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CUANDO EL MONTE SALE A CANTAR
Por Hernán Scandizzo ((i)) -
Wednesday, Jun. 21, 2006 at 3:56 PM
herscan@yahoo.com.ar

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“Los elementos de la naturaleza aprovechaban al hombre para transmitir, porque él escuchaba”, afirma Francisco Ferrer, del Coro Toba Chelaalapi – Bandada de Zorzales, pero que en realidad es mocoví (moqoí). Él cuenta que antes, en otros tiempos, comenzaban a cantar y no tenía fin, seguían toda la noche. “Y eso quedaba en cada uno de los que estaban ahí, los que se iban se llevaban esa música en los oídos y eso después lo volvían a repetir. Ahí se creaba ese vínculo con las cosas, sobre todo los relatos, las voces que los hombres no están acostumbrados a escuchar, que son las voces del monte, que decimos nosotros”.
Desde el año ’62, en que se constituyó formalmente el coro en Resistencia, las voces del monte trascienden el Chaco, viajan por la Argentina y también cruzan al Paraguay y Brasil – voces de un monte que no conocía fronteras. Resistidos por los más ancianos hasta hace una década, que temían que el llevar el canto más allá de los límites del pueblo permitiera al blanco rebelar su conocimiento ancestral y quebrarlos espiritualmente, ellos avanzaron con su misión – como Ferrer define. Cantos ancestrales – que llevan siglos entonándose en el monte – y nuevas composiciones – que hablan de la desaparición de ese monte y de los cambios producidos en su cultura toba (qom)- se adaptaron a las posibilidades del coro, que ahora cumple horarios de ensayo y sus canciones tienen una duración limitada acorde a las actuaciones y grabaciones – suman dos discos en su haber: Bandada de Zorzales y Chigioyi (Espíritu del Monte).
A fines de mayo viajaron a Buenos Aires para actuar junto al dúo Tonolec – que fusiona música electrónica con canto toba – en esa ciudad, La Plata y Morón. Lejos del monte pero al menos rodeados por las platas que pueblan el patio del Centro Cultural Tinkunaku del patio transcurrió la entrevista.
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Por Hernán Scandizzo ((i)) -
Wednesday, Jun. 21, 2006 at 3:56 PM
herscan@yahoo.com.ar

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- Tuvieron que modificar el canto tradicional para adaptarlo a un CD y a un formato coro.
FF: La libertad que teníamos nosotros de alguna manera quedó reducida cuando aparecieron las grabaciones, pero antiguamente no, inclusive cuando el coro ensayaba duraba horas y horas. Sin embargo ahora todos pertenecen a la Subsecretaría de Cultura [de la provincia], tienen un horario, una cantidad de cosas establecidas que no permiten una continuidad, entonces como que va cortando. Antes el compromiso era cantarlo sí o sí, llueva o truene, la música tenía que ser tocada porque había una razón muy especial.Las personas que están con las hierbas medicinales comentan que hay hierbas que no tienen el mismo poder que antiguamente. Se ha modificado su poder por el compromiso que había con nosotros y ellas. Ellas ven como que nosotros las desamparamos y usamos otros recursos, otros beneficios, y las desprotegemos. No estamos en continuo contacto con ellas, no las alimentamos con nuestra presencia, con nuestra necesidad.
- ¿El canto era el puente que unía al hombre con los otros elementos de la naturaleza?
FF: Los elementos de la naturaleza aprovechaban al hombre para transmitir, el hombre transmitía porque él escuchaba.
- ¿El hombre era un medio?
FF: Claro. Nosotros, por ejemplo, siempre decimos que un árbol que da frutos muy sabrosos crea adictos, o sea, me crea a mí como adicto a ese fruto y mi adicción es tan fuerte que mañana lo voy a proteger de una manera que nadie lo pueda dañar. Son más inteligentes que nosotros porque de alguna manera nos prenden a que le garanticemos su continuidad yo, otros animales que lo consumen.
Acá [en Buenos Aires] me pongo muy triste, parece que todo esto es un solo hombre que domina, algo muy grande que domina todo. Él es el que domina todo y de alguna manera todo lo que consume desecha, y otras personas lo limpian. Parecería que este hombre grande está buscando una pulcritud que necesita mostrar, entonces se vale de alguien para que haga ese trabajo. Él consume, ensucia, tira. Es como que se está desprendiendo demasiado del tema natural. Todos los recursos que él utiliza para hacer su vivienda, para hacer su confort, es producto de la tierra y qué le devuelve él a la tierra: le devuelve basura.
El monte nos daba sus mejores productos, pero nosotros, nuestros cuerpos, todo lo que nos pertenecía se iba a la tierra otra vez para alimentar la tierra. No encasillábamos nuestro cuerpo y lo dejábamos ahí para el resguardo de todos. Si nuestro cuerpo fue tierra que vuelva a la tierra y que se transforme en tierra también, para darle continuidad a una vida. Cuando vinieron otras personas que no tenían ese mismo pensamiento veían a los árboles como productos [con los] que se podía producir dinero y comenzaron a cortar y a terminar, y nosotros quedamos como desamparados de todo eso. Entonces cuando salimos vemos cómo han progresado, vemos cómo Buenos Aires parece un hombre que se alimenta de otro y va creciendo, cada vez se va haciendo más grande. ¿No sé hasta dónde llegará ese crecimiento? ¿Si es bueno para los que viven ahí? ¿Si es bueno para nosotros? Para nosotros no es bueno.
[Venir a Buenos Aires] nos ha servido para reafirmar un poco que nosotros no podemos estar sin la naturaleza, nuestro monte. Por más que la gran capital esté rodeada de grandes parques, nosotros vemos cómo están sufriendo la contaminación [los árboles], vemos a través de su corteza cómo están oscuros, no son lo claros que son en nuestros montes. No sé si se dan cuenta, yo creo que lo hacen sin darse cuenta, usan a los árboles para sombra, para protección nomás, pero no los ven como algo necesario para que los acompañe.
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Por Hernán Scandizzo ((i)) -
Wednesday, Jun. 21, 2006 at 3:56 PM
herscan@yahoo.com.ar

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- Con el sentido que tiene el canto para el pueblo toba, ¿es diferente cantar en Buenos Aires que hacerlo en el Chaco?
FF: No, el compromiso es igual, el mismo. Crece, se fortalece. Si observas, nuestra gente cuando está cantando a nuestra raza, todos se están mirando entre ellos, pero fijate vos que cuando el coro toca no mira a nadie, se substrae del lugar y está en su lugar, allá en el monte, está con su gente, respaldándose de ella, no está solo, está ahí. Pero después termina la canción y vuelve, hace ese choque, y ya está viendo a las personas y después de nuevo, otra vez. Si no es imposible substraerse de saber que están cantando a personas que no conocen, cuando nuestras canciones eran exclusivamente para familiares y amigos muy íntimos. Porque en cada una de ellas hay códigos y cosas que de alguna manera tenemos guardadas para nosotros.
- Cuando decidieron dar ese salto y compartir el canto toba con gente de otro origen, ¿fueron resistidos al interior de su pueblo?
FF: Fui testigo hace 10 años que al coro todavía le costaba tocar sus canciones, porque siempre había un anciano atrás observando, que estaba en total desacuerdo. Las personas mayores resistían que se descubran esos secretos que no tienen que ser decodificados por cualquiera, porque podían encontrar la manera más fácil de someternos otra vez. Y ahí sí, espiritualmente, acorralarnos. Por eso es el temor.
Ese creo que era el único pedacito del interior de las personas que se ha guardado para un tiempo como el de hoy - se ha guardado celosamente por saber que ahí están todos los secretos -, cuando se vio que se podía confiar en las personas, por ejemplo el grupo Tonolec. Yo no defiendo la música de ellos pero puedo valorar sus primeros pasos hacia nosotros. Si alguien da pasos hacia nosotros, no podemos ser tan malos, rencorosos, para no permitirles eso. Porque no es así, las intenciones se van a ver después. Nosotros hemos dado muchos pasos y todavía, hasta ahora, somos resistidos.
Tonolec ha dado unos pasos hacia nuestra línea, una línea que nos separa del hombre blanco. Muchas veces el hombre blanco levanta esa línea y viene a nuestra comunidad y disfruta con nosotros - o aprende - y después se va. Pasa su línea y se vuelve otra vez hombre blanco. Ocurre lo mismo con nosotros, en este momento estamos pasando la línea del hombre blanco y estamos viviendo con el hombre blanco, pero después volvemos a nuestra línea y estamos otra vez haciendo lo mismo que hacemos en las comunidades, culturalmente.
- ¿Cuántos años lleva el coro?
FF: El coro, en edad, 46 años, o 44, como dicen ellos. Mucho más antes tuvo que haber todo un juntarse, pero mucho antes, mucho más antes, 100 o 200 años atrás ya se cantaban esas canciones.
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Por Hernán Scandizzo ((i)) -
Wednesday, Jun. 21, 2006 at 3:56 PM
herscan@yahoo.com.ar

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- En el repertorio del coro hay canciones que tienen 100 o 200 años y también hay actuales. ¿De qué hablan sus canciones?
FF: Florencio Lezcano nació, se crió y se hizo adulto en el monte, con su bisabuelo, con sus abuelos. Él tuvo la oportunidad de conocer el origen, porque cada uno de los habitantes del monte tiene un origen, cómo nacieron y qué es lo que les pasó. El guasuncho, el tatú, el pilincho, todos saben de dónde vinieron, cómo nacieron. Él solo canta a las cosas que ocurren en el monte porque escucha dialogar. Hay una canción que dice que dialogaba el guasuncho con el mono, y yo no me permito pensar de que no es cierto, es cierto lo que él me dice. Él es monte nomás. Incorporaciones canciones de otros autores, como La mujer arrepentida, pero que no la defiendo como defiende las otras. Esa no es su canción, él la toca por un compromiso con ellos [el resto del coro], pero si tiene que tocar, él toca otra cosa.
Lo mismo pasaba con Gregorio Segundo. Segundo es violinista, él trata todo del tema humano. La mujer arrepentida él la disfruta porque parece que en su n’viqué [violín de una cuerda] llora la mujer realmente, uno escucha un lamento desgarrador de alguien que sufre, porque él siente eso. Él vivió con el hombre, estuvo y conoció el sentimiento del hombre, conoció su miedo, su alegría, su angustia, sus necesidades. Entonces a él le es fácil transmitir todo lo que se la parte del hombre, y cuando toca algo de la naturaleza lo hace, pero no lo hace con la claridad que lo hace Florencio. Es porque son dos formas diferentes de expresar la música.
- También van incorporando los cambios que se dan en el pueblo toba, por ejemplo, Ipiagai Aso Alo - La mujer cazadora.
FF: Los propios chaqueños no se han dado cuenta de ese cambio, porque a lo mejor no sabían si éramos cazadores o quién traía el alimento a la casa. Pero nosotros sí, hubo un precedente y eso tiene que marcarse a través de una canción o algo que perdure.
- Esa mujer cazadora ¿es una mujer cazadora que sale al monte o es una mujer que tiene que salir a la ciudad a changuear?
FF: En las comunidades va al monte, pero no va en busca de un animal sino que va en busca de los cardos y de cosas que sirven para su artesanía. Vender su artesanía es una forma de ir cazando, también buscar en la misma ciudad que alguien le dé algo que el monte le proveía.
- Así como se registró la aparición de la mujer cazadora, la desaparición del monte, ya sea por La Forestal que arrasó los quebrachales o ahora con la soja, ¿está registrado en sus canciones?
FF: Pero cómo no. Hace poco tiempo cumplió 50 años la provincia del Chaco y al hombre blanco le pareció un gran logro tener un pedazo de territorio que dice Chaco, pero nadie nos preguntó a nosotros si eso nos benefició o no. Nadie nos tuvo en cuenta.
Nosotros hacíamos círculos [en el monte] para cazar o para buscar los recursos para alimentarnos. Nunca agotábamos el círculo ese, vivíamos fuera del círculo y entrábamos a recolectar. Cuando veíamos que escaseaba el producto, íbamos a otro lado y volvíamos mucho tiempo después, cuando ya estaba recuperado. Cuando en el ’93 mis hermanos tobas no encontraron un recurso ahí en el Chaco, quisieron saltar el círculo, ir a Rosario, y lo devolvieron otra vez al Chaco. Fijate si es trágico, [tenían un territorio] donde podían pasar libremente, si no tenían nada acá se iban a otro lado... Y han venido hasta acá y acá en Derqui alguien los ha retenido y ahora están viniendo cada vez más, porque en sus comunidades a lo mejor no tienen lo que necesitan.
Es aterrador para él saber que los productos que utiliza para su artesanía ya no le pertenecen más sino que son de propiedades privadas y cuando van a juntar esas cosas son corridos de esos lugares.
- ¿Está todo reflejado en las canciones?
FF: Todo. Hay una que se llama El Algarrobal, de cuando se estaban por dar las 150 mil hectáreas [que administra la Asociación Meguesoxoshi], que dice que el algarrobal llorando te espera. El algarrobal llora porque se fue el toba, pero no sé si al hombre blanco le conmueve eso, el algarrobo es un buen producto para sacar madera para hacer muebles. Él no se quiere comprometer con nuestra realidad, no quiere conocer muy mucho.
Parece que más cosas se hacen en contra de uno, uno parece que más fuerte se hace. Dicen que nuestra gente es como el árbol, que nos cortaron el tronco pero tenemos las raíces vivas. No sé si es conveniente decir que están muy vivas las raíces, porque si ya nos hicieron eso, ¿por qué no van a seguir con nuestras raíces? Pero parece que es ahí cuando el hombre tiene miedo, miedo de que cuando desaparezca el árbol se quede solitario, por eso es que nos observa como alguien que estuvo en el monte, ha convivido con él y lo ha hecho bien.
Fotos: Gisella Volá / Nicolás Pousthomis - Argentinaphoto
Texto: Hernán Scandizzo - Colectivo Pueblos Originarios ((i))
muy buena la nota
Por tatu carreta -
Thursday, Jun. 22, 2006 at 1:19 AM
hernán y gisela
es hermoso y comprometido que difundan estos conceptos de los hermanos, también sería bueno saber cómo adquirir el cd ya que no creo que esté en todo el país, habrá una manera de mandarlos a pedir?
A Tatu Carreta
Por ivpress -
Thursday, Jun. 22, 2006 at 1:04 PM
No sé dónde se conseguirá, pero estimo que cierta distribución comercial deben tener sus discos. Te paso el mail de la coordinadora del Coro para que consultes. negritagodoy@yahoo.com.ar, cultura@ecomchaco.com.
Saludos
gracias por el dato
Por susana herrera-tatú carreta -
Thursday, Jun. 22, 2006 at 11:23 PM
les escribí, ahora espero poder escucharlos.
Agradecimiento
Por Negrita Godoy -
Monday, Mar. 19, 2007 at 10:52 AM
negritagodoy@yahoo.com.ar 03722-448427 Carlos Pellegrini 272 PB
Con sumo agrado disfrutamos de la nota periodística publicada, donde llega a todos la celebracion de los 45 años del coro Toba Chelaalapi, ya declarados Patrimonio cultural viviente de la provincia de Chaco, teniendo en cuenta el alcance y los intereses de los lectores de este espacio, comunicamos que el coro cuenta con un proyecto pedagógico cultural bilingüe (Relatos contados cantados y bailados) con talleres de transferencia del arte Qom, Wichi y Mocovi, dispuesto para todos los niveles y modalidades educativas (www.ecomchaco.com.ar/cultura/centroculturalyartesanalleopoldomarechal), con proyecto tecnicamente organizado como contenido transversal. Agradecemos su gentileza y lo saludamos atentamente. Prof. Maria Catalina R. de Godoy