Los trabajadores de Francia dijeron no a la constituciòn capitalista.
Por EL MILITANTE -
Wednesday, Jun. 01, 2005 at 9:12 PM
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Referéndum en Francia |
Los trabajadores
dicen “no” a la Europa capitalista |
Autor : Greg Oxley Fecha :
( 01-Junio-2005 ) Categoria : Europa
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referéndum sobre la Constitución Europea en Francia ha supuesto una
derrota decisiva para la clase dominante. A pesar de la campaña
particularmente intensa de los medios de comunicación, el gobierno
de la UMP y el ala de derecha del Partido Socialista Francés, el 55
por ciento ha rechazado el tratado. La participación en el
referéndum ha sido muy alta. De los 42 millones de personas que
tienen derecho a voto en Francia el 70 por ciento votó en el
referéndum.
La Constitución Europa sirve a dos
propósitos básicos. En primer lugar, estaba diseñada para garantizar
que las grandes potencias - en particular Francia y Alemania-
mantuvieran su posición dominante dentro de la recién ampliada CEE.
Si los autores de la Constitución se hubieran limitado a esta parte
del texto podrían haber conseguido la mayoría. Pero fueron más
lejos. Se incluyen toda una serie de cláusulas que intentan dar
cobertura legal y constitucional a cosas como la privatización de
los bienes públicos, la destrucción de los servicios públicos,
acabar con las ayudas a la industria, el aumento del gasto
armamentístico, la subordinación militar a la OTAN y el incremento
de la competencia entre los trabajadores europeos para reducir los
salarios. Por supuesto que el texto estaba lleno de frases floreadas
sobre los derechos humanos, pero incluso esto también servía a los
intereses de las grandes empresas, ¡como es el derecho
constitucional de todos los trabajadores a... buscar un empleo!
A principios de año las encuestas daban una mayoría
clara a favor del tratado. Eso era porque nadie lo había leído. El
presidente Chirac decidió que la constitución fuera ratificada en un
referéndum. Evidentemente en ese momento los partidos de la clase
dominante y la MEDEF (asociación empresarial) pensaban que el
resultado estaba garantizado. Sobre la superficie tenían buenas
razones para pensarlo. Día tras día, los medios de comunicación
aparecían llenos de noticias favorables a la Constitución. También
tenían el decidido apoyo de sus títeres “moderados” en la dirección
del Partido Socialista Francés. La dirección de la poderosa
confederación sindical CGT también estaba a favor del tratado, hasta
el punto de que algunos dirigentes de la CGT, como Le Digou, junto
con miembros millonarios de la MEDEF, habían formado una asociación
para hacer campaña a favor de su adopción.
Sin
embargo, pronto fue obvio que las cosas no marchaban según el plan
previsto. Dentro del PSF, a pesar de la intensa presión de François
Hollande y la dirección del ala de derecha, el 42 por ciento de los
militantes del partido votaron en contra de la constitución.
Después, dentro de la CGT, la dirección, al sentir la creciente
oposición al tratado dentro de sus filas, optaron en primer lugar
por una posición “neutral”, antes de ser superada por una amplia
mayoría en el consejo nacional. Así que después, el “no” se
convirtió en la posición oficial de la confederación.
La campaña en las calles la ha realizado
principalmente el Partido Comunista Francés, que editó material
analizando y explicado el significado oculto tras la jerga legalista
utilizada en el tratado. Después de las enormes huelgas y
manifestaciones de los últimos años, a través de las cuales los
jóvenes y trabajadores han intentado infructuosamente hacer
retroceder al gobierno en cuestiones claves como las pensiones, la
jornada laboral, la seguridad social, la sanidad y la educación, su
oposición al gobierno se había reflejado ya en el plano político,
como se pudo ver en las victorias históricas de la izquierda en las
elecciones regionales y europeas de 2004. Ahora, las cuestiones que
plantea la Constitución Europea se podían ver tal como son: un
intento de “atar las manos” constitucionalmente a un futuro gobierno
de izquierda e impedir dar marcha atrás en la política reaccionaria
impuesta durante los últimos años.
En cuanto la
campaña tomó ritmo, la oposición al tratado se desarrolló
masivamente, muchas personas, la mayoría de las cuales nunca habían
participado antes en política, empezaron a escuchar a los oradores
del Partido Comunista y de la oposición de izquierda dentro del
Partido Socialista. Casi diariamente en los mítines participan miles
de personas en diferentes zonas del país. Incluso en pequeños
pueblos era algo habitual las reuniones con cien o doscientas
personas. Los militantes repartían panfletos y carteles en los
centros de trabajo. Editaban boletines que parecían el equivalente
moderno a los Cahiers des doléances de la época de la Revolución
Francesa, donde la población francesa expresaba sus quejas, la gente
que asistía a los mítines públicos expresaba furiosamente sus quejas
contra el desempleo, contra la vivienda inadecuada y pobre, contra
la caída de los salarios y los niveles de vida, contra las fábricas
que se trasladan a Polonia o China en busca de mayores beneficios.
Hablaban de la arrogancia y la brutalidad de los empresarios, el
acoso a los sindicalistas, del racismo, del triste sufrimiento de
los inmigrantes y exiliados políticos, de los confortables políticos
“socialistas” que no saben nada y no se preocupan por estos
problemas. Un político socialista, el europarlamentario Olivier
Duhamel, declaró públicamente que no entendía el rápido giro de los
acontecimientos y que Francia ¡se “deslizaba hacia el bolchevismo”!
Sólo en trece departamentos la constitución consiguió
la mayoría. En los otros 83 departamentos ganó el “no”. En las zonas
obreras el voto en contra a menudo superó el 70 por ciento. Entre
los que tienen menos de 25 años fue del 60 por ciento y entre los
trabajadores manuales el voto en contra fue del 80 por ciento. El
decisivo rechazo a esta constitución procapitalista tendrá
consecuencias inmediatas y a largo plazo en Francia, en realidad en
toda Europa. El gobierno Raffarin ha dimitido y en su lugar hay otro
gobierno de la UMP. Esto no servirá de nada, excepto para
profundizar las ya profundas y amargas divisiones que existen dentro
de la UMP.
Dentro del PSF es inevitable una crisis
importante. Al principio François Hollande amenazó a todos los
militantes del partido que hicieran campaña por el “no” con la
inmediata expulsión. Tuvo que dar marcha atrás porque incluso los
que estaban a favor de la constitución dentro del partido se oponían
a estas medidas represivas. Hollande acusó después a los que se
oponían al tratado, los calificó de “incultos” e “irracionales”, de
ser aliados del racista Frente Nacional. Incluso llegó a anunciar
que el anterior presidente François Mitterand estaba a favor de la
constitución. El impacto de esta información fue inmediatamente
contrarrestado con la intervención de Danielle Mitterrand, la viuda
del anterior presidente, declarando que ella estaba en contra.
¡Además puso en seria duda el apoyo de su marido porque lleva muerto
diez años! La realidad es que según las encuestas entre el 56 y el
70 por ciento del electorado socialista ha votado en contra del
tratado y ha puesto a Hollande en una situación muy difícil.
La oposición desde la izquierda dentro del partido se
reflejó en Laurent Fabius, que durante muchos años fue la principal
figura del ala más conservadora del partido. La posibilidad de una
mayoría del “no” en el referéndum fue vista por Fabius como una
forma de desafiar a Hollande en la dirección del partido. Esto le
abre el camino para convertirse en el candidato del partido en las
elecciones presidenciales de 2007. El problema es que los dirigentes
de la oposición reformista de izquierda dentro del PSF -Jean-Luc
Mélenchon y Henri Emmanuelli- no son de fiar. En el pasado Mélenchon
apoyó a Fabius contra Michel Rocard, diciendo que el primero era más
de “izquierda” que el segundo. Más recientemente apoyó a Jospin y
Hollande contra Fabius. Así que no se puede descartar que ahora
apoye a Fabius contra Hollande, a cambio de puestos en la dirección
del partido y la promesa de un puesto ministerial en un próximo
gobierno socialista. Pero mientras esto llega, la dirección del ala
derecha del PSF ha quedado seriamente debilitada en el referéndum y
esto abre la perspectiva de luchas importantes dentro del partido
durante los próximos meses y años.
El partido que más
se beneficiará de la victoria en el referéndum es el Partido
Comunista Francés (PCF). Sin duda es la principal organización
obrera implicada en la campaña del “no”. Esto tendrá consecuencias
importantes y llevará a un fortalecimiento de la organización en
términos de militantes y votos en las elecciones. Ahora muchos
jóvenes y trabajadores están reivindicando una campaña para exigir
la dimisión de Chirac, la disolución de la Asamblea Nacional y la
convocatoria de elecciones legislativas para echar del poder a los
partidos capitalistas. Sin embargo, Chirac no dimitirá. Cambiando al
primer ministro y “remodelando” el gabinete intentará pasar los dos
próximos años para continuar con sus ataques a la clase obrera. Pero
tanto él como su partido están totalmente desacreditados. Las
elecciones de 2007 llevarán al regreso de un gobierno de izquierda
con una mayoría importante. Hasta ese momento, Francia se verá
sacudida por nuevas convulsiones sociales y políticas. La cuestión
clave para el futuro es el programa que defenderán los partidos de
la izquierda.
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argentina.elmilitante.org
Genial!!!!!!!!
Por el hombre de palo -
Wednesday, Jun. 01, 2005 at 9:38 PM
fswoodman@yahoo.com
Geniál, Grandioso, Aleluya!!!!!!! Por fín reaccionan los cerebros de la masa, ¿quien dice que todo está perdido!!!!, Esto es solo comparable a la Revolución Francesa.-
Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivée, contre nous de la tiranie.....
.... Y los holandeses siguieron.-
¡TOEMEMOS EL EJEMPLO!!!.-
Gloriosa, calurosa y emocionadamente, desde lo más profundo de my corazón, un abrazo al genero humano pensante y a los que desean reaccionar.-
El Hombre de Palo.-