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KOLLASUYU: BOLIVIA 2005, EMANCIPACIÓN AYMARA KISHWA GUARANI
Por Asunción Ontiveros Yulquila - Friday, Jun. 17, 2005 at 12:09 PM
yulquila49@yahoo.com.ar (0388) 425- 3433 Av. Remedios Escalada N° 425; Barrio 25 de Mayo; (4612) Palpala: Jujuy; Argentina

PRIMERO: El miércoles 8 de junio, Felipe Quispe, líder aymara del Movimiento Pachakuti expresa ante los medios de comunicación instalados en La Paz: “La lucha del pueblo boliviano es por la nacionalización de los hidrocarburos. Pero nadie quiere nacionalizar. Si llega Hormando Vaca Diez (presidente del Senado) a la presidencia no nacionaliza. Si llega Mario Cossio (presidente de Diputados), no nacionaliza. Si llega Eduardo Rodríguez (presidente de la Corte Suprema) y no nacionaliza, tampoco vamos a estar de acuerdo. Entonces, nosotros vamos a llegar a una instancia superior de lucha que es la guerra civil (...). Nosotros somos seis millones, estamos en todos lo pisos ecológicos”.

Por su parte, el diputado aymara Evo Morales, principal referente del Movimiento al Socialismo, MAS, el segundo partido más votado en las elecciones presidenciales de 2002, manifiesta: “Hemos despertado y es un movimiento imparable. Vamos hacia la liberación, para cambiar todas las políticas impuestas desde arriba y desde afuera (...). Estamos en un proceso de prerrevolución”. Para algunos analistas políticos internacionales sobre la realidad boliviana, el diputado Evo Morales es no sólo el constructor de que Carlos Diego Mesa Girbert sea presidente de Bolivia, sino también el diseñador de la estrategia para obligarlo a renunciar, y construir el camino hacia la modificación de la Carta Constitucional de la República, obligando a renunciar a los presidentes de las cámaras de diputados y de senadores.

Felipe Quispe, bachiller en historia, describe la realidad de Bolivia sin medias vueltas; para él el indio fue y es considerado por el establishment boliviano como un “animal” de carga. Así lo es; en marzo reciente, el presidente Carlos Diego Mesa Gisbert, luego de anunciar por la cadena de radiodifusión la presentación de su renuncia, ante una muchedumbre de empleados del Palacio Quemado, expresa en un estado de impotencia y racismo: “indios de mierda”, haciendo alusión a los protagonistas de los cortes de las vías de comunicación y de los bloqueos que ahogaba a su mandato presidencial. Quispe, siguiendo las rutas de la historia, también apunta a España que en tiempos imperiales expolia no sólo el oro y la plata del Kollasuyu (Bolivia), sino también la sangre de centenas de millares de aymaras y kishwas. El emperador Carlos I de España (1517-1556) y V de Alemania (1519-1556), hijo de Juana La Loca y de Felipe El Hermoso, fue el primer encomendero (desde la metrópoli) de las comunidades aymaras ubicadas en la Cuenca del lago Titicaca; también era “descubridor” y “propietario” de las mejores vetas y filones de oro y de plata en los minas de Potosí y de Porco.

“Vamos a pedir indemnización a España porque ellos sacaron oro, plata, nuestras riquezas” manifiesta Felipe Quispe, proyectando ideas sobre lo que debería reivindicar la sociedad aymara, kishwa, guaraní en el hipotético caso de lograrse la emancipación geométrica del poder oligárquico y corporativo que tiene relaciones genealógicas con la “madre patria”. El emperador Carlos V, no sólo ofició de encomendero desde ultramar sobre el pueblo aymara, sino que también fue un encarnizado “inversor” de los “beneficios” de la invasión, conquista y rapiña (de Tenochtitlan y del Cusco) en sus guerras religiosas contra la Francia de Francisco I, contra los protestantes de Alemania y contra el imperio Turco Otomano. En el año 2000, la administración del primer ministro español, el filofascista José María Aznar, auspicia la conmemoración de los 500 años del nacimiento del emperador Carlos V. Aznar y sus intelectuales acólitos honraban la vida y obra de Carlos V como si fuera la de un ilustrado visionario que puso en práctica los principios de la “globalización” en la que está “inserta la actual España” de las corporaciones Repsol, Telefónica y otras, en las jurisdicciones de sus ex colonias.

SEGUNDO: El jueves 9 de junio, la movilización del mundo aymara, kishwa, guarani, o del mundo kolla y camba, o del de las regiones urkusuyu y umasuyu, o del de los habitantes de tierras altas y tierras bajas, es general e incontenible. El ambiente político es el de una caldera; los tres poderes del Estado están ausentes de sus funciones. El cardenal católico Julio Terrazas, relacionado con Murcia de España y con el Vaticano del alemán Joseph Ratzinger, pretendía oficiar de mediador. Según los medios de comunicación de la ciudad de La Paz, “la iglesia católica es la institución con mayor credibilidad”; pero en la realidad de la vida cotidiana, la jerarquía de la iglesia católica boliviana representa los símbolos coloniales; siempre estuvo en la vereda del frente de los pueblos indios y de sus instituciones sociales y políticas. A finales de la década de 1980, exorcizados por las “virtudes y milagros” del “libre mercado”, la “capitalización” del “gringo” Sánchez de Losada y por el derrumbe del Muro de Berlín, los obispos reunidos en la ciudad de Cochabamba, entre rezos, incienso, opulentas comidas, buenos vinos, licores de importación y siestas prolongadas concluían: “que las organizaciones indias y campesinas, sus reivindicaciones y aspiraciones políticas no comulgan con la democracia de nuestra Bolivia, son totalitarios y antidemocráticos; la opción para los bolivianos y la iglesia es Jaime Paz Zamora”. En agosto de 1989, Jaime Paz Zamora arriba a la presidencia, asociado con el partido Alianza Democrática Nacionalista del general filonazi Hugo Bánzer Suárez; torturado y torturador sellaban una asociación política guiados por el “libre mercado” y por el “Dios” con representación en el Vaticano.

Al medio día de París, en la Radio Francia Internacional, el analista Eduardo Gamarra, de la Universidad Internacional de la Florida (USA) opina que habría cuatro posibilidades de gobierno en Bolivia como consecuencia de la crisis: 1) Revolución; 2) Gobierno populista; 3) Mano dura; 4) Golpe militar. En Madrid, un grupo de analistas periodísticos convocados por un programa televisivo describían dos mundos sobre Bolivia; la mayoría reconoce que más del 75 por ciento de la población lleva siglos de injusticia y que es víctima de un sistema de discriminación racial lacerante; un solo panelista conjetura que los españoles “no debemos endiosar a lideres como Evo Morales porque podemos estar apoyando a un potencial racista y futuro genocida”. Paradójica conjetura; para algunos analistas patrocinados por las corporaciones, el 75 por ciento de la población marginada, empobrecida y discriminada racialmente sería “racista e intolerante”; y la minoría racista sería “benévola, democrática y tolerante”.

Desde Londres, el escritor Mario Vargas Llosa, nacido en Perú, criado en Bolivia y “nacionalizado” español opina que la crisis de Bolivia tiene “paralizada” a la sociedad internacional y acusa al presidente de Venezuela de “si no financiar, si haber defendido o promovido al movimiento de Evo Morales. (Hugo) Chávez es un figura perniciosa de América Latina que va contra la democracia”. Desde que se divorcia de las tupías del socialismo, MVLL no soporta ver indios en “América Latina”; en 1990 fue candidato presidencial del grupo ecléctico “libertad”, integrado por los testaferros peruanos de las corporaciones transnacionales; fueron los votos de los indios, de los “cholos”, de los “serranos”, de los afro peruanos que impidieron su aterrizaje en el Palacio de Pizarro de Lima. Derrochó millones de dólares en propaganda y en la distribución de dádivas (bolsitas de alimentos) para ser presidente del Perú. Luego, en el “libre mercado”, adquiere la nacionalidad española.

A fines de 2004, en Bogotá, MVLL participa en el seminario “Las amenazas de la Democracia en América Latinas: Terrorismo, Debilidad del Estado de Derecho y Neopopulismo”. Su discurso “españolizado” ante un auditorio de militares, policías, paramilitares, lobbistas de narcotraficantes, empresarios y funcionarios del gobierno del derechista Álvaro Uribe sintetizaba: “El indigenismo de los años 20 que parecía haberse rezagado es hoy en día lo que está detrás de fenómenos como el señor Evo Morales en Bolivia (...). En Ecuador, Perú y Bolivia está provocando un verdadero desorden político y social, y por eso hay que combatirlo (...). Si queremos alcanzar el desarrollo y elegir la civilización y la moralidad, tenemos que combatir resueltamente esos brotes de colectivismo... Creo que en el movimiento indígena hay un elemento profundamente perturbador que apela a los bajos instintos, a los peores instintos del individuo como la desconfianza hacia el otro, al que es distinto”. ¿Cuánto le cuesta a MVLL reconocer que lo que exportaron los españoles, desde los siglos XVI hasta el XIX, tanto a lo que hoy es Bolivia como al Perú, fueron tecnologías para secuestrar, asesinar selectiva y masivamente, rapiñar, no trabajar y dogmas paras no percibir ni apreciar la realidad?

TERCERO: En horas de tarde del 9 de junio, se produce la primera muerte; el dirigente minero de los cerros de Potosí Carlos Corro fue perforado por una bala de los guardianes de la “civilización”. Este hecho ocurre en las afueras de Sucre, jurisdicción que supuestamente “controlaba” el presidente de la Cámara del Senado, Hormando Vaca Diez. La atmósfera se recalienta y se precipitan las renuncias del senador Vaca Diez y del presidente de la Cámara de Diputados Mario Cossio. El diputado Evo Morales, ante los medios de comunicación, responsabiliza a Vaca Diez por la muerte de minero. A las 23:30, hora de Sucre, por la red de radio y televisión se proyecta la voz y la imagen del senador Hormando Vaca Diez; en su semblanza sobresalen la fatiga y la congoja.

“Por la unidad de nuestro país, para que se acaben las confrontaciones, para que Bolivia recupere su normalidad y para que la experiencia vivida en nuestro país jamás sea repetida, renuncio a la sucesión tal y cual lo manda el artículo 93 de la Constitución” expresaba Vaca Diez en la sesión formalizadora de su renuncia para sustituir a Carlos Diego Mesa, realizada en la sede de la antigua Universidad de Sucre (actualmente Museo). En la sesión para la asunción del presidente provisional, nuevamente Vaca Diez improvisa un discurso; por momentos al borde de estallar en llanto conjugaba frases como: “neoliberalismo salvaje”; “organismos salvajes”; “hay que decir la verdad a la gente”; “los políticos no debemos mentir a la gente”; “siempre hemos hecho marketing con las necesidades de la gente”; “unidad en la diversidad”; “nuestros indígenas”; “nuestros mestizos”. Intentaba demostrar a través del discurso que es “democrático” y visionario, pero no pudo traicionar a su estirpe; su subconsciente hizo que pronunciara sus sentidas frases: “nuestros indígenas”; “nuestros mestizos”. El presidente del Senado Hormando Vaca Diez sería, según la definición de la investigadora aymara Marina Ari, un “blancoide”: “miembro de la minoría blanca que tienen su base de poder en los factores de raza (color de la piel y rasgos físicos), cultura (uso del idioma español), economía (terratenientes y grandes propietarios) y de política (oligarquía).

A las 23:50, el abogado y senador Vaca Diez toma juramento como Presidente provisional de Bolivia al doctor Eduardo Rodríguez Veltze, presidente de la Corte Suprema de Justicia. El protocolo da comienzo: Ruego a usted hacer la señal de la cruz – Indica Vaca Diez al doctor Rodríguez . El doctor Rodríguez hace la señal de la cruz con los dedos de la mano derecha, escucha el protocolo, besa la señal de la cruz y expresa: ¡Sí juro! Los presentes en la sesión aplauden sin entusiasmo, lo hacen como si fuera por obligación. A continuación, se cierra la sesión con el discurso del Presidente provisional, quien se limita a decir que cumplirá con los objetivos de su corto mandato: 1) Convocar elecciones para la conformación de la Asamblea Constituyente, que deberá definir las autonomías políticas de los Departamentos; 2) Convocar a elecciones generales, para elegir presidente, senadores, diputados y prefectos. No dijo absolutamente nada sobre la reivindicación de la mayoría de la población: la nacionalización de los hidrocarburos y otros recursos naturales.

CUARTO: ¿Emancipación o revolución? La República criolla fue una construcción de y para la minoría propietaria; el sujeto pensante en el contexto desde el 16 de junio de 1809 hasta el 6 de agosto de 1825, era un pequeño grupo de caudillos “ilustrados” más cercanos al espíritu de la España imperial ilustrada que a los intereses y derechos de los pueblos sometidos por el “inculto español” desde el 16 de noviembre de 1532. Los pueblos indios o el indio, como se tipificaba jurídica y política y económicamente a los antecesores de los actuales aymaras, kishwas, guaraníes y otros pueblos, después de la represión genocida a la rebelión de Tupa Amaru y de Tupac Katari (1780 y 1781), no tuvieron representación pensante en los acontecimientos del proceso de emancipación de principios del siglo XIX. Los indios solo obedecían órdenes de los señores “propietarios”; no había alternativas; eran esclavos “modernos”; engrosaban las filas de los ejércitos, tanto “patriotas” como “realistas”. Al consolidarse el triunfo de la emancipación boliviana “de la bastarda política de Madrid”, los pueblos indios continuaron siendo sometidos y expoliados por los “propietarios” feudales y oligarcas hasta límites de la animalización sistemática.

A mediados del siglo XX, en la Argentina el gobierno de Juan Domingo Perón ejecutaba un proceso de nacionalización de vías y medios de producción; en 1949 expropia tierras a los terratenientes de la provincia de Jujuy, herederos de “propiedades adquiridas” en el periodo colonial. En ese contexto los militares bolivianos, nacionalizan a la petrolera Standar Oil. Las políticas de la URSS y la teoría económica de John Maynard Keynes (1883-1946) eran los instrumentos más eficaces para combatir la miseria, la desocupación y la recesión. La iniciativa privada, las corporaciones privadas, el libre mercado, la ausencia del Estado, solamente beneficiaban a las potencias centrales donde estaban asentadas las matrices de las compañías privadas; tanto Argentina como Bolivia, en teoría, eran simples exportadoras de materias primas; en las práctica eran Estados protectores de las compañías extranjeras y de sus testaferros oligarcas. Keynes preconizaba la intervención política y económica del Estado para combatir el desempleo y la recesión, como también, combatir la rapiña y explotación salvaje de las compañías privadas que operaban en el mundo del “libre mercado”.

En 1952, jóvenes intelectuales provenientes de los sectores medios de la sociedad oligárquica de Bolivia, aglutinados en el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y asociados a los sindicatos de los mineros y con la masiva intervención de las comunidades aymaras y kishwas, sometidas en los latifundios de los herederos de la “madre patria”, desencadenan una revolución que nacionaliza las minas de estaño y promueve una reforma agraria a medias. En ese periodo histórico, Bolivia era el principal productor de estaño del planeta Tierra; ningún país de la región sudamericana competía con Bolivia. ¿Qué pasó? La dirigencia del MNR, aquietadas las aguas de la revolución, se olvidaron de los pueblos aymaras y kishwas y se metamorfosearon para ser los nuevos patrones de la República, dependiente de las decisiones y del manipuleo del mercado mundial del estaño. El Estado paso a ser el patrón de los pueblos indios, a quienes llamaron paternalmente “campesinos”, guiados por el evolucionismo del materialismo histórico de Carlos Marx. En el pensamiento de los intelectuales progresistas de mediados del siglo XX prevalecían acepciones como por ejemplo: que indio significaba “primitivo” no integrado a la cultura oficial; que campesino significaba “proletario sin patrón”; que indígena significaba “primitivo nacionalizado”, protegido por el Estado hasta integrarlo o asimilarlo a la “civilización boliviana”.

Durante los primeros gobiernos de Víctor Paz Estensoro (1952-1956 y 1960 y 1964) la economía del país giraba en torno a la producción primaria del estaño. La Confederación General de Campesinos (integrado por aymaras y kishwas) funcionaba como un aparato de las políticas “indigenistas” de los gobiernos de turno. En el contexto internacional, el 1961 el gobierno de la República de Cuba adopta el sistema socialista marxista y leninista, como también decide exportar su revolución. La realidad social y económica de Bolivia se prestaba para un proyecto guerrillero socialista. Paz Estensoro resulta elegido para un tercer mandado en 1964. Digitado por el Departamento de Estado de USA y su CIA, aparece el golpista René Barrientos impidiendo el mandato de Paz Estensoro. En octubre de 1967, el Che Guevara es asesinado en Higueras; pierde la vida en el país cuya realidad le inspiró a luchar en contra la injusticia. En 1985, en el escenario económico de una hiperinflación sin control (digitado por los operadores de las corporaciones transnacionales, y por la emisión de moneda en forma irresponsable) es elegido para un tercer mandato Víctor Paz Estensoro. Entre agosto de 1985 a agosto de 1989, el Estado fue reducido a su mínima expresión mediante un proceso de privatización sin parangón en la región; los autores intelectuales por orden de mérito son : Jefrey Sanchs, economista de Harvard, Gonzalo Sánchez de Losada y Víctor Paz Estensoro; el primero, discípulo confeso de las doctrinas económicas de Milton Friedman, y los segundos, curtidos testaferros funcionales de las corporaciones transnacionales.

Entre 1993 y 1997, Gonzalo Sánchez Losada y el aymara Víctor Hugo Cárdenas (seleccionado por un grupo de antropólogos y sociólogos contratados por el “gringo”) enajenaron los recursos del subsuelo y sobresuelo, a favor de los “inversionistas” identificados como corporaciones transnacionales. Hasta las empresas estatales para la administración de orines y desechos fecales fueron “capitalizadas”, es decir concesionadas a los “inversores”. En 1997, el filonazi Hugo Banzer Suárez , con el lema “pan techo y trabajo” gana las elecciones presidenciales; asociado con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, juramenta como primer mandatario; un cáncer pulmonar arrebata su vida “democrática”. En 2002, nuevamente Gonzalo Sánchez Losada arriba al Palacio Quemado, está vez con el apoyo del “Movimiento de Izquierda Revolucionaria”( MIR), la Alianza Democrática Nacionalista ADN) y de la Fuerza Republicana Nacionalista (FRN). Los partidos opositores son el Movimiento al Socialismo (MAS) conducido por Evo Morales y el Movimiento Indio Pachakuti (MIP) liderado por Felipe Quispe, ambos aymaras. Por vez en los 180 años de existencia de Bolivia (desde 1825), su sistema político está explícitamente compartido y disputado por dos identidades: la oposición aymara kishwa guaraní y la representación gobernante criolla o “q’ara” como lo denominan los aymaras.

La representación criolla o “q’ara” defiende y representa a los intereses y derechos de las corporaciones transnacionales. La oposición aymara kishwa guaraní defiende y representa los derechos e intereses de la pueblo diverso de la República de Bolivia. Esta dicotomía hizo que los defensores de los recursos naturales renovables y no renovables triunfaran sobre la dictadura de las corporaciones, representado por el “gringo” Gonzalo Sánchez de Losada. Lo que se conoce como doctrina neoliberal y como mundo capitalista “globalizado” sin barreras ni normas reguladoras, con Estados superprotectores de las corporaciones y de sus beneficios de rapiña tienen un límite y techo en Bolivia. El Estado argentino ya lo ha experimentado a fines de 2001; para satisfacer la saciedad de las corporaciones el Estado presionó con más tributos a la población; Fernando de La Rúa tuvo que abandonar su mandato por el techo de la Casa Rosada; su lema de campaña proselitista había sido “contra la corrupción”. Gonzalo Sánchez de Losada haría lo mismo; “contra la corrupción” era su lema que lo llevaría al Palacio Quemado comprando voluntades en el “mercado libre” del Congreso; en febrero de 2003 somete por decreto una presión tributaria a la masa laboral, con los propósitos de satisfacer a la demanda de los operadores del “mercado libre”; la población reacciona airada; el ejército se enfrenta con la policía; el “gringo” da marcha atrás derogando su decreto. ¡¡No hay dinero en caja!! ¡¡Vendamos gas a Chile!! En octubre de 2003, luego de ordenar masacrar a los aymaras, gritando - ¡¡¡Cómo es que estos ignorantes ganen...!!! – busca refugio en los Estados Unidos de Norteamérica.

Carlos Diego Mesa Girbert, ante el nuevo escenario político, asume la presidencia asumiendo el compromiso de recuperar los hidrocarburos para Bolivia, convocar una Asamblea Constituyente para redactar un nuevo contrato social: Carta Fundamental que incluya al 75 por ciento de la población aymara kishwa guaraní. En julio de 2004 se realiza un referéndum para obtener la respuesta del pueblo respecto de la recuperación de los hidrocarburos. La respuesta indica recuperar los hidrocarburos. El gobierno de Carlos Mesa es incapaz de asumir el reto de la historia porque según él, la nacionalización de los hidrocarburos “aislará” a Bolivia de las “naciones civilizadas” y de las “inversiones”. Renunció como presidente y también como creyente del sistema imperante. Por inercia, debido a la presión deliberante de la mayoría de la población, senadores y diputados, reunidos en la Aula Magna de la antigua Universidad de Sucre, se posesiona como Presidente Provisional al doctor Eduardo Rodríguez Veltze.

Ocho millones quinientos mil (8.500.000) habitantes tendrán un nuevo contrato social. La mayoría tiene conciencia que en 1600, de las entrañas del cerro de Potosí, salía el flujo más voluminoso a escala mundial de plata y oro de alta ley para saciar el apetito de los “inversores” privados europeos, entre ellos los reyes de España y lo pontífices de Roma. Como las riquezas eran producto de rapiña, los piratas de la Gran Bretaña secuestraban los cargamentos hispanos en el Océano Atlántico e “invertían” en las arcas reales de Londres, recibiendo como contrapartida el título de “caballeros”. En 1950, Bolivia era el principal productor de estaño del mundo; el 80 % de la población era analfabeta. En 2005, es el principal poseedor de reservas de gas a nivel sudamericano; el 55 por ciento de los habitantes son analfabetos. La esperanza de vida oscila en los 62 años. Estos datos indican los porqué de las continuas crisis de Bolivia, como también los porqué que los aymaras kishwas guaraníes construyan la revolución, para emanciparse de la minoría parasitaria: los “q’aras”, que no significa “blanco” sino “extranjeros que llegaron misios al Kollasuyu desde 1533 y que hoy son señores potentados robando y expoliando a los JAQIS Y RUNAS.

Por Asunción Ontiveros Yulquila: Periodista kolla e investigador del mundo andino. Av. Remedios Escalada N° 4125; Barrio 25 de Mayo; (4612) Palpala; Jujuy; Argentina. Teléfono: (0388) 425-3433

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ARI, Marina: “El futuro de la movilización popular en el Qullasuyu”, Revista “Pueblo Indio” N° 20, páginas 13-16, La Paz, Bolivia, julio-septiembre 2004.
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CHOMSKY, Noam: Cómo mantener a raya a la plebe, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2004.
GAVALDÁ, Marc: La Recolonización. Repsol en América Latina: invasión y resistencia, Icaria editorial, Barcelona, 2003.
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RUMI HUMA: “EL Kollasuyu: Los pueblos indios y el Estado”, Revista “Pueblo Indio” N° 20, páginas 8-11, La Paz, julio-septiembre 2004, http://www.puebloindio.org.

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EL MAS Y SU “RE-FORMISMO MOMIFICANTE"
Por ONP-Bolivia - Sunday, Sep. 03, 2006 at 11:40 PM
nuevopaisbolivia@hotmail.comh

Apreciados Señores (as)

Favor estudiar esta página sobre el re-formismo EVO-cocalero en Bolivia:

http://re-formismolatinoamericano.blogspot.com/

Gracias y saludos,

Dirección Nacional Rotativa-Participativa Expansiva
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E-mail: nuevopaisbolivia@hotmail.com
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Web-site: http://ccn-org-nuevopaisbolivia.blogspot.com/
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