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Buenos Aires: Pertenecer tiene sus privilegios
Por Colectivo de Generos de Indymedia Argentina - Wednesday, Jan. 03, 2007 at 10:43 PM

Perlongher plantea un deseo de los cuerpos, un deseo del deseo, de lo erótico, del otro y de la otra humanos y sexuales; actualmente el deseo se desplaza hacia los objetos, el dinero, el estatus, el pertenecer. Este deseo pertenece a un cierto modelo gay; ya no se reivindica el deseo sin trabazones y la expresión libre de ese deseo y del ser, sino que se reivindica el pertenecer, en definitiva: aquí, como en muchas otras expresiones, también se encuentra la huella cultural del menemismo.

Buenos Aires: Pertenecer tiene sus privilegios

"No queremos que nos persigan, ni que nos maten, ni que nos discriminen, ni que nos analicen, ni que nos toleren, ni que nos comprendan…lo que queremos es que nos deseen" (Néstor Perlongher)

Perlongher plantea un deseo de los cuerpos, un deseo del deseo, de lo erótico, del otro y de la otra humanos y sexuales; actualmente el deseo se desplaza hacia los objetos, el dinero, el estatus, el pertenecer. Este deseo pertenece a un cierto modelo gay; ya no se reivindica el deseo sin trabazones y la expresión libre de ese deseo y del ser, sino que se reivindica el pertenecer, en definitiva: aquí, como en muchas otras expresiones, también se encuentra la huella cultural del menemismo.

Pertenecer al grupo de lxs que se salvaron, ser a través de poder consumir. No se plantea la situación de las lesbianas violadas por algún macho cabrío como forma de “mostrarles” que el sexo heterosexual es bueno. No se plantea la situación de los gays afeminados, que reciben constantes burlas desde el jardín de infantes hasta la vida social, ni de las lesbianas masculinas que son consideradas una mala imitación de un hombre. No se plantea la cuestión trans, que es ignorada por el 99 por ciento de la población.

En definitiva, no se impugna la sexualidad dominante y sus formas de deseo, sino que se intenta ser aceptadx por ella plegándose a la formas establecidas y “normales”de la sexualidad dominante, al precio incluso de contribuir a la marginación de gran parte de la comunidad gltttb que no sigue los parámetros de respetabilidad gay dominantes o que no puede consumir (en un país, en donde, dicho sea de paso, todavía queda más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza).

El 25 de noviembre, día de la lucha contra la violencia hacia las mujeres y a diferencia de otros lugares del país, se realizó la Marcha del Orgullo lgtttb en la ciudad de Buenos Aires. Esta marcha fue la número 15. En aquella primera "marcha del orgullo gay-lesbiana" el 2 de julio de 1992, apenas 300 personas acompañaron el recorrido de Plaza de Mayo a Congreso. La movilización trascurría en medio de las polémicas declaraciones del cardenal Quarracino, que acusaba a lxs asistentes de “antinaturales” y los "invitaba" a vivir en una isla, recordando los campos de concentración nazi en los que también fueron exterminados homosexuales. Lxs manifestantes iban con la cara tapada ante la masiva cobertura periodística, por temor a las represalias que podían sufrir, que iban desde perder el trabajo hasta la posibilidad de recibir golpizas o ser detenidxs por las fuerzas represivas. La consigna de aquella primera marcha fue: “Libertad, igualdad, diversidad".

Este año, la consigna elegida fue: “Somos todos y todas maravillosamente diferentes”, que contrasta notablemente con consignas como: "Iguales y libres en la diversidad” (1993), "Vigilemos a la policía" (1995) o "La discriminación nos condena, la policía nos mata" (1996). La diferencia radica en que la intención de las primeras marchas estaba orientada a la lucha y al cuestionamiento de las opresiones del sistema, mientras que en la actualidad, La diferencia radica en que el planteo que se manifestaba en las calles era de lucha y en la actualidad probablemente aquellas luchas sufrieron un retroceso y el planteamiento pasa por la intención de querer asimilarse a una sociedad consumista-capitalista, que acepta en tanto y en cuanto no se muestre la diversidad y no se visibilicen las identidades de género que chocan con la norma impuesta.

La marcha del orgullo nació como un hecho claramente antirrepresivo y radical. Hoy asistimos a marchas del orgullo gay “supuestamente” asimiladas, integradas donde no se cuestionan al sistema capitalista y de consumo reinante. Hoy en la ciudad de Buenos Aires, que es considerada “Gay Frendly”, (siempre y cuando se pertenezca a una cierta clase social y se cuente con dinero para gastar), las travestis son condenadas a la prostitución y el promedio de vida para este colectivo es de 30 años.

Ante esta regresión de las luchas, diferentes organizaciones y activistas gltttb, se conformaron en un espacio horizontal y abierto que se denomino la "contramarcha", porque se marcha contra el sistema y su representación en las organizaciones gltttb tradicionales. Esa experiencia, que se plasmó por primera vez de manera espontánea en la cola de la marcha oficial del orgullo del 2001, se repitió también de manera espontánea en el 2002, pero con la participación de otros sectores. Ya en 2003 se organizó previamente con organizaciones sociales, de derechos humanos y mujeres. Esa experiencia trascendió las fronteras, y así surgió la "otra Marcha" en Chile, en Perú, Uruguay y recientemente en Madrid.

La última marcha del orgullo en Buenos Aires, fue una manifestación más de la transformación de la sociedad de los 90, transformación que sigue tan vigente como antes del 2001. En ella hay ganadorxs y perdedorxs. En el caso gltttb, lxs ganadorxs son lxs consumidorxs y quienes se presentan como respetables ciudadanxs y se adaptan a la familia burguesa tradicional. Lxs perdedorxs, son aquellxs que viven en las villas, los barrios obreros, el interior de país, porque lo que aún marca las más profundas diferencias continua siendo la clase social a la que se pertenezca. Y en esa diferencia… no hay nada maravilloso.

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