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Qué mala Noche justo antes de Noche Buena...
Por Jose Soriano - Saturday, Dec. 24, 2005 at 11:19 AM
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La pareja presidencial "ha perdido los latines" (como solía decir una tía beata). Borran con el codo de la soberbia su visión de futuro y de nación. Es curioso ver como gente talentosa se arruina con acciones que envilecen sus discursos y promesas. No son argumentos en su favor ser el Excelentísimo Señor Presidente de la Nación Argentina, que como lo fuera Alfonsín en su época, más esperanzas despierta en una población descreída y golpeada. No, si usa su cargo para burlarse de sus antecesores por más ineficientes que estos hayan sido. Menos aún si se trata de la Primera Dama, Senadora de la Nación, que es admirable cuando su verba inflamada se refiere a la democracia o a los derechos humanos, pero que despierta vergüenza ajena cuando usa la maledicencia, el destrato y la falta de respeto por el otro como práctica cotidiana.


x Jose Soriano

Venga de donde venga, no nació en un pesebre ni rodeado de burros. Parece tener mucha instrucción pero, como a muchos argentinos, le hace falta verdadera cultura. Por eso no tienen excusa para no exhibir buenos modales ni respeto a quienes les rodean o tratan. No se puede amar al ser humano en abstracto y destratarlo en concreto, dice la conocida máxima digna de la visión sartreana de que cada acto de alguien proyecta sus valores universales.

La pareja presidencial "ha perdido los latines" (como solía decir una tía beata). Borran con el codo de la soberbia su visión de futuro y de nación. Es curioso ver como gente talentosa se arruina con acciones que envilecen sus discursos y promesas. No son argumentos en su favor ser el Excelentísimo Señor Presidente de la Nación Argentina, que como lo fuera Alfonsín en su época, más esperanzas despierta en una población descreída y golpeada. No, si usa su cargo para burlarse de sus antecesores por más ineficientes que estos hayan sido. Menos aún si se trata de la Primera Dama, Senadora de la Nación, que es admirable cuando su verba inflamada se refiere a la democracia o a los derechos humanos, pero que despierta vergüenza ajena cuando usa la maledicencia, el destrato y la falta de respeto por el otro como práctica cotidiana.

Aún cuando sobren los que le atribuyan ser personas peculiares, admirables por su voluntad de reconstrucción de identidad nacional, sinceros, distintos o "nuevos dirigentes" de la política nacional, no creo que haya quien pueda concederle el derecho de estar fuera de la ley, de la moral, faltar a las reglas de urbanidad, atropellar a alguien en la tele ni en el hemiciclo, ni en la vida. Mucho menos cuando es un servidor público, para el cual el Derecho invierte la carga de la prueba y debe demostrar que es inocente, sin acogerse a tal presunción.

La maledicencia, esa "cultura tinelliana", de descalificar al otro burlándose, es la bandera irrefutable de la década del 90. Fue junto al "deme dos", a la compra de electrodomésticos a crédito y los viajes a Cancún o Miami los mecanismos por los que a la mayoría de los argentinos nos hicieron cómplices en la venta de los bienes de la Nación (entre ellos Telefónica e YPF).

Un "cuadro" nunca olvida su deber de "educador", de transformador de la realidad a pesar de las encuestas y los intereses que los acosan. Un estadista no derrapa haciendo más leña de árboles caídos haciendo chistes fáciles que están más cercanos a la broma de patota que a la cultura y a la moral de los militantes de los 70.

La estupidez se vence no cometiendo los errores innumerables veces. Los argentinos no somos brutos, ni estúpidos. Pero habremos ganado esos adjetivos con todo derecho si no alzamos la voz, pues no he visto en ningún lugar, este tipo de misa (en escena) de gallo que saca pecho, cacarea y todo el mundo de cabeza gacha, aún sin existir riesgo de picotazos.

Es triste ver como gente lúcida y talentosa, con "pasado", se presta a juegos indignos y construye círculos áulicos de buitres y bufones. Con la soberbia de las vanguardias ilustradas, impenetrables y lejanos de la gente, construyen "únicas verdades" tan equivocadas o alejadas de la gente como "la verdad neoliberal".

Si los argentinos volvemos a aceptar en 2006 que esta pareja presidencial -la que nos tocó por decisión democrática para arrancar el tercer milenio en el gobierno- vuelva a repetir su improperio, entonces, lo merecemos. Habrá demostrado que somos unos nabos.

Por eso, esta Noche Buena abandonemos la mala noche, y cuando deseemos por este 2005 deseo Feliz Navidad, también levantemos la copa en protesta, deseando que el año que se nos viene podamos cambiar la maledicencia por la dignidad y respeto por uno mismo, básicos para reconstruir una identidad nacional y un futuro.

No hablo de boicots infantiles. Nuestra obligación de ciudadanos es no aceptar todo lo que hagan los hombres públicos, es no agachar la cabeza ante quienes detentan parcelas de poder. Ya que nos mal representan Seamos contra-poder y respeto.

Por poderoso, canchero o fuera de serie, nadie tiene derecho a faltar el respeto. No hay votos que alcancen para pisotear la dignidad personal o profesional. Los hombres públicos del calibre de la pareja presidencial no deben olvidar nunca los latines. "Aquila non papa mosca".

fraterno
js

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