POR UNA CORRIENTE SINDICAL CLASISTA Y COMBATIVA
Por EL MILITANTE -
Saturday, Apr. 30, 2005 at 6:01 AM
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El Militante nº 13
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¡Hacia la construcción de una genuina
corriente sindical clasista, antiburocrática y democrática! |
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Autor : Aníbal
Montoya Fecha : ( 29-Abril-2005 ) Categoria : Movimiento
obrero
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avance de las luchas del movimiento obrero, lenta pero
inconteniblemente, están ocupando un lugar cada vez más destacado en
la escena social. Al calor de este proceso están obteniendo un
protagonismo creciente una nueva camada de dirigentes y luchadores
que no tienen nada que ver con la vieja generación de dirigentes
burocráticos que entregaban las luchas a la primera ocasión. En
conflictos como el Subte, telefónicos, docentes, LAFSA,
alimentación, frigoríficos, ferroviarios, hospitales se han
destacado estos nuevos dirigentes y luchadores, muchos de los cuales
militan con la izquierda, o lo hicieron en el pasado.
Se necesita una corriente sindical opositora
Desde El Militante llevamos meses insistiendo en
la necesidad de que los gremialistas combativos y de izquierda
avancen en la constitución de un organismo de frente único dentro de
los sindicatos que, interviniendo cotidianamente en todas las luchas
que se den, sea capaz de transformarse en un poderoso imán que
atraiga, organice y unifique a los activistas sindicales y a los
trabajadores individuales más avanzados dentro de cada empresa y
sector en la perspectiva de ganar para los intereses de los
trabajadores la mayor cantidad posible de sindicatos, comisiones
internas y cuerpos de delegados con el objetivo de avanzar en
mejores condiciones de vida para los trabajadores. Como
socialistas, creemos además que este trabajo es fundamental para
avanzar en la construcción de una organización política enraizada en
la base de los sindicatos y otras organizaciones populares, que se
plantee como objetivo la efectiva emancipación social de la clase
obrera en la perspectiva del socialismo. Entendemos que de lo
que se trata es de constituir una Corriente Sindical clasista,
antiburocrática y democrática en la que pueda participar cualquier
trabajador y activista obrero honesto y luchador. Los objetivos
de esta corriente sindical deberían ser luchar por la recuperación
de instancias democráticas (asambleas de base) en los sindicatos y
las empresas, en la organización y la toma de decisiones de toda
lucha, por la elección y revocabilidad inmediata de cualquier
dirigente o cargo sindical por las bases, que ningún dirigente
sindical perciba un sueldo superior al salario medio de un obrero
calificado, que se abran los libros de contabilidad de cada
sindicato a los afiliados para controlar los recursos que manejan
nuestras organizaciones, congresos anuales en cada sindicato y
confederación sindical con delegados democráticamente elegidos por
los afiliados en el ámbito correspondiente (empresa y territorio).
En lo que se refiere a las demandas obreras y sociales, creemos
que esta corriente sindical debería defender, entre otras, las
siguientes: ningún pacto social UIA-CGT para frenar la lucha por el
salario y el empleo digno; salarios equivalentes a la canasta
familiar de $1.600, con un piso salarial mínimo en el básico de
$800; reparto del trabajo en cada rubro de producción sin afectar el
salario para acabar con la desocupación; contra el empleo precario y
"en negro", y por la efectivización inmediata de todos los
trabajadores bajo convenio; por la introduciendo en todos los
convenciones de trabajo de la escala móvil precios-salarios con la
indexación automática de los salarios con los precios cada 6 meses;
un subsidio mínimo de $500 para todos los desocupados mayores de 16
años hasta que encuentren trabajo y sin obligación a
contraprestación; jubilación con el 100% con un mínimo de $500;
reestatización sin indemnización de las empresas privatizadas bajo
el control de los trabajadores; desconocimiento de la deuda externa,
y nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios sin
indemnización y bajo control obrero para planificar la economía en
base a las necesidades de la mayoría y no de un puñado de parásitos
como ocurre ahora.
Las “Asambleas de trabajadores
Autoconvocados”
La experiencia nos está diciendo
la manera concreta en que se va a dar la recomposición al interior
de los sindicatos. No va a ser un proceso gradual, sino a saltos; no
de una manera armónica sino sobre la base de luchas extraordinarias
que van a quebrar la férrea disciplina que intentan oponer las
cúpulas sindicales en los centros de trabajo. Vemos que, cuando la
estructura sindical se convierte en un obstáculo para la lucha, los
trabajadores se organizan en Comités de Lucha o Asambleas de
Autoconvocados al margen del control de los viejos dirigentes, como
sucedió con la lucha docente en Salta, en Lafsa o en las
extraordinarias luchas que vemos en los trabajadores de la salud de
capital y provincia de Buenos Aires. Algunos compañeros,
influidos por este ambiente, sacan conclusiones desproporcionados y
creen que este es un buen atajo para dejar de lado el trabajo en los
sindicatos o crear organizaciones "de nuevo tipo". Esto es un
error. En primer lugar, los Comités de Huelga o Asambleas de
trabajadores deberían ser la norma para dirigir cualquier lucha
seria que pretenda dar un cauce a la participación a los
trabajadores implicados en la lucha y para garantizar el control
democrático de la misma, independientemente de que los dirigentes
sindicales sean burocráticos o luchadores. En segundo lugar, no
podemos desconocer que estas experiencias que se están dando están
limitadas a algunos sectores y empresas y no se trata de un fenómeno
generalizado. Lo correcto sería aprovechar estas experiencias
para llamar a la organización de los trabajadores y exigir la
dimisión de los delegados sindicales que obstaculizan la lucha,
forzando elecciones en los sectores y empresas afectadas para ganar
la mayoría de los Cuerpos de Delegados y las Comisiones Internas
para las posiciones combativas. El sindicato unifica a los
trabajadores geográficamente y por sector. Aumentar nuestros puntos
de apoyo al interior de los mismos ayuda a extender la influencia de
los activistas obreros y combativos entre el resto de trabajadores
del sector y a nivel nacional. Toda la experiencia histórica
demuestra que los trabajadores no abandonan fácilmente sus
organizaciones tradicionales de masas. Sería un grave error separar
en organismos diferentes a los sectores más luchadores de los más
retrasados, que siempre tardan algo más en sacar conclusiones
avanzadas.
Balance del Encuentro del 2 de abril
Para avanzar hacia una efectiva coordinación y
agrupamiento de los activistas obreros, se organizó el pasado 2 de
abril en Buenos Aires un encuentro amplio de activistas obreros y de
izquierda, convocado por los principales referentes de las luchas
obreras de los últimos meses y las organizaciones de izquierda.
A pesar de que fue un paso adelante positivo que permitió por
primera vez en mucho tiempo juntar a gran parte de los sectores más
avanzados de la clase obrera argentina, sin embargo este Encuentro
dejó una sensación agridulce a gran parte de los participantes. En
primer lugar, se demostró una pésima organización por la demora de
unas 3 horas en el comienzo del acto. Esto luego se pagó caro porque
el desarrollo de los debates en las 6 comisiones establecidas
quedaron limitados por la falta de tiempo e imposibilitó una
efectiva reunión del plenario general para debatir democráticamente
las conclusiones y avanzar en los objetivos del Encuentro. Sólo
se aprobaron varias resoluciones previamente acordadas de apoyo a
diferentes luchas, participar en un acto común el 1º de Mayo y el
compromiso de organizar un nuevo encuentro. Los problemas
surgieron porque se presentaron más compañeros de los que
previamente se habían acordado para ser acreditados, dándose lugar a
acusaciones cruzadas entre grupos de izquierda y activistas
sindicales no organizados por la responsabilidad de la situación y a
favor o en contra de acreditar a todos los asistentes.
El problema del sectarismo
Independientemente de estas falencias
organizativas, a nadie se le oculta que, desgraciadamente, fueron
los representantes de algunos grupos de izquierda relevantes (PO,
PCR, MST) quienes pusieron los mayores obstáculos para avanzar en la
articulación de una genuina corriente sindical clasista y
antiburocrática unitaria. Es muy lamentable que, dadas las
extraordinarias posibilidades de desarrollo que se abrirían para una
corriente sindical de este tipo, algunos compañeros hagan pesar más
sus pequeños intereses de aparato que el interés general del
movimiento, y que descalifiquen a organismos de frente único de este
tipo por el miedo a que escapen a su control. Tampoco es
aceptable que dejaran un manto de sospecha, acusando a un sector de
los activistas presentes de no posicionarse abiertamente contra el
gobierno de Kirchner ni contra las direcciones sindicales,
particularmente de la CTA. Más injusto es hacer estos reproches a
una parte del Cuerpo de Delegados del Subte, como se puede leer en
declaraciones publicadas por algunos de estos grupos después del
evento. El Cuerpo de Delegados del Subte dirigió una de las
luchas exitosas más importantes del movimiento obrero argentino de
los últimos 20 años y tiene una autoridad política y moral
reconocida en la vanguardia de los trabajadores de nuestro país e
internacionalmente. Se pronunció y movilizó por el desprocesamiento
y la libertad de los luchadores sociales, y acompañan solidariamente
cuanta lucha obrera se declara, incluidas las últimas marchas
piqueteras convocadas por la ANT, la CCC y otros grupos el pasado 19
de abril ¿Qué más se les puede pedir? Pero estas acusaciones
irresponsables hechas contra luchadores intachables no sólo
maleducan a la militancia de estos grupos en el sectarismo, sino que
ayudan a ensuciar y desacreditar el rol de la izquierda y del
genuino marxismo, que estas organizaciones dicen defender, ante el
conjunto de los trabajadores más activos.
Un
método correcto
Incluso en la hipótesis de que
hubiese compañeros luchadores que mostraran ilusiones en el gobierno
de Kirchner y con alguna de sus políticas, como ocurre efectivamente
con gran parte de la clase obrera argentina ¿sería permisible para
una organización socialista, en esas circunstancias, mantener un
trato despectivo y negarse a trabajar en un frente común con ellos?
No, de ninguna manera. Una organización socialista revolucionaria
seria haría todos los esfuerzos posibles por intentar atraerse a
estos luchadores, acompañándolos en sus luchas, instándolos a un
frente único contra el enemigo común, manteniendo una actitud
amistosa en la confianza de que con la explicación paciente y con la
experiencia de los hechos poder ganarlos políticamente para sus
posiciones. Este es el verdadero método marxista de aproximación a
la clase. Debemos aprender de la experiencia para no caer en
errores sectarios y ultimatistas que tanto daño hacen al movimiento
obrero, evitando sembrar divisiones injustificables en la vanguardia
de nuestra clase que aislan a los activistas de izquierda y empujan,
en muchos casos, a los luchadores confusos pero honestos en brazos
de la burocracia sindical o de las ideas semianarquistas
"anti-partido".
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ARGENTINA.ELMILITANTE.ORG
Que país generoso
Por hay algunos que hablan porque tienen lengua -
Sunday, May. 01, 2005 at 1:04 AM
La verdad este es un pais generoso. Hay gente, como la que escribe mas arriba, que tiene el tupe de dirigirse a organizaciones que tienen existencia real y decirle lo que tienen que hacer, aunque ellos, que creen saber lo que hay que hacer no existen en ningun lado ni logran organizar a dos personas. Es evidente que hablan porque tienen lengua. Como diria Groucho Marx, es mejor permanecer callado aunque asi uno pueda parecer un boludo, que hablar y despejar toda duda. Porque no siguen este consejo.