Julio López
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KARL LIEBKNECHT Y ROSA LUXEMBURGO.
Por PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES. - Thursday, Mar. 09, 2006 at 9:49 PM
militantescomunistas@yahoo.com.ar

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León Trotsky


Karl Liebknecht - Rosa Luxemburg



Escrito: 18 de enero de 1919




El inflexible Karl Liebknecht

Acabamos de sufrir la mayor de las pérdidas. El duelo nos embarga por partida doble.

Nos han arrebatado a dos líderes, dos jefes cuyos nombres quedarán inscritos por siempre jamás en el libro de oro de la revolución proletaria: Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg.

El nombre de Karl Liebknecht se dio a conocer en todo el mundo en los primeros días de la gran guerra europea.

Desde la primeras semanas de esta guerra, cuando el militarismo alemán festejaba sus primeras victorias, sus primeras orgías sangrientas, cuando los ejércitos alemanes lanzaban su ofensiva sobre Bélgica destruyendo sus fortalezas, cuando parecía que los cañones de 420 milímetros podrían someter el universo entero a los pies de Guillermo II, cuando la socialdemocracia alemana, con Scheidemann y Ebert a su cabeza, se arrodillaba ante el militarismo y el imperialismo alemán que parecían poder someter todo el mundo -tanto en el exterior, con la invasión del norte de Francia, como en el interior, dominando no solo a la casta militar y a la burguesía sino incluso a los representantes oficiales de la clase obrera-, enmedio de estos días sombríos y trágicos una sola voz se levantó en Alemania para protestar y maldecir: la de Karl Liebknecht.

Y su voz resonó en todo el mundo. En Francia, donde el espíritu de las masas obreras aún se encontraba obsesionado por la ocupación alemana y el partido de los social-patriotas predicaba desde el poder una lucha sin cuartel contra el enemigo que amenazaba París, la burguesía y los mismos chauvinistas tuvieron que reconocer que únicamente Liebknecht era la excepción a los sentimientos que animaban a todo el pueblo alemán.

En realidad Liebknecht no se encontraba solo: Rosa Luxemburg, mujer con gran coraje, luchaba a su lado, pese a que las leyes burguesas del parlamentarismo alemán no le permitieran lanzar su protesta desde lo alto de la tribuna, como hacía Karl Liebknecht. Es preciso señalar que Rosa Luxemburg estaba secundada por los elementos más conscientes de la clase obrera, en la que habían germinado sus poderosos pensamiento y palabra. Estas dos personalidades, dos militantes, se complementaban mutuamente y marchaban juntas es pos del mismo objetivo.

Karl Liebknecht encarnaba el tipo del revolucionario inquebrantable en el sentido más amplio del término. En torno a él se tejían innumerables leyendas y su nombre iba acompañado de esos informes y comunicados de los que nuestra prensa era tan generosa cuando estaba en el poder.

En la vida diaria Karl Liebknecht era -¡ay!, ya sólo podemos hablar en pasado- la encarnación misma de la bondad y la amistad. Podríamos decir que su carácter era de una dulzura absolutamente femenina, en el mejor sentido del término, y su voluntad de revolucionario, de un temple excepcional, le hacía capaz de combatir hasta la muerte por los principios que profesaba. Y lo demostró elevando sus protestas contra los representantes de la burguesía y los traidores socialdemócratas del Reichtag alemán, cuya atmósfera estaba saturada por los miasmas del chovinismo y el militarismo triunfantes. Lo demostró levantado en Berlín, en la plaza de Postdam, el estandarte de la rebelión contra los Hohenzollern y el militarismo burgués.

Fue detenido. Pero ni la prisión, ni los trabajos forzados lograron quebrar su voluntad y, liberado por la revolución de noviembre, Liebknecht se puso a la cabeza de los elementos más valerosos de la clase obrera alemana.

Rosa Luxemburg - La fuerza de las ideas

El nombre de Rosa Luxemburg no es tan conocido en Rusia o fuera de Alemania, pero se puede decir sin temor a exagerar que su personalidad no desmerece en nada a la de Liebknecht.

De constitución pequeña, débil y enfermiza, Rosa sorprendía por su poderosa mente.

Ya he dicho que estos dos líderes se complementaban mutuamente. La intransigencia y la firmeza revolucionaria de Liebknecht se combinaban con una dulzura y una amenidad femeninas, y Rosa Luxemburg, a pesar de su fragilidad, estaba dotada de un intelecto poderoso y viril.

Ferdinand Lasalle ya escribió sobre el esfuerzo físico del pensamiento y la tensión sobrenatural de que es capaz el espíritu humano para vencer y superar obstáculos materiales. Esta era la energía que comunicaba Rosa Luxemburg cuando hablaba desde la tribuna, rodeada de enemigos. Y tenía muchos. A pesar de ser pequeña de talla y de aspecto frágil, Rosa Luxemburg sabía dominar y mantener la atención de grandes auditorios, incluso cuando eran hostiles a sus ideas.

Era capaz de reducir al silencio a sus más resueltos enemigos mediante el rigor de su lógica, sobre todo cuando sus palabras se dirigían a las masas obreras.

Lo que hubiera podido suceder en Rusia durante las jornadas de julio

Nosotros sabemos muy bien cómo procede la reacción para organizar ciertas revueltas populares. Todos nos acordamos de aquellos días de julio entre los muros de Petrogrado, cuando las bandas negras organizadas por Kerensky y Tseretelli contra los bolcheviques masacraban a los obreros, acosando a los militantes, fusilando y pasando a bayoneta a los obreros aislados que eran sorprendidos en las calles. Los nombres de los mártires proletarios, como Veinoff, aún están presentes en la memoria de casi todos nosotros. Si fuimos capaces entonces de conservar a Lenin, y a Zinoviev, fue porque pudieron escapar de los asesinos. Y entonces se levantaron algunas voces entre los mencheviques y socialrevolucionarios para reprochar a Lenin y Zinoviev el haberse librado de un juicio en el que les hubiera resultado sencillo rebatir las acusaciones de ser espías alemanes. ¿Pero, a qué tribunal se referían? ¿Acaso aquél al que fue conducido más tarde Liebknecht, y en el que a mitad de camino Lenin y Zinoviev hubieran sido fusilados por intento de evasión? Sin duda ésta hubiera sido la declaración oficial. Tras la terrible experiencia de Berlín, no podemos menos que felicitarnos de que Lenin y Zinoviev se abstuvieran de comparecer ante en tribunal del gobierno burgués.

Aberración histórica

¡Pérdida irreparable, traición sin parangón! Los jefes del partido comunista alemán ya no están entre nosotros. Hemos perdido a nuestros mejores compañeros, ¡y sus asesinos siguen formando parte del partido socialdemócrata que osa remontar su genealogía hasta Karl Marx! ¡Esos son los hechos, camaradas! El mismo partido que traicionó los intereses de la clase obrera desde el principio de la guerra, que apoyó al militarismo alemán, que alentó la destrucción de Bélgica y la invasión de las provincias septentrionales francesas, el partido cuyos jefes nos dejaron en manos de nuestros enemigos los militaristas alemanes cuando tuvieron lugar las conversaciones de paz de Brest-Litovsk, ¡ese mismo partido y sus jefes -Scheidemann y Ebert- se autodenominan aún marxistas al tiempo que organizan las bandas negras que han asesinado a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg!

Ya hemos conocido con anterioridad una aberración histórica similar, una felonía análoga, pues lo mismo pasó con el cristianismo. El cristianismo evangélico era una ideología de pescadores oprimidos, de esclavos, de trabajadores aplastados por la sociedad, una ideología de proletarios. ¿Y acaso no fue acaparado por aquellos que monopolizaban la riqueza, por los reyes, los patriarcas y los papas? Indudablemente, el abismo que separa el cristianismo primitivo, tal como surgió de la conciencia del pueblo y las capas inferiores de la sociedad, del catolicismo y las teorías ortodoxas es tan profundo como el que ahora separa las teorías de Marx, puro fruto del pensamiento y los sentimientos revolucionarios, de los residuos ideológicos burgueses con los que trafican los Scheidemann y Ebert de todos los países.

¡La sangre de los militantes asesinados clama venganza!

¡Camaradas! Estoy convencido que este abominable crimen será la última canallada de la lista que han perpetrado los Scheidemann y Ebert. El proletariado ha soportado durante mucho tiempo las iniquidades de aquellos a quienes la historia colocó a su cabeza. Pero su paciencia se agota y este último crimen no quedará impune. La sangre de Karl Liebknecht y de Rosa Luxemburg clama venganza; las calles de Berlín, y la plaza de Postdam, donde Karl Liebknecht fue el primero en levantar el estandarte de la revuelta contra los Hohenzollern, hablarán. ¡Sus adoquines, no lo dudéis, servirán para levantar nuevas barricadas contra los ejecutores de estas infamias, los perros guardianes de la sociedad burguesa, contra los Scheidemann y los Ebert!

La lucha no ha hecho más que comenzar.

Scheidemann y Ebert han sofocado, por el momento, al movimiento Espartaquista (comunistas alemanes). Han asesinado a dos de los mejores jefes de este movimiento y puede que aún festejen la hora de su victoria. Pero este triunfo es ilusorio, pues de hecho aún no ha tenido lugar ninguna acción decisiva. El proletariado alemán todavía no se ha sublevado para conquistar el poder político. Por parte del proletariado, todo lo que ha precedido a los actuales sucesos no ha sido más que una importante maniobra de reconocimiento para descubrir las posiciones del enemigo. Son los preliminares de la batalla, pero no la batalla misma. Unos preliminares indispensables para el proletariado alemán, igual que nos fueron indispensables las jornadas de julio.

El papel histórico de las jornadas de julio

Ya conocéis el curso de los acontecimientos y su lógica interna. A fines de febrero de 1917 (según el antiguo calendario), el pueblo había derrocado la autocracia y, durante las primeras semanas, parecía que se había conseguido ya lo esencial. Los hombres de nuevo temple que surgieron de los otros partidos -partidos que no habían tenido un papel preponderante entre nosotros- gozaron en un primer momento de la confianza, o mejor semi-confianza, de las masas obreras.

Petrogrado, como era preciso, se encontraba a la cabeza del movimiento. Tanto en febrero como en julio constituía la vanguardia que llamaba a los obreros a una guerra declarada contra el gobierno burgués, contra los partidarios de la Entente. Y esta vanguardia fue la que llevó a cabo las grandes maniobras de reconocimiento.

Precisamente durante las jornadas de julio chocó directamente con el gobierno de Kerensky.

No se trataba aún de la revolución, tal y como la realizamos en octubre: fue una experiencia cuyo sentido no estaba todavía claro para las masas obreras.

Los trabajadores de Petrogrado se limitaron a declarar la guerra a Kerensky. Pero en el choque que se produjo pudieron convencerse y probar a las masas obreras del mundo entero que Kerensky no estaba apoyado por ninguna fuerza revolucionaria real y que su partido estaba formado por la burguesía, la guardia blanca y la contrarrevolución.

Recordaréis que las jornadas de julio terminaron para nosotros con una derrota en el sentido formal del término: los camaradas Lenin y Zinoviev se vieron obligados a ocultarse. Muchos de los nuestros fueron encarcelados; nuestros diarios fueron cerrados, el soviet de diputados obreros y soldados reducido a la impotencia, las tipografías obreras saqueadas, los locales de las organizaciones obreras clausurados; las bandas negras lo invadieron todo, lo destruyeron todo.

En Petrogrado pasó exactamente lo mismo que pasó en 1919 en las calles de Berlín. Pero nosotros no dudamos ni por un instante de que las jornadas de julio no eran más que el preludio de nuestra victoria.

Durante ellas pudimos evaluar el número y la composición de las fuerzas del enemigo; pusieron en evidencia que el gobierno de Kerensky y Tseretelli era en realidad un poder al servicio de los capitalistas y de los grandes propietarios contrarrevolucionarios.

Los mismos acontecimientos se produjeron en Berlín

Análogos acontecimientos tuvieron lugar en Berlín. En Berlín, como en Petrogrado, el movimiento revolucionario estaba por delante de las masas obreras atrasadas. Igual que en Rusia, los enemigos de la clase obrera gritaban: "¡No podemos someternos a la voluntad de Berlín; Berlín está aislado; es preciso reunir una Asamblea Constituyente y llevarla a una ciudad de provincias con tradiciones más sanas. Berlín está pervertido por la propaganda de Karl Liebknecht y de Rosa Luxemburg!". Todo lo que sucedió en Rusia, todas las calumnias y toda la propaganda contrarrevolucionaria que soportamos allí, todo ha sido traducido al alemán y propagado aquí por Scheidemann y Ebert contra el proletariado alemán y contra los jefes del Partido comunista, Liebknecht y Rosa Luxemburg. Cierto es que toda esta campaña ha revestido en Alemania unas proporciones más amplias que en Rusia, pero ello se debe al hecho de que los alemanes repiten unos acontecimientos que ya tuvieron lugar en nuestro país; además, los antagonismos de clase están mucho más netamente marcados en Alemania.

En nuestro país, camaradas, cuatro meses separaron la revolución de febrero y las jornadas de julio. Cuatro meses necesitó el proletariado de Petrogrado para experimentar la necesidad absoluta de echarse a la calle para romper las columnas sobre las que se sustentaba el templo de Kerensky y Tseretelli.

Y tras las jornadas de julio transcurrieron cuatro meses antes de que las tropas de la inmensa reserva de provincias llegasen a Petrogrado y nos permitieran, en octubre de 1917(o noviembre, con el nuevo calendario), lanzarnos al asalto de las posiciones enemigas seguros de nuestra victoria.

En Alemania, la primera explosión revolucionaria tuvo lugar en noviembre y los acontecimientos análogos a nuestras jornadas de julio en enero. El proletariado alemán lleva a cabo su revolución con un calendario más apretado. Lo que a nosotros nos costó cuatro meses a ellos no les llevó más de dos.

No cabe duda de que esta proporción se mantendrá hasta el final. Puede que de las jornadas de julio "alemanas" a su octubre no pasen cuatro meses, como en Rusia, sino apenas otros dos.

Los tiros que ha recibido Karl Liebknecht por la espalda, no lo dudéis, han resonado con fuerza por toda Alemania. Y el rumor ha debido sonar como una campana fúnebre para los oídos de los Scheidemann y Ebert.

Acabamos de cantar el "Requiem" por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. Nuestros jefes han muerto y ya no les veremos más. ¿Pero cuántos de vosotros, camaradas, los habéis conocido personalmente en vida? Una pequeña minoría.

Y sin embargo, Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg siempre han estado presentes entre vosotros.

En vuestras reuniones y congresos habéis elegido a menudo a Karl Liebknecht como presidente de honor. Aunque ausente, asistía a vuestras reuniones y ocupaba un sitio de honor en vuestra mesa. Pues el nombre de Karl Liebknecht no designa solamente a una persona determinada y aislada, para nosotros su nombre encarna todo lo que hay de bueno, noble y grande en la clase obrera, en su vanguardia revolucionaria.

Todo eso es lo que vemos en Karl Liebknecht. Y cuando uno de nosotros imagina un hombre invulnerablemente acorazado contra el miedo y la debilidad, un hombre absolutamente íntegro, pensamos en Karl Liebknecht.

No solamente ha sido capaz de derramar su sangre (puede que no haya sido éste el rasgo principal de su carácter), osó levantar la voz enmedio de la furia de nuestros enemigos, en una atmósfera saturada de los miasmas del chovinismo, cuando toda la sociedad alemana guardaba silencio y el militarismo campaba por sus respetos. Él se atrevió a levantar la voz y decir: "Kaiser, generales, capitalistas y vosotros -Scheidemann que estranguláis a Bélgica, de devastáis el norte de Francia y queréis dominar el mundo entero- yo os desprecio, os odio, os declaro la guerra, una guerra que estoy dispuesto llevar hasta el final".

¡Camaradas, si bien el envoltorio material de Liebknecht ha desaparecido, su memoria permanece y permanecerá imborrable!

Junto al de Karl Liebknecht, el nombre de Rosa Luxemburg se conservará para siempre en los fastos del movimiento revolucionario universal.

¿Conocéis las leyendas sobre los santos y su vida eterna? Estas historias se basan en la necesidad que tienen los hombres de conservar la memoria de los que, como líderes, les han servido honesta y verazmente; necesitan inmortalizarlos envolviéndolos en una aureola de pureza.

Camaradas, nosotros no tenemos necesidad de estas leyendas; no necesitamos canonizar a nuestros héroes, nos basta la realidad de los acontecimientos que estamos viviendo, por sí misma legendaria, que pone de manifiesto la fuerza de espíritu de nuestros jefes y forja unos caracteres que destacan sobre el resto de la humanidad.

Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg vivirán eternamente en nuestro recuerdo. Siempre, en todas las reuniones en las que hemos evocado a Liebknecht hemos sentido su presencia, y la de Rosa Luxemburg, con una claridad extraordinaria, casi material.

Y la sentimos ahora, en estos trágicos momentos en los que nos sentimos espiritualmente unidos a los más nobles trabajadores de Alemania, de Inglaterra y del mundo entero, todos abrumados por el mismo e inmenso dolor.

En esta lucha y ante estas pruebas los sentimientos no conocen fronteras.

Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht son nuestros hermanos

Para nosotros Liebknecht no es sólo un líder alemán, igual que Rosa Luxemburg no es sólo una socialista polaca que se puso a la cabeza de los obreros alemanes... Ambos son nuestros hermanos; estamos unidos a ellos por lazos morales indisolubles.

¡Camaradas! Jamás repetiremos esto demasiado pues Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg estaban estrechamente unidos al proletariado revolucionario ruso.

La vivienda de Liebknecht en Berlín era el centro de reunión de nuestros emigrados.

Cuando se trataba de protestar en el parlamento alemán, o en la prensa, contra los servicios que prestaban los imperialistas germanos a la reacción rusa, nos dirigíamos a Karl Liebknecht. Él llamaba a todas las puertas e influía sobre todos -incluso sobre Sheidemann y Ebert- para determinarlos a reaccionar contra los crímenes del imperialismo.

Rosa Luxemburg lideró el partido socialdemócrata polaco que junto al partido socialista forman hoy el Partido Comunista.

En Alemania, Rosa Luxemburg, con el talento que la caracterizaba, profundizó en la lengua y la vida política del país y pronto ocupó un lugar destacado en el antiguo partido socialdemócrata.

En 1905, Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg tomaron parte en todos los acontecimientos de la revolución rusa. Rosa Luxemburg fue incluso arrestada por su condición de militante activa y puesta bajo vigilancia tras su excarcelación de la ciudadela de Varsovia. Entonces pasó ilegalmente (1906) a Petrogrado y allí frecuentaba nuestros círculos revolucionarios. Visitaba a nuestros detenidos en las prisiones y nos servía en el sentido más amplio del término de agente de enlace con el mundo socialista de entonces. Pero además de todas estas relaciones personales, guardamos de nuestra comunión moral con ella -de esta comunión que crea la lucha en nombre de grandes principios y esperanzas- el más hermoso de los recuerdos.

Hemos compartido con ella la mayor de las desgracias que haya conocido la clase obrera universal -la vergonzosa bancarrota de la II Internacional en agosto de 1914. Y con ella levantaron la bandera de la III Internacional los mejores de entre nosotros, y la han sostenido con orgullo sin desfallecer un solo instante.

Hoy en día, camaradas, ponemos en práctica los preceptos de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg en la lucha que mantenemos. Sus ideas nos inspiran cuando, en un Petrogrado sin pan ni fuego, trabajamos para construir un nuevo régimen soviético. Y cuando nuestros ejércitos avanzan victoriosos en todos los frentes, el espíritu de Karl Liebknecht y de Rosa Luxemburg también los anima.

En Berlín, la vanguardia del Partido Comunista aún no disponía de fuerzas suficientemente organizadas para defenderse. Aún no tenía un ejército rojo, como tampoco teníamos nosotros durante las jornadas de julio, cuando la primera oleada de un movimiento poderoso pero no organizado fue quebrada por bandas organizadas aunque poco numerosas. Aún no hay ejército rojo en Alemania, pero sí lo hay en Rusia. El ejército rojo es un hecho, día a día se organiza y es más numeroso.

Cada uno de nosotros tomará como un deber el explicar a los soldados cómo y por qué han muerto Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, lo que eran y el lugar que debe ocupar su memoria en el espíritu de todo soldado, de todo campesino. Estos dos héroes han entrado para siempre en nuestro panteón espiritual.

Aunque en Alemania no deja de extenderse la ola de la reacción, no dudemos por un instante que el octubre rojo no esté próximo.

Y ahora, dirigiéndonos al espíritu de los dos grandes difuntos, podemos decir: Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, ya no estáis en este mundo, pero seguís entre nosotros; viviremos y lucharemos animados por vuestras ideas, bajo el influjo de vuestra grandeza moral y juramos que si llega nuestra hora moriremos de pie frente al enemigo, como vosotros habéis muerto, Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht.

Primera publicación el 18 de enero de 1919, primera edición francesa en París, marzo de 1920, en la Revue Communiste, ediciones de la Internacional Comunista. Texto transcrito a partir de un ejemplar del Bulletin Communiste



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los del pct se tomaron una pastilla
Por rojo - Thursday, Mar. 09, 2006 at 10:14 PM

LOS DEL PTC, despues de decadas de estalinismo, se tomaron un pastilla de trotskinoll comprimidos, y se convirtieron en trotkistas.
C

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¿Y cuál es el problema, pedazo de sectario?
Por Triunvirato Rojo - Thursday, Mar. 09, 2006 at 10:19 PM

¿No es saludable acaso que un grupo de militantes honestos rompa con el stalinismo y se pase a las filas del comunismo revolucionario, o sea, del trotskismo?
Sólo un pedante descartable como "rojo" puede reírse de esto

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Faltan textos...
Por Mosca Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 6:26 AM
fliegecojonera@hotmail.com

Pongan los textos que faltan: la crítica al leninismo y, de paso, al propio Trotsky, de Rosa Luxemburgo,...¡Ah! y los huevos que tuvieron, que cuando el partido en el que militaban se burocratizó, rompieron críticamente e intentaron construir una alternativa nueva...algo que Trotsky con el partido bolche ni se animó. Pongan los textos realmente revolucionarios...

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Faltan textos...
Por Mosca Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 6:26 AM
fliegecojonera@hotmail.com

Pongan los textos que faltan: la crítica al leninismo y, de paso, al propio Trotsky, de Rosa Luxemburgo,...¡Ah! y los huevos que tuvieron, que cuando el partido en el que militaban se burocratizó, rompieron críticamente e intentaron construir una alternativa nueva...algo que Trotsky con el partido bolche ni se animó. Pongan los textos realmente revolucionarios...

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Pongan los textos, chantas¡¡¡
Por Mosca Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 6:26 AM
fliegecojonera@hotmail.com

Pongan los textos de Rosa criticando al partido leninista y a la burocratización bolchevique...un adelanto:



Rosa Luxemburgo y la democracia
Juan Manuel Vera

Texto publicado en Iniciativa Socialista nº 28, febrero 1994


"La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente" (Rosa Luxemburgo)



Cada 15 de enero se cumple el aniversario de los asesinatos de Rosa Luxemburgo y de Karl Liebknecht, los dirigentes históricos del ala izquierda de la socialdemocracia alemana. El 15 de enero de 1919, el culatazo del fusil de un soldado del viejo ejército del Káiser ponía fin a la apasionada y apasionante existencia de una de las figuras más destacadas del movimiento socialista europeo: Rosa Luxemburgo.

Son numerosas sus aportaciones polémicas al debate socialista: sus posiciones sobre la huelga de masas, su afirmación de la capacidad creativa y espontaneidad de la clase obrera, la crítica al leninismo organizativo, su polémica oposición al derecho de autodeterminación en el capitalismo, sus trabajos sobre la acumulación de capital, la defensa del internacionalismo obrero, etc.

La visión de Rosa Luxemburgo sobre la importancia de la autonomía de las masas para la construcción del socialismo y su concepción no instrumental de la democracia representan un recordatorio obligado para comprender la diversidad de orientaciones existentes entre los revolucionarios de las primeras décadas del siglo. Al mismo tiempo, obliga a reflexionar sobre la intensa marginación a la que fue sometido su pensamiento por parte de las izquierdas posteriores.

Para recordar la figura de Rosa Luxemburgo parece especialmente oportuno un breve análisis de sus opiniones sobre la cuestión democrática, planteadas en su célebre folleto La revolución rusa, demostrativas de la actualidad y vigencia de su compromiso político y moral. Escrito en 1918 en la carcel de Breslau e incompleto, Rosa envió un borrador de su trabajo en septiembre de 1918 a Paul Levi. Dicho texto expresa simultáneamente su solidaridad con la revolución rusa y una ardorosa defensa de la democracia que refleja fielmente la triple e inseparable dimensión del pensamiento y la obra de Rosa Luxemburgo: socialista, demócrata y revolucionaria.


Rosa y la revolución rusa


Rosa Luxemburgo entendió desde el inicio de la revolución en febrero de 1917 la continuidad entre dicho proceso y la anterior revolución de 1905. En su primera aproximación señalaba "...una vez en la brecha, la energía revolucionaria del proletariado ruso emprenderá, con la misma lógica ineluctable, la vía de una acción democrática y social radical y adoptará de nuevo el programa de 1905: república democrática, jornada de 8 horas, expropiación de los grandes terratenientes...".Al mismo tiempo, vincula expresamente la revolución con la lucha por la paz. "... Pero de ello emana en primer lugar para el proletariado socialista de Rusia la más urgente de las consignas, indisolublemente unida a todo lo demás: ¡Fin a la guerra imperialista!" (Cartas de Espartaco). Rosa Luxemburgo se sitúa en el campo de la solidaridad con la revolución de octubre: "El levantamiento de octubre no solamente ha servido para salvar efectivamente la revolución rusa, sino también para salvar el honor del socialismo internacional". Sin embargo, desde el principio Rosa Luxemburgo es consciente de la tragedia que supondría el aislamiento de la revolución (carta a Luise Kautsky del 24 de noviembre), del cual culpa a las direcciones chovinistas de la socialdemocracia. Asimismo, mantuvo diferencias y recelos con las orientaciones bolcheviques a la paz separada con Alemania, que condujeron a la paz de Brest-Litovsk.

A mediados del año 1918, Rosa Luxemburgo decide sistematizar sus posiciones críticas respecto a la política bolchevique. El aspecto fundamental que preocupaba a Rosa Luxemburgo eran las consecuencias que para el futuro de la lucha socialista podía tener la lectura apologética y unidireccional de la revolución rusa por la tendencia de sus dirigentes a formalizar y teorizar lo que sólo podían ser posturas contingentes. Realiza en su obra una severa advertencia contra la utilización de la experiencia bolchevique como un modelo para el socialismo. Su folleto La revolución rusa está, por consiguiente, orientado al futuro. "Bajo la teoría de la teoría de la dictadura de Lenin-Trotski subyace el presupuesto tácito de que para la transformación socialista hay una fórmula prefabricada, guardada ya completa en el bolsillo del partido revolucionario, que sólo requiere ser enérgicamente aplicada en la práctica. Por desgracia -o tal vez por suerte- no es ésta la situación. Lejos de ser una suma de recetas prefabricadas que sólo exigen ser aplicadas, la realización práctica del socialismo como sistema económico, social y jurídico yace totalmente oculta en las nieblas del futuro. En nuestro programa no tenemos más que unos cuantos mojones que señalan la dirección general en la que tenemos que buscar las medidas necesarias, y las señales son principalmente de carácter negativo..." (La revolución rusa, RR en adelante, p.210) .


Crítica del bolchevismo


Sus críticas a los bolcheviques se refieren a tres aspectos: la política agraria, el derecho de autodeterminación y la cuestión democrática. El tema de la democracia es el aspecto sustantivo de su contundente valoración crítica de la política de Lenin y Trotski y de los riesgos que conllevaba para el futuro.

Los bolcheviques habían defendido simultáneamente la consigna de ¡Todo el poder a los soviets! y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Rosa Luxemburgo no comprende el viraje adoptado por los bolcheviques al disolver el Parlamento como tampoco al restringir el derecho de voto. Admite que la Asamblea Constituyente podía no ser verdaderamente representativa, pero afirma que en ese caso la disolución debería haber ido acompañada de una convocatoria de nuevas elecciones, realizando una defensa expresa de la existencia de instituciones representativas bajo un gobierno que se proclama socialista.

Sin embargo, el punto de vista de Rosa Luxemburgo no se refiere fundamentalmente a un problema táctico sobre la Asamblea Constituyente. Su posición es de principio y se refiere a la necesidad absoluta de que el socialismo se desarrolle sobre la base de instituciones democráticas. Muchos comentaristas de esta obra han señalado acertadamente que su contenido planteaba la necesidad de la compatibización entre el Parlamento y los soviets. Creo, sin embargo, que el núcleo central de su argumentación va más allá, es la necesidad permanente de derechos democráticos incondicionados. Se irrita por la tendencia de los bolcheviques a hacer de la necesidad virtud y a acabar defendiendo un "socialismo" antidemocrático.

Frente a una frase de Trotski ("Como marxistas nunca fuimos adoradores fetichistas de la democracia formal") contesta: "Es cierto que nunca fuimos adoradores fetichistas de la democracia formal. Ni tampoco fuimos nunca adoradores fetichistas del socialismo ni tampoco del marxismo....Lo que realmente quiere decir (esa frase) es: siempre hemos diferenciado el contenido social de la forma política de la democracia burguesa, siempre hemos denunciado el duro contenido de desigualdad social y falta de libertad que se esconde bajo la dulce cobertura de la igualdad y la libertad formales. Y no lo hicimos para repudiar a éstas sino para impulsar a la clase obrera a no contentarse con la cobertura sino a conquistar el poder político, para crear una democracia socialista en reemplazo de la democracia burguesa, no para eliminar la democracia" (RR, p.213-214)


Socialismo y democracia


En cuanto al contenido del socialismo Rosa Luxemburgo lo entiende como una ampliación de la democracia, no su limitación, extendiendo la intervención en la vida pública a masas de población que nunca habían sido partícipes de su destino.

Por otra parte, el socialismo no puede establecerse por decreto. Nadie posee ni las soluciones para todos los problemas, ni un método infalible. Para Rosa la solución de los problemas sólo puede proceder de la fecunda corrección de los errores cometidos, la cual sólo es posible sobre la base de la libertad de crítica y de la más amplia iniciativa popular. "El sistema social socialista sólo deberá ser, y sólo puede ser, un producto histórico, surgido de sus propias experiencias, en el curso de su concreción, como resultado del desarrollo de la historia viva, la que (al igual que la naturaleza orgánica, de la que, en última instancia, forma parte) tiene el saludable hábito de producir siempre junto con la necesidad social real los medios para satisfacerla, junto con el objetivo simultáneamente la solución. Sin embargo, si esto es así, resulta evidente que no se puede decretar el socialismo, por su propia naturaleza, ni introducirlo mediante un "ukase". Exige como requisito una cantidad de medidas de fuerza (contra la propiedad, etc.). Lo negativo, la destrucción, puede decretarse; lo constructivo, lo positivo, no. Territorio nuevo. Miles de problemas. Sólo la experiencia puede corregir y abrir nuevos caminos. Sólo la vida sin obstáculos, efervescente, lleva a miles de formas nuevas e improvisaciones, saca a la luz la fuerza creadora, corrige por su cuenta todos los intentos equivocados. La vida pública de los países con libertad limitada está tan gobernada por la pobreza, es tan miserable, tan rígida, tan estéril, precisamente porque, al excluirse la democracia, se cierran las fuentes vivas de toda riqueza y progreso espiritual. (...).Toda la masa del pueblo debe participar. De otra manera, el socialismo será decretado desde unos cuantos escritorios oficiales por una docena de intelectuales" (RR, p.210-211)

La democracia es el único medio para poder limitar los errores inevitables en toda dirección política. "El control público es absolutamente necesario. De otra manera el intercambio de experiencias no sale del círculo cerrado de los burócratas del nuevo régimen. La corrupción se torna inevitable (palabras de Lenin...). La vida socialista exige una completa transformación espiritual de las masas degradadas por siglos de dominio de la clase burguesa. Los instintos sociales en lugar de los egoístas, la iniciativa de las masas en lugar de la inercia, el idealismo que supera todo sufrimiento, etc. Nadie lo sabe mejor, lo describe de manera más penetrante, lo repite más firmemente que Lenin. Pero está completamente equivocado en los medios que utiliza. Los decretos, la fuerza dictatorial del supervisor de fábrica, los castigos draconianos, el dominio por el terror, todas estas cosas son sólo paliativos. El único camino al renacimiento pasa por la escuela de la misma vida pública, por la democracia y opinión pública más ilimitadas y amplias. Es el terror lo que desmoraliza" (RR, p.211).


En defensa de la libertad


Las libertades públicas no son algo accesorio, sino el aire mismo imprescindible para poder hablar de algo parecido al socialismo. "Lenin dice que el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase trabajadora, el Estado socialista, en cambio, de opresión a la burguesía. En cierta medida, dice, es solamente el Estado capitalista puesto cabeza abajo. Esta concepción simplista deja de lado el punto esencial: el gobierno de la clase burguesa no necesita del entrenamiento y la educación política de toda la masa del pueblo, por lo menos no más allá de determinados límites estrechos. Pero para la dictadura proletaria ése es el elemento vital, el aire sin el cual no puede existir" (RR, p.209).

De forma consistente con las posiciones defendidas desde 1903, Rosa Luxemburgo rechaza el jacobinismo político y valora en el más alto grado la autodeterminación e iniciativa de las masas. Esa capacidad constructiva de la sociedad sólo puede desarrollarse con libertad política, cuyo fundamento es el derecho a oponerse. "La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente. No a causa de ningún concepto fanático de la "justicia", sino porque todo lo que es instructivo, totalizador y purificante en la libertad política depende de esta característica esencial, y su efectividad desaparece tan pronto como la "libertad" se convierte en un privilegio especial" (RR, p. 209-210) .

La ausencia de democracia conduce a la degeneración política. Es difícil, sabiendo todo lo que ocurrió después y los terribles efectos del estalinismo, no leer con un estremecimiento las proféticas palabras con que Rosa trazó el posible destino de la revolución y su rechazo de la política de terror. "Cuando se elimina todo esto, ¿qué queda realmente? En lugar de los organismos representativos surgidos de elecciones populares generales, Lenin y Trotski implantaron los soviets como única representación verdadera de las masas trabajadoras. Pero con la represión de la vida política en el conjunto del país, la vida de los soviets también se deteriorará cada vez más. Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y reunión, sin una libre lucha de opiniones, la vida muere en toda institución pública, se torna una mera apariencia de vida, en la que sólo queda la burocracia como elemento activo. Gradualmente se adormece la vida pública, dirigen y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes partidarios de energía inagotable y de experiencia ilimitada. Entre ellos, en realidad, dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por unanimidad las mociones propuestas. En el fondo, entonces, una camarilla. Una dictadura, por cierto: no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir, una dictadura en el sentido burgués, en el sentido del gobierno de los jacobinos (¡la postergación del Congreso de los Soviets de periodos de tres meses a seis!). Sí, podemos ir aun más lejos,; esas condiciones pueden causar inevitablemente una brutalización de la vida pública..." (RR, p.211-212).

Durante muchos años se ha sostenido por diversos comentaristas de la obra de Rosa Luxemburgo que ésta se habría retractado con posterioridad de sus opiniones, basándose en afirmaciones de Adolf Warszawski y de Clara Zetkin, que han dado lugar a la leyenda de una autocrítica de Rosa y su acercamiento final al leninismo. Los historiadores comunistas han hablado frecuentemente de una retirada de sus críticas basándose en su rechazo de la convocatoria de Asamblea Constituyente en las agitadas jornadas de noviembre y diciembre de 1918. Esa versión fue sostenido por el propio Lenin en 1922 al afirmar que ella misma había corregido en gran medida sus errores. También Trotski, que calificó su trabajo sobre la revolución rusa de "teóricamente muy débil" (!), considera que su acercamiento a las concepciones bolcheviques explica que no llegara a publicar el manuscrito (en "Rosa Luxemburgo y la Internacional", 1935).

Parece poco creíble sostener que Rosa Luxemburgo había cambiado de opinión... sobre puntos de vistas mantenidos durante toda su vida. En realidad, desde el momento en que redacta el texto hasta su muerte transcurren pocos meses. Por otra parte, el contenido fundamental de su obra es principista y no táctico. Era un trabajo de alcance teórico en el cual "los detalles no eran importantes", como señala Peter Nettl, y sólo de los detalles se habría retractado según sostuvieron sus compañeros alemanes.

¡Rosa Luxemburgo tenía razón en tantas cosas! La revolución de Octubre alimentó la tentación jacobina de la izquierda y su tendencia a intentar sustituir los procesos sociales por las iniciativas de los agentes políticos y la auténtica dinámica de las transformaciones de la sociedad por un control administrativo. Sobre dicha base, la contrarrevolución estalinista estableció un régimen totalitario.

En todos los sentidos, las opiniones expresadas en La revolución rusa derivan de la lucha en favor del socialismo y de la democracia que había manifestado Rosa a lo largo de toda su trayectoria; por ello este escrito aparece como su auténtico "testamento" político. Un testamento que contiene una trágica advertencia sobre el triste destino del socialismo si olvida su intrínseca necesidad de democracia y libertad. Un estremecedor aviso que fue silenciado.





SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE ROSA LUXEMBURGO, EN CASTELLANO

A) Obras de Rosa Luxemburgo

-Introducción a la economía política, Madrid, Siglo XXI, 1974
-La acumulación de capital, Mexico, Grijalbo, 1967 (primera edición española: Madrid, Cénit, 1933)
-Escritos políticos, Barcelona, Grijalbo, 1977 (antología de textos)
-Textos sobre la cuestión nacional, Madrid, Ed. de la Torre, 1977
-Debate sobre la huelga de masas, Buenos Aires, Cuadernos de pasado y presente, 1975
-¿Reforma o revolución? y otros escritos, Fontamara, 1978
-La revolución rusa, Madrid, Castellote, 1975
-Obras escogidas (dos tomos), Bogotá, Ediciones Pluma, 1976
-Cartas a Karl y Luisa Kautsky, Barcelona, Galba, 1975
-Cartas de la prisión, Madrid, Cénit, 1931

B) Obras sobre Rosa Luxemburgo

-Aubet, María José; Rosa Luxemburg y la cuestión nacional, Barcelona, Anagrama, 1977
-Basso, Lelio; El pensamiento político de Rosa Luxemburg, Barcelona, Península, 1976
-Bisceglie, Anna y Renzi, Dario; Rosa Luxemburgo, Madrid, Prospettiva, 2000
-Cliff, Tony; Rosa Luxemburg (Introducción a su lectura), Buenos Aires, Editorial Galerna, 1971
-Dunayevskaya, Raya; Rosa Luxemburgo, la liberación femenina y la filosofía marxista de la revolución, México, FCE, 1985
-Frölich, Paul; Rosa Luxemburgo. Vida y obra,Barcelona, Fundamentos, 1976
-Geras, Norman; Actualidad del pensamiento de Rosa Luxemburgo, Mexico, Era, 1980
-Guérin, Daniel; Rosa Luxemburg y la espontaneidad revolucionaria, Buenos Aires, Proyección, 1973 (antología de textos breves)
-Lukács, Georg; Historia y consciencia de clase, Barcelona, Grijalbo, 1978 (incluye varios ensayos sobre Rosa Luxemburgo)
-Löwy, Michael; El marxismo olvidado, Barcelona, Fontamara, 1978
-Materiales, nº extraordinario 3, 1977 (Rosa Luxemburgo hoy, con artículos de Lelio Basso, Oskar Negt, Georges Haupt, Paul Mattick, Michael Löwy, Norman Geras, Dick Howard, Tadeusz Kowalik, Gilbert Badia, J.L. de la Mata, Annette Jost, Narihiko Ito, Joseph Schleifstein y María José Aubet -guía de lectura-)
-Nettl, J. P.; Rosa Luxemburgo, Mexico, Ediciones Era, 1974

-El desafío de Rosa Luxemburgo, Buenos Aires, Proceso, 1972 (con textos de Bertram D. Wolfe, Hannah Arendt, Gilbert Badia, León Trotski, V.I.Lenin, J.P. Nettl, John Knief, Daniel Bensaid, Alain Nair, Michale Löwy y Paul M. Sweezy

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"Mosca Cojonera", impostor
Por Triunvirato Rojo - Friday, Mar. 10, 2006 at 11:07 AM

En el mismo texto que Rosa critica a los bolcheviques, ella dice casi textualmente "Lenin, Trotsky y sus amigos han salvado el honor del socialismo" y que "el futuro, en todas partes, pertenece al bolchevismo". "Los bolcheviques podrán decir, como Hutten, yo he osado".
Por supuesto que sigue siendo un texto escrito sobre la marcha, que Rosa sin embargo no dejaba de reconocer en los bolcheviques valentía revolucionaria, cosa que no le reconoció nunca a Kautsky, Bernstein y demás traidores embarcados que luego embarcarían a los obreros alemanes, franceses, etc. en la guerra imperialista. A esa "democracia" imperialista, que defiende Mosca Cojonera y los anarco-lúmpenes también, Rosa la combatía con uñas y dientes. En la misma crítica a los bolcheviques hay una defensa incondicional que el impostor no cita y es la defensa incondicional de la dictadura del proletariado como concepto marxista. Rosa tenía una crítica táctica a los bolcheviques, diferencia con gente a los que consideraba compañeros, pero jamás comulgaría con los "demócratas" pequebus estilo socialdemócratas, autonomistas y anarco-lúmpenes.
¡¡¡Fuera las manos de Rosa Luxemburgo, lacras autonomistas y socialdemócratas!!!!

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Triunviro rojo desteñido
Por Mosca Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 12:22 PM
fliegecojonera@hotmail.com

Ahora voy a leer algunas frases muy significativas del folleto “La revolución rusa” de Rosa Luxemburgo.

Cito: "Bajo la teoría de la dictadura de Lenin y Trotski subyace el presupuesto tácito de que para la transformación socialista hay una fórmula prefabricada, guardada ya completa en el bolsillo del partido revolucionario, que sólo requiere ser enérgicamente aplicada en la práctica. Por desgracia -o tal vez por suerte- no es ésta la situación. Lejos de ser una suma de recetas prefabricadas que sólo exigen ser aplicadas, la realización práctica del socialismo como sistema económico, social y jurídico yace totalmente oculta en las nieblas del futuro" (Fin de la cita)

Cito de nuevo:

“…resulta evidente que no se puede decretar el socialismo, por su propia naturaleza, ni introducirlo mediante una ordenanza (…) Lo negativo, la destrucción, puede decretarse; lo constructivo, lo positivo, no. Territorio nuevo. Miles de problemas. Sólo la experiencia puede corregir y abrir nuevos caminos. Sólo la vida sin obstáculos, efervescente, lleva a miles de formas nuevas e improvisaciones, saca a la luz la fuerza creadora, corrige por su cuenta todos los intentos equivocados. (...).Toda la masa del pueblo debe participar. De otra manera, el socialismo será decretado desde unos cuantos escritorios oficiales por una docena de intelectuales"

Sigo citando: "El control público es absolutamente necesario. De otro modo el intercambio de experiencias no sale del círculo cerrado de los burócratas del nuevo régimen. La corrupción se torna inevitable. La vida socialista exige una completa transformación espiritual de las masas degradadas por siglos de dominio de la clase burguesa. Los instintos sociales en lugar de los egoístas, la iniciativa de las masas en lugar de la inercia, el idealismo que supera todo sufrimiento, etc. Nadie lo sabe mejor, lo describe de manera más penetrante, lo repite más firmemente que Lenin. Pero está completamente equivocado en los medios que utiliza”

Y una cita final sumamente importante: “Sin una libre lucha de opiniones, la vida muere en toda institución pública, se torna una mera apariencia de vida, en la que sólo queda la burocracia como elemento activo. Gradualmente se adormece la vida pública, dirigen y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes partidarios de energía inagotable y de experiencia ilimitada. Entre ellos, en realidad, dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por unanimidad las mociones propuestas. Es en el fondo, entonces, una camarilla. Una dictadura, por cierto: no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir, una dictadura en el sentido burgués”. Fin de las citas. Esto fue escrito entre 1917 y 1918¡¡¡¡¡¡

Chau, triunviro rojo...

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los límites de Rosa Luxemburgo no son ninguna excusa
Por comunista antibolchevike - Friday, Mar. 10, 2006 at 12:31 PM
cica_web@yahoo.com

para no continuar y profundizar la crítica al bolchevismo casi 100 años desde su existencia.

A Rosa la mataron en 1919, y todavia no había visto lo peor del bolchevismo. Además, en esos momentos para saber lo que pasaba en Rusia había que ir a Rusia o depender de comunicaciones por carta de alguien que viviera allí (y todas las cartas eran revisadas por los "comisarios del pueblo" bolcheviques).

Pero aparte de la anarquista, hubo críticas al bolchevismo dentro del marxismo que fueron silenciadas y censuradas por el culto fanático a Lenin y por la misma actitud socialdemócrata de calumnia que utilizan los progres de hoy (crítica/oposición al progresismo=funcional a la derecha, crítica/oposición al nacionalismo burgués=cipayismo proimperialista).

Primero Lenin les "respondió" con su panfleto reformista "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo" (totalmente destrozado por Hermann Gorter en su "Carta abierta al Camarada Lenin", que muy pocos conocen), reivindicado tanto por stalinistas como por troskistas. La internacional "comunista" de los bolcheviques incluyó (tácticamente, claro!!!) a todos los partidos obreros centristas y excluyó burocráticamente a la izquierda comunista y, especialmente, a la izquierda comunista germano-holandesa.

Tanto Rosa Luxemburgo como Anton Pannekoek habían roto con Kautsky cuando Lenin todavia lo seguía reivindicando. No hablan de que, a pesar de que Lenin rompió con Kautsky a principios de la primera guerra imperialista, no lo hizo nunca con los principios kautskystas en cuanto a la clase ("el movimiento obrero espontáneo por sí solo no puede pasar del sindicalismo"*) y en cuanto al partido ("el intelectual colectivo de la revolución") expresados en el "¿Qué hacer?". Lenin llamó a Kautsky "renegado" justamente porque renegó de sus propios principios anteriores, que Lenin seguía reivindicando.

El aporte original de Lenin a la teoría socialdemócrata fue el centralismo jacobinista ("el socialdemócrata es el jacobino inmerso en las masas"), originalmente criticado por Trotsky y por Rosa que previeron que esto terminaría en una dictadura del partido sobre la clase y dentro del partido en una dictadura de los intelectuales. Los bolcheviques fueron revolucionarios burgueses con fraseología socialista. El bolchevismo fue un movimiento con bases predominantemente obreras pero dirigido por la intelectualidad radicalizada que se convirtió en la nueva clase dominante. Los bolcheviques realizaron la revolución burguesa en la Rusia semi-feudal y la clase obrera terminó jugando el mismo papel subordinado que jugó en las revoluciones burguesas anteriores, sólo que en vez de un partido burgués el que los lideró fue un partido obrero dirigido por la intelectualidad radicalizada.

* Para Lenin, como para Kautsky, "lo espontáneo es la forma embrionaria de lo consciente". Sólo lo dirigido por los "portadores de la conciencia revolucionaria" es lo consciente.
------

Estos son textos que los fanáticos del capitalismo de Estado bolchevique no quieren que leas.

Críticas de Pannekoek a Kautsky:

Acciones de masas y revolución - Anton Pannekoek (1912) http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/accionesmasas/indice.htm
Teoría marxista y táctica revolucionaria - Anton Pannekoek (1912)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/teoriamarxista/indice.htm

Críticas de la izquierda comunista germano-holandesa al bolchevismo

Carta abierta al camarada Lenin - Herman Gorter (1920)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/gorter/cartaabiertalenin/indice.htm
Revolución mundial y táctica comunista - Anton Pannekoek (1920)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/revmundial/indice.htm
La revolución no es un asunto de partido - Otto Rühle (1920)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/ruhle/revpartido.htm

Críticas de los consejistas al bolchevismo y al capitalismo de Estado

Tesis sobre el bolchevismo - Helmut Wagner (1933)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/wagner/bolchevismo/indice.htm
León Trotsky - Paul Mattick (1940)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/mattick/trotsky.htm
Bolchevismo y Stalinismo - Paul Mattick (1947)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/mattick/bolchevismo/indice.htm

Los consejistas sobre el partido y la clase

Partido y Clase - Anton Pannekoek (1936)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/partido.htm
El Partido y la Clase obrera - Paul Mattick (1941)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/mattick/partido/indice.htm

Crítica a la noción socialdemócrata-bolchevique del socialismo (capitalismo de Estado)

La socialización - Anton Pannekoek (1919)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/socializacion.htm
Propiedad pública y propiedad común - Anton Pannekoek (1947)
http://www.cica.00pro.com/clasicos/pannekoek/propiedad.htm

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Y quién decide cuáles son los límites de Rosa, lumpencito indymediero?
Por Triunvirato Rojo - Friday, Mar. 10, 2006 at 12:50 PM

Los límites de Rosa no sabemos bien cuáles eran, pero el lumpen pedante de Danilo ya decreta que eran su apoyo crítico a los bolcheviques. Como ya no tiene citas de Rosa a su disposición (las citas de Rosa que cita la mosquita cojonera son las que ha aprovechado toda la socialdemocracia internacional mientras ocultaban el apoyo de Rosa a la dictadura proletaria) tiene que citar a esas nulidades rupturistas como Pannekoek, Görter, y demás, que pasaron al basurero de la historia. A ver, pedazo de pedante, a quién te creés que convenció Görter con ese panfleto inútil, ¡solo a vos que siempre fuiste un antcomunista descompuesto y que viste repentinamente el nexo entre tus ideas liberales y anarco-lúmpenes y los llamados "comunistas de izquierda" que aunque sea formaban partido (a diferencia de Danilo que lo único que hace es postear como "..." su jerga derechista de "ni partidos ni sindicatos" y reivindicar a los anarco-lúmpenes de Kronstadt amigos de los Ejércitos Blancos y del pogromista agente de Churchill Makhno, tan reivindicado por todos los anarco-lúmpenes

Por más que Danilo postee y postee, nunca va a pasar de ser un lúmpen indymediero y un provocador.
Y su secta barata va a pasar al basurero de la historia

¡¡Viva el comunismo revolucionario!!
¡¡Vivan Marx, Engels, Lenin, Liebknecht, Luxemburgo y Trotsky!!
¡¡Viva la dictadura del proletariado y al basurero con los anarco lumpenes contrarrevolucionarios!!

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Citas de Rosa que no ha aprovechado la socialdemocracia y la plutocracia internacional
Por Mosquita Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 1:05 PM
fliegecojonera@hotmail.com

Cito:
“...la destrucción de las garantías democráticas más importantes para una vida pública sana y para la actividad política de las masas trabajadoras: libertad de prensa, derechos de asociación y reunión, que les son negados a los adversarios del régimen soviético. En lo que hace a estos ataques (a los derechos democráticos) los argumentos de Trotsky ... distan mucho de ser satisfactorios. Por otra parte, es un hecho conocido e indiscutible que es imposible pensar en un gobierno de las amplias masas sin una prensa libre y sin trabas, sin el derecho ilimitado de asociación y reunión.”

Cito:
“Lenin dice que el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase trabajadora, el Estado socialista de opresión a la burguesía. En cierta medida, dice, es solamente el Estado capitalista puesto cabeza abajo. Esta concepción simplista deja de lado el punto esencial: el gobierno de la clase burguesa no necesita del entrenamiento y la educación política de toda la masa del pueblo, por lo menos no más allá de determinados límites estrechos. Pero para la dictadura proletaria ése es el elemento vital, el aire sin el cual no puede existir.”

Cito:

”El peligro comienza cuando hacen de la necesidad una virtud, y quieren congelar en un sistema teórico acabado todas las tácticas que se han visto obligados a adoptar en estas fatales circunstancias, recomendándolas al proletariado internacional como un modelo de táctica socialista.” ... “...una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado por el imperialismo, traicionado por el proletariado mundial, sería un milagro.”

Cito:

“Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y reunión, sin una libre lucha de opiniones, la vida muere en toda institución pública, se torna una mera apariencia de vida, en la que sólo queda la burocracia como elemento activo Gradualmente se adormece la vida pública, dirigen y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes partidarios de energía inagotable y experiencia ilimitada. Entre ellos, en realidad dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por unanimidad las mociones propuestas...una dictadura, por cierto, no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir una dictadura en el sentido burgués, en el sentido del gobierno de los jacobinos... esas condiciones deben causar inevitablmente una brutalización de la vida pública: intentos de asesinato, caza de rehenes, etcétera.” (En 1918 lenin acabó con la breve vida del sistema soviético con múltiples partidos,...¡porque los bolcheviques perdían las elecciones en los soviets locales!)

Cito:

“...siempre hemos diferenciado el contenido social de la forma política de la democracia burguesa; siempre hemos denunciado el duro contenido de desigualdad social y falta de libertad que se esconde bajo la dulce cobertura de la igualdad y la libertad formales. Y no lo hicimos para repudiar a éstas sino para impulsar a la clase obrera a no contentarse con la cobertura sino a conquistar el poder político, para crear una democracia socialista en reemplazo de la democracia burguesa, no para eliminar la democracia.”

Cito:

“Los decretos, la fuerza dictatorial del supervisor de fábrica, los castigos draconianos, el dominio por el terror, todas estas cosas son sólo paliativos. El único camino al renacimiento pasa por la escuela de la misma vida pública, por la democracia y opinión pública más ilimitadas y amplias. Es el terror lo que desmoraliza.” (Lenin impuso la pena de muerte en el socialismo¡¡¡¡)

Un beso a los tres (a lso tres burócratas del triunviro rojo desteñido)

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bah
Por --- - Friday, Mar. 10, 2006 at 1:23 PM

Mucho me habría gustado ver cómo hacía Rosa Luxemburgo lo que proclamaba, en el contexto de la guerra civil y el bloqueo imperialista a la URSS.
Rosa Luxemburgo no se mostró especialmente perspicaz respecto de las condiciones materiales de la lucha, sino todo lo contrario: a Lenin jamás lo hubieran agarrado y fusilado como a Rosa -de hecho en Rusia lo intentaron, pero no pudieron encontrarlo- y menos todavía se hubiera dejado agarrar por apoyar una política a la que se oponía, como fue la de la izquierda espartaquista en el 19.
Citar a Rosa Luxemburgo en temas como éste, no es más que una apelación a la "autoridad" de los miembros consagrados del panteón comunista. Se la invoca no porque se haya probado que tenía razón, sino porque es una figura prestigiada.
Pero es evidente, a laluz de los hechos, que Lenin tenía muchísimo más claro que ella todo lo relativo a táctica y sentido de la realidad. La crítica de Rosa al bolchevismo murió en los papeles, y al poco tiempo murió Rosa, pero ya no en los papeles sino en la realidad.

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Si la citan Ustedes¡¡¡¡
Por Mosquita Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 1:42 PM
fliegecojonera@hotmail.com

Bueno, bueno...yo no traje a la Luxemburgo a este foro, sino el trabajo es de otro espantajo de la escuela stalinista, no la citamos nosotros. Por otro lado a Lenin le pegaron unos cuantos tiros hasta 1923 y fueron mujeres, por lo menos a Rosa la mataron fuerzas paramilitares, los "Freikorps". lenin fue más inteligente: armó la temible CHEKA, algo impensable para Rosa. Dos: Rosa rompió MUCHO ANTES que Lenin con la ideología kautskista y mucho antes sacó las conclusiones del modelo organizativo que calcaron Lenin, Trotski & Co...Tres: Rosa también discrepó con Lenin y los bolches por la cuestión polaca...Cuatro: Rosa no hubiera aceptado la Rusia post-1918, y menos la pena de muerte, menos el trabajo militarizado, menos Kronstadt, menos la represión en Ucrania, etc... (siguen las firmas)

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bueno...
Por comunista antibolchevike - Friday, Mar. 10, 2006 at 1:54 PM

Con el posteo nazi de triunvirato rojo es un dato mas del caracter burgues y autoritario de algunos partidarios de la izquierda leninista actual.

La posición de --- sobre las críticas de Rosa es simplemente hacerse el distraido.

En lo que ambos coinciden es que nadie lea otras opiniones que las de su Führer Lenin y su continuador Trotsky. Ellos cuentan con la ignorancia, con el pensamiento único, con la ausencia de crítica a los ídolos y las leyendas.

Por cierto, para todo el/la que le interese, tengo la crítica de Rosa a la revolución rusa en formato word. Pidamenla a cica_web@yahoo.com.

Ni partidos ni sindicatos
Ni fascismo blanco ni fascismo rojo

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Bueno, bueno
Por --- - Friday, Mar. 10, 2006 at 3:44 PM

Bueno, bueno... vos no la trajiste a Rosa, pero eso no te impide explotar su autoridad.

Admitiendo que Rosa haya roto con Kautsky mucho antes que Lenin -yo no recuerdo que se haya ido del PS antes de 1914- lo importante es que sus rupturas se plantearon sobre ejes diferentes. Rosa oponía a la burocracia socialdemócrata el espontaneísmo. Para establecer que la ruptura de Rosa con Kautsky se dio sobre bases superiores a la de Lenin, habría que demostrar que la tesis espontaneísta fue correcta. Pero parece claro que no lo fue.

Es verdad que a Lenin lo balearon mujeres, de partidos antibolcheviques. Y que lo hicieron después y no antes de la revolución. Pero es igualmente cierto que en esa revolución Lenin jugó un rol infinitamente más importante que quienes más tarde lo balearían.
Aún así ¿qué demostraría que a Lenin lo hayan baleado una anarquista y una eserista, y a Rosa la hayan asesinado los Freikorps? A mi modo de ver, lo que demuestra es que Lenin, después de la toma revolucionaria del poder, no se preocupó de cuidarse de esas mujeres de partidos “de izquierda” como sí había sabido preocuparse de los “freikorps” zaristas, algo que Rosa no supo hacer, entre otras cosas por permanecer atada a un conjunto de prejuicios a los que no son ajenas 1) su ienptitud táctica (algo que la diferencia rotundamente de Lenin) y 2) las mismos prejuicios “basistas” en que se fundó su ruptura con el kaustkismo. No parecen aciertos dignos de imitación.

Es verdad que muchas de las cosas que supo pensar Lenin eran “impensables” -como dice Mosca- para Rosa. Eso fue una desgracia para Rosa, y también para el movimiento obrero alemán que, si ella no hubiera muerto prematuramente, podría haber encontrado en ella la referencia política que necesitó y no encontró. Ojalá Mosca pudiera denostar una revolución bolchevique en Alemania, en lugar del triunfo del nazismo que realmente ocurrió.

Y al otro pelele ni vale la pena contestarle.

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Xor mide todo segun la cantidad y la lógica ganador/perdedor
Por CA - Friday, Mar. 10, 2006 at 4:29 PM

Obvio que Lenin jugó un rol más importante en la revolución rusa que quienes los balearon. ¿Y? Mussolini también jugó un rol muy importante en Italia. Lo "importante" acá es si jugó un rol revolucionario comunista o no, y eso, en el caso de los bolcheviques, se responde con un rotundo no.

Xor sigue la lógica capitalista del éxito. Quien cumple con lo que se propone es exitoso y por lo tanto su palabra vale más que la de los no exitosos. Con eso saca a Rosa de en medio y descalifica a toda oposición a la dictadura bolchevique aunque haya venido de los mismos obreros y campesinos.

Lenin y los bolcheviques encabezaron la revolución de Octubre. Tuvieron éxito en eso, es indudable. ¿Pero eso fue bueno o malo para el pueblo ruso? Indudablemente, el establecimiento de un régimen burocrático-policial no es nunca algo bueno para ningún pueblo.

El único factor con que Xor mide la calidad revolucionaria de las distintas corrientes proletarias es mediante su éxito en la técnica de la dirección de las masas y la toma del poder, y no en cuanto a su contribución a la autodirección del proletariado, a la autonomía obrera.

A Xor no le interesa la libertad efectiva de las personas sino la "construcción del partido revolucionario". O sea, al agrupamiento de jefes que va a guiar a los obreros a la libertad, siempre que los obreros obedezcan a los dirigentes y abonen la cuota, claro. Linda manera de luchar por la libertad, cambiar a un jefe por otro.

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C
Por Hernan - Friday, Mar. 10, 2006 at 5:20 PM

Guarda con "Triunvirato Rojo" por su manera de escribir se nota que es facho autoritario represor de aquellos...


Y en cuanto a Xor, bueno, ya todos conocemos su particular sentido de la etica.

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El enigma Luxemburgo
Por Mosquita Cojonera - Friday, Mar. 10, 2006 at 6:06 PM
fliegecojonera@hotmail.com

Acotando: Rosa Luxemburg ya trabajaba como opositora interna desde 1907, y desde 1913 imprimía un diario opositor clandestino que duró hasta 1915...La crítica medular de Rosa a los bolcheviques era la dictadura SOBRE los otros partidos obreros, partidos y fracciones que hicieron la revolución de octubre (no fue obra de un "deux ex machina" llamado lenin). Rosa criticaba la dictadura de PARTIDO ÚNICO, que se presentaba como la dictadura del proletariado. En su momento no lo editó por falta de información y datos sobre la situación rusa. A Lenin las ideas de Luxemburgo no le gustaban, es más : estuvieron enfrentados en varias ocasiones (incluido el asunto polaco), sólo citaba a Liebknecht, nunca a Rosa. Los espartaquistas simpatizaban a full con los bolcheviques, como la información que llegaba era muy incompleta tenían una imagen irreal de lo que pasaba. Rosa fracasó, Lenin "triunfo" (si puede llamarse triunfo: los resultados están a la vista), pero unhecho tan complejo como una revolución no puede analizarse con una lógica de "quien la tiene más grande", en estos casos hablar de ganadores es absurdo...Incluso los perdedores en la historia, si se estudia bien, sin mitologías, son los verdaderos ganadores. la mayoría de las veces. Otra crítica a Lenin era su política agraria y el problema de la autodeterminación, pero eran secundarios a la crítica central. Y no por ello nadie la llamo "anarquista", "pequeñoburguesa" o "renegada"...

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no te bancas un chiste
Por rojo - Friday, Mar. 10, 2006 at 9:16 PM

es un chiste,
que tiene lecturas, como que crees que porque te pongas a leer un texto de trotski, al que antes acusabas de contrarrevolcionario. vas a cambiar.
es ovio que te prefiero fuera del pc, ni siquiera mi iporta, pero tu pct, me suena a mas de lo mismo, a los mismos metodos, me gustaria saber por que se fueron del pc, en este momento, y no antes.
por tu agresividad me suenas a muy estalinista intolerante que no entendes nada,
pero tarde llegan al trotkismo, cuando el estalinismo ya no existe, tarde te fuiste,
pasaste con el estalinismo la peor epoca.
te falta mucho por recorrer

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A ver secta
Por Triunvirato Rojo - Friday, Mar. 10, 2006 at 9:22 PM

Quienes firmamos como Triunvirato Rojo nunca militamos en el PC, ni tampoco en el PCT. Para que tengas claro. Somos compañeros provenientes del trotskismo. Pero nos parece saludable que compañeros venidos del stalinismo empiecen a romper, y no como el pedante pagado de sí mismo llamado "rojo", que cree ser un trotskista inmaculado

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pregunta a triunvirato?
Por rojo - Saturday, Mar. 11, 2006 at 11:45 AM

son tres personas o son una persona contres cabezas, porque siempre que me imagino como seran me los imagino como un cuerpo y tres cabezas, rojas porsupuesto....
rojo el pedante...

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