Julio López
está desaparecido
hace 6430 días
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GATILLO FACIL EN SAAVEDRA
Por reenvío - Tuesday, Jun. 13, 2006 at 9:14 PM

El 14 de abril Javier Diego Sánchez, de 21 años, salió de su casa en Isidro Casanova y viajó hasta el barrio de Saavedra en la ciudad de Buenos Aires. Diego se ganaba la vida vendiendo artículos de limpieza a domicilio. El viernes santo, semi-feriado, era un buen día para encontrar gente en sus casas y ofrecer su mercadería.




Para el mediodía, sin embargo, la cosa no venía bien. Apenas había vendido unos veinte pesos, bien lejos de la "diaria" necesaria para cubrir el viaje, reponer la mercadería y que quedaran unos pesos para el puchero. La panadería "Las Familias", en la avenida Congreso al 5000, estaba abierta. Entró a ofrecer a la dueña sus rejillas y rollitos de virulana, pero la mujer no le compró nada. Antes de irse, alcanzó a ver que la caja registradora estaba abierta, y que la señora se iba al fondo del negocio. Diego se tentó, volvió a entrar y manoteó unos pocos billetes de diez pesos. No se dio cuenta que una campanilla anunciaba el ingreso de gente al negocio, por lo que la dueña volvió al salón y lo pescó literalmente con las manos en la masa.

La mujer gritó y lo corrió. Diego salió disparado como alma que lleva el diablo, y detrás de él, el hijo de la panadera, que estaba en la vereda. Los gritos alertaron a unos transeúntes que lo frenaron en la esquina. Diego forcejeó, tiró el dinero y la bolsa con su mercadería y siguó corriendo. El hijo de la panadera levantó el dinero y la bolsa con 3 trapos de piso, 2 esponjas de baño, 4 rollos de virulana y 20 curitas, y se volvió al negocio con el inesperado regalo. Ahí hubiera terminado la historia, con flor de lección aprendida para el improvisado ladrón que en el intento perdió el posible sustento del día, si no hubiera sido que en la otra esquina la escena había sido vista por el Agente Juan Gastón Pereyra, de la 39ª.

Pereyra corrió por una calle paralela y vio al chico, que seguía corriendo, a una cuadra de distancia. Gritó "parate, parate", y disparó una vez. No lo podía alcanzar, y encima al cruzar una calle lo demoró un auto que casi lo atropella. Diego ya llegaba al terraplén del ferrocarril Mitre. Con una agilidad que el policía no se animó a imitar, saltó la alambrada, y siguió corriendo al costado de la vía. Más disparos. Unos pocos pasos más, y cayó. La bala entró por la ingle izquierda, y lo atravesó en diagonal. Grandes vasos, intestino, vejiga, hueso sacro. En minutos había muerto. "Le tuve que tirar" dijo Pereyra a los primeros policías que llegaron alertados por los llamados de los vecinos que oyeron los disparos. "Tenía más a mano mi arma personal", agregó para justificar que usó una Bersa Thunder calibre 40 en lugar de la reglamentaria.

Por supuesto que al rato se secuestró un revólver, supuestamente hallado a tres metros del cadáver. Un revólver español tan viejo y estropeado que más que "perro", es una jauría. Por supuesto que el policía es el único que dice que Diego empuñaba el arma y que le apuntó varias veces en la carrera. Cosa rara, que si estaba armado no hubiera evitado que la señora lo echara de la panadería, ni tratara de asustar apuntándolos a los que lo pararon en la esquina. Cosa rara que desde el comando radioléctrico se preocuparan por preguntar con insistencia si el "arma del caco" estaba secuestrada, y si el disparo que lo había matado era de frente. Parece que ahora tienen indicaciones de evitar los incómodos tiros por la espalda.

La mamá de Diego, Carmen Sánchez, se contactó de inmediato con CORREPI y nuestros compañeros abogados ya están trabajando en la causa, que para felicidad de todos (los policías) tramita en la moderna Fiscalía de Distrito de Saavedra. En el mes transcurrido, y pese a la presión de la querella, sólo tomaron declaración testimonial a un puñado de policías y a dos o tres civiles, además de agregar los informes periciales elaborados por otras dependencias (autopsia, pericia balística, etc.).

Dato no menor, el policía Pereyra es "carne fresca", como dicen en la fuerza. Promoción 2005, con cursitos de DDHH y esas maravillas de la nueva formación policial. Sigan, nomás.
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hijos de puta
Por yutaputa - Tuesday, Jun. 13, 2006 at 9:37 PM

q reverendos hijos de putas q son estos canas...

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