Julio López
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Nuestras propuestas para las luchas y las elecciones
Por Izquierda Unida - Saturday, Jul. 23, 2005 at 3:57 PM

1) Aumento salarial hasta alcanzar la canasta familiar.

Plata hay. Que se financie con las superganancias de las grandes empresas. Que el Estado Nacional y las provincias pongan el superávit fiscal récord al servicio de mejorar los salarios y jubilaciones.

2) Trabajo genuino. Plan Nacional de Obras Públicas.

Para terminar con la desocupación, liquidar el déficit de viviendas y hacer las obras básicas de infraestructura que el país necesita. Mientras existan desocupados, aumentar los planes sociales a 350 pesos.

3) Precios máximos de la canasta familiar y congelamiento de tarifas.

Para luchar realmente contra la inflación. Por controles realizados por las organizaciones sindicales, de desocupados y consumidores. Por la vigencia de la Ley de Abastecimiento, que castiga severamente al empresario que viole los precios máximos o acapare mercaderías. Derogación del IVA –lo que provocaría un inmediato abaratamiento del 21% e casi todos los bienes- y su reemplazo por un impuesto a las grandes fortunas y ganancias.

4) No pagar la Deuda Externa y romper con el FMI.

¡Basta de doble discurso! Hay que dejar de pagar la deuda para invertir esos fondos en salario y trabajo. Y romper con el Fondo para poder desarrollar una política económica independiente al servicio de las necesidades populares.

5) Nacionalización de la Banca y el Comercio Exterior.

Para que los recursos financieros nacionales sean volcados a un plan de desarrollo nacional y al crédito para el consumo popular. Para terminar con la especulación y las “compensaciones” a los que estafaron al país en el 2001. Para que los dólares de nuestras exportaciones se pongan al servicio del pueblo y no de cuantro grupos monopólicos.

6) Reestatización de las empresas privatizadas.

¡No a los aumentos de tarifas! ¡Basta de subsidios a los pulpos! Por servicios públicos de calidad, accesibles a toda la población, gestionados por empresas estatales bajo control de los trabajadores y usuarios. Por la reestatización de todo el negocio gasífero y petrolero.

7) Cárcel a los genocidas de ayer y de hoy. Nulidad de los indultos.

¡A donde vayan los iremos a buscar! Así como la lucha popular logró la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, ahora debemos redoblar los esfuerzos hasta que el último genocida termine preso.

8) ¡Basta de justicia para los ricos!

Cárcel a los empresarios y políticos corruptos. Elección de los jueces por el voto popular. Cárcel a Ibarra y Chabán, responsables de Cromañón. Contra la policía corrupta y el gatillo fácil. Libertad a los presos por luchar y contra la criminalización de la protesta social.

9) Por nuevos dirigentes sindicales, honestos y combativos.

Por apoyo a todas las luchas y su coordinación. Contra la burocracia sindical. Apoyo a los nuevos cuerpos de delegados y comisiones internas.

10) Por la Unidad de la Izquierda y los luchadores.

Basta de PJ, UCR, López Murphy-Macri y Centroizquierda. Venga con Izquierda Unida.

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Comentarios sobre el programa de I.U.
Por leonardo mir - Saturday, Jul. 23, 2005 at 4:02 PM
leonardomir@msn.com

Algunos comentarios sobre el programa de Izquierda Unida

 

Algunos comentarios sobre el programa de Izquierda Unida

 

1) Aumento salarial hasta alcanzar la canasta familiar.

Plata hay. Que se financie con las superganancias de las grandes empresas. Que el Estado Nacional y las provincias pongan el superávit fiscal récord al servicio de mejorar los salarios y jubilaciones.

¿IU propone que el Estado Nacional -o sea el Estado Capitalista- ponga el superávit fiscal récord al servicio de mejorar los salarios y jubilaciones? ¿Y cómo vamos a hacer para que los capitalistas financien con sus ganancias el aumento salarial?

2) Trabajo genuino. Plan Nacional de Obras Públicas.

Para terminar con la desocupación, liquidar el déficit de viviendas y hacer las obras básicas de infraestructura que el país necesita. Mientras existan desocupados, aumentar los planes sociales a 350 pesos.

¿Querrán los empresarios terminar con la desocupación? Mmmm, no creo, porque inmediatamente -por efecto de la ley de oferta y demanda- aumentarían los salarios del resto de los trabajadores. Y el aumento de los salarios iría en contra de las ganancias empresarias. No, no creo que los capitalistas vayan a hacer esto tampoco.

3) Precios máximos de la canasta familiar y congelamiento de tarifas.

Para luchar realmente contra la inflación. Por controles realizados por las organizaciones sindicales, de desocupados y consumidores. Por la vigencia de la Ley de Abastecimiento, que castiga severamente al empresario que viole los precios máximos o acapare mercaderías. Derogación del IVA –lo que provocaría un inmediato abaratamiento del 21% e casi todos los bienes- y su reemplazo por un impuesto a las grandes fortunas y ganancias.

La inflación de menos del uno por ciento mensual no creo que sea el gran problema a resolver. Tampoco el congelamiento de tarifas, que, además, los empresarios de ningún modo van a estar dispuestos a otorgar. ¿Reemplazar el IVA con un impuesto a las grandes fortunas y ganancias? Eso podría ser, pero para ello haría falta reemplazar a la dictadura patronal por una dictadura de las masas trabajadoras.

4) No pagar la Deuda Externa y romper con el FMI.

¡Basta de doble discurso! Hay que dejar de pagar la deuda para invertir esos fondos en salario y trabajo. Y romper con el Fondo para poder desarrollar una política económica independiente al servicio de las necesidades populares.

Pero es que el gobierno Kirchner y otros políticos representantes de la burguesía ya lo han explicado: Si dejamos de pagar la deuda las consecuencias serían desastrosas. ¿O acaso los imperialistas se van a quedar de brazos cruzados? Además, no olvidemos que el capitalismo se ha globalizado y ya no existen las burguesías nacionales. Todos los burgueses nacionales están entrecruzados con capitales mundiales. Así que pretender que un gobierno capitalista rompa con el FMI es pretender más o menos que rompa consigo mismo.

No pagar la deuda y romper con el FMI únicamente podría hacerlo un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

5) Nacionalización de la Banca y el Comercio Exterior.

Para que los recursos financieros nacionales sean volcados a un plan de desarrollo nacional y al crédito para el consumo popular. Para terminar con la especulación y las “compensaciones” a los que estafaron al país en el 2001. Para que los dólares de nuestras exportaciones se pongan al servicio del pueblo y no de cuatro grupos monopólicos.

Lo mismo que para los puntos anteriores -y para los que siguen-. Todo este programa es irrealizable mientras los obreros y las masas laboriosas no se tomen el poder. Y esto no va a suceder votando al Frente de IU.

6) Reestatización de las empresas privatizadas.

¡No a los aumentos de tarifas! ¡Basta de subsidios a los pulpos! Por servicios públicos de calidad, accesibles a toda la población, gestionados por empresas estatales bajo control de los trabajadores y usuarios. Por la reestatización de todo el negocio gasífero y petrolero.

¿Cuánto podría durar este sistema mixto propuesto? Empresas "estatales" -tengamos presente que el estado no es "neutro", no es "de todos los argentinos", el estado es el estado capitalista, la maquinaria que gobierna y administra el sistema capitalista de explotación-, entonces, empresas "estatales", burguesas, capitalistas, con ¿Control obrero y popular? Tal experimento está condenado de antemano al fracaso, con todas las consecuencias de ese fracaso. Las masas identificarían ese fracaso con el fracaso de los obreros para gobernar, del mismo modo que asimilaron el fracaso de los estados burocráticos con el "fracaso" del socialismo. Esto de la estatización y el control obrero  es un canto de sirena muy peligroso.

7) Cárcel a los genocidas de ayer y de hoy. Nulidad de los indultos.

¡A donde vayan los iremos a buscar! Así como la lucha popular logró la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, ahora debemos redoblar los esfuerzos hasta que el último genocida termine preso.

¿Y quién los va a meter presos a los genocidas de ayer y de hoy? ¿Quién va a encarcelar a los guardianes del sistema? ¿Kirchner? ¿El Frente de IU? ¿O se van a encarcelar ellos solos si el pueblo vota esta propuesta?

Esto es sembrar falsas ilusiones. Esto es irrealizable sin una lucha dura y ardua, sin una verdadera guerra civil de los trabajadores contra los capitalistas.

8) ¡Basta de justicia para los ricos!

Cárcel a los empresarios y políticos corruptos. Elección de los jueces por el voto popular. Cárcel a Ibarra y Chabán, responsables de Cromañón. Contra la policía corrupta y el gatillo fácil. Libertad a los presos por luchar y contra la criminalización de la protesta social.

Todo esto está muy bien, pero, ¿Quién va a llevarlo a cabo? ¿Y cómo? ¿Hay algún plan? ¿Podríamos conocerlo todos?

9) Por nuevos dirigentes sindicales, honestos y combativos.

Por apoyo a todas las luchas y su coordinación. Contra la burocracia sindical. Apoyo a los nuevos cuerpos de delegados y comisiones internas.

Bien, bien. Habría que profundizar un poco, pero esto está bien.

10) Por la Unidad de la Izquierda y los luchadores.

Basta de PJ, UCR, López Murphy-Macri y Centroizquierda. Venga con Izquierda Unida.

 

¿Y porqué? ¿Porque prometen cosas que no van a poder cumplirse de no mediar un cambio del que nada se dice acá? ¿Para llevar adelante un programa que -tal como está planteado- solo puede llevar a las masas a un nuevo fracaso?

 

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Compañero Leonardo Mir
Por para leo mir desde IU - Sunday, Jul. 17, 2005 at 4:59 PM
 

Nos sentiríamos complacidos de ver sus aportes a la causa que nos sucede completando nuestro planteo que, según usted, es insuficiente como reivindicación de los intereses de la clase proletaria.

Saludos fraternales

Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST)
Izquierda Unida
 

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Aporte para la discución
Por leonardo mir - Wednesday, Jul. 20, 2005 at 1:49 AM
leonardomir@msn.com

 

Yo creo que el principal problema planteado con este programa, con esta concepción reformista con que se encaran las elecciones bajo el dominio de los capitalistas, es que una plataforma electoral debería comenzar por combatir las ilusiones en el sistema democrático burgués, llamando a tirar abajo el capitalismo e instaurar la democracia socialista, aunque esto -contradictoriamente- no pueda ocurrir en lo inmediato, pero comprendiendo que toda proposición revolucionaria siempre debió pasar, al principio, por el rechazo de las mayorías; hasta que algunos comprendieron su necesidad histórica y comenzaron a promoverla tenazmente, sin temer al aislamiento social. "Ninguna idea progresista ha surgido jamás de una base de masas", decía Trotsky.


Debemos plantear la necesidad de establecer un gobierno de los trabajadores, una democracia de los trabajadores. Preguntamos ante todo: ¿Quién debe gobernar? Y respondemos: los trabajadores deben gobernar. Mientras los trabajadores sigan confiando en los políticos que gobiernan en favor de los empresarios todo lo que consigamos con el esfuerzo de nuestras luchas nos será irremediablemente arrebatado. Los empresarios capitalistas y sus políticos -los políticos de la clase propietaria de los grandes medios de producción -los Kirchner, los Menem, los De la Rua, los Cavallo, los Carrió, etc.- no pueden resolver el problema de la desocupación, no pueden resolver los problemas ligados a la seguridad, no pueden resolver los problemas de la falta de vivienda, los problemas de la salud y de la educación. No pueden de verdad resolver ninguno de esos problemas porque los capitalistas no pueden dejar de explotar a los trabajadores, porque ese es el sistema que ellos defienden y del que viven, a costillas del pueblo trabajador. Mientras los trabajadores continúen creyéndole a los políticos tradicionales, a los vacilantes y a los traidores, no habrá soluciones duraderas ni verdaderas.

Y este gobierno de los trabajadores que propugnamos no ha de alcanzarse mediante un acto eleccionario, y hay que decirlo. Sostener eso -incluso por omisión, sería una gran mentira oportunista y un peligro enorme. Semejante engaño solo puede servir para entregar a los trabajadores desarmados ante la reacción de los capitalistas.

El gobierno de los trabajadores solo puede obtenerse tras una ardua y convencida lucha de clases, lucha que los capitalistas no dejan de librar dia a dia en contra de los trabajadores pero que los trabajadores solo libramos a medias y de mala manera.

Se trata de ponerse en pie y de pelear organizados, racionalmente, imponiendo ante la minoría propietaria y explotadora los derechos de las mayorías trabajadoras sin esperar soluciones de quienes solo pueden darnos problemas.

El aparato productivo debe ser dirigido por los mismos que lo hacen funcionar. Y el producto obtenido debe dejar de ser mercancía para la obtención de ganancias capitalistas para pasar a ser producción puesta al servicio del consumo popular de acuerdo a las necesidades de la mayoría de la población.

El trabajo debe pasar a ser un derecho y una obligación. Acabando con las grandes fortunas y los ingresos astronómicos de los empresarios, el reparto de bienes habrá de ser decidido democráticamente por los propios productores.

El principal obstáculo para poner en marcha este proyecto socialista está en las propias masas laboriosas que continúan confiando en toda una pléyade de políticos que van desde los abiertamente pro-capitalistas, pasando por los que hablan de "capitalismo-humano", hasta los vacilantemente izquierdistas; todos ellos destinados con mayor o menor destreza a quebrantar la confianza que en ellos depositan las masas una y otra vez.

La lucha no es es ningún aspecto, fácil. Es difícil, y requiere de nuestro esfuerzo y de nuestra inteligencia. Sus consecuencias no pueden ser otras que la de acabar con el sistema de explotación imperante. Como toda lucha, esta también tendrá su costo, pero el mismo será menor -a la larga- que la muerte poco a poco, que la miseria, que las desapariciones y los asesinatos a los que el capitalismo nos tiene sometidos y tan mal acostumbrados.

Muchas voces se alzarán diciendo que no se puede, que no tenemos la fuerza suficiente, que el socialismo ya ha fracasado (¡Mentiras!), y toda una serie de otras monsergas derrotistas. Deberemos explicar pacientemente una y otra vez lo mismo. Que el capitalismo ya ha demostrado que sólo puede ofrecernos más sufrimientos, más inseguridad, más explotación, más desocupación y todo el correlato de miseria, escasez de salud, escasez para la educación, falta de viviendas, trabajo insalubre, destrucción de la naturaleza, en fin, todo lo que ya conocemos y padecemos dia a dia.

El socialismo no es más que el gobierno democrático de los trabajadores, es acabar con la propiedad de unos pocos y con la explotación, para poner en marcha la producción al servicio de los propios trabajadores. Se trata, para ello, de oponer al poder capitalista, el poder obrero que debemos construir para imponer el socialismo.

En lo inmediato los socialistas impulsamos las luchas,

  • Por la reducción de la jornada laboral, a 6 u 8 horas -según los sectores de que se trate
  • Contra todas las formas de trabajo precarias
  • Por un seguro de desempleo que cubra las necesidades básicas
  • Por un subsidio para los hijos de los trabajadores hasta la edad de 18 años
  • Por el derecho a la vivienda
  • Por la salud y la educación gratuitas y en forma integral
  • Por la libertad a los presos políticos


El programa para la lucha inmediata siempre es por mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, partiendo de la relación de fuerzas presentes. Nuestro objetivo irrenunciable es el socialismo.

De lo que se trata, a mi entender, es, más que presentar un programa de gobierno (¿a ser llevado a cabo por nuestros enemigos?), de  levantar una plataforma de denuncia, de propaganda y  unas pocas medidas concretas para impulsar en la lucha; explicar, explicar y explicar pacientemente, reconociendo las dificultades y señalándolas a fuego, educando y organizando, sin esconder las dificultades, sin atajos, sin facilismos, trabajando lento pero firme y con audacia. Generando espacios de democracia y de consenso, fomentando la crítica y el estudio, formando revolucionarios y dirigentes al servicio de las necesidades históricas de las masas trabajadoras, construyendo poder obrero y popular, construyendo el socialismo.

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Es irrealizable lo de LMIR
Por es propaganda que no sirve para la accion - Saturday, Jul. 23, 2005 at 4:55 PM

En ves de unir divide. Lo de LMIR es lindo para un curso de propaganda, pero no para que lo tomen millones de masas laboriosas..
No existe LMIR, ni nos preocupemos ni debatamos LMIR, porque no esta, no se ve, nadie lo sigue a este muchacho, es lindo por internet, pero en las fabricas, en las calles, n las movilizaciones, no esta esto que este LMIR nos comenta. Hay que seguir pegado a la clase y a su estadio de conciencia, y caracterizar bien. el gran error de la izquierda es el ultraizquierdismo infantil en el que cae de forma terrible este LMIR.
Para estos sectas siempre la va a faltar algo en el programa. Pero el LMIR da saltos vanguardistas que lo aislan de las masas

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Qué es lo realizable ahora.
Por leonardo mir - Saturday, Jul. 23, 2005 at 5:24 PM
leonardomir@msn.com

 

(En primer lugar, compañero, se puede decir exactamente lo mismo sin necesidad de incluir comentarios como "no existe", o "ni debatamos").

 

 

No se porqué suponés que mi propuesta "en vez de unir, divide". Cabría preguntarse, "unir o dividir", ¿a quiénes?

¿A quienes mi propuesta ahuyenta? ¿Cuál es la división que se produce con una propuesta de este tipo?

 

También habría que ver si es racional pensar que en este momento es factible un programa socialista "para que lo tomen millones de masas laboriosas".

 

Claro que es muy lindo que eso sucediera, pero, ¿es posible?

Seguro que sí es posible hacer un programa "para que lo tomen millones de masas laboriosas", pero, dadas las condiciones actuales, ¿seria revolucionario ese programa? Yo creo que no. Creo que en las circunstancias actuales no se puede aspirar a un programa revolucionario para que lo tomen millones de masas laboriosas. Tendremos que contentarnos con que lo tome una vanguardia.

 

Ahora, si vos mismo reconocés que:

no está, no se ve, nadie lo sigue a este muchacho, es lindo por internet, pero en las fabricas, en las calles, en las movilizaciones, no está esto que este L. MIR nos comenta

entonces deberías arribar a la misma conclusión que yo saco: Que no es posible que un programa revolucionario, socialista, sea tomado en esta coyuntura, en esta etapa de la lucha de clases, por millones de masas laboriosas.

Fijate sino en las elecciones de Santiago. Allí el MST creciendo y todo, sacó apenas menos del dos por ciento de los votos. El hecho de que un 32% de personas que habitualmente votaban a alguna opción del sistema esta vez no lo hayan hecho, puede ser analizado como algo progresivo, pero sin engañarnos pensando que "ya le han dado la espalda a la burguesía y que están prontas a abrazar la causa del socialismo". Hay que ver la realidad tal cual es, hay que ser serios, no exitistas.

 

Vos decís que

Hay que seguir pegado a la clase y a su estadio de conciencia, y caracterizar bien. [Sin caer en] el gran error de la izquierda [que] es el ultraizquierdismo infantil

Exactamente, no hay que caer en el ultraizquierdismo ni tampoco en el oportunismo. Por ello hay que caracterizar bien la etapa y las coyunturas. Tu postura cae precisamente en un ultraizquierdismo infantil al caracterizar que ahora es posible que millones de masas laboriosas tomen un programa revolucionario. Simultaneamente, tu programa no es precisamente revolucionario sino que tiene mucho de oportunismo, ya que el planteo deja la sensación de que puede realizarse sin necesidad de tomar previamente el poder.

 

En ningún modo yo promuevo "saltos vanguardistas que [nos aíslen] de las masas". No compañero, de ninguna manera. Mi propuesta va orientada a explotar las verdaderas posibilidades que existen en la actualidad y a hacer lo que hay que hacer ahora, atendiendo al nivel de conciencia actual de las masas laboriosas, y no del que a mi me gustaría que tuvieran.

 

Saludos.

 

 

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¡¡Muy bien, Leonardo Mir!!
Por Triunvirato Rojo - Saturday, Jul. 23, 2005 at 5:38 PM

El MST habla de "ultraizquierdismo infantil". ¿Quiénes son los que desde el año 82 vienen presentando de forma ininterrumpida la situación como "revolucionaria"? Si esto no es infantil, y encima caradura, dado que en esa situación supuestamente "revolucionaria" actúan como vulgares electoraleros...

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Para leonardo mir
Por El Mutante - Saturday, Jul. 23, 2005 at 7:14 PM

por empezar, de por si creo que es díficil sostener en una plataforma electoral que las elecciones de la democracia burguesa no llevan a ningún objetivo beneficioso para las masas. No se si se entiende...a las masas las confundís más con ese planteo de que te presentás a unas elecciones que vos mismo decis que casi de nada sirven.

Y con respecto a eso que dijo Trotsky, de que ninguna idea progresista ha surgido jamás de una base de masas....bueno...mas allá de su veracidad, medio que lleva a que algunos se fijen en su ¨quintita¨ y a que piensen que las prácticas de su partido u organización son las correctas justamente porque no parten de una aceptación de las masas...a que se crean más dueños de la razón creyendo fervientemente que esa razón la adoptarán las masas pero el dia de mañana.

después agregás:

¨El principal obstáculo para poner en marcha este proyecto socialista está en las propias masas laboriosas que continúan confiando en toda una pléyade de políticos que van desde los abiertamente pro-capitalistas, pasando por los que hablan de "capitalismo-humano", hasta los vacilantemente izquierdistas; todos ellos destinados con mayor o menor destreza a quebrantar la confianza que en ellos depositan las masas una y otra vez¨...

está en las masas el principal obstáculo para el proyecto socialista por confiar en los políticos burgueses y vacilantes izquierdistas o porque creen que sus problemas van a ser solucionados mediante reprentaciones en general en vez de por sí mismas?



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Absurdo
Por ... - Saturday, Jul. 23, 2005 at 7:16 PM


No hay nada humano, individual o colectivo, cuya existencia no se vincule necesariamente con un orden representacional. No hay nada que tenga un sujeto y no depende de una representación. El carácter alienante o no de una representación, ya es otra cuestión, otro debate. Pero es formalmente necesario que cualquier representación contenga la posibilidad irreductible de que lo representado y su representación difieran. Es pr eso que todo sujeto, individual o colectivo, difiere de sí en vez de ser idéntico a sí mismo.
En resumidas cuentas, después de dar vueltaspor el estilo, los anarco-modernitos se limitan patéticamente a oponer a la representación en general una metafísica de la presencia (o de la identidad, del "self" o el "autós").
Y si lo que querés decir es que no hay necesidad de una representación colectiva de sí, tendrás que demostrarlo porque todos los hechos conocidos sostienen la hipótesis contraria. Un sujeto, político e histórico, siempre se ha construído por mediación d representaciones, y por medio de la dinámica originada en la tensión entre la representación y lo representado. No hay un sujeto mismo fuera de su relación con las representaciones privilegiadas que le permten construir un centro, siquiera precario o móvil, al que se remitan sus acciones.

En cuanto a Mir...
No vale nada el argumento de que los planteos políticos válidos (esto es: los que así reconoce Mir) no se alcanzarían por medio de una intervención electoral.
En general, ninguna acción de la izquierda, casi en ningún momento de la historia, conduce de modo directo a los objetivos porgramáticos, ni siquiera a los más modestos. Pero sí contribuye a hacerlo indirectamente. Eso sí se podría discutir, pero es un absurdo pretender anular un modo de intervención sólo porque no conduce a los objetivos políticos promulgados. En general, ningún paso en particular recorre todo el camino, pero sin un primer pas (en la dirección correcta) no se llega jamás a ninguna parte.
Ahora bien, si la intervención electoral no conduce a objetivos políticos socialistas o siquiera populares, etc., ¿qué le hace pensr a Mr que la lucha reivindica´tiva sí lo hará? Es más: ¿qué le hace pensar a Mir que la lucha exclusivamente reivindicativa sí puede alcanzar objetivos estrictamente reivindicativos? No hay razón alguna para ello.
Lo cierto es exactamente lo contrario: para alcanzar las reivindicaciones económicas la lucha debe elevarse al plano político, en las actuales condiciones las reivindicaciones inmediatas no serán alcanzados sin la mediación política. Lo que nos devuelve a la cuestión de la intervención política, entre cuyas alternativas posibles se cuenta la intervención electoral.
La voluntad predeterminada de Mir de criticar a IU lo lleva a un cortocircuito: apurado por extraer la ramplona conclusión preestablecida de que la situación actual no admite ninguna lucha política más que la mera propaganda socialista, Mir no repara en que su argumento crítico puede perfectamente aplicarse a sus posiciones (y a cualquier otra, tan burdo es) sino que no repara en que son sus propias posiciones las que deben ser justificadas, antes de pretender apoyar sobre ellas la crítica a tal o cual otra corriente de izquierda.
Mi diagnóstico es que la renuncia "programática" de MIr a la lucha én el plano político no pasa de reflejar la impotencia real de la prácticamebnte inexistente organizacion en la que Mir milita (por decirlo de algún modo).

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Respuesta a El Mutante
Por leonardo mir - Saturday, Jul. 23, 2005 at 7:47 PM
leonardomir@msn.com

Mutante plantea tres cuestiones.

1. Lo difícil, o digamos directamente, aparentemente contradictorio de plantear en una plataforma electoral, que las elecciones casi, o, de nada sirven.

En efecto, es una dificultad, pero no creo que sea más que eso, no es tan difícil de revelar la realidad de que en las elecciones burguesas -las elecciones que se llevan a cabo en los países bajo el capitalismo- no se resuelven los problemas de fondo de las masas trabajadoras. Es innegable que en una elección se pone en cuestión -al menos en apariencia- el tema de quién gobierna. Por ello es que en los períodos electorales las masas dirigen su atención hacia las cuestiones políticas de un modo diferente al que lo hacen habitualmente. En la televisión y los otros medios de comunicación aparecen los políticos de la burguesía y de la pequeñoburguesía con sus clichés y su mercadería barata; los programas "políticos" se suceden uno tras otro, ¿porqué tendríamos los revolucionarios que callarnos en este momento? Participar en las elecciones puede ser un buen momento para llevar el mensaje comunista a las masas. De todos modos, no es obligatorio participar en las elecciones. En otras circunstancias tal vez sí sea aún más importante participar; estoy pensando en momentos en que los socialistas tuviéramos mayor influencia que en la actualidad, mayor masa organizada militantemente, y entonces nuestra participación estaría ligada más directamente a ocupar espacios de poder -Ojo, sin confundirnos con que el acceso al poder sea por vía electoral.

2. El peligro de que, aceptando la validez de la idea de Trotsky -que "ninguna idea progresista ha surgido jamás de una base de masas"- cualquier organización piense que sus prácticas y su teoría sean los justos.

Ese peligro no se deriva especialmente de la aceptación de esta parte del pensamiento de Trotsky. Es más, ciertas partes del pensamiento de Trotsky son ciertamente erróneos y son estas partes precisamente las que más influencia tienen en ciertas organizaciones trotskistas. En definitiva se llega a la conclusión de que el estudio y la teoría son cuestiones de primerísima magnitud a las que la mayoría de las organizaciones no le confieren la importancia que tiene. El estudio de los "clásicos" y de primera mano (para evitar las tergiversaciones) debería ser moneda corriente en las organizaciones de izquierda. Sin embargo no se le da al estudio la importancia que tiene y se acostumbra a brindarle a los militantes los textos de sus dirigentes que ya tienen un sesgo particular que se imprime en los nuevos militantes. Dado el escaso espíritu crítico que impera en la sociedad son pocos los que escapan a los dogmatismos.

3. La cuestión es: ¿Cómo se llega a que las masas resuelvan sus problemas?, o, en palabras de Marx, a que "la liberación de los trabajadores sea obra de los propios trabajadores".

Esta es una cuestión sobre la que se ha escrito mucho y sobre la que es difícil ponerse de acuerdo.

Partamos de esto: ¿Qué es este debate?

¿Es o no es parte de la autoorganización de los trabajadores?

¿Es este debate parte de "representar" a los trabajadores?

¿Es lo uno o lo otro? ¿O puede ser las dos cosas a la vez?

¿Es dable pensar que "las masas" actúen de consuno simultáneamente?

¿Cómo se llega a la uniformidad de criterio revolucionaria de TODA la masa? ¿Es posible?

Yo creo que de la respuesta que se de a estas preguntas se puede llegar a entender la relación entre las vanguardias y las masas, entre los desiguales niveles de conciencia y entre los distintos factores que intervienen en los procesos.

 

Saludos.

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Respuesta a "Absurdo"
Por leonardo mir - Saturday, Jul. 23, 2005 at 8:29 PM
leonardomir@msn.com

La primera parte en la que el compañero habla de la "representación" si no lo entendí mal, estaríamos de acuerdo en que el orden representacional es ineludible.

En cuanto a la segunda parte de la intervención -en la que se refiere específicamente a mí- se vierten varios conceptos.

 

1. En general, ninguna acción de la izquierda, casi en ningún momento de la historia, conduce de modo directo a los objetivos programáticos, ni siquiera a los más modestos. Pero sí contribuye a hacerlo indirectamente,

 

De acuerdo.

 

2. El compañero pregunta: "¿qué le hace pensar a Mir que la lucha exclusivamente reivindicativa sí puede alcanzar objetivos estrictamente reivindicativos?, y agrega: "Lo cierto es exactamente lo contrario: para alcanzar las reivindicaciones económicas la lucha debe elevarse al plano político, en las actuales condiciones las reivindicaciones inmediatas no serán alcanzados sin la mediación política."

 

Primero, que la lucha reivindicativa pueda alcanzar otros objetivos que solo los reivindicativos es hasta cierto punto, absurdo. Pero sí podríamos decir, que, a partir de una lucha reivindicativa puede la lucha elevarse a objetivos políticos. Pero, ojo, esto no es lo mismo que actuar pensando que "ninguna reivindicación es posible en el presente" y que "sólo" si se elevan al plano político los objetivos reivindicativos son realizables. Esto no es así y la lucha de clases lo demuestra en infinitos casos. Las reivindicaciones son accesibles a los trabajadores, hoy, acá, en la Argentina. Claro es que lo que los trabajadores obtenemos en la lucha, la burguesía nos lo quita luego con inflación, devaluación, desocupación y todos los medios económicos conocidos; y cuando esto no alcanza, por los medios extraeconómicos también conocidos. La afirmación "para alcanzar las reivindicaciones económicas la lucha debe elevarse al plano político", es, a la luz de la historia y de las luchas presentes, meridianamente falso, y se corresponde con una concepción que dice que el capitalismo ya está, no digamos caduco, sino total e irremediablemente muerto y agotado. Lamentablemente, los "muertos" que esta concepción da por tales, gozan, no digamos de buena salud, pero aún nos llevan la ventaja, tanto económica como políticamente.

Sin embargo ambos coincidimos en la importancia de elevar las luchas al plano político, pero el compañero que me contradice y la concepción mayoritaria, no le otorgan a las luchas reivindicativas el lugar que deben tener. Se saltean además estos compañeros, el verdadero nivel de conciencia de las masas, que comienza por lo reivindicativo.

Nosotros pensamos -y la realidad cotidiana lo demuestra- que la lucha reivindicativa tiene una importancia que no debe despreciarse.

La participación electoral, tiene un carácter mucho más acentuadamente político que las luchas cotidianas económicas. Además, los planteos meramente reivindicativos en una plataforma electoral constituyen un oportunismo consistente en plantear a las masas que los objetivos por los que se lucha podrían alcanzarse dentro del capitalismo.

Es decir, el compañero nos acusa de ser demasiado "prácticos", de darle demasiada importancia a la lucha reivindicativa; pero luego aparece defendiendo un programa electoral reivindicativo. Para mí lo correcto es lo opuesto. En el plano electoral, debemos ser abiertamente socialistas, lo cual no quiere decir que no lo seamos en el plano reivindicativo, sino que en este último, lo político no es el eje, para luchar contra la patronal no necesito ponerme de acuerdo ni en el socialismo ni en el comunismo, podemos y debemos hacer unidad de acción con todos los que estén dispuestos a luchar, aunque confíen en el gobierno y en las opciones burguesas. En lo electoral es al revés, a menos que se haga un frente por algún objetivo limitado, digamos, en otras circunstancias, para oponerse a un contendiente facista, por ejemplo, ahí sí tendría sentido unirse con otras fuerzas. Pero no es este el caso presente. En esta etapa creo que es más útil una opción política claramente socialista.

 

3. Mi "voluntad predeterminada" -como la llama el compañero, está dispuesta al debate. Pero eso no me quita el derecho de criticar a IU o al PO a quien fuera. ¡Cualquier compañero puede hacerlo sin necesidad de que se le pidan credenciales!

"Los explotados estamos condenados a ponernos de acuerdo", como dicen los camaradas del GPM, o al menos a intentarlo, si de verdad queremos librarnos algún dia de nuestros explotadores. Invalidar la crítica del adversario o de quien no comparte nuestros puntos de vista es una práctica que no aporta nada positivo, no aclara, no echa luz sobre ninguno de los problemas que tenemos por delante.

La organización en la cual milito es, ciertamente, pequeña. ¿Invalida eso lo que tengamos para decir? ¿La validez o la falta de ella depende de la cantidad de adherentes? ¿Hace falta que argumente esto? Creo que no, que a esta altura ya todos sabemos por acá, que la mayoría no es criterio de razón. Sin embargo ese argumento sigue sosteniéndose a lo largo del el tiempo. Para mí no es más que una muestra de ignorancia y de la predominancia de las idea burguesas, de las ideas de la clase dominante, incluso dentro de las conciencias de compañeros revolucionarios.

 

Saludos.


 

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a ver...
Por El Mutante - Saturday, Jul. 23, 2005 at 8:39 PM

¨no es tan difícil de revelar la realidad de que en las elecciones burguesas -las elecciones que se llevan a cabo en los países bajo el capitalismo- no se resuelven los problemas de fondo de las masas trabajadoras¨

a ver si me puedo explicar en esto...como haces para que las masas entiendan a quienes dicen que con las elecciones no se llega a casi nada cuando a la vez éstos mismos le dicen a las masas ¨votanos a nosotros¨ . O sea, le estan creando falsas ilusiones sobre el alcance que pueden tener las elecciones que a la vez se encargan de desprestigiar pero siempre participando...a eso es a lo que iba, si la idea es que las masas se den cuenta que con elecciones burguesas no se soluciona nada, si participás terminás por confundirlas cada vez más.

Sobre lo de Trotsky, me faltó expresarme mejor por ahí...no quise decir que de esa concepción parten los sectarismos, sino que es un reflejo más del sectarismo de las corrientes trotskistas más allá de que sea verdad que ninguna idea progresista haya partido alguna vez de una aceptación de masas.

¿Cómo se llega a la uniformidad de criterio revolucionaria de TODA la masa? ¿Es posible?

de TODA no sé, pero de una mayoría creo que si..que se puede..espero.

¨...¨

¨Y si lo que querés decir es que no hay necesidad de una representación colectiva de sí, tendrás que demostrarlo porque todos los hechos conocidos sostienen la hipótesis contraria¨

realmente me confunde mucho este asunto, no te lo voy a negar. Algunos hablan de que si los dirigentes no cumplen, hay que revocarles el mandato...no alcanza para mi, habría que ser muchísimo más severos con quienes traicionan en nombre del socialismo.

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Discurso electoral y método representacional
Por leonardo mir - Sunday, Jul. 24, 2005 at 7:02 AM
leonardomir@msn.com

a ver...
Por El Mutante - Saturday, Jul. 23, 2005 at 8:39 PM
 

cómo haces para que las masas entiendan a quienes dicen que con las elecciones no se llega a casi nada, cuando a la vez éstos mismos le dicen a las masas "votanos a nosotros". O sea, le están creando falsas ilusiones sobre el alcance que pueden tener las elecciones que a la vez se encargan de desprestigiar pero siempre participando...a eso es a lo que iba, si la idea es que las masas se den cuenta que con elecciones burguesas no se soluciona nada, si participás terminás por confundirlas cada vez más.

 

1. Lo que pasa acá es que estamos mal acostumbrados. Estamos precisamente acostumbrados a ver a las organizaciones de izquierda presentarse a elecciones con ese discursillo que vos mencionás, y en cambio, jamás vimos a nadie llamando a nuclearse en torno a tal o cual organización alertando simultáneamente de que a través de las elecciones burguesas los trabajadores NO vamos a solucionar nuestros problemas. Esquemáticamente: lo que conocemos es el sistema Allende (Salvador Allende, presidente "socialista" chileno derrocado por el Gral.Pinochet) Justamente, cuando en unas elecciones tales, los socialistas tengamos oportunidades de ganar, no alertar a las masas del peligro que supone acceder al gobierno sin tomar el poder es criminal. Lo que confunde es participar de las elecciones sin hacer ningún tipo de alerta. Confunde o si lo querés, ayuda a mantener en la confusión, en la falsa creencia que la burguesía y sus secuaces se encargan de remachar en la cabeza de las masas, "que el pueblo gobierna a través del sistema democrático y que las elecciones (burguesas) son el medio mediante el cual el pueblo elige a sus representantes", todo lo cual es absolutamente falso. Nada de esto es óbice para utilizar las elecciones burguesas en un sentido revolucionario, y si se puede hacer que resulten electos candidatos obreros revolucionarios, mucho mejor, pues serán otros nuevos medios puestos en favor de los trabajadores. Pero se trata de que resulten electos "tribunos revolucionarios", no charqueros oportunistas. (Por eso decía que estamos mal acostumbrados. Acá se puede utilizar el dicho que dice: "el que se quema con leche ve una vaca y se pone a llorar", lo que en este caso significa que pensamos en intervenciones de la izquierda en elecciones y nos cuesta imaginarnos otra cosa que no sea la charca a la que estamos acostumbrados).

 

 

 



Y si lo que querés decir es que no hay necesidad de una representación colectiva de sí, tendrás que demostrarlo porque todos los hechos conocidos sostienen la hipótesis contraria¨ ("...Absurdo")

realmente me confunde mucho este asunto, no te lo voy a negar. Algunos hablan de que si los dirigentes no cumplen, hay que revocarles el mandato...no alcanza para mi, habría que ser muchísimo más severos con quienes traicionan en nombre del socialismo. (El Mutante)

2. Para mí tampoco alcanza. Me refiero a los métodos y a las salvaguardas programáticas leninistas y trotskystas. Estoy bastante lejos del anarquismo y el autonomismo, pero lo que creo es que el método leninista-trotskysta, siendo en esencia correcto, debería tal vez ser mejorado, profundizando los aspectos democráticos y "consensuales". Con lo de consensuales, estoy pensando por ejemplo, en la última declaración de los zapatistas (¿las leyeron?. La versión completa está en http://argentina.indymedia.org/news/2005/07/306998.php vale la pena leerlas)

De lo que estoy seguro es de que el método representacional es inevitable y responde al proceso social vivo. El que los ejemplos de  representaciones más conocidos hayan sido ineficaces no invalida al factor representacional en sí, como no invalida a la TV la mala programación.

 

Saludos.

 


 

 

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...
Por ... - Sunday, Jul. 24, 2005 at 2:36 PM

Mutante

La idea de que la totalidad puede alcanzar completa homogeneidad no es más democrática que totalitaria. No se trata exactamente de eso. Como sea, una un conjunto sólo alcanzará toda la justicia y transparencia que pueda alcanzar después y no antes de haberse reorganizado económicamente. Bajo las condiciones capitalistas o las inmediatamente heredadas del capitalismo, el socialismo sólo puede ser una idea, una representación. Y sólo puede realizarse como partido, un partido propendiente a destruir al estado burgués, mantener a la burguesía derrocada a raya mediante una dictadura de clase, continuar la lucha hasta que la revolución haya desarrollado base mundial, y organizar la planificación económica para realizar las condiciones en que la sociedad humana pueda transformarse en algo semejante a un sujeto conciente de sí mismo.


Mir

Yo no te acusé de ser demasiado práctico. Al revés: Vos, tu organzación y alguna más (como “El Militante”) no tienen nada que ver con ninguna lucha reivindicativa práctica. Idea es más bien que substituís la lucha política por la lucha reivindicativa (en todo caso, enfatizás la segunda claramente en detrimento de la primera).
Es falsa tu insinuación de que las organizaciones que dan la lucha política (y la electoral) descuidan o desprecian la lucha reivindicativa. Al contrario, esas organizaciones que dan la lucha política (y electoral) en general tienen mucho más que ver con en la práctica con la lucha reivindicativa que algunos “críticos” como vos, el GPM, la LC o “El Militante” (que tienen la pretensión de haberse erigido en “consejeros” doctrinarios de un proletariado que no los llamó, no los necesita y en realidad jamás los oyó nombrar).
Es una obviedad banal que decir que la conciencia empieza por la lucha reivindicativa. ¿Quién discutiría eso? Pero tenés que estar ciego para no haber notado que la lucha reivindicativa empezó hace rato y que lo que está ausente en la oleada de luchas reivindicativas es una alternativa política de los trabajadores. Que vos hayas llegado tarde no significa que la historia no había empezado hasta que vos llegaste. ¡No es una película!
Otra de tus confusiones es eso de “una opción claramente socialista”, que en tus términos significa algo así como una doctrina socialista pura (o “socialismo puro” sin más). La opción claramente socialista es la opción que los socialistas reales plantean ante cada problema real de las masas. Ciertas opciones socialistas son burguesas por su contenido y sólo tienen de socialista el sujeto político que las puede realizar (lo que no es poco, tratándose de tareas como, por ejemplo, desconocer la deuda externa ) y, consecuentemente, son socialistas por el proceso político continuo que entrelaza las tareas de contenido burgués con tareas de carácter socialista. No existe nada como “una opción claramente socialista” fuera de coordenadas históricas y sociales precisas. En las actuales, un socialismo puramente propagandístico o didáctico “de puertas para adentro”, un “marxismo” que se niega a plantear una intervención en la escena política nacional, que ni siquiera se cree en condiciones de dirigirse a las masas y utilizar en su provecho la contienda electoral, especialmente si en esta oportunidad no hay ninguna otra alternativa mejor para la acción política.
Y es claro que para Mir no hay “mejor” alternativa política: él plantea la retirada de la política (algo fácil sólo para alguien que acaba de llegar en paracaídas a la lucha de clases).
Aparte de eso, mezclado con tu teoricismo prescindente mostrás una concepción puramente libresca de la conciencia política (y te lo dice alguien que leyó bastante). Esa es una característica que por fin la izquierda revolucionaria está logrando superar. También en ese sentido atrasás.
En resumen, lo que pienso es que tu enfoque exclusivo en la lucha reivindicativa no es más que la contracara del carácter “puro” (y por ende puramente doctrinario y propagandístico) de tu “socialismo”. En cierto modo hacés de necesidad virtud: querés formular como política socialista (sólo concreta en lo práctico-reivindicativo, pero abstracta en todo lo que sea político) la falta de una política socialista vinculada a coordenadas sociales e históricas dadas. A mi entender, se trata de una manifestación de impotencia mucho más perjudicial que reconocer la propia impotencia concientemente. Esto último sería más justo y más honesto, para uno y para los demás. Podrías limitarte a decir “no sé qué hacer” o “no puedo hacer nada”, en vez de proponer como norma general -en virtud de la aparición tardía y la nulidad de tu organización- que están equivocados todos los que se dan tareas políticas, e insistir en que nadie debe hacer nada (en el terreno de la lucha política, se entiende).
Creo que fui claro. Saludos.

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corrijo
Por ... - Sunday, Jul. 24, 2005 at 2:40 PM

En vez de "Como sea, una un conjunto sólo alcanzará toda la justicia y transparencia que pueda alcanzar después y no antes de haberse reorganizado económicamente"
tendría que decir "Como sea, un conjunto social sólo alcanzará toda la justicia y transparencia que pueda alcanzar después y no antes de haberse reorganizado económicamente"
Disculpen.

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hablar y escuchar a la clase
Por Nahuel Moreno - Sunday, Jul. 24, 2005 at 3:17 PM




No coincido cuando se dice que el frente de izquierda vaya ser un frente stalinista?
A pesar de las diferencias con el PC, que los trotskistas tenemos con esa corriente creo que hay que unirse, como parte de una tactica electoral que no es mas que eso. Las diferencias siguen y seguiran sobre el tipo de frente.

Tenemos que escuchar y hablar con la clase y y no pasarnos por arriba de ese nivel de conciencia. No tenemos que confundir los principios y la estrategia con la tactica y las consignas. El frente de izquierda es una tactica y nada mas que eso, repito. Si no actuamos así y si cometemos el error de creer que con tener solo principios y solamente haciendo propaganda avanzamos( como hacen el PTS/MAS, LMIR y el PO y otras sectas ) cometemos un crimen tan grande como el error opuesto del revisionismo, que es creer que las estrategias y los principios son tacticas y consignas ( Es el error de enfoque en que caen PTS/MAS, LMIR, Teño, y varios truchos nombres que cuelgan, que algunos son la misma persona aca en indy).

En este caso se esta afirmando que los principios son lo tactico, el medio. Sin embargo, el principio es una categoria opuesta a la tactica, aunque intimamente ligada--Ven porque decimos desde el MST que es una tactica el frente de izquierda
Los PTS/MAS y otros sectas que pululan aca en indy caen el el error de los revisionistas.. Porque la tactica es un medio y el principio es mucho mas que una estrategia, es la base de nuestra política.

Toda tactica tiene que ser principista y todo principio tiene que aceptar que debe expresarse a traves de medios. Pero cada una de estas categorías tiene su ambito, y el ambito de la tactica, igual que el de la consigna, es el ambito de lo inmediato, no de lo historico, es el ambito de las necesidades inmediatas y de la conciencia inmediata - por mas atrasada que ésta sea - del movimiento de masas. Y si el medio no se adecúa a estas condiciones deja de ser medio: es la repeticion de los principios.

Por eso dijo que hay que escuchar y hablar con la clase, para observar poner un termometro en la conciencia inmediata y en las necesidades inmediatas.

El frente MAS/PTS, NO es parte de las necesidades inmediatas ni de la conciencia inmediata de las masas. Es "O"en las masas, es "nada" en las masas es "un milimetro de agua", como lo son las teorias de LMIR, teño y otros....????


esta es la madre de todas las batallas sobre todo contra los sectarios y los lumpen-sectarios, una nueva categoria que pulula en indy( tipo LMIR, teño, Zor, todo el poder a los soviets,dibujito ,etc,, etc,,, )

la otra madre de todas las batallas es contra los oportunistas que nos quieren arrastrar hacia los globos de ensayos de la centroizquierda, como los Encuentros de Rosario o variantes de lo mismo.

Ni sectarios ni oportunistas

frente de izquierda con un claro perfil y programa , desde el mismo programa de Izquierda Unida, vamos por mas unidad hacia las rupturas del PJ, la UCR y la centroizquierda

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Totalmente de acuerdo con Moreno
Por kordi - Sunday, Jul. 24, 2005 at 3:47 PM

el "frente de izquierda" es una tactica y es parte de la conciencia inmediata y las necesidades inmediatas de las masas, que sin violar ningun principio, como lo esta haciendo el MST, es una tactica correcta abrirse desde el programa hacia otros sectores.

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¿electoralismo o abstencionismo?
Por todo el poder a los soviets - Monday, Jul. 25, 2005 at 2:53 AM

Por un lado "..." dice que todo sujeto necesita una representación. Lo que no dice es que el proletariado sólo se constituye en sujeto en situaciones revolucionarias. En última instancia su intención es hacer una apología del verticalismo, de la representación basada en jerarquías (de su precioso "partido revolucionario"). Pero la representación en base a jerarquías es propia de la sociedad de clases, y se ha comprobado una y otra vez que no sirven para representar al proletariado cuando éste se constituye en sujeto (y el proletariado está destino a abolir no sólo la sociedad burguesa en particular, sino la sociedad de clases en general).

De hecho, los abogados de la representación autoritaria (basada en las jerarquías, el verticalismo, "la más férrea disciplina" y "la más rígida centralización") se convierten en un obstáculo para que el proletariado se constituya en sujeto. Y, paradógicamente, quienes contribuyen a retrasar el proceso de toma de conciencia de clase por parte del proletariado, después se preguntan por qué el proletariado no tiene conciencia de clase. De esta manera reafirman el dogma kautskysta-leninista (comprobado falso cientos de veces en el siglo XX) de que sin la preciosa guía de la intelectualidad revolucionaria el proletariado no puede ser revolucionario.

Pero cuando el proletariado se constituye en sujeto crea su propia representación, a pesar (y a veces, en contra) de las representaciones anteriores (partidos y sindicatos). Esto es lo que no entienden ni quieren entender los que hacen política en nombre de -y no desde- el proletariado. Por eso, para ellos, la defensa de su partido requiere la defensa de las formas burguesas de representación y organización del movimiento obrero. La frase de que el socialismo sólo puede realizarse como partido es por demás aberrante. Ahí está la semilla del capitalismo de Estado y del fascismo rojo. Todo el que no acepte la dictadura de clase del partido (!) es contrarrevolucionario y merece ser aplastado. Ya vimos a lo que condujo eso, pero claro... la culpa la tuvo el stalinismo.


En cuanto a lo de la participación en las elecciones BURGUESAS (a los "flexibles en la táctica" les molesta recordar cosas como el caracter de clase de las elecciones), la discusión entre Xor y L.Mir no sale de los parámetros conocidos (los partidos como profesores y los proletarios como alumnos). Sólo que L.Mir es afable y se esfuerza en explicar sus ideas claramente, mientras que Xor es un intolerante y soberbio, y cada intervención suya va destinada a decir que todos son unos idiotas menos él.

Lo que ambos tienen en común es que siguen concibiendo a las organizaciones de izquierda como educadoras del proletariado, entonces desde ese acuerdo de principio discuten sobre cual es la mejor táctica para llevar conciencia de clase a la clase (sic). Una de ellas sería explicar pacientemente que las elecciones y el parlamento no sirven a los intereses de la clase obrera, y la otra es la más "dialéctica": participar en las elecciones para denunciar al sistema burgués (aunque de lo último se olvidan bastante).

Imagínense alguien que quisiera tirarse de un barranco a ver si puede volar y vos, para demostrarle que se equivoca, te tires con él y le grites "¿viste que no podíamos volar?" Aunque parezca ridículo, esta lógica de hacer que el proletariado se choque contra la pared para que entienda la necesidad de la revolución no es ningún invento mío, se encuentra en el Programa de Transición de Trotsky, y sus más consecuentes acólitos la siguen al pie de la letra.

La excusa principal de los electoralistas (y de los sustitucionistas en general) es nada menos que la subestimación del proletariado. Ellos te responden "¡Uf! ¡Ya sabemos que las elecciones son burguesas y no sirven para nada! Pero en este momento el proletariado no es consciente de eso y va a votar, entonces tenemos que participar, si no somos abstencionistas en política y hay un texto de Engels/Lenin que dice que no podemos serlo".

De manera muy oportunista, justamente para ocultar el oportunismo, se pone un signo igual entre política y política electoral o parlamentaria. De manera que se asume que toda la población que ya sabe que las elecciones no sirven para nada (que cada vez es mayor) son abstencionistas en política, entonces hay que recuperarlos, hay que hacerlos que participen en "política". ¿Cómo? No fortaleciendo la posición conquistada y promoviendo la autoorganización y la democracia obrera, sino ¡¡¡llevándolos de vuelta a las urnas!!!

Esto lo que demuestra es que los electoralistas hacen política... burguesa. Por sus objetivos (capitalismo de Estado) y por lo funcional que son a la burguesía. ¿Que mas evidencia de esto último que la participación del PO y el MST en las elecciones a la Constituyente en Santiago del Estero? Los partidos patronales tuvieron que hacer un frente único para presentarse, demostrando que mas allá de cualquier riña entre caciques, los unen los intereses de clase, la intención de presentar a esta democracia de patrones como el único régimen posible.

Fue a votar sólo el 36% del padrón, demostrando que existe en la población una conciencia de que las elecciones sólo sirven para cambiar de verdugos. Y el PO y el MST, en lugar de aprovechar estas inmejorables condiciones para denunciar a la democracia patronal y cumplir aunque sea un mínimo papel progresista, legitiman la Constituyente por izquierda. Ahora la burguesía puede decir "somos democráticos, dejamos que la izquierda participe. Si son pocos es porque la gente está de acuerdo con nosotros".


Pero la postura que dice "no hay que participar en las elecciones" tampoco sirve si la solución es que el proletariado siga a una dirección abstencionista sobre otra electoralista. Esta concepción de la interacción entre proletarios y comunistas tampoco escapa de la política burguesa, y es por eso que desde el electoralismo los abstencionistas aparecen fácilmente como sectarios. El electoralista le dice al abstencionista: "por una falsa postura principista estás siendo sectario en la táctica. Tenés que recurrir a cualquier arma de la política para lograr el objetivo" y recurre a argumentos pragmáticos como "los principios son el ABC, pero después hay muchas otras letras en el abecedario" y paso seguido empieza a hablar de táctica y estrategia y citando a Lenin y a Trotsky (sin hacer jamás un balance crítico de adonde llevaron las tácticas y estrategias de Lenin y Trotsky).


Entonces la verdadera discusión no es en el aspecto táctico (participar o no en las elecciones), sino en los principios (cual debe ser la relación entre los comunistas y el resto de l@s proletari@s). Los que conciban la relación entre comunistas y proletari@s mediante formas de representación burguesas consecuentemente seguirán haciendo "política de jefe" (política burguesa), participarán en las elecciones y seguirán declamando por su querida Asamblea Constituyente.

Los que sean abstencionistas pero sigan sosteniendo que la construcción del partido revolucionario es lo único que hace la revolución posible, desde el punto de vista leninista (o sea, socialdemócrata de izquierda) serán sectarios, porque estarán prescindiendo de una táctica que puede ayudarlos a construir su partido (ya que la construcción del partido y la revolución comunista son dos fines totalmente opuestos). Incluso si son muy radicales en su abstencionismo se merezcan el calificativo de "semi-anarquistas", porque para los reformistas (y los que pretenden una dictadura de partido/Estado son decididamente reformistas) la palabra anarquista es un insulto.

Entonces, ¿cual es una política revolucionaria y proletaria? O sea, no una política "hacia" el proletariado sino una política dentro mismo del proletariado. Ya la están llevando a cabos miles de compañeros en el país, basándose en la auto-organización, en el establecimiento de nuevas relaciones sociales basadas no en la cohesión ideológica o la lealtad a una dirección, sino en la solidaridad y en la conciencia de clase.

¿Esto significa que todos los leninistas son malas personas y todos los que no lo sean son buenas personas? No, quiere decir que el leninismo, objetivamente, es contrario a la revolución comunista, mientras que la auto-organización es el único camino al comunismo (entendiéndose al comunismo como la auto-liberación del proletariado: "el movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual"). La construcción de nuevas instituciones, bsaadas en relaciones sociales no autoritarias, que sean al mismo tiempo organismos de lucha contra el poder actual y los organismos del autogobierno del mañana.

La elección no es participar en las elecciones o boicotearlas, sino política burguesa o política revolucionaria.

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Cuánta sanata
Por ... - Monday, Jul. 25, 2005 at 10:16 AM

Más allá de tantas afirmaciones sin fundamentar sobre verticalismo, sobre qué y cómo debe el proletariado instituirse en sujeto, etc., hay un razonamiento circular en la afirmación de que el proletariado sólo puede convertirse en sujeto político/histórico (es decir: volverse revolucionario) en situaciones revolucionarias. Esto sólo es cierto en el sentido inverso: no hay sitación revolucionaria propiamente dicha si el proletariado no emerge como sujeto político independiente, y la fuerza y las características de esta emergencia caracterizan la dimensión y la perspectiva revolucionarias de dicha situación. Una vez más, SoB nos presenta una tautología, un argumento circular, en vez de un argumento histórico o un razonamiento empíricamente falsable. Un paquete teórico pre-fabricado, como tantos otros que se ofrecen en el mercado de pulgas de la izquierda ultra-marginal.

En segundo lugar, las situaciones revolucionarias -y la revolución misma- se producen en el marco de una crisis política y económica del régimen capitalista, bajo condiciones generales capitalistas, condiciones objetivas que no se esfumarán así nomás. Entre muchas otras cosas, esto significa las masas no pueden bajo tales condiciones convertirse en un sujeto político homogeneo fuera de la homogeneidad aportada por la representación política que se den (lo que, si se mira bien, vale igualmente para cualquier sujeto individual, más allá de la interminable cháchara de SoB sobre “verticalismo”, “jerarquías” y la mar en coche). La homogeneidad política de las masas, su unanimidad revolucionaria, no existen al margen de su o sus representaciones políticas. Nunca lo han hecho, y nunca lo harán bajo condiciones de explotación social. Afirmar lo contrario no es más que un mito y peca de total liviandad SoB cuando habla de “demostraciones históricas” de la inviabilidad general del bolchevismo, cuando es el consejismo el que históricamente no ha dado el menor indicio de viabilidad (y jamás prendió en las mismas masas que pretende oponer a la organización partidaria). Si SoB quiere hacer valer hechos consumados como “pruebas” (lo que desde el punto de vista argumentativo es completamente insuficiente) al menos que emplee el mismo criterio para todo (algo que el método caprichístico-egocéntrico de SoB excluye, al parecer). Lo contrario convierte cualquier discusión en un recitado de dogmas (más un suplmento de psicología casera que nunca falta en los speechs de SoB).
La relación representado/representante siempre constituye una relación dialéctica entre parte y totalidad, entre parcialidad y universalidad: sólo bajo condiciones socialistas o cercanas al socialismo el conjunto social se va transformando en sujeto de su proceso de vida económica, cultural y, en definitiva, histórica.

En fin, todo lo demás es un menjunje caprichoso y autorreferido que no merece mayor discusión ¿Qué otra cosa pensar de la fantasmagórica afirmación de SoB sobre los “miles de compañeros en el país” que “basándose en la auto-organización, en el establecimiento de nuevas relaciones sociales basadas no en la cohesión ideológica o la lealtad a una dirección, sino en la solidaridad y en la conciencia de clase” están forjando “no una política "hacia" el proletariado sino una política dentro mismo del proletariado”?
Lo cierto es que esos compañeros tienen la conciencia socialista que fija la representación política que se han dado, ya que la “auto-organización” con la que SoB se llena la boca, incluye por igual conciencias “cooperativistas” (es decir: burguesas) y conciencias socialistas revolucionarias, dependiendo precisamente de a qué corriente política particular se haya vinculado tal o cual fracción del proletariado. Contra lo que puede pensar una mente antidialéctica, pequeño-burguesa y formalista, la auto-organización no puede medirse en términos oprganizativos, necesariamente debe hacerlo en términos de estrategia política. De ninguna forma el planteo de la auto-organización obrera es la negación de la opción partidaria, sino que esta última forma parte integral del proceso de la primera. En verdad, el planteo de crear nuevas formas de socialización bajo condiciones generales capitalistas es una nueva expresión de socialismo conservador, no tanto anti-bolchevique como pre-marxista.
En el fondo, SoB está mensurando el movimiento de las masas más desde el exterior que cualquiera de las “alienantes” y “sustituístas” expresiones políticas que se dedica sistemáticamente a “criticar”.

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Si, Moreno. Escucha a la clase. Jaja
Por Ganga Pichanga - Monday, Jul. 25, 2005 at 12:30 PM

como te dice: mierrrrda!!!. Anda a comer aca!!!

viejas transeras!!!.

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.
Por Ale - Monday, Jul. 25, 2005 at 6:24 PM

Me gustaria saber porque todos hablan con tanta seguridad.
Pareciera que tienen la certeza absoluta de cómo llegar al socialismo, y sin embargo, lo unico que puedo ver en la vida real es que la gente putea a los partidos, y del socialismo ni hablan.
me parece muy sabio eso de "escuchar a la clase", especialmente si es la clase a la que quieren "dirigir". Todos los grandes dirigentes se caracterizan por saber interpretar los deseos, miedos e incertezas del pueblo, cosa que nadie parece hacer hoy día.
El problema, en mi opinion, no son los dirigentes (quienes reflejan las aspiraciones de sus dirigidos) si no justamente los dirigidos. Desde una vision absolutamente ahistorica, la izquierda pretende remplazar a los lideres burgueses del proletariado por lideres revolucionarios, ignorando porqué ellos eligen a unos y no a otros. De la misma manera, descartan al pueblo como sujeto pensante, y utilizan el concepto de "conciencia" (como algo lineal, absoluto) en vez del concepto de ideologias, de formas de pensar, de concepciones, certezas y dudas (que es lo que yo veo que la gente posee).
En fin, convierten en objeto pasivo a lo que es un sujeto, que construye y destruye desde su ACTUAL ideologia y a su propio ritmo.
Yo creo que más que llevarle un volante a los compañeros, hay que preguntarles ¿como ves la posibilidad de plantear una alternativa de izquierda consecuente? Anotar cada una de las respuestas, pensarlas, debatirlas desde el lugar de quien tiene una propuesta, no desde el evangelismo-mercantilismo de la izquierda que fue iluminada por Jebús.
Hoy en dia hay muchos compañeros que estan rompiendo con el electoralismo, como se expreso luego de la revuelta de 2001. Tal vez sea el momento de debatir con ellos, de incorporar sus puntos de vista, aunque mas no sea para criticarlos. Tal vez sea el momento de plantear la abstencion electoral, o tal vez de fromar un frente unico con perspectivas a acumular poder/contrapoder para poder ser una fuerza real en la sociedad. Hay que escuchar qué es lo que le pide la gente a la izquierda, y hay que contagiarle el interes por el debate y puesta en practica de las ideas. Hay que preguntarles a los que se fueron de las asambleas porqué lo hicieron, hay que preguntarles a todos los que putean a los piqueteros (realidad lamentable, pero no por eso menos real) de donde viene ese rencor, hay que preguntarle a los piqueteros qué perspectivas de construccion tienen, todo con respeto, dispuestos a escuchar, pensar y debatir.
Es eso lo que falta, y no programas o plataformas. De esas ya hubo millones en la historia, y nunca lleegaron a nada. Es hora de tomarse la politica en serio.
Salud.
PD: aunque pensadolo bien, esto excede a la politica, tiene que ver con las relaciones entre las personas, la forma de ver el mundo, etc.

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Breve comentario hacia los anarquistas y los consejistas
Por leonardo mir - Monday, Jul. 25, 2005 at 11:51 PM
leonardomir@msn.com

 

Si los consejistas pudieran garantizarnos la neutralización de la ideología burguesa dentro del movimiento obrero nosotros estaríamos dispuestos a no organizarnos en partido revolucionario y esperaríamos a que el proletariado -de conjunto- encuentre el camino del comunismo.

Claro es que ni los anarquistas ni los consejistas pueden garantizarnos esto ni tampoco impedir que los revolucionarios combatamos a las corrientes pro-burguesas que pretenden desviar al proletariado del curso que en forma espontánea debería llevarlo hacia el comunismo.

Por ello los comunistas continuaremos bregando por constituir una fuerza política organizada que combata por el programa histórico del comunismo, concretando la unidad dialéctica de las tendencias objetivas con el accionar consciente revolucionario y comunista: porque sólo si el proletariado (una parte importante de él, se entiende) se organiza en partido político y lucha por la realización de su propio programa histórico contra todos cuantos intentan desviarlo de su camino, podrá alcanzar la victoria final.

Una de las tareas fundamentales de los marxistas hoy consiste en atraer a los trabajadores hacia los principios de la revolución, difundir la cultura política revolucionaria entre ellos, contribuir a que comprendan la verdadera naturaleza de la sociedad en que viven, dado que nada que no se conozca en su verdadera naturaleza puede ser transformado en algo distinto. Luchamos entonces, por la más amplia democracia dentro de las organizaciones de los trabajadores, principio que postulamos también para la futura organización del estado socialista

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breve comentario de respuesta
Por todo el poder a los soviets - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 12:16 AM

Ni los comunistas de consejos ni los comunistas libertarios podemos hacer lo que la clase obrera no haga por sí misma.

Y eso es lo que los comunistas de partido deben entender: la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política. Nadie puede difundir "cultura política revolucionaria" entre los trabajadores más que los mismos trabajadores.

Las declamaciones y actitudes tipo "no voy a pensar si lo que hago está mal, voy a seguir como hasta ahora porque lo otro no me convence" no sirven para nada, excepto para evitar pensar.

Y algo más. El bolchevismo no puede combatir a la ideología burguesa, porque el bolchevismo ES burgués.

De Xor esperaba un berrinche socialdemócrata como el que hizo, de vos esperaba algo más.

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Apenas un márgen
Por El Mutante - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 10:56 AM

Mirá Xor, creo que en el contexto actual, donde la izquierda esta dividida en tantas pequeñas fracciones, vos no estás en condiciones de afirmar que los métodos que pregonás son los correctos. Solo si estarían unidos en un gran frente, pudiendo ser ante los ojos de las masas una alternaniva, podrías acusarnos de ponernos en contra de las espectativas que puedan tener las masas en ese frente. Pero ese frente NO EXISTE. Y los partidos así, tan pequeños como en la actualidad, y desunidos como se los ve, NO SON ALTERNATIVA para el pueblo.

Creo que en el supuesto caso en que se de la unidad, los militantes y simpatizantes de la composición del frente, tendrían que hacerles firmar algún documento a los dirigentes en el que se exprese que no solo serían revocados de sus mandatos si no cumplen con lo que se prometió, sino que además serían expulsados del frente y expropiados sus bienes personales. Y también ese documento tendría que hacerse público, por medios audiovisuales y radiales, para que el pueblo sepa de este acontecimiento.

Pero por lo pronto, mientras no haya unidad, es en vano que todos los partidos por separado pretendan adjudicarse el rol de quien conduzca a las masas hacia la revolución socialista.

Por mi parte, estoy dejando un márgen. Hoy en dia, no confío en los partidos, pero si se unieran formando un gran polo opositor, los apoyaría si se diera que ante cualquier tipo de traición a lo prometido, los dirigentes la van a pagar. Y la verdad, no veo razón por la cual un militante no anhele tener esas garantías por parte de sus representantes...sería complicidad creo yo si no quisieran eso.

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SoB: Cerrado al vacío
Por ... - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 12:45 PM

Como para terminar de una vez con tantas palabras sin sentido, analicemos qué sentido podría tener la premisa central de SoB. Dejo de lado afirmaciones unilateralmente pueriles como “el bolchevismo no puede combatir a la ideología burguesa, porque el bolchevismo ES burgués”, algo que por supuesto SoB jamás ha intentado probar ni con hechos ni con argumentos, pero sí ha sazonado con abundancia de “berrinches”, para usar su expresión.

Según SoB, “ni los comunistas de consejos ni los comunistas libertarios podemos hacer lo que la clase obrera no haga por sí misma”(1) y “la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política (2). Nadie puede difundir "cultura política revolucionaria" entre los trabajadores más que los mismos trabajadores” (3).
Estas dos afirmaciones han sido pacientemente consideradas por mí en varios post, extensos y -diría- escrupulosos, aportando base empírica (histórica) y argumentación sociológica (marxista, bah). Ha sido en vano. Quizás interrogando estas premisas ideológicas (puramente ideológicas) de SoB, quede mejor a la vista que no tienen ningún sentido concreto. Hagámoslo.

Empecemos por el “apotegma” número 1: “Ni los comunistas de consejos ni los comunistas libertarios podemos hacer lo que la clase obrera no haga por sí misma”.
En primer lugar, jamás los comunistas bolcheviques se propusieron protagonizar una revolución sin la clase obrera. Al contrario, la protagonizaron CON la clase obrera y, antes de eso, impulsuaron y prepararon a la clase obrera para la revolución (no puede decirse nada semejante de los consejistas). Esto fue un hecho histórico, pero además es un hecho que coincide expresamente con la teoría bolchevique.
El segundo elemento del “axioma” de SoB es que existe algo como “la clase obrera misma”, opuesta conceptualmente por SoB a las corrientes que militan en ella. Es decir que para SoB los obreros que militan en corrientes políticas (incluidos el consejismo y el anarquismo) no pretenecerían a “la clase obrera misma”, ni hablarían por “la clase obrera misma”, sino por algún principio y por una experiencia exteriores a "la clase misma”.
Más allá de que SoB no hace el menor intento de demostrar esta idea (fracasaría, ciertamente), debería mínimamente preguntarse en qué consiste una “clase misma” sino en la voluntad política o las voluntades políticas que expresa. Pero toda expresión política nunca es universal para una clase: siempre integra o excluye diferencias, y siempre se expresa en un grupo diferenciado, los más activos (activismo), más o menos numeroso, o puede también -es lo más frecuente- expresarse en más de un grupo. Justamente, esos grupos activistas son las áreas de influencia de cada corriente de ideas operante en la clase. Esto nos lleva a que no hay nada real que sea “la clase misma”. Objetivamente existe la clase, eso es cierto. Pero no es “misma” sino diferenciada. Es decir: no cuenta con otro factor de identidad general que su condición objetiva (y esto dicho muuuy en general), porque su condición subjetiva es siempre variable, diversa, estratificada.
Y ya que se habla de la clase obrera como sujeto (y no como muchos o varios sujetos) ¿Cómo se unifica u homogeneíza esa condición subjetiva? Por medio de la combinación del debate y la lucha colectivos, el ensayo y error, etc., entre y con las posiciones de las distintas corrientes de ideas (y también de los planteamientos organizativos que las acompañan).
En definitiva, podría decirse que la clase obrera objetivamente considerada sólo puede llegar a ser subjetivamente “ella misma” (este es el sentido que debe tener, además, el “ser ella misma” de la clase: su identidad como sujeto político) en relación con lo que hagan o dejen de hacer en su seno los comunistas (conejistas o no) o cualquier otra corriente que realmente milite en el seno de la clase (algo que no puede decirse del consejismo, cuyo nombre parecería aludir al “dar consejos” antes que a promover “soviets”).
Una clase obrera con ideas burguesas, no es “clase para sí”, sino mera “clase en sí” y “para otro”: No es “ella misma” en el sentido subjetivo, no se concibe -al menos en un principio- como sujeto colectivo diferenciado de sus explotadores. En el otro extremo, la clase obrera sólo es acabadamente un sujeto histórico cuando adopta una posición comunista, cuando se dispone a transformar la sociedad en un sentido socialista. ¿Qué media entre una y otra instancia? Obviamente, un cambio de ideas.
Pues bien: en la realidad, las ideas vienen de algún lado, no surgen y crecen por desarrollo espontáneo dentro de la clase, o sólo lo hacen en el sentido de que la clase acoge y lleva a la práctica “espontáneamente” aquellas ideas que corresponden subjetivamente a su condición objetiva y que le aportan una perspectiva política propia a partir de un análisis realista y profundo de esa condición objetiva de la clase. Pero ¿cómo se determina cuáles ideas son las que corresponden subjetivamente a las condiciones y posibilidades objetivas de la clase real? Sólo por medio del debate práctico entre corrientes que militan en el seno de la clase, y por los resultados de las acciones resultantes del debate. La conciencia, la construcción subjetiva de la clase, se expresará entonces inevitablemente en el predominio de unas u otras corrientes de ideas (lo que en principio no excluye al consejimo, toda una contradicción para SoB!), y no fuera de toda relación con ellas. ¿Qué queda de la oposición dogmática dibujada solitariamente por SoB? Nada.

Con el “axioma” 2, (“la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política”), pasa más o menos lo mismo. Se le aplica la argumentación de más arriba, pero se puede agregar que la experiencia histórica (la rusa y la demás también) confirma que lo que la clase obrera ha considerado “asunto propio”, en la medida en que se ha tratado del socialismo y la revolución, ha sido también -con el consentimiento y el entusiasmo de “la clase obrera misma”- un asunto de los partidos a los que la clase históricamente adhirió de modo activo. Le oposición de SoB es puramente dogmática y no respeta los hechos históricos ni la experiencia obrera, confundendo así a “la clase obrera misma” una entelequia, algo que no tiene existencia real sino que es un principio abstracto, a partir del cual SoB va derivando conclusiones a gusto y placer. Es natural: ¿Qué podría decirnos sobre “la clase misma” quien carece de toda vinculación militante con ella? Sólo macanas.
Pero el absurdo de la posición de SoB no acaba ahí. Porque si “la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política”, eso significa que SoB, y el consejismo en su conjunto, no consideran “asunto suyo” la revolución. Puedo tomarle a este respecto la palabra a SoB: seguramente la revolución socialista y la conciencia política de la clase obrera no son asuntos de él, hasta ahí estoy completamente de acuerdo. Lo de él -su “asunto”- será, presumo, el debate virtual centrado exclusivamente en algunos dogmas que le aportan tranquilidad espiritual y quizás algo de diversión. Declaro desde ya que no es mi intención negar a SoB el derecho a divertirse y, por qué no, a gozar de tranquilidad espiritual (quizás su próximo paso consista en apelar a la literatura de autoayuda, a las meditaciones místicas).
Con todo: si la revolución “no es asunto” de las corrientes políticas que militan en -o se dirigen a- la clase obrera ¿para qué pasa SoB su tiempo pontificando sobre la revolución y sobre “la clase obrera misma”? No se sabe, no se entiende. Es uno de los tantos absurdos de SoB. Surge también otra pregunta: Si la revolución no es asunto de las corrientes políticas comunistas o socialistas ¿por qué es que estas últimas invariablemente han estado ligadas a las revoluciones obreras? ¿Qué clase de teoría científica es aquella que parte de “axiomas” ya no sin base empírica e histórica, sino contrapuestos a toda la evidencia empírica e histórica. Estas cuestiones no impiden sin embargo a SoB, con total ligereza, hablar del fracaso del bolchevismo como algo “históricamente probado”. Para tener derecho a afirmar esto, SoB debería empezar por tener seriamente en cuenta los hechos históricos, en vez de partir de premisas morales o psicológicas, o de axiomas construidos de modo solipsista.

Tercer “axioma”: “Nadie puede difundir "cultura política revolucionaria" entre los trabajadores más que los mismos trabajadores”.
“Nadie puede” dice SoB. ¿Cómo se entiende esto? ¿Es una prohibición? Lo dudo. En cualquier caso, SoB no reune facultades para prohibirle nada a nadie (y después habla de “berrinches” ajenos).
Entonces ¿será una constatación?. Si fuera así, SoB debería aportar los hechos que permitieran verificar su idea. Pero los hechos no se prestan: ahora y en el pasado, las corrientes comunistas han difundido cultura política revolucionaria en el seno de la clase obrera. Los últimos en negar esto serían los propios obreros, que cotidianamente oyen expresarse a los activistas de unas y otras tendencias de izquierda.
Es sabido que la clase obrera no inventó de la nada sus idearios anarquistas, socialistas, sindicalistas, comunistas, etc., sino que estos idearios fueron incorporados por grupos (y hasta individuos) diferenciados, al principio minoritarios, por corrientes políticas y, en última instancia, por “ideólogos” extranjeros. El propio SoB no ha extraído su “cultura política” -lo de “revolucionaria” me permitiré obviarlo- de otro lado que de algunos libros y la consulta asidua a internet, y no de la espontaneidad impoluta y sin exterior de “la clase obrera misma”. Y no veo que la “revolución” deje de ser el “asunto” (el “subject”) de los sucesivos discursos políticos a los que SoB se ha adherido. En resumen, el último de los absurdos de SoB consiste en decirnos que su asunto no es su asunto.
No me interesa demasiado la capacidad psicológica particular de SoB para absorber sin mosquearse sus propios enunciados e ideas absurdos, pero sí me interesa señalar que si se adoptan axiomas absurdos, las conclusiones que se extraigan de ellos tendrán que ser igualmente absurdas, necesariamente contradictorias o inconsistentes (más allá de que SoB se mosquée o no por ello, más allá de que sea conciente o no).
Del terceraxioma de SoB parecería desprenderse, además, que una "cultura política revolucionaria" sólo puede surgir de “los mismos trabajadores”. Ya hemos mostrado más arriba que no existe nada como “los trabajadores mismos” si a éstos se los entiende con independencia de las corrientes políticas que intervienen en la vida de “los trabajadores mismos”.
Pero hay otro defecto inmenso de este “axioma” de SoB, y es que asume implícitamente que en el seno de la clase obrera no se desenvuelve “espontáneamente” la “cultura política” del enemigo de clase. Como esto último es lo que, en principio, sucede, encontramos aquí otra fuerte objeción a la idea de que existe “la clase obrera misma” en un sentido subjetivo fuerte: desde un punto de vista subjetivo, una clase obrera (“en sí”) que adscribe a la cultura política (la ideología, bah) de su enemigo social (es decir, que no lo ve como un enemigo, o al menos sólo lo ve como un enemigo puramente económico) no es todavía “ella misma”. En realidad, sin la intervención de aquellas corrientes para las que, según SoB, no son asuntos propios la conciencia socialista de la clase y la revolución, las ideas burguesas predominarían “espontáneamente” en el seno de la clase. Como dijo alguna vez Karl Marx: “Las ideas predominantes son las ideas de la clase dominante”.
No descarto que, sin activistas políticos, la clase obrera podría empezar todo de nuevo desde cero (aunque lo más probable es que “comenzar desde cero” no excluiría el recurso a la lectura de la “vieja” literatura comunista). Pero votar por ello -como parece proponer SoB- es, en el mejor de los casos ignorar la realidad del nutrido activismo político interviniente en el seno de la clase. Y, en el peor de los casos, es plantear lo mismo que plantea la burguesía: terminar con el activismo socialista en la clase obrera, que introduciría “ideas ajenas a los trabajadores”. En este punto, SoB se da la mano con la burocracia sindical peronista, la patronal y la Iglesia. Tieniendo en cuenta lo módico de sus esfuerzos intelectuales y materiales, no es pequeño logro.

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SoB: Cerrado al vacío
Por Xor - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 2:31 PM

Como para terminar de una vez con tantas palabras incoherentes, analicemos qué sentido podría tener la premisa central de SoB. Dejo de lado afirmaciones unilateralmente pueriles como “el bolchevismo no puede combatir a la ideología burguesa, porque el bolchevismo ES burgués”, “tesis” que por supuesto SoB jamás ha intentado probar ni con hechos ni con argumentos, pero sí ha sazonado con abundancia de “berrinches”, para usar su expresión.

Según SoB, “ni los comunistas de consejos ni los comunistas libertarios podemos hacer lo que la clase obrera no haga por sí misma”(1) y “la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política (2). Nadie puede difundir "cultura política revolucionaria" entre los trabajadores más que los mismos trabajadores” (3).
Estas afirmaciones han sido pacientemente consideradas por mí en varios posts, extensos y -diría- escrupulosos, aportando base empírica (histórica) y argumentación sociológica (marxista, bah). Ha sido en vano. Quizás interrogando estas premisas ideológicas (puramente ideológicas) de SoB, quede mejor a la vista que no tienen ningún sentido concreto. Hagámoslo.

Empecemos por el “apotegma” número 1: “Ni los comunistas de consejos ni los comunistas libertarios podemos hacer lo que la clase obrera no haga por sí misma”.
En primer lugar, y contrariamente a lo que sugiere SoB, jamás los comunistas (bolcheviques) se propusieron protagonizar una revolución sin la clase obrera. Al contrario, la protagonizaron CON la clase obrera y, antes de eso, impulsaron y prepararon a la clase obrera para la revolución (no puede decirse nada semejante de los consejistas). Esto fue un hecho histórico, pero además es un hecho que coincide expresamente con la teoría bolchevique.
El segundo elemento del “axioma” de SoB es que existe algo como “la clase obrera misma”, opuesta conceptualmente por SoB a las corrientes que militan en ella. Es decir que para SoB los obreros que militan en corrientes políticas (incluidos el consejismo y el anarquismo) no pertenecerían a “la clase obrera misma”, ni hablarían por “la clase obrera misma”, sino por algún principio y por una experiencia exteriores a "la clase misma”.
Más allá de que SoB no hace el menor intento de demostrar esta idea (fracasaría, ciertamente), debería mínimamente preguntarse en qué consiste una “clase misma” sino en la voluntad política o las voluntades políticas que expresen sus integrantes. Pero toda expresión política nunca es universal para una clase: siempre integra o excluye diferencias, y siempre se expresa en un grupo diferenciado, los más activos (activismo), más o menos numeroso, o puede también -es lo más frecuente- expresarse en más de un grupo. Justamente, esos grupos activistas son las áreas de influencia de cada corriente de ideas operante en la clase. Esto nos lleva a que no hay nada real que sea “la clase misma”. Objetivamente existe la clase, eso es cierto. Pero no es “misma” sino diferenciada. Es decir: no cuenta con otro factor de identidad general que su condición objetiva (y esto dicho muuuy en general), porque su condición subjetiva es siempre variable, diversa, estratificada.
Y ya que se habla de la clase obrera como sujeto (y no como muchos o varios sujetos) ¿Cómo se unifica u homogeneíza esa condición subjetiva? Por medio de la combinación del debate y la lucha colectivos, el ensayo y error, etc., entre y con las posiciones de las distintas corrientes de ideas (y también de los planteamientos organizativos que las acompañan).
En definitiva, podría decirse que la clase obrera objetivamente considerada sólo puede llegar a ser subjetivamente “ella misma” (este es el sentido que debe tener, además, el “ser ella misma” de la clase: su identidad como sujeto político) en relación con lo que hagan o dejen de hacer en su seno los comunistas (consejistas o no) o cualquier otra corriente que realmente milite en el seno de la clase (algo que no puede decirse del consejismo, cuyo nombre parecería aludir al “dar consejos” antes que a promover “soviets”).
Una clase obrera con ideas burguesas, no es “clase para sí”, sino mera “clase en sí” y “para otro”: No es “ella misma” en el sentido subjetivo, no se concibe -al menos en un principio- como sujeto colectivo diferenciado de sus explotadores. En el otro extremo, la clase obrera sólo es acabadamente un sujeto histórico cuando adopta una posición comunista, cuando se dispone a transformar la sociedad en un sentido socialista. ¿Qué media entre una y otra instancia? Obviamente, un cambio de ideas.
Pues bien: en la realidad, las ideas vienen de algún lado, no surgen y crecen por desarrollo espontáneo dentro de la clase, o sólo lo hacen en el sentido de que la clase acoge y lleva a la práctica “espontáneamente” aquellas ideas que corresponden subjetivamente a su condición objetiva y que le aportan una perspectiva política propia a partir de un análisis realista y profundo de esa condición objetiva de la clase. Pero ¿cómo se determina cuáles ideas son las que corresponden subjetivamente a las condiciones y posibilidades objetivas de la clase real? Sólo por medio del debate práctico entre corrientes que militan en el seno de la clase, y por los resultados de las acciones resultantes del debate. La conciencia, la construcción subjetiva de la clase, se expresará entonces inevitablemente en el predominio de unas u otras corrientes de ideas (lo que en principio no excluye al consejismo, toda una contradicción para SoB!), y no fuera de toda relación con ellas. ¿Qué queda de la oposición dogmática dibujada solitariamente por SoB? Nada.

Con el “axioma” 2, (“la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política”), pasa más o menos lo mismo. Se le aplica la argumentación de más arriba, pero se puede agregar que la experiencia histórica (la rusa y la demás también) confirma que lo que la clase obrera ha considerado “asunto propio”, en la medida en que se ha tratado del socialismo y la revolución, ha sido también -con el consentimiento y el entusiasmo de “la clase obrera misma”- un asunto de los partidos a los que la clase históricamente adhirió de modo activo. Le oposición de SoB es puramente dogmática y no respeta los hechos históricos ni la experiencia obrera, confundiendo así a “la clase obrera misma” con una entelequia, algo que no tiene existencia real sino que es un principio abstracto, a partir del cual SoB iría derivando conclusiones a gusto y placer. Es natural: ¿Qué podría decirnos sobre “la clase misma” quien carece de toda vinculación militante con ella? Sólo macanas.
Pero el absurdo de la posición de SoB no acaba ahí. Porque si “la revolución es un asunto de la clase, no un asunto de partido o corriente política”, eso significa que SoB, y el consejismo en su conjunto, no consideran “asunto suyo” la revolución. Puedo tomarle a este respecto la palabra a SoB: seguramente la revolución socialista y la conciencia política de la clase obrera no son asuntos de él, hasta ahí estoy completamente de acuerdo. Lo de él -su “asunto”- será, presumo, el debate virtual centrado exclusivamente en algunos dogmas que le aportan tranquilidad espiritual y quizás algo de diversión. Declaro desde ya que no es mi intención negar a SoB el derecho a divertirse y, por qué no, a gozar de tranquilidad espiritual (quizás su próximo paso consista en apelar a la literatura de autoayuda, o a las meditaciones místicas).
Con todo: si la revolución “no es asunto” de las corrientes políticas que militan en -o se dirigen a- la clase obrera ¿para qué pasa SoB su tiempo pontificando sobre la revolución y sobre “la clase obrera misma”? No se sabe, no se entiende. Es uno de los tantos absurdos de SoB. Surge también otra pregunta: Si la revolución no es asunto de las corrientes políticas comunistas o socialistas ¿por qué es que estas últimas invariablemente han estado ligadas a las revoluciones obreras? ¿Qué clase de teoría científica es aquella que parte de “axiomas” ya no sin base empírica e histórica, sino contrapuestos a toda la evidencia empírica e histórica? Estas cuestiones no impiden sin embargo a SoB, con total ligereza, hablar del fracaso del bolchevismo como algo “históricamente probado”. Para tener derecho a afirmar esto, SoB debería empezar por tener seriamente en cuenta los hechos históricos, en vez de partir de premisas morales o psicológicas, o de axiomas construidos de modo solipsista.

Tercer “axioma”: “Nadie puede difundir "cultura política revolucionaria" entre los trabajadores más que los mismos trabajadores”.
De este “tercer axioma” parecería desprenderse, nuevamente, que una "cultura política revolucionaria" sólo puede surgir de “los mismos trabajadores”. Pero ya hemos mostrado más arriba que no existe nada como “los trabajadores mismos” si a éstos se los entiende con independencia de las corrientes políticas que intervienen en la vida de propios los trabajadores.
Ahora bien: SoB dice que “NADIE PUEDE difundir...”. ¿Cómo se entiende esto? ¿Es una prohibición? Lo dudo. En cualquier caso, SoB no reune facultades para prohibirle nada a nadie (y después habla de “berrinches” ajenos).
Entonces ¿será una constatación?. Si fuera así, SoB debería aportar los hechos que permitieran verificar su idea. Pero los hechos no se prestan: ahora y en el pasado, las corrientes comunistas han difundido cultura política revolucionaria en el seno de la clase obrera. Los últimos en negar esto serían los propios obreros, que cotidianamente oyen expresarse a los activistas de unas y otras tendencias de izquierda.
Es sabido que la creación “ex nihilo” no pasa de ser un mito bíblico: La clase obrera, cuya existencia es terrena y no celestial, no sacó de la nada sus idearios anarquistas, socialistas, sindicalistas, comunistas, etc., sino que estos idearios fueron incorporados por grupos (y hasta individuos) diferenciados, al principio minoritarios, por corrientes políticas y, en última instancia, por “ideólogos” extranjeros. El propio SoB ha extraído su “cultura política” -lo de “revolucionaria” me permitiré obviarlo- de algunos libros y del recurso asiduo a internet, y no de la sola “espontaneidad”, impoluta y sin exterior, de “la clase obrera misma” (que, como se vio, no pasa de ser una fantasía si se la concibe como SoB). Por lo demás, no veo que la “revolución” deje de ser el “asunto” (el “subject”) de los sucesivos discursos políticos a los que SoB se ha adherido. En resumen, el último de los absurdos de SoB consiste en decirnos que su asunto no es su asunto.
No me interesa demasiado la capacidad psicológica particular de SoB para absorber sin mosquearse sus propios enunciados e ideas absurdos, pero sí me interesa señalar que si se adoptan axiomas absurdos, las conclusiones que se extraigan de ellos tendrán que ser igualmente absurdas, necesariamente contradictorias o inconsistentes (más allá de que SoB se preocupe o no por ello, más allá de que sea conciente o no).
Pero hay otro defecto inmenso de este “axioma” de SoB, y es que asume implícitamente que en el seno de la clase obrera no se desenvuelve “espontáneamente” la “cultura política” del enemigo de clase. Como esto último es lo que, en principio, sucede, encontramos aquí otra fuerte objeción a la tesis de la existencia “solipsística” de “la clase obrera misma”, de su existencia “espontánea” en un sentido subjetivo fuerte. Porque, en el ámbito subjetivo, una clase obrera (“en sí”) que adscribe a la cultura política (la ideología, bah) de su enemigo social (es decir, que no lo ve como un enemigo, o al menos sólo lo ve como un enemigo puramente económico) no es todavía “ella misma”.
En realidad, sin la intervención de aquellas corrientes para las que, según SoB, no son “asuntos propios” la conciencia socialista de la clase y la revolución, las ideas burguesas predominarían “espontáneamente” en el seno de la clase. Como dijo alguna vez Karl Marx: “Las ideas predominantes son las ideas de la clase dominante”. Sólo que tampoco acá tampoco hay mucho de espontáneo: la burguesía difunde deliberadamente sus ideas y, a lo sumo, la llamada “espontaneidad” se confunde con el modo pasivo en que estas ideas pueden ser recibidas y asumidas por los trabajadores. Las corrientes socialistas, entonces, no sólo difunden cultura política socialista (y deben hacerlo), sino que son un factor activo y de primera importancia en la crítica obrera de la “cultura política” enemiga, propagada por la burguesía y sus estaciones repetidoras pequeño-burguesas.
Naturalmente, no se puede descartar que, sin activistas políticos, la clase obrera podría empezar “por sí mísma” todo de nuevo desde cero. Pero entonces lo más probable es que “comenzar desde cero” no excluiría el recurso a la lectura de la “vieja” literatura comunista, e inevitablemente la heterogeneidad del proceso de reconstrucción irá dando lugar a diversas corrientes políticas, comunistas y no comunistas. Pero hacer votos contra la existencia del activismo político organizado -como parece proponer SoB- equivale, en el mejor de los casos ignorar la realidad del nutrido activismo político interviniente en el seno de la clase. Y, en el peor de los casos, equivale a plantear lo mismo que plantea la burguesía: terminar con la agitación socialista entre la clase obrera, que introduciría “ideas ajenas a los trabajadores”. En este punto, SoB se da la mano con la burocracia sindical peronista, la patronal y la Iglesia. Teniendo en cuenta lo módico de sus esfuerzos intelectuales y materiales, no es pequeño logro.

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Por todo el poder a los soviets - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 8:13 PM

Obviamente, como la intención de Xor no es lograr ninguna clarificación colectiva sobre la cuestión electoralismo/abstencionismo sino la completa descalificación de su oponente (para que sirva de ejemplo a quien ose contradecirlo en el futuro), en vez de abordar el tema que estábamos tratando se pone a ver que frases puede agarrar para "demostrar" que el que se opone a sus ideas es un pequebú, un marginal, un tipo que no milita, que no sabe nada, que está alejado de las masas, etc. Ya lo hizo con L.Mir y ahora lo hace conmigo.

Por eso califiqué al mensaje anterior de Xor como berrinche socialdemócrata. Dice la misma mierda que los kirchneristas y la derecha le dicen a la izquierda, que el PC le dice al troskismo, que el MST le dice al PO, que el PO le dice al PTS, etc. Todas estas (des)calificaciones, que Xor usa en todos sus mensajes "polémicos", se basan en el pragmatismo: "yo tengo razón porque soy uno de muchos, vos no porque sos uno de pocos". El problema es que Xor no dice esto desde una corriente política que en todas las elecciones nacionales saca aunque sea un 10% del padrón, sino desde la simpatía a un partido que, nacionalmente, anda en el 1% (de los que va a votar, ni siquiera del padrón).

Y así Xor inventa, amalgama, calumnia y entrevera, con la esperanza de que su oponente quede como un perfecto imbécil y él como alguien brillante. Xor evita como la peste hablar de los temas concretos que planteé, como la participación del PO y el MST en la farsa de la Constituyente en Santiago. Es más fácil -o quizás más entretenido para él- atacarme personalmente que tratar sobre asuntos que atañen a toda la clase (aunque sea a través de un foro tan restringido como un portal de internet).


Xor pone en mi boca que la clase obrera y las corrientes políticas dentro de ella son cosas separadas, cuando en realidad mi planteo es al nivel del todo y la parte. O sea, que la parte no puede hacer el trabajo que le corresponde al todo. Ninguna corriente política obrera (o frente entre ellas) puede hacer el laburo de la clase entera. Esto es lo que yo dije, asi que como la respuesta de Xor se basa en algo que yo no dije, no vale la pena seguir en ello, sí vale la pena demostrar cómo Xor se basa en la caricaturización de los argumentos contrarios para "desarmarlos". Típica tradición leninista.

En la respuesta al argumento 2 y al argumento 3 Xor arrastra el "error" de su respuesta al argumento 1, y a partir de ahi chamuya con el mismo método.


¿Al final, en qué quedamos? La discusión sobre las elecciones no avanzó un ápice. En mi mensaje original yo he aportado mi visión de que el electoralismo "táctico" de los partidos de izquierda es coherente con sus principios bolcheviques (o sea, socialdemócratas); y que la postura abstencionista dentro del bolchevismo es "sectaria" en el sentido de que es incoherente con el propósito principal del bolchevismo: no el desarrollo de la actividad revolucionaria del proletariado, sino la contrucción del "partido revolucionario". En suma, opiné que el problema no es de táctica, sino de principios. Que la política bolchevique es, por sus objetivos (capitalismo de Estado) y sus métodos (política de jefes) burguesa, aunque se haga en nombre de los obreros y el comunismo. El problema, entonces, no se resolvía con optar entre electoralismo o abstencionismo, sino entre política burguesa (en la cual está incluida el bolchevismo) o política revolucionaria.

¿Ha habido una respuesta a este planteo? No. L.Mir publicó una solicitada donde básicamente dice "no quiero discutir principios con anarquistas o consejistas, quiero discutir tácticas dentro de los principios bolcheviques". En cambio la intención de Xor es represiva, colgar uno de sus mamotretos a ver si hace callar al consejista hinchapelotas. Le deseo suerte, pero en todo caso que abra un tópico aparte (o me mande un mail) en vez de molestar en este.

Que siga la discusión sobre las elecciones.

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Viaje al mas alla
Por Brutus - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 8:30 PM

Teniendo en cuenta "lo modico" de bajar la dialéctica materialista a las masas, no entiendo como podés estar tan enferrrrrrmo de "costo intelectual" revolucionario.... Estas para un sofa de Pichon Rivière, con camisa de fuerza.
¿Hace cuanto que no salis a la calle, XOR?

Con tipos tan obtusos como vos ¡aguante Juan Calvo!

Bruta

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Sobre partes y todos
Por Xor - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 10:15 PM

En realidad, las descalificaciones y desviaciones corren especialmente por tu cuenta. De hecho, yo me interesé, después de haber discutido muchas otras cosas en posts anteriores (está a la vista) en discutir tus “apotegmas” prejuiciosos. Vos, en cambio, dedicás varios párrafos a tratar de psicopatearme. Nada nuevo.

Obviamente, sobre el análisis circunstanciado que hice de tus dichos, y sus supuestos e implicaciones, no supiste qué decir. Así que intentaste rehacer tus “axiomas” sin demasiado ruido. Ahora los cambiaste por la siguiente fórmula: “la parte no puede hacer el trabajo del todo”.
Muy bien: con santa paciencia consideraré este nuevo “axioma”, suponiendo que la parte viene a ser el partido (o las partes los partidos) y el todo viene a ser la clase.
Lo primero que choca de esta reformulación es que vuelve a disociar parte y todo, como si el todo siguiera siendo tal cuando le falta alguna parte, o como si la parte existiera en algún otro lugar que no sea el que ocupa en el todo.
Por supuesto que aquellos comunistas (bolcheviques, leninistas, etc.) que SoB critica saben bien que la parte no es el todo, y que no todo lo relativo al todo se aplica a las partes, etc. Eso es lo primero que yo señalé en mi post anterior, y que cualquier leninista señalaría. Sin necesidad de las aclaraciones de SoB, los bolcheviques ya hemos aprendido qué significa “parte” y qué significa “todo”, y cuáles son las relaciones lógico-formales elementales entre ambos. Pero también hemos aprendido algunas cosas más. Como sea, el hecho de que los bolcheviques se propongan hacer la revolución CON la clase y no en sustitución de ella (como si algo semejante fuera posible, siquiera en la imaginación) da cuenta, justamente, de que el partido solo no hace el tabajo de la clase, si por “trabajo” se entienden la revolución y el socialismo. Como refutación del Leninismo, esta versión no es más eficaz que la anterior, y es igual de trivial.

Ahora bien, en esta reformulación más bien tonta de la “tesis” de SoB, hay que proceder del mismo modo que con la versión anterior. ¿Qué significa CONCRETAMENTE, además de una obviedad que no se opone en nada a la concepción bolchevique, que “la parte no puede hacer el trabajo del todo”?
Por empezar, no está tan claro, ni siquiera para el “todo”, cuál es el trabajo que -según le mandó SoB- tiene que hacer. Tampoco está claro qué todo es el que debería hacer el trabajo. Históricamente, no hay revolución que haya sido unánime entre las masas, y que no haya encontrado algún margen de oposición, efímero o duradero, en el propio seno de la clase revolucionaria. Por otra parte ¿cuál es ese “todo”? Ni toda la clase obrera apoyo cada revolución socialista (a veces sólo la apoyó una pequeña fracción, aún cuando la mayoría de la clase -nunca la totalidad- estaba organizada en soviets, como sucedió en la Alemania de Weimar), ni todos los que realizan la tarea revolucionaria pertenecen objetivamente (es decir: por su extracción social) a la clase obrera.
De hecho, la clase obrera es ya una parte, de bordes no tan nítidos como querría la distinción Todo/Partes, y está a su vez dividida ella misma en partes, que no necesariamente evolucionan a igual velocidad ni en el mismo sentido. La mencionada borrosidad de los bordes de la clase tiene que ver, precisamente, con que se trata de una totalidad cuya totalización no es puramente objetiva, dada, sino que la totalización sólo se realiza acabadamente en el ámbito de la subjetividad, la conciencia de sí que alcance el conjunto. Pero la conciencia política de clase, como ya se mostró abundantemente, es un trabajo que depende de lo que hagan las partes y, en especial, lo que haga su “parte” concientemente revolucionaria, concientemente socialista.
Tampoco se debe olvidar que una parte importante de los económicamente explotados, trabaja activamente para la clase enemiga, como es el caso del personal de seguridad, los rompe-huelgas, carneros, y otras variantes por el estilo. Todo esto indica que no hay un criterio enteramente objetivo a priori para distinguir el todo que tiene que realizar una tarea histórica, si no se lo situa y comprende por referencia a sus partes, si no se analiza la relación entre sus partes y la disposición relativa de las mismas. Se trata de algo obvio, que no hace falta acudir a la dialéctica para comprender: la naturaleza del todo no es indiferente a la de las partes que lo integran, y a la relación entre las partes que le da su configuración singular.

Por lo demás, si la clase es sólo una parte, nos encontramos con el problema de que mal podría ser el sujeto del socialismo, un régimen totalizante y de universal igualdad. Tal sujeto sólo podría ser el conjunto social en la medida en que, volviendo transparentes sus relaciones, puede volverse conciente de sí mismo (es decir: convertirse en lo que llamamos un “sujeto”).
Pero... entonces quiere decir que según la teoría marxista (a la que SoB, quién sabe por qué, dice adherir), y contra lo que reza el axioma de SoB, “una parte realiza la tarea del todo”. Una clase social ó, más precisamente, una alianza de clases hegemonizada por una fracción mayoritaria de la clase obrera, realiza -hasta donde le es materialmente posible, como siempre en la vida- la tarea del todo. Porque el todo es la sociedad, y el socialismo -la tarea histórica de la clase obrera- es relativo al conjunto de la sociedad, al todo social (y no es ajeno a ello el propio nombre de “socialismo”). Por eso un hegeliano como Lukacs decía que la clase obrera es la “parte universal”. Sin acordar con esta formulación, yo diría que apunta a algo verdadero, y que deja entrever cuánto puede ayudarnos una concepción dialéctica a ir más lejos en nuestro tratamiento del todo y las partes.
Por ejemplo nos puede ayudar a comprender que el todo no se cohesiona como tal sino por el trabajo de sus partes, aunque no de todas ellas: sólo la parte de los comunistas expresa la cualidad del todo (justamente, lo común). Es decir que también en este sentido, la parte puede hacer por lo menos una parte importante del trabajo del todo, o al menos puede hacer el trabajo de cohesionar al conjunto de las partes como un todo, totalizándolo.

Es más: igual que en la relación entre “clase-parte” por un lado, y “todo-sociedad” por otro, es una parte la que prefigura la totalidad del conjunto, y al igual que en la relación “clase/sociedad”, no se trata de cualquier parte. Así como la clase obrera representa una perspectiva histórica de conjunto para el todo social, el partido comunista (lo llamo así por convención) representa una perspectiva histórica de conjunto para el todo (parcial) que es la clase obrera, algo que no representan otras “partes” de la clase, como por ejemplo el stalinismo, o el maoísmo (obviamente, eso se puede -y se debe- discutir) entre tantas otras expresiones partidarias que se desenvuelven en el interior del “todo” de la clase obrera.
En resumen: para esta nueva reformulación de SoB, vale lo mismo que para la anterior: No hay un todo previo a las partes, ni un todo homogéneo sin referencia necesaria a particularidades o parcialidades, no hay un todo captable como tal si no es en una relación de representación con una o varias de sus partes: por dinámica o conflictiva que esa relación pueda ser, no deja de ser necesaria, tanto desde un punto de vista lógico como desde uno empírico (social, histórico, político, económico, cultural, etc.).
¡Y más aún!: No hay “todo”, en el sentido de que la realidad no admite totalización, y mucho menos la admite la constitución de un sujeto, ya sea individual o colectivo. En resumen: ni la parte es tan particular, ni el todo es tan total, sólo son categorías relativas que pueden intercambiar dialécticamente sus lugares en el discurrir tanto lógico como histórico. Así, un todo que no está mediatizado por la parte estratégicamente decisiva, carece de verdadera unidad, como ejemplifica el ya muchas veces mencionado caso de los consejos obreros alemanes de 1919, que se disolvieron a sí mismos tras votar una constitución burguesa.
En vez de contestar cualquier verdura o salirte por la tangente, y endilgarme todo tipo de comentarios improcedentes ¿por qué no te tomás el trabajo de pensar las cosas antes de postearlas? ¿Va contra tus principios?

Una cuestión más: por toda respuesta a mi señalamiento inicial sobre gratuidad -la falta de fundamento- de tu caracterización del bolchevismo como burgués, insistís en que “la política bolchevique es, por sus objetivos (capitalismo de Estado) y sus métodos (política de jefes) burguesa, aunque se haga en nombre de los obreros y el comunismo”.
Pero esa discusión ya la diste antes, y diría que la perdiste, desde que en vez de demostrar formal y realmente que la URSS fue un “capitalismo de estado”, recurriste a una redefinción de “capitalismo” (que tampoco llegaste a precisar jamás) para que los hechos eventualmente correspondan a la definición que diste a priori (y que no se compadece en lo más elemental de la teoría marxista, ya que hace abstracción del papel de la mercancía en cualquier régimen que legítimamente merezca el nombre de capitalista). Lo que se dice una pequeña estafa intelectual, aunque con grandes pretensiones.
Lo mismo vale para la idea de que si una política tiene “jefes” debe caracterizársela, lisa y llanamente, como “burguesa”. Avisá cuando tengas alguna demostración de eso, ya que cambiaría drásticamente la apreciación marxista de la historia, según la cual existieron jefes mucho tiempo antes de que el capitalismo predominara como forma de organización de la sociedad humana, e incluso antes de que existiera el capital en cualquiera de sus variantes.


En cuanto a la intervención electoral, ya la discutí muchas veces en muchos lados. No es una discusión que sea interesante hacer con vos. De hecho este thread no estaba especialmente dedicado a discutir eso, al menos no es lo que me parece a mí.

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Dime con quien andas...
Por Aguante K - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 10:21 PM

¡Bruto aliado te echaste, sob!

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La necesidad del partido revolucionario
Por PTS - Tuesday, Jul. 26, 2005 at 10:53 PM

Pero la historia también ha mostrado que aún poniendo en pie organismos de democracia directa que expresen el doble poder obrero, la burguesía no podrá ser derrotada si los trabajadores no cuentan con la dirección de un partido revolucionario. En los momentos decisivos, la burguesía intentará evitar que los trabajadores lleguen al poder mediante la combinación de dos instrumentos, el golpe contrarrevolucionario (como vimos con Pinochet en Chile o Videla en Argentina) y la subordinación política de los trabajadores a sus “aliados” burgueses o pequeñoburgueses, política que tiene el nombre de “frente popular” y que ha llevado a la derrota a multitud de procesos revolucionarios, desde la guerra civil española en los ’30 a la revolución chilena bajo el gobierno de Allende. El partido revolucionario es clave para que los trabajadores puedan enfrentar y derrotar estos peligros. Al contrario de lo que postulan las corrientes autonomistas y sindicalistas, la experiencia de la multitud de procesos revolucionarios que vivimos en el siglo XX ha demostrado esta necesidad, por la positiva y por la negativa. La falta de un partido de estas características, que se proponga dirigir a la clase obrera a la toma revolucionaria del poder a través de sus organismos de democracia directa, fue causa central, por ejemplo, en la derrota en nuestro país del ascenso revolucionario iniciado con el Cordobazo y los Rosariazos en 1969.
Este partido no surgirá de la noche a la mañana sino que se tiene que ir forjando en los combates y experiencias previas a esos momentos revolucionarios. El PTS lucha activamente por construir tal partido, que sólo podrá desarrollarse en estrecha relación con los procesos más avanzados de la vanguardia obrera.
El avance de los trabajadores en su conciencia de clase no es nunca producto de una evolución lineal ni un resultado mecánico de las luchas, sino de una combinación entre la experiencia adquirida en los procesos de lucha con la intervención conciente del partido marxista revolucionario, buscando generalizar y desarrollar cada avance conquistado. Precisamente, la necesidad de un partido revolucionario se deriva del hecho que la clase trabajadora no es un todo homogéneo ni social ni políticamente. Tiene distintas capas que no necesariamente se ubican igual –algunas son vanguardia, otras retaguardia; algunas activas, otras indiferentes; etc.- frente a los distintos procesos de la lucha de clases. El partido revolucionario busca expresar en cada momento las tendencias más avanzadas de la clase trabajadora, tratando de superar las divisiones que son alentadas por la clase dominante y las burocracias sindicales. Puede realizar esto porque su programa parte de una comprensión lo más acabada posible de las tendencias generales del desarrollo capitalista y sus contradicciones y de que intenta condensar lo mejor de las experiencias realizadas internacionalmente por la clase obrera en la lucha por su emancipación social, de forma tal de no tener que empezar de cero ante cada nueva lucha.

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joer, este tío no aprende...
Por todo el poder a los soviets - Wednesday, Jul. 27, 2005 at 1:07 AM

lo que demostrás con tu nueva respuesta es que te cagás en quienes quieren discutir el tema de las elecciones y que tu única intención (como lo dije antes) es la de "reprimir" cada intervención mía en base a frases sueltas y no contestás las cosas concretas que atañen al tema (la relación entre el electoralismo y la política socialdemócrata de los partidos de izquierda, la participación del MST y el PO en Santiago del Estero, etc.)

Si decido contestar tu perorata será en un tópico aparte, no en este. Y si creés que "ganaste" las discusiones anteriores la verdad es muy pero muuuuuy triste.

En cuanto al que publicó el texto del PTS, le digo que esa es una bonita defensa del partido revolucionario... en abstracto, porque jamás los comunistas de partido han podido defenderla en concreto sin idealizar al partido bolchevique y ocultar la verdad histórica.

Como respuesta a ese texto, pueden leerse estos dos textos: http://members.fortunecity.com/cica/clasicos/pannekoek/partido.htm y http://members.fortunecity.com/cica/clasicos/mattick/partido/indice.htm

Que siga el debate sobre las elecciones.

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xor juana i de la cx quiere tener la "razon"
Por M.Fman. - Wednesday, Jul. 27, 2005 at 11:18 AM

Es poco conducente criticar los argumentos del otro sin un aporte sustantivo al eje de la cuestion.

Estas equivocado por esto y por lo otro. Muy bien Xor jidlcx. ¿y como es la cosa? Que no sea simplemente mostrarle al otro que esta equivocado.
Los juegitos dialecticos son cosas de tontos cuando se hacen a drede. El sofista es como un mago que despliega un gran juego, complicado y vacio de verdad, gigante en envase de ego y que se llena con nuestras ilusiones y estupides.

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A los compañeros del MST en Izquierda Unida
Por aburrida - Wednesday, Aug. 03, 2005 at 8:49 PM

Compañeros, coincido con el programa de Izquierda Unida y con la propuesta de ustedes de "ampliar por izquierda", sin impugnar a compañeros de otras identidades polìticas (como mario Cafiero).
pero les digo, no pierdan màs el tiempo con esta MANGA DE PAJEROS.
Sigan, como hasta ahora, llevando sus propuestas a las fàbricas, subtes, ferrocarriles, docentes, estatales, desocupados, universidades, barrios, donde està la gente, la clase trabajadora, los desocupados, los estudiantes, LOS QUE QUIEREN Y SOBRE TODO NECESITAN CAMBIAR ALGO Y SACAR A TODOS LOS QUE GOBERNARON Y AHORA SE RECICLAN.
No pierdan màs tiempo.
Un abrazo.

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Adihiero al programa de IU
Por trabajadora de LAFSA(maru) - Monday, Aug. 08, 2005 at 7:03 PM

yo queria decir que adhiero 100% al programa de IU ya que plantea cosas realizables y no charlataneria barata que solo conocen un reducto de 10 pibes de la universidad de filosofia.
ademas el MST estuvo en los paros que realizamos el pasado mes y estan siempre junto a la clase obrera.
aguante vilma !

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