Julio López
está desaparecido
hace 6430 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

19 de julio de 1936: Un Grito de Lucha y Esperanza
Por desalambrando - Monday, Sep. 25, 2006 at 7:55 PM

Hubo una vez un pueblo, que harto ya de tanta opresión, de tanta hambre y explotación, se levantó en armas para luchar por su propio destino, por tierra y libertad. Hubo una vez un pueblo que al rebelarse contra el burgués y el verdugo, contra la sociedad injusta toda, decidió organizarse para construir un mundo nuevo. Su objetivo: la unión de los trabajadores del mundo para levantar una bandera, la del socialismo y la libertad.

La revolución española elevó un grito de lucha y esperanza, no solo para España sino para el mundo, para el presente y el que vendrá. Hombres y mujeres llevaron a la práctica sus ideas demostrando así que no se pretendía forjar un mundo inasible, un programa absoluto. Lucharon por construir un nuevo modo de vida.
El 19 de julio de 1936 estallò en España la revolución, y no la revolución de un partido, de un puñado de iluminados, sino la de hombres y mujeres que como nosotros buscaban un mundo nuevo. Poco antes en febrero, había triunfado la República pero el pueblo superó muy pronto el espacio electoral, dando un ejemplo increíble de autodeterminación, autogestión y lucha. Creían que el cambio debía ser integral. Así mientras se hacia la guerra en el frente contra los reaccionarios de España y el totalitarismo internacional, en los pueblos y ciudades se hacia la revolución, se creaban nuevos modos de organización.

Destruir para construir
En casi todos los pueblos, los trabajadores de la CNT, central anarcosindicalista, y la UGT la otra central obrera de tendencia socialista, se unieron para organizar la vida social.
Las fábricas y las tierras fueron colectivizadas, los obreros decidían en asambleas de base el mejor modo de organizar la producción. A su vez todos los vecinos decidían el mejor modo de administrar la vida del pueblo. El objetivo era garantizar la vivienda, la educación y el alimento y en ello, los niños y ancianos tenían prioridad. Nuevos organismos cobraban vida y el pueblo decidía.
Tal vez la federación de Aragón es uno de los ejemplos más interesantes. 275 pueblos, más de 140 mil familias se unieron para dar forma y llevar a la práctica el ideal del socialismo. Aragón era una zona básicamente rural, con una industria poco desarrollada. Al estallar la revolución, la mayoría de los propietarios y funcionarios de España huyeron, los que no lo hicieron no fueron obligados a participar de la construcción y la lucha revolucionaria, pero tampoco gozaron de los beneficios del trabajo en común. Las tierras, las materias primas y las maquinarias fueron socializadas, se crearon centros de estudio para mejorar los modos de producción, se formaron asambleas y comités de base para asegurar las necesidades básicas de vida. Pero no solo las tierras fueron socializadas, en las ciudades de España hombres y mujeres, también luchaban para organizar la industria.
Los ferrocarriles han sido un ejemplo palpable de la capacidad y creatividad de los trabajadores. El 20 de julio de 1936 al día siguiente del estallido revolucionario los trabajadores del transporte ferroviario exigieron la renuncia de más de 30 jefes. Los compañeros se organizaron por sectores, con delegados elegidos directamente, que se reunían periódicamente en asambleas para discutir la organización de la producción.
Inicialmente se hicieron funcionar 123 estaciones de las líneas Madrid-Zaragoza-Alicante, pero hacia el mes de noviembre de 1936 se propuso la coordinación de todos los medios de transporte, para superar así la vieja organización impuesta bajo el sistema Capitalista.
La España revolucionaria proponía, entonces, la federación como modo de organizar la producción y administración de la vida social, intentando coordinar y potenciar los esfuerzos y asegurando la autonomía local.
Indudablemente no todo era sencillo, las ambiciones personales de hombres y mujeres, de partidos y grandes poderosos, también existían, pero la España revolucionaria quería un mundo libre y luchó por eso hasta sus ultimas consecuencias. Hacia 1939 los reaccionarios de España habían destruido gran parte del impulso revolucionario.
El General Franco logró imponer su dictadura con ayuda del Totalitarismo internacional, Hitler y Mussolini a la cabeza, y logró perpetuarse en el gobierno hasta su muerte en 1975. Durante todos esos años muchos hombres y mujeres de España siguieron luchando por su ideal, las guerrillas en el monte como la de Manuel Girón y también las guerrillas urbanas como las de Kiko Sabaté, actuaron clandestinamente para derribar a Franquismo.
La España revolucionaria de aquel 1936 fue derribada. Hombres y mujeres fueron perseguidos, asesinados o encerrados en campos de concentración en España, Francia y otros países, pero sus sueños y sus ideas de libertad no pudieron ser destruidos.


Nosotros somos los hijos de todos los hombres y mujeres que lucharon por un mundo nuevo, hoy somos nosotros los que gritamos: No Pasaran!!!

Colectivo Desalambrando
http://www.desalambrando.org.ar

agrega un comentario