Julio López
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“Hay Cromañones todos los días, y nadie se da cuenta”
Por reenvío lavaca.org - Wednesday, Mar. 30, 2005 at 3:52 PM

El próximo domingo 3 a las 15, en El Palomar, habrá un recital y un debate organizado por la Asamblea Popular 30 de Diciembre, una de las experiencias surgidas a partir de la masacre de Cromañón. ¿Cuál es el significado de las bengalas? ¿Qué es hacer política? ¿Cómo pensar el tema del rock, ahora? ¿Cuál es el sentido de la idea de “seguridad” para los chicos y chicas, y acaso también para los llamados adultos? Discusiones, enigmas y alternativas de vida frente a la muerte.

Asamblea 30 de Diciembre






Todo ocurre en una plaza extraña, cuyo elemento predominante es un avión que parece a punto de aterrizar, cosa que jamás ocurre, por suerte para los transeúntes.

No es una estatua. La Plaza del Avión del Palomar, como su nombre lo indica, ostenta un avión monomotor importado por la Argentina a la fábrica Fiat italiana a fines de los años 40.


En ese lugar se está produciendo una de las tantas experiencias surgidas después de la masacre de Cromañón (a la que nadie allí llama tragedia, accidente, desgracia ni "hecho acaecido", según la jerga publicitaria oficial).

Allí se creó la Asamblea Popular 30 de Diciembre. Un grupo formado mayoritariamente por jóvenes de 20 años como promedio, salpicado por unos pocos miembros de la comunidad considerada adulta, se reúne todas las semanas desde que la muerte se les instaló en la vida.

Algunos son sobrevivientes de aquel 30 de diciembre en Cromañón, otros son amigos de algunos de los chicos muertos, o familiares.

Todos parecen haber encontrado una forma de salir del miedo y la parálisis en el hecho de sentarse en ronda en la plaza, hablar mirándose a la cara, reflexionar juntos, y poner en marcha proyectos.

Por ejemplo, el próximo 3 de abril convocan, allí mismo y a partir de las 15, a un Recital - Homenaje, por la memoria, contra el silencio y el olvido. Describen al encuentro como una jornada con música, debate y actividades para niños. La asamblea además decidió proponer a quienes concurran "traer alimentos no perecederos, libros ó útiles escolares (luego serán distribuidos en un comedor infantil del Complejo Habitacional Ejército de Los Andes)". Si llueve el encuentro pasa al 10 de abril.

El grupo de chicas y chicos que forman la asamblea ya organizó dos marchas en el barrio, muy concurridas, y lograron movilizar más de 600 firmas de los comerciantes y vecinos de la zona en apoyo a la realización del acto del domingo 3 para el cual no pidieron permiso a la intendencia del ex metalúrgico Hugo Curto: simplemente avisaron.

La Asamblea -que tiene un funcionamiento autónomo y desvinculado del municipio y de los partidos políticos- se reúne los lunes y miércoles en la Plaza del Avión, a las 6 de la tarde.

lavaca participó en una de las reuniones previas al acto. Han pasado por allí unas 40 personas aunque, a dos sesiones por semana, el número habitual, que va intercambiándose, ronda los 20. La asamblea es horizontal. La charla no necesita coordinador. Todos se prestan mutuamente atención (actividad bastante insólita en estos tiempos) y los diálogos son de una fluidez a veces asombrosa. Hay algunos referentes, como suele ocurrir en todo grupo, pero la gran mayoría interviene y opina. El objetivo de esta crónica es apenas el de describir algunos fragmentos de lo conversado. Quizás sirvan para conocer cómo piensan cuestiones cruciales para la sociedad estas chicas y chicos cuya voz suele ser relegada al silencio por la corporación de medios de comunicación, partidos políticos y adultos de laya diversa, víctimas acaso de alguna hipoacusia generacional, o del antiguo diagnóstico según el cual no hay peor sordo que el que no quiere oir.

¿Está todo dicho?

-Lo más piola, para el debate, sería buscar la alternativa. ¿Cuál es la alternativa a todo esto de Cromañón? Digo porque si no todo es problemas-problemas-problemas, termina el debate: ¿y? - se preguntó uno de los chicos sentado en el piso.

-Hay padres que capaz piensan que la solución es meter a (Aníbal) Ibarra preso. A mí me gustaría juntarme y discutir con cualquier chabón adulto y decirle: no, pará, la corrupción es mucho más que Ibarra.

Una chica de pelo largo, a su lado:

-Fuimos a una reunión de padres y notamos muchísimas divisiones. Pero no divisiones mal, sino de pensamiento. Uno quiere una cosa, otro otra. (Traducción libre: divisiones mal serían las producidas por afán de figuración, poder o puro ejercicio de una substancia tóxica conocida como mala leche) . Estaría bueno ponerse a hablar, a sacar nuevas ideas. Y si hay gente que viene y nunca se enteró de nada, por ahí viene y se suma al debate. También sirve para crear conciencia, ¿no? Para eso es el festival.

-Recital- le señalaron, cuidadosos de las palabras.

Uno de los participantes planteó una duda que ponía todo en tela de juicio.

-Yo no sé si estoy muy de acuerdo con el debate. Me parece que ya está todo dicho, y es algo de nunca acabar.

Todos le dijeron que no, y defendieron la importancia del debate que se realizará el 3. Pero queda la duda pendiente: ante tanto crimen, ante tanta muerte ¿hay algo más que decir? La inquietud tal vez apuntaba a una necesidad similar a la que plantearon los primeros asambleístas: que no todo sea redundancia de problemas sino que se busquen alternativas, que se intenten ideas nuevas. Que el intercambio no quede en una letanía de cosas ya dichas.

El hermano de uno de los adolescentes muertos en Cromañón defendió la idea del debate, tanto como la del recital. Contó que estuvo en una escuela primaria donde una actividad había sido que los chicos de 6º grado entrevistaran a sus propios padres sobre lo sucedido en Cromañón, y de quién era la responsabilidad:

-El padre de una chica le dijo que la culpa es de los pibes porque van todos borrachos y drogados a los recitales. Para mí fue muy impresionante, y fue bueno que me lo dijera porque me di cuenta de que muchas veces hablamos pensando que hay cosas en las que todos estamos de acuerdo, y no estamos. Hay que empezar mucho más atrás. No es la charla sobre si al manager le corresponde homicidio culposo o dolo eventual, sino esta historia de que los pibes son drogados y borrachos. Y ese no es un aislado. Por lo menos repite la opinión de otra gente. Eso muestra la necesidad del debate. Si le sirve a cinco papás de Ciudad Jardín que miran para el costado, sería bárbaro. Si le sirve a cinco pibes, también.

El dilema de la bengala

Uno de los debates que había tenido una semana antes la asamblea había sido por el uso o no de bengalas durante el recital del domingo 3. Un grupo de murga, con integrantes que participan en la asamblea, defendía el ritual de encender bengalas, pero había varios con dudas.

Uno de los chicos que estuvo en Cromañón había explicado que al ver una media sombra en una vereda, sintió que se ahogaba. Y que lo mismo le pasaría con las bengalas.

El debate fue muy largo. Se pensó en opciones: avisar que se prenderían bengalas, para que quien lo quisiera se retirara. "Pero no queremos que nadie se vaya, queremos que se queden" contestó uno de los murgueros. El sobreviviente de Cromañón dijo: "Además, a mí siempre me gustaron las bengalas. Esto me pasa ahora".

Alguien había propuesto votar. Uno de los chicos de la murga contestó que no hacía falta: "Si uno solo se siente mal, la bengala no se enciende. En todo caso nosotros tenemos que charlar si venimos sin bengalas, o no". (Detalle: si se hubiera votado, tal vez hubiera ganado la posición de los murgueros. Sin embargo ellos mismos descartaron tal "triunfo", a costa de una sola persona).

Como la asamblea no encontraba modo de resolver el problema, la murga finalmente decidió participar en el recital, sin bengalas.

La chica de pelo largo explicó la decisión:

-La murga prende bengalas, pero hay gente a la que le hacen mal verlas.

El hermano de una de las víctimas (tiene 25 años, lo que lo convierte en el más veterano de los jóvenes):

-¿Tiran bengalas?

-No se tiran, prenden. Cuando uno de los chicos que estuvo en Cromañón dijo que él se podía sentir mal viendo la bengala, lo multiplicamos por un montón de gente que viene de afuera y dijimos: bengalas no.

-Es fuerte el tema de la bengala, que generó...

-Candela- aclaró otro de los asambleístas.

-...en realidad fue un tres-tiros.

-No, fue una candela. La candela manda luces para arriba, llega más alto que el tres-tiros. La luz de la candela es una pelotita de fuego. La bengala, en cambio, no hace nada.

-Hay dos cosas. Una es cómo me pega a mí, y otra es cómo lo recibe la comunidad. Si lo hablamos como ahora, que ustedes me están explicando, se puede sopesar. Pero si llamamos a que participen todos, tirar la candela puede parecer casi una provocación, en términos de llamar demasiado la atención sobre algo que no debería ser. Si todavía hay gente que opina que la culpa es de los pibes, imaginate cómo van a recibir que se prendan candelas en un recital tres meses después.

-No proponíamos prender candelas, sino bengalas. Y no las vamos a prender.

Otro chico agregó:

-Y además si es en un lugar abierto, no pasa nada. Si no, ni la Navidad vamos a festejar.

-¿Puedo contar una cosa? -preguntó una de las chicas favorable a la idea de las bengalas-. Este chico planteó que tenía una reacción psicológica con lo de las bengalas, pero la discusión fue otra. Algunos planteamos que sería muy bueno prender bengalas como un mensaje: nosotros estamos segurísimos de que la bengala no mató a los pibes. Entonces era un mensaje: la bengala bien usada, como todo en la vida, no te mata. Pero si acá va a haber sobrevivientes y familiares a los que les va a pegar mal lo de la bengala...

-No se prende por eso, y no por lo que opine gente de afuera.

-Una chica me contó que fue a ver a La Renga a Bahía Blanca, creo, y no hubo ni una bengala, a nadie se le ocurrió. Y eso que con esa banda, el que no llevaba bengala era un boludo. En el Quilmes Rock en cambio alguien prendió una y el cantante de Las Pelotas lo paró.

La chica de pelo largo:

-Pero cuando el de Las Pelotas agarró el micrófono y dijo: "apagá la bengala, boludo" el mensaje me pareció ambiguo. Más vale que el chico no tendría que haber llevado bengalas por el tema del duelo...

-... por respeto, porque la bengala en un lugar abierto no hace nada...

-... pero que el cantante haya hecho ese espamento, en un lugar abierto, me pareció ambiguo, cuando hay gente que piensa que el tema es la bengala y que los pibes son unos boludos.

¿Seguridad o cuidado?

En ese momento de la charla llegó uno de los sobrevivientes de Cromañón. Oscurecía en la Plaza del Avión, y se encendió otro tema, planteado por el hermano de Julián, uno de los chicos muertos en Cromañón.

-Una cosa que los familiares y los padres no queremos es que aparezca un discurso a lo Blumberg, de más seguridad. Mayor seguridad es más cana, más palo. Usamos otra palabra que es cuidado. Pero ese cuidado empieza horizontalmente. Pensar verticalmente no va, pensar que tienen que venir a decirte: no prendas, o sí, prendé. Es muy peligroso caer en eso. Tenemos que demostrar como generación, aunque tengamos diferencia de edad (25 años contra los 18 o 19 del resto de la asamblea) que nos podemos cuidar nosotros mismos.

Hubo una referencia grupal a la falta de cultura:

-Falta de cultura es que todos prendan una bengala, y vos la tengas que prender. Que escuches a los Rolling Stones, y te peines con flequillo. Los pibes estamos muy expuestos a eso, a tomar cualquier cosa. Lo que nos da el mercado, nosotros lo tomamos. (Nadie habló de los adultos, que tal vez sean menos autocríticos que estos jóvenes).

Sobre Callejeros, y su anuncio de volver a los escenarios, dijo una chica:

-Yo no estoy en contra de que toquen porque pasó poco tiempo. Estoy en contra porque a partir del 30 de diciembre sólo quieren limpiarse, y eso del recital es una estrategia más. Si ellos tuvieran otra actitud, yo misma iría a verlos, pero tuvieron la peor.

Otro de los muchachos:

-A mí no me cabe que toquen. Si dijeran "no somos culpables pero tuvimos responsabilidad, somos unos colgados" creo que todo el mundo los iría a ver. Y sería un modo de pensar que algo en la sociedad está cambiando.

Una voz postuló:

-Adhiero al tema de cuidarnos. El rol del estado es nefasto y es al que tenemos que reclamarle un montón de cosas. Son cuestiones de fondo, la educación, la salud. Tenemos que ampliar el debate sabiendo a quién reclamarle.

-Pero a un chico que tiene hambre -dijo una de las jóvenes- le tenés que generar conciencia de que eso no puede ser, que el papá tiene que tener trabajo, pero hay una necesidad más urgente: el pibe tiene hambre. Es un trabajo paralelo. Comida y conciencia. Esto es lo mismo: aprendamos a cuidarnos, pero exijamos al estado.

Uno de los chicos fue más atrás:

-Para mí falta una autocrítica de los adultos, más que nada. En los '90 arrancaron las privatizaciones y el desguace del estado y la mayoría de los argentinos y de los padres estaba de acuerdo: privaticen todo. Ahora pasa Cromañón y salimos a decir "no hay estado". Pero no querían estado. Me parece que hay que reconocer eso para después sí, buscar qué queremos.

Una de las chicas que hasta el momento había permanecido en silencio, planteó un giro en la charla:

-¿Cuál es el estado que podría dar respuestas? Porque para mí no es un ente objetivo que no es de nadie, y comete algunos errores. El estado tiene una posición. Me parece que un aprendizaje es que la cosa está en nuestras manos, en cambiar nosotros el modo de relacionarnos. Cuidarnos, y decir cuáles son nuestras necesidades y nuestros intereses para armar un proyecto desde ahí. Porque el estado...

Así quedaron diseñadas dos posiciones cruciales en muchos debates de la actualidad: quienes consideran que el centro del esfuerzo debe ponerse en el estado, al que hay que transformar (es lo que piensan los partidos políticos de izquierda, cada uno con sus matices) y quienes consideran que el tema está en la propia sociedad, en ese "en nuestras manos" y en "cambiar nosotros el modo de relacionarnos" (una idea más ligada a la autonomía, con una desconfianza metódica acerca del estado y los partidos políticos, incluso los de izquierda).

-Hay que cuidarse del estado y de los privados -sumó uno de los jóvenes- porque uno no tiene que habituarse a esa cosa de que siempre te dan lo más barato, lo peor. Y eso pasó en Cromañón.

-Pero para mí no era un mal lugar -contestó alguien del otro lado-. Estaba mal puesta la mediasombra, y estaba cerrada la salida. Pero el lugar para mí estaba buenísimo. Un lugar económico, al que podía ir la gente que no tiene un peso, ¿entendés?

-Claro, hay boliches para la gente que puede pagar, y otros para los que no pueden.

-Y en Cromañón apareció Chabán avisando que iban a meter 5.000 callejeros.

La noche financia la política

-Hasta Cromañón, ¿cuál era el significado de la bengala- consultó lavaca al grupo.

-Un ritual.

-A mí me gustaba -dijo uno de los sobrevivientes, que ahora se angustia de solo pensar en el tema-. Yo en Excursionistas (recital de Callejeros previo al de Cromañón) me iba atrás y miraba todas las bengalas. Impresionante.

-Ver un estadio lleno de bengalas por todos lados es un espectáculo.

-Yo iba a ver a La Renga y me ponía de espaldas al escenario. Miraba las bengalas más que al recital.

-Es la fiesta que hace la gente.

-Y diversión.

-Lo que pasa es que es totalmente distinto un lugar cerrado que uno abierto. A mí en Excursionista me sacaron dos bengalas. No se podían entrar. Hubo otros que pudieron. Tenían contactos, o transaron.

-Pero yo tengo un amigo con el pelo largo, se la escondió en el pelo y pasó. No tenía ni contactos ni nada.

Uno de los miembros de la murga Mala Yunta contó una historia:

-Nosotros en Cromañón perdimos a Paula, de 28 años y a su hija Agustina, de 8. Nuestra imagen era ver a Paula repartiendo candelas con los chiquitos y su hija. Ella decía que la murga tenía que prender bengalas y candelas, porque la gente grande, cuando veía a los chiquitos, flashaba: quedaban locos porque es muy lindo ver a los chicos y no a los chabones grandes con bengala de luces. Paula muere el 31 a la madrugada, y Agus el 3 de enero. Y están enterradas en nichos una al lado de la otra, en Chacarita, algo que es loquísimo porque por más que lo pidas no te los ponen juntos. Así que estuvieron juntas siempre. Me mata eso: verlas juntas. Así que antes para nosotros lo de la bengala era un ritual. Pero desde el 31 de diciembre para acá, es una obligación en homenaje a las pibas, porque sabemos que la bengala no tuvo la culpa de nada. Pero decidimos no usarlas para el recital del 3, por respeto a los pibes a los que le pega mal.

Una de las adultas tomó la palabra:

-¿No nos estamos olvidando del lugar? Porque si no había media sombra, no pasaba nada.

-Pero más bien. Está todo claro. Acá hay una aberración del gobierno, de los empresarios. Eso es lo primero de todo. Pero también hay que discutir estas cosas.

-Sin olvidarse de Ibarra que es el responsable porque está a la cabeza de todo. Se supone que tienen que garantizar el cuidado de toda la población, pero hay un aparato corrupto, porque se sabe que la noche es una caja de financiación de la política.

Una chica:

-Para mí los más responsables son los empresarios. Mientras los pibes se cagaban muriendo, el tipo se llevó la guita. ¿nadie habla de Chabán, o del hermano, que es puntero del Partido Justicialista acá en San Martín? ¿Quiénes son los más hijos de puta?

-Los más intocables- contestó, sabio, uno de los chicos de la murga.

-Otro tema es la política -agregó otro integrante de la Asamblea, en esa charla vertiginosa-. Los métodos políticos del gobierno de la ciudad o los gobiernos en general, para distraer la atención, y también para separarnos. Porque cuando fuimos a una reunión que juntaba a todos los grupos de familiares de los chicos de Cromañón, salió una chica a decir que ella no apoyaba las marchas del 24 de marzo porque eran por los derechos de Hebe de Bonafini. Eso es para separarnos, porque todos tenemos muertos.

El techo del shopping

-Es que ahí el otro debate es qué es la política. ¿Es lo mismo que los partidos políticos -preguntó el hermano de Julián-. Dicen que ir a una marcha por derechos humanos es hacer política, como si ir a las de Cromañón no lo fuera.

La joven de pelo largo no había saldado algo anterior:

-Los empresarios no van presos todos, porque la gente está pensando si el de la bengala tiene la culpa, o si la tienen todos los chicos. Para mí los 200 muertos de Cromañón son consecuencia de que hubo 30.000 desaparecidos. La sociedad se volvió una mierda después del 76.

-No, antes ya era.

La chica que había dicho que "la cosa está en nuestras manos" fue coherente con esa idea.

-Nos bajan una línea, pero yo creo que nosotros tenemos que decidir qué discutir.

-Es difícil, porque una cosa te lleva a la otra. No es un asunto de lo que pasó en Cromañón, sino que eso te muestra que ya no se puede ni lo último, ni divertirte, ni reirte.

El joven sobreviviente que había llegado tarde, con su voz cascada:

-Cromañón te mostró que el sistema no sirve para nada. ¿Cómo puede ser que de un día para el otro estén todos los boliches cerrados? El otro día anduve por Flores y era una amargura. Nadie en la calle.

La chica de pelo largo:

-Pasó lo de la piba del pelotero que se le cayó encima la puerta. ¿La nena estaba drogada? Podría haber pasado en el Gran Rex, con un recital de Piñón Fijo.

-¿Y el shopping de Liniers? Los ingenieros lo habilitaron y después se cayó el techo del estacionamiento y aplastó a un montón de autos. No se mató nadie de casualidad. Los ingenieros son lo menos.

-El debate del 3 para mi es ese: cómo Cromañón nos muestra qué sociedad somos.

-Y sin matarnos entre nosotros, para poder decir: ¿quién es el asesino? No digo de focalizar el debate, porque por ahí está bueno que no tenga ningún foco. Pero no matarnos entre nosotros.

Desde el suelo, uno de los chicos murgueros:

-Por eso digo que el debate no tiene que quedar en nada más que hablar. Tiene que ser una búsqueda, una alternativa. Una construcción de algo que no sea hablar por hablar.

-Y quedarnos en nada.

-Claro, no digo un plan de lucha o esas cosas, pero sí algo concreto.

-Porque ponele que meten presos a todos, incluso a Ibarra. ¿Ya está, todo bien? No, eso sería justicia hacia atrás. Pero ¿qué pasa hacia delante?

-Fijate lo de la AMIA, ¿qué pasó? Murieron más de 80 personas. ¿Se hizo justicia? Y lo mismo pasa con Cromañón, que no es lo mismo pero es igual. Y si no hacemos algo va a seguir pasando peor y peor. Y nos va a terminar matando la corrupción.

(Hasta hace poco, la corrupción parecía tema de congresos de ética, o de asuntos administrativos, o de denuncia periodística sobre políticos y empresarios un tanto inmorales. Cromañón cambió radicalmente el concepto: la corrupción mata).

Uno de los adultos comentó:

-Los adultos pensamos, o piensan, en términos de seguridad. Es muy difícil pensar en términos de cuidado. En los medios, que es donde hablan los adultos, el estado, la "gente que sabe" plantean que alguien nos tiene que cuidar. Y me parece que la cuestión es no dejar de hacer lo que uno quiere, dejar de divertirse y de estar con los demás. La cuestión es seguir, encontrando la forma de cuidarse.

Otro adulto, más clásico:

-Me parece que es una cuestión de clase. Hay una pequeña burguesía obsesionada por la seguridad. Pero me gusta la idea de cuidarnos, que tiene que ver con la solidaridad, aunque sin dejar de reclamar a los que tienen que garantizar la seguridad.

Una de las chicas:

-Pero ojo, que hay un cambio cualitativo entre que nos cuiden, y cuidarnos. Es un cambio fuerte tomar el protagonismo y decir: esta es nuestra vida.

Ya era de noche en la Plaza del Avión. La convocatoria para el domingo 3 quedó planteada. Antes será la marcha del 30, a tres meses de la masacre. Los chicos fueron despidiéndose, después de descolgar las banderas que habían instalado entre dos faroles. Una decía: "Justicia por Cromañón". Y la otra: "Democracia-Dictadura, la impunidad continúa".


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POBRES PIBES LA AFTOSA ACECHA Wednesday, Mar. 30, 2005 at 7:40 PM
Carta abierta para un recital reenvío lavaca.org Wednesday, Mar. 30, 2005 at 3:57 PM