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AMENAZAN A PERIODISTA CORDOBÉS
Por Emilio Marín -
Thursday, Nov. 17, 2005 at 10:15 AM
La "mano de obra desocupada" hace horas extras Mariano Saravia trabaja en "La Voz del Interior" de Córdoba y es autor de los libros "Naciones secuestradas", "Fiestas populares de Córdoba" y "La sombra azul". Este último fue el que más alegrías y dolores de cabeza le ha provocado, pues se trata de una investigación sobre el accionar de la policía cordobesa durante la dictadura. Saravia sufre amenazas desde julio y no hay que ser 007 para determinar su origen.
Saravia es un periodista que a los 38 años puede estar
orgulloso de su aporte a la profesión. En su Mendoza natal, donde estudió
enología, no sabía que su vocación sería la comunicación
social. O sí, de estos descendientes de vascos que se creían gallegos
de La Coruña, nunca se sabe. Suelen emprender obstinadamente cosas varias
o desparramadas, como se advierte en la temática de sus libros. Uno está referido al País Vasco, Irlanda del
Norte y Québec; otro a las fiestas populares mediterráneas y el
tercero, de mayor repercusión, a los policías represores del Departamento
de Investigaciones (o más secamente D-2) de la época de la dictadura. Ese volumen se basa en el testimonio de Luis Urquiza, un ex
joven policía con ideas de izquierda en los ´70, secuestrado y
torturado por los grupos de tareas policiales y militares del general Luciano
B. Menéndez. "La sombra azul" fue presentado el 24 de marzo último
en el patio del Cabildo de Córdoba, justamente el lugar donde funcionó
el D-2, a metros de la Catedral. Allí moraba el arzobispo Raúl
F. Primatesta pero no vió ni oyó nada, ni cuando los Falcon sin
patente llegaban "arando" con prisioneros para torturar o ni cuando
los sacaban para matarlos. No sólo ese sitio y la fecha escogida por el autor para
presentar su libro fue emblemático, al conmemorarse 28 años del
golpe de Estado. El contenido de su investigación era altamente inflamable
pues mostraba cómo ciertos oficiales del D-2 habían seguido en
funciones públicas hasta 1997 y otros se habían reciclado como
dueños de agencias de seguridad o secretarios de esta función
en clubes de fútbol. Era inevitable que esa "mano de obra desocupada"
–según la condescendiente expresión del ex ministro radical
Tróccoli- hiciera horas extras hostigando al periodista. Desde julio
en adelante sufrió amenazas telefónicas, mensajes mafiosos y avisos
de inminentes juicios en su contra. Los ex represores decían sentirse
ofendidos en su buen nombre y honor. Antes se mancharon con la sangre de sus
víctimas pero estaban felices de "salvar al mundo occidental y cristiano"
frente "al comunismo ateo y la subversión". La intimidación contra el colega fue en aumento y eso
motivó que ayer se hiciera una conferencia de prensa en la sede del Cispren
(Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba).
La rueda de prensa contó con la asistencia de numerosos
medios, entre ellos La Voz del Interior, Teleocho noticias, LV2, SRT (Radio
Universidad y Canal 10), Radio Revés, LA ARENA, etc. También hubo
ausencias previsibles como la de LV3-Cadena 3 cuyo propietario, Mario Pereyra,
supo simpatizar con Menéndez y llevarlo como invitado especial a su primer
programa dominical en Canal 10 luego que el genocida se beneficiase con el indulto
menemista en octubre de 1988. En la sede gremial hubo testimonios del propio Saravia, su
abogado defensor Miguel A. Rodríguez Villafañe (presidente de
la Asociación Iberoamericana de la Información y la Comunicación)
y el secretario general de Cispren, Juan Carlos Giuliani. En síntesis, en el domicilio de Saravia en Villa Allende
le dejaron diez balas en fila bien ordenada, como preanunciando que sería
blanco de armas de fuego. Luego siguieron con amenazas telefónicas, cruces
esvásticas dibujadas en la entrada de la casa, autos que se paran frente
a la misma en el típico método de "seguimiento chino"
donde los servicios hacen saber ostensiblemente a su víctima que lo vigilan
para ponerlo nervioso e inducirlo a algún error. Esas acciones impersonales por razones obvias, pero que llevan
la marca del D-2 en el orillo, fueron acompañadas de otras más
formales. Los ex suboficiales del Ejército Luis Alberto Manzanelli y
Hugo Herrera, el ex mayor Luis Gustavo Diedrich y el ex agente civil de inteligencia
Ricardo Lardone mandaron cartas documentos a Saravia por haber sido aludidos
en "La sombra azul" como integrantes del Comando Libertadores de América
(clon de la Triple A en "La Docta") y posterior actuación en
el campo de exterminio de "La Perla". Ese cuarteto está detenido por violaciones a los derechos
humanos en casos tramitados por la justicia federal de Córdoba (causas
"Brandalisis Humberto" y "Hunziker, Diego"). De los torturadores
ofendidos, el más apurado por la plata resultó Herrera, quien
inició una demanda civil por 50.000 pesos y embargó el sueldo
del periodista en La Voz del Interior. Que hubiera en simultáneo amenazas anónimas y
demandas judiciales personalizadas contra un periodista por su labor de prensa
y literatura, ha tenido la virtud de despejar el terreno. Se puede advertir
con más claridad cuán aislados están los promotores de
esa maniobra y, en cambio, cuánto crece la solidaridad con el cronista
amenazado. Entre los pocos que han tomado partido por los ex represores
está el editor del mensuario "El Penalista", Jorge Alberto
Agüero, quien en agosto último publicó un artículo
de diez páginas formato tabloide a favor de esos personajes. Defensor
del terrorismo de Estado y de los generales Menéndez y Jorge R. Videla,
el autor vertió acusaciones panfletarias contra los organismos de derechos
humanos, la izquierda, el gobierno nacional y el libro de Saravia. Como ese editor es abogado del suboficial mayor (RE) Herrera,
sus opiniones neonazis no extrañaron. Sí llamó la atención
que toda la contratapa del pasquín fuera de un aviso oficial del gobierno
de José Manuel de la Sota. Lo pagó la Lotería de Córdoba,
con el logo de "Córdoba, corazón de mi país". En cambio la concurrida conferencia de prensa realizada en
la sede gremial dio la pauta de que los represores siguen extremadamente aislados
en la sociedad. Estaban presentes los legisladores provinciales del Frente Nuevo,
María Eugenia Taquela y Eduardo Fernández; el secretario de Derechos
Humanos de la Municipalidad de Córdoba, Luis Baronetto; delegados del
gremio judicial, representantes de HIJOS, Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares
de Detenidos-Desaparecidos, Comisión de Homenaje a los Desaparecidos
y Mártires, Centro de Estudiantes de la Escuela de Comunicación
Social, Partido de la Liberación, Partido Comunista, etc. Otro detalle que robustece la imagen de unidad en torno al
periodista amenazado lo dio el gremio de prensa, que el 23 de noviembre próximo
renovará sus autoridades. El comicio viene muy complicado por denuncias
de la Lista Verde contra la actual conducción de la Lista Blanca, perteneciente
a la CTA. Pero el caso Saravia hizo posible la convergencia de los candidatos
de la oposición Angel Stival y Sergio Carreras con el oficialismo de
Giuliani y Alexis Oliva, que organizó la conferencia. Esa unidad puntual
hay que agradecérsela en parte a la tenebrosa D-2, que no ha muerto del
todo en materia de espionaje, aprietes y operaciones encubiertas, ni en esta
provincia ni a nivel nacional. ¿O los espías policiales y castrenses de la "democracia"
no siguieron operando a favor de Menéndez hasta 2001, como lo probó
la fiscal federal Graciela López de Filoñuk? EMILIO MARÍN / Fuente: www.laarena.com.ar
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