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Documento leído el 24 de Marzo de 2002 en Plaza de Mayo
por Encuentro Memoria, Verdad y Justicia •
Monday, Mar. 27, 2006 at 6:44 PM
CARCEL PARA TODOS los genocidas y represores de ayer y de hoy, los golpistas, los hambreadores, los entreguistas, los corruptos QUE NO QUEDE NI UNO SOLO
30000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS presentes!!
CARCEL PARA TODOS
los genocidas y represores de ayer y de hoy, los golpistas, los hambreadores, los entreguistas, los corruptos
QUE NO QUEDE NI UNO SOLO
Cárcel a los genocidas y sus cómplices, responsables del secuestro, tortura y asesinato de nuestros 30000 compañeros detenidos-desaparecidos.
Anulación efectiva de las leyes de punto final y obediencia debida y de los decretos de indulto.
Restitución de la identidad a los chicos apropiados y nacidos en cautiverio.
Juicio y castigo a los responsables y ejecutores de la represión del 19 y 20 de diciembre y de las manifestaciones obreras y populares de los últimos años.
Libertad a Castells, Alí y todos los presos políticos populares.
No a la criminalización de la protesta social
Desprocesamiento o amnistía a los luchadores populares procesados y/o condenados.
Basta de gatillo fácil y de tortura en las comisarías y cárceles.
Contra todo tipo de discriminación y xenofobia.
No a la ley escudo – Derogación de la Legislación que habilita la represión.
Basta de patotas financiadas desde el poder para intimidar y frenar las luchas populares.
Investigación y castigo a los culpables de las masacres de la Embajada de Israel y la AMIA.
Basta de represión al pueblo en lucha!!
Fuera este gobierno ilégitimo hambreador, entreguista y corrupto.
Fuera la Corte Suprema corrupta. Juicio y Castigo.
Repudio a cualquier intento golpista o acuerdo cívico militar.
No al Fondo Monetario Internacional. No al pago de la deuda externa.
No a la política de entrega al imperialismo y hambre para el pueblo.
Que la crisis la paguen los bancos y los grandes grupos económicos beneficiados en los últimos años. No a la licuación de sus deudas.
Nacionalización de la banca.
Reestatización del sistema previsional y de las empresas privatizadas.
No a la indexación de los créditos hipotecarios.
Trabajo genuino para todos. Ni un sólo despido. Basta de suspensiones.
Anulación del recorte salarial a los estatales y jubilados.
Aumento e indexación salarial a todos los trabajadores.
Estatización o reactivación bajo control obrero, de todas las empresas que cierren.
Contra la explotación infantil.
Basta de desocupación.
Salario social digno para todos los desocupados.
Defensa de la educación pública y gratuita. No al arancelamiento universitario.
Defensa de la cultura nacional.
Acceso universal, igualitario y gratuito a la salud y a los medicamentos, a cargo del Estado.
Vivienda para todos. Basta de desalojos.
No al asentamiento de bases norteamericanas en el país y a toda ingerencia militar extranjera.
Contra toda agresión imperialista a los pueblos oprimidos. Solidaridad con el pueblo de Venezuela.
No al ALCA.
No al voto contra Cuba en Naciones Unidas.
No al plan Colombia
Solidaridad con nuestros hermanos latinoamericanos en lucha.
CONSTRUYAMOS ENTRE TODOS LA ARGENTINA SOLIDARIA CON LA QUE SOÑARON Y POR LA QUE VIVIERON, LUCHARON Y DIERON SU VIDA NUESTROS 30000 COMPAÑEROS DETENIDOS-DESAPARECIDOS
DECLARACION DEL 24 DE MARZO DE 2002
Este 24 de marzo, como desde hace 26 años, volvemos a exigir cárcel para todos los criminales de la dictadura y sus cómplices.
Pero este 24 es distinto. Algo grande y nuevo aletea en esta plaza del pueblo donde cada año nos convocamos para ratificar nuestra memoria y nuestra lucha.
Porque luego de que millares de familias con hambre se levantaron en todo el país, en la noche del 19 de diciembre, estallaron por toda la ciudad las cacerolas, se encendieron fogatas iluminando las esquinas, los piquetes surcaron Buenos Aires y otras ciudades de la Argentina, y miles se congregaron en el Congreso y la Plaza de Mayo, respondiendo así a la declaración del estado de sitio hecha por el entonces Presidente De la Rúa. Así se hizo carne esa consigna que el año pasado en esta misma Plaza repetíamos: "El pueblo no ha sido derrotado y hoy está aquí de pie para gritarlo a los cuatro vientos".
Porque, así como el 24 de marzo de 2001 fue un paso en la lucha que terminó volteando a De la Rua y Cavallo, la marcha de hoy golpea mucho más fuerte a los que quieren seguir aplicando los planes del fondo monetario como Duhalde y su gobierno de pretendida “unidad nacional”.
Porque el 20 de diciembre, ni los gases, ni la caballería, ni los palos, ni las balas, ni los asesinatos pudieron contra una juventud y un pueblo que lejos de irse a sus casas se sumaba y solidarizaba ante cada nueva embestida represiva, sin cejar hasta que cayeron primero Cavallo y después el mismo De la Rúa. Así se hizo carne lo que el año pasado decíamos: "Se quiso imponer el olvido sobre la base de la impunidad. Pero lo que se quiso sepultar retorna una y otra vez".
Porque en la gran gesta de esos días, que reunió y llevó a un grado más alto lo que ya venía expresándose en cortes de rutas, escraches, huelgas, marchas, piquetes y puebladas, quedó demostrado que el pueblo tiene memoria, que ha hecho su balance de la dictadura, que prefirió salir a la calle antes que aceptar pasivamente el hambre y la imposición del estado de sitio y su consecuente nueva oleada represiva... y que las luchas obreras y populares que precedieron al golpe tampoco las olvida.
Porque el pueblo, harto, dijo basta. Basta de estas políticas de hambre, de desocupación, de entrega, de corrupción; de desesperanza homicida. Y ganando la calle al batir de cacerolas, dijo basta también al fantasma del golpe militar y la siniestra siembra de la dictadura genocida.
El terror y el mandato de silencio, planificados y ejecutados por esa dictadura para imponer un proyecto de enajenación nacional y social, mostró su fracaso histórico en estos días. Y nuestros 30.000 hombres y mujeres desaparecidos, los más de quinientos chicos secuestrados -nueve asesinados- o nacidos en cautiverio, los más de diez mil presos políticos, los exiliados, los asesinados, los torturados por la dictadura, atravesando la noche oscura, fueron el 19 y 20 una presencia clara, que más que el terror nos recordaron su lucha por cambiar este sistema, por justicia. Junto con esos niños privados de su verdadera identidad por los genocidas, nosotros, este pueblo, peleamos en estos días por nuestra identidad colectiva.
El genocidio planificado fue una de las caras de la dictadura. Pero la otra fue la miseria planificada para el pueblo, mientras viejos y nuevos grupos económicos no cesaron de enriquecerse. Los gobiernos constitucionales asumieron desvergonzadamente su relevo.
Las políticas económicas que se aplicaron a lo largo de estos 26 años, dictadas por el imperialismo, los terratenientes y los grandes grupos monopólicos, han ido profundizando la crisis estructural de la Argentina, la desigualdad entre los pocos que acumulan riquezas inimaginables y los cada vez más numerosos que no alcanzan ni siquiera a una canasta alimentaria de subsistencia.
En contra de la voluntad mayoritaria del pueblo, los gobiernos de Alfonsín y Menem concedieron la impunidad a los grupos económicos que impulsaron el genocidio y garantizaron también –mediante las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los decretos de indulto- la impunidad de los genocidas, los planificadores y ejecutores del horror y sus cómplices. Impunidad que continuó durante el gobierno de De la Rúa y sigue hoy con el ilegítimo gobierno de Duhalde, manteniendo a toda costa represores impunes, incluido en esto la negativa a acceder a los pedidos de extradición de distintas partes del mundo.
Seguimos exigiendo la nulidad efectiva de estas leyes y decretos de impunidad.
En estos 18 años de gobiernos constitucionales, se continuó con la reducción del salario real de los trabajadores y la disminución de su porcentaje en el ingreso nacional, aumentó la jornada laboral que necesitan los trabajadores para pagar la canasta familiar, estalló y sigue creciendo la hiperdesocupación y se generó la exclusión social, que lleva a la desesperación a millones de personas.
Se profundizó el carácter entreguista y antipopular de la política económica, se avanzó en la liquidación de la salud y la educación pública, se cerraron miles de fábricas, se concentró la propiedad de la tierra. Cuatro millones de desocupados, 15 millones de pobres e indigentes, el abandono de los jubilados, son la cara más brutal de la continuidad de este genocidio económico.
Durante el gobierno de De la Rúa, al igual que en el de Menem, fue explícita la corrupción en el Senado y en el Ejecutivo, en la Corte Suprema y demás estamentos de la Justicia. Se profundizaron estas políticas de hambre y desocupación. De la Rua fue el iniciador de la concesión de "poderes extraordinarios" por el Parlamento, que hoy tiene también Duhalde, violando la propia Constitución que dicen defender.
El pueblo, harto, hizo tronar el escarmiento. Y en menos de un mes los argentinos tuvimos cinco Presidentes.
Duhalde, que surgió de un nuevo pacto espúreo, con Alfonsín, Ibarra y otros, sigue aplicando esa misma política. Sigue respetando la ilegítima y fraudulenta deuda externa y ajustando para cumplir, en condiciones cada vez más humillantes, con el mandato del FMI, de los grandes grupos económicos y de los imperialistas.
Llevó el acorralamiento de los sectores medios a extremos hasta ahora desconocidos con la profundización del "corralito" y la devaluación, y la amenaza de incremento de las tarifas de los servicios públicos privatizados, mientras los salarios de los trabajadores, lejos de haber aumentado disminuyen cada día su poder adquisitivo al compás de la suba de precios. A los grandes monopolios se les licuó la deuda y se dictó una política para salvar a los banqueros que fugaron los depósitos. Firmó un nuevo acuerdo ajustador con las provincias y, como le exige el FMI, en nombre de la llamada “seguridad jurídica” se apresta a darles impunidad a los banqueros y a los miembros de la corrupta Corte Suprema.
A través de la llamada “concertación” armada con la jerarquía de la iglesia católica y la ONU, y con la complicidad de las direcciones sindicales complacientes o traidoras, intenta crear una maniobra política dirigida a facilitar y profundizar este régimen de hambre e impunidad.
Han vuelto a producirse hechos represivos, al tiempo que han resurgido las patotas financiadas desde el poder que, como en Merlo (con el Intendente Justicialista Otacehe) o en San Isidro (con el Intendente Radical Posse), han golpeado gravemente a vecinos desarmados. Han intentado desalojar violentamente empresas ocupadas por los trabajadores. No han cesado los fusilamientos y las muertes por el llamado "gatillo fácil", el ejemplo más trágico ha sido el asesinato de los tres jóvenes de Floresta a manos de un represor impune.
Las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre se prolongan en las asambleas populares, en la interbarrial, en los escraches, en los piquetes, cortes de ruta, en las tomas de empresas (como Brukman, Zanón, Renacer y otras), en los paros y movilizaciones y la furia de las cacerolas que confluyen y recorren la Argentina.
Repudiamos cualquier intento de golpe de Estado. Repudiamos la instrumentación de la represión y la intervención directa de los imperialistas para mantener la opresión de los pueblos y erigirse en sus gendarmes. Denunciamos el Plan Cabañas 2000 y 2001 y todas las acciones que bajo diversos pretextos, violan sistemáticamente nuestra dignidad y soberanía, como el asentamiento de bases norteamericanas en tierras ya cedidas en Tohuil, Tierra del Fuego y próximamente el envío de marines a la ciudad de Misiones.
Denunciamos el Plan Colombia como plan de guerra e intervención militar del imperialismo yanki, al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de América) como un paso más en la subordinación y destrucción de las economías latinoamericanas. Repudiamos la subordinación del ilegítimo gobierno de Duhalde a esas políticas y rechazamos el voto argentino contra Cuba en las Naciones Unidas y todo apoyo al Plan Colombia.
Repudiamos la criminalización de la protesta social, que en la última década llevó a los tribunales a más de 2.800 compañeros, como amenaza para todos aquellos que se atreven a organizarse y luchar contra el hambre y la prepotencia. Exigimos la inmediata libertad de Emilio Alí, Raúl Castells y todos los presos políticos populares. Repudiamos toda embestida represiva contra los que luchan.
No olvidamos, no perdonamos, y unimos en nuestro homenaje a nuestros queridos compañeros desaparecidos, a los pibes de Floresta, a los caídos el 19 y 20 de diciembre, y a todos los caídos en la lucha por los derechos de los trabajadores y el pueblo. Exigimos cárcel para De la Rua y juicio y castigo a los responsables y ejecutores de la masacre del 19 y 20 de diciembre y de la represión a las manifestaciones obreras y populares de los últimos años.
Como decíamos hace un año, estamos hoy aquí reescribiendo el pasado, porque estamos construyendo un futuro distinto. Y somos parte de ese torrente popular que hoy se manifiesta en las calles y ha encontrado en la democracia directa la forma que quiere darle a la política.
Estamos por que se vayan todos, por que no quede ni uno solo, por barrer con este poder que nos impone hambre y represión. Estamos por construir una nueva Argentina surgida de todas las formas de lucha, una Argentina que signifique pan, trabajo, tierra, vivienda, salud, educación y justicia para todos.
LA ARGENTINA CON LA QUE SOÑARON Y POR LA QUE LUCHARON Y DIERON SU VIDA NUESTROS 30000 COMPAÑEROS DETENIDOS-DESAPARECIDOS
30000 compañeros desaparecidos: PRESENTES!! Ahora y siempre.