados alarmantes para el príncipe, el anuncio de su casamiento ha sido aprobado por el 52% de los británicos, rechazado por el 28% y no tienen una opinión el 18% de los súbditos.

Pero los británicos mayoritariamente miran con indiferencia la boda. "Al menos me pagarán unas horas extras", dijo filosóficamente un policía, que estará de guardia el día de la discreta boda en Windsor.

Un anillo de brillantes y platino, que perteneció a la reina madre, ha sido el regalo de Carlos a Camilla en su compromiso. Lo lució en la noche del jueves, cuando llegó esplendorosamente vestida a Windsor a celebrarlo junto a la Familia Real.

William y Harry, los hijos del príncipe y lady Di, se mostraron "encantados porque queremos ver a nuestro padre feliz".

La noticia sorprendió a los británicos y rompió los esquemas del palacio de Buckingham. Debió ser acelerada porque en estos tiempos tan mediáticos, el diario vespertino Evening Standart lo iba a publicar antes del anuncio oficial. El primer ministro Tony Blair fue informado por la reina Isabel sólo la semana pasada y aprobó el casamiento en la audiencia real del miércoles. Recién después de este "sí", la reina Isabel autorizó a su hijo y heredero a casarse con Camilla Parker Bowles. En parecidas circunstancias, otro primer ministro británico dijo "no" cuando el rey Eduardo VIII pidió su autorización para casarse con la estadounidense Wallys Simpson y después, ante la negativa, abdicó por amor.

l romance que nació en un juego de polo


Un final feliz para una historia de amor que la tradición británica nunca hubiese permitido antes. El príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles prefieren llamarse mutuamente en la intimidad "Gladys" y "Fred", en un gesto absurdo para parecerse a sus súbditos. La princesa Diana tenía un sobrenombre más cruel para esta aristócrata con cara de caballo: Rottweiler.

"Yo no puedo imaginarme a nadie normal dejándote por Camilla", le dijo el príncipe Felipe, su suegro que no la quería, cuando Diana le anunció que el heredero británico la engañaba y quería dejarla.

Diana lo admitió en su entrevista famosa con Panorama: "Eramos tres en nuestro matrimonio. Eramos demasiados", describió con sarcasmo, un día antes de viajar a la Argentina.

El glamour y los intentos de suicidio de Lady Di no pudieron frenar un romance apasionado, que nació durante un partido de polo y, con pocas intermitencias, continuó a lo largo de más de 30 años. El día anterior a su boda, el heredero británico pasó la noche con su adorada Camilla.

"Sólo quisiera ser tu Tampax", confesó apasionadamente el príncipe de Gales a su amante, en una conversación grabada probablemente por los servicios secretos, en pleno escándalo monárquico y cuando sus peleas y ajustes de cuentas con Diana se contaban en amantes. Así nació el Camilla-Gate y nadie creía que pudiera terminar un día casada con el príncipe Carlos en el castillo de Windsor.

Ella se divorció del militar Andrew Parker Bowles, con quien se había casado cuando el príncipe partió de viaje con la Marina británica. Camilla era nieta de Alice Keppel, la amante de otro soberano británico, Eduardo VII. Treinta años atrás, ella sabía que los cortesanos nunca hubieran permitido ese casamiento.

Aristócrata, con increíble sentido del humor, inteligente y desprejuicida, Camilla fue al príncipe Carlos la "roca" que el mayordomo Paul Burrell significó para la princesa Diana durante y después su traumático divorcio. Nunca podrá igualar el charme de la princesa de Gales. Pero ante un príncipe que no recibió cariño de sus padres, en una familia disfuncional y sin grandes afectos, distante y autodestructivo, la rubia Camilla es su amiga, su confidente, y su mejor asesora.

Conseguir que fuera aceptada por la opinión pública fue la misión con la que el heredero británico le pagó tanta fidelidad y públicas humillaciones.

Desde el premier Tony Blair a la oposición conservadora, todos se mostraron encantados con la discreta y próxima boda. La familia Spencer, hermanos y madrastra de Diana, decidieron no hacer comentarios.

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