Julio López
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El comanejo, ejemplo de experiencia intercultural en el Parque Nacional Lanín
Por RED PATAGONIA SUSTENTABLE - Friday, Sep. 23, 2005 at 2:41 PM
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difundido por Boletín Patagónico

En el territorio patagónico se desarrollan experiencias que permiten corroborar el resultado de prácticas que ya se llevaban a cabo en otras zonas del mundo: los sistemas de manejo de los pueblos indígenas se demuestran eficaces a la hora de garantizar la conservación de la biodiversidad. En el Parque Nacional Lanín se inauguró hace cinco años una de estas iniciativas, donde concurren la propia Administración de Parques Nacionales y la Coordinadora de Organizaciones Mapuches de Neuquén (COM). Según la organización indígena, se trata de "un maravilloso proceso de convivencia y crecimiento intercultural" que sin embargo, no es "una relación mágica ni sencilla de sostener. Porque estamos hablando de superar un siglo de intolerancia e incomprensión culturales entre dos institucionalidades que compartimos un mismo espacio territorial". En efecto, desde sus comienzos y hasta hace muy poco, la APN y los mapuches se llevaban nada bien.

En el segundo número de la revista "Parques Nacionales, nuestro patrimonio natural y cultural" que edita la repartición, la COM aportó elementos para el debate. "Para generar este marco, hemos puesto en el centro de la mesa de discusión lo que el 'Wajmapu' (territorio) en su infinita bondad nos otorga para que como 'che' (persona) garanticemos su supervivencia: el 'ixofilmogen'(conjunto de todas las vidas que contiene esta porción de territorio), lo que el lenguaje ambientalista llama biodiversidad y el lenguaje del libre mercado neoliberal denomina 'recursos naturales'". Los mapuches de Neuquén fueron entendiendo "en estos cinco años de experiencia que conservación no era incompatible con desarrollo cultural. Fuimos comprendiendo lo que hoy se está comprobando en otros extremos del mundo: que los sistemas de manejo de los pueblos indígenas, sus prácticas e innovaciones, basadas en el derecho consuetudinario, han demostrado ser sistemas que garantizan la conservación de la biodiversidad".

Después de casi un siglo de relaciones muy traumáticas donde obviamente los mapuches llevaron la peor parte, se produjo la Reforma Constitucional de 1994. En ese marco el Estado reconoció "la existencia de la diversidad cultural indígena y se consagró el respeto de algunos derechos colectivos específicos". Sin embargo y como sabemos, las modificaciones son resistidas y se demoran en llegar a la práctica. No obstante, en el ámbito de los Parques Nacionales las reformas indujeron "cambios en el manejo de las áreas protegidas. Hasta entonces se habían considerado zonas que no debían tener población, sólo se las consideraba para la conservación de especies de animales y plantas. Este concepto de conservación alimentó la relación de conflicto entre las comunidades y las autoridades y responsables de los parques, lo que afectó sobre todo a los pueblos indígenas, ya que la mayoría de las áreas protegidas se han declarado sobre sus territorios y con su presencia ininterrumpida".

Las nuevas concepciones también se pusieron sobre el tapete en instancias internacionales. En 2003 se llevó a cabo el Quinto Congreso Mundial de Parques, bajo la covocatoria de la Unión Mundial para la Conservación (UICN). El cónclave tuvo lugar en Durban y en consecuencia, de allí emanó el Plan de Acción del Acuerdo de Durban, que se fija distintas "metas clave".

Una de ellas establece que "todas las áreas protegidas existentes y futuras serán gestionadas y establecidas con plena participación y respeto de los pueblos indígenas y comunidades locales". Otra señala que "las áreas protegidas tendrán representantes elegidos por los pueblos indígenas y las comunidades locales en su gestión, en proporción con sus derechos e intereses". Queda una de particular importancia para estas materias: "serán establecidos y aplicados para el 2010 mecanismos de participación para la restitución de tierras y territorios tradicionales de los pueblos indígenas que fueron incorporados en áreas protegidas sin su libre consentimiento informado". Estos principios fueron ratificados en el Congreso Mundial de la Conservación que se celebró en noviembre del pasado año.

Los avances son notorios pero la COM aclara que "la tarea que nos queda es mucha. Las autoridades tradicionales y propias del pueblo mapuche son reconocidas en el establecimiento y gestión del Parque Nacional Lanín y estamos comprometidos en un resultado que es punto de referencia para las demás áreas protegidas. No lo hacemos como 'grupos interesados' o 'asesores locales' sino como 'portadores de derechos'". Un último concepto de importancia: "Lo que intentamos desde el pueblo mapuche en la experiencia del comanejo es evitar crear islas donde la biodiversidad está conservada y protegida mientras se expolia el resto del planeta". Es que "la conservación y el desarrollo sostenible, tal como lo entienden los pueblos originarios, son incompatibles con el modelo neoliberal que se impone como sistema global". Que prospere el intento.

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