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CHAVEZ DEFIENDE EL CAPITALISMO “PERMANENTE”
Por CORRIENTE OBRERA REVOLUCIONARIA -
Monday, Jan. 22, 2007 at 2:34 PM
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CHAVEZ DEFIENDE EL CAPITALISMO “PERMANENTE”
Luego de su triunfo electoral, el anuncio de nacionalización de Chávez de todas las empresas estratégicas privatizadas durante gobiernos anteriores, proclamando el “Socialismo del siglo XXI” junto al empresariado “criollo y nacional”, ha recorrido el mundo y ha vuelto a ilusionar al arco reformista con la vieja fórmula recauchutada de la “vía pacífica al socialismo” es decir, el socialismo sin insurrección, sin revolución socialista.
Entre las empresas a nacionalizar, está la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV), la más importante del país, cuyo principal propietario es la empresa yanqui Verizon Communications.
Así como lo planteamos cuando Evo Morales anunció la nacionalización mixta de los hidrocarburos y de la minería, la nacionalización con pago de Chávez no es una medida ni socialista ni comunista. Tomar el método del marxismo revolucionario es central para comprender que se trata de medidas que pueden resultar progresivas a los ojos de millones de trabajadores pero que son llevadas adelante por gobiernos que abrazan una estrategia burguesa reaccionaria basada en la economía mixta. La nacionalización total o mixta de algunas ramas de la economía no es la meta de los marxistas revolucionarios ni identificamos nuestro programa con el programa del gobierno de Chávez.
¿Cuál es el verdadero proyecto de Chávez?
Las frases rimbombantes de Chávez sobre el socialismo, coreadas por el recientemente electo en Ecuador Rafael Correa, constituyen el maquillaje barato de un intento de las burguesías regionales de establecer una nueva relación con el imperialismo luego de los años oscuros de la década del 90.
Chávez ha comprendido que tendrá una fuerte presión luego de las medidas que ha tomado. Al mismo tiempo, necesita el apoyo de los sectores de las clases medias y de las pequeñas patronales, por lo que intentará llevar adelante reformas semi - democráticas como lo intenta hacer con lo que él ha denominado “Reforma Socialista (!) Constitucional (!!)” al mismo tiempo que profundiza sus elementos bonapartistas con el otorgamiento de poderes especiales a través de la nueva “Ley Habilitante” donde gobernará por decreto durante 18 meses con el objetivo aprobar las leyes necesarias que establezcan las nuevas condiciones de explotación capitalista. Estos elementos refuerzan el carácter semi-bonapartista, semi-democrático de los regímenes que empiezan a configurarse en varios países latinoamericanos, cuyos mayores exponentes son Bolivia y Venezuela.
El proyecto chavista de la República Socialista de Venezuela, no es viable sin los negocios y los lazos imperialistas con la burguesía latinoamericana. Hoy Venezuela es un puntal político y económico de Cuba, país que sí tuvo su revolución expropiando a la burguesía y socializando los medios de producción. Lo que no tuvo fue una dirección revolucionaria, en su lugar se fortaleció la burocracia castrista mil veces traidora de la extensión de la revolución cubana y el desarrollo de la misma. Tanto Chávez, como el hermano de Castro vociferan contra el imperialismo, al tiempo que propugnan un dialogo más “liberal” con el ala demócrata yanqui.
Como hemos venido sosteniendo, la mejor forma de caracterizar desde el marxismo revolucionario al gobierno de Chávez, es tomar la definición que Trotsky diera en los 30s de “bonapartismo sui generis” a partir del análisis del gobierno de Cárdenas en México. Un gobierno que se “eleva” sobre las clases ante la debilidad de la burguesía nativa frente al proletariado en una economía dominada por el capital extranjero. Chávez, proveniente del ejército (núcleo central del estado burgués), se apoya en el movimiento de masas en su regateo frente al imperialismo. A la vez, intenta disciplinar a las masas a su proyecto burgués. Ya ha conseguido meter al Estado en las empresas cogestionadas y mantiene un férreo control sobre las misiones, reemplazando a la clase obrera por el “pueblo”, boicoteando el control obrero para imponer las cooperativas, es decir, las asociaciones de patroncitos.
Así, el “socialismo” de Chávez, más que socialismo “del siglo XXI”, es una versión degradada del Socialismo del siglo XVIII, encarnado por los socialistas utópicos.
La perorata sobre la formación de un supuesto “Estado Comunal” y un “gobierno endógeno” nada tiene que ver con el socialismo. Mientras no sean expropiadas las grandes patronales de la ciudad y el campo y mientras no sean tomados por la fuerza por parte de la clase obrera los grandes centros económicos y políticos del país, el Estado seguirá siendo un estado burgués al servicio de los empresarios y el imperialismo.
La entrada del "joven y líder obrero", el ex morenista José Ramón Rivero González, como nuevo Ministro del Trabajo y Seguridad Social no significa que Chávez halla hurtado algún elemento de la Revolución Permanente para su proyecto sino que es parte de su plan de estatizar los sindicatos, cooptando a la UNT, cuya dirección se ha mostrado muy servicial, haciendo campaña por su reelección.
Este tipo de gobiernos comprenden con exactitud el papel político - económico que cumple la clase obrera y necesitan de sus organizaciones para establecer una determinada relación de fuerzas en el plano de la producción.
Sin embargo, el “bonapartismo del siglo XXI” se diferencia de los gobiernos del siglo XX que podríamos enmarcar en la definición de bonapartismo sui géneris, como Perón, Cárdenas o Nasser, así como los que se desarrollaron en Sudáfrica y en China. Estos fueron parte de un turbulento proceso en el seno de la economía mundial, donde Inglaterra entraba en su ocaso como potencia dirigente del mundo y EEUU se erigía como el centro imperialista. En estos últimos años asistimos a un cierto giro de la economía mundial hacia la producción, abriendo una disputa por los recursos y las materias primas.
Esto se conjuga con una creciente debilidad de EEUU como amo del mundo, y el desgaste del gobierno de Bush con su aventura asesina en Medio Oriente, sin ningún otro país o bloque imperialista por ahora capaz de destronarlo.
Las burguesías regionales latinoamericanas están intentando aprovechar la coyuntura mundial para aumentar sus migajas provenientes del capital imperialista, pero, sobre todo, el plan de Chávez o de Morales Ayma, lejos de debatirse entre dos potencias mundiales como en los 30s, expresan un intento preventivo de las burguesías regionales ante el caso de una posible futura crisis de EEUU, con el objetivo de salvaguardar sus semi-estados de los cuales dependen dado el carácter se su parasitismo y para ello podrán recurrir a algunas medidas con rasgos de capitalismo de estado.
El imperialismo, al mismo tiempo que incorpora y absorbe sistemas económicos diferentes, tiende a corroer los Estado – nación, especialmente a los semi –estados de los países oprimidos. Estos intentos de las burguesías regionales de preservar sus estados raquíticos, de desarrollarse esta tendencia, darán lugar a bonapartismos sui géneris podríamos decir de “nuevo tipo” en varios países, frente a un EEUU debilitado y a una Europa que, si bien intenta protegerse mediante un bloque como la Unión Europea, la decadencia misma del sistema imperialista le impide erigirse como verdadero competidor, sumado a sus dificultades de absorber a los ex estados obreros, hoy países en avanzado proceso de reconstrucción capitalista, como Rusia y especialmente, China.
Partido Socialista Único para asegurar que nada cambie
El llamado a todos los partidos a constituir un partido único “socialista” no es otra cosa que el proyecto de construir un gran movimiento nacionalista burgués de conciliación de clases. Los partidos son asociaciones destinadas a perseguir los objetivos de distintas clases y sectores de clase. Estos objetivos, en una sociedad de clases, son contrapuestos entre sí, por lo que un partido que sea producto de la unidad de todos los partidos (es decir, de todas las clases) es una utopía reaccionaria. El partido revolucionario se compone de la vanguardia del proletariado, que se erige como dirigente de todas las clases oprimidas. “El movimiento es grande” constituye el canto de sirena con el cual las burguesías criollas que circunstancialmente se oponen a tal o cual sector imperialista utilizan para engañar a los trabajadores y a la izquierda, haciéndoles creer que pueden convivir con los explotadores en un mismo partido. El proyecto de Chávez de Partido Socialista Único no es otra cosa que el intento de constituir un Frente Popular en forma de partido.
Contra esto la vanguardia de la clase obrera venezolana debe luchar por construir un partido revolucionario, es decir, una organización revolucionaria de proletarios concientes, que conspire contra el poder burgués y prepare la insurrección y la revolución socialista, preparándose para dirigir al conjunto de las masas.
El único movimiento capaz de conquistar la organización socialista es el movimiento revolucionario, que luche contra las burguesías parásitas de la región y que lleve adelante una gran lucha antiimperialista.
Nuevamente la izquierda colabora
Chávez ha sabido leer muy bien la actual situación del “trotskismo” latinoamericano. Como en Bolivia, las corrientes de izquierda, incluyendo a la totalidad de los grupos que se reclaman trotskistas, han optado por mantener una línea casi de consejeros de izquierda, donde su política frente a las medidas de estos gobierno podría resumirse en “un paso adelante, pero insuficiente”. Al igual que Chávez, el morenismo entiende la Revolución Permanente como una sucesión de acontecimientos en un proceso objetivo hacia el socialismo. Sin saltos, sin lucha de clases, sin dirección obrera. No nos queda más que pronosticar la jubilosa incorporación de estos laderos al proyecto de Partido Socialista de Chávez y la República Burguesa de Venezuela.
El caso testigo es el rejunte de morenistas llamado PRS Venezolano, partido que no sólo estuvo de acuerdo en que la UNT juntara votos para el presidente, sino que además apoyaron su reelección abiertamente como partido, en un nuevo arranque de oportunismo y adaptación a la democracia patronal. Cínicamente, proclaman enfrentarse a “los burócratas, los corruptos y los patrones” pero siempre cuidándose de tener algún enfrentamiento con Chávez, sostén fundamental del capitalismo venezolano. Existe un reagrupamiento interno de tipo fraccional (en donde participa el PTS argentino, que recién se acuerda que hay que cuestionar al gobierno aunque, por supuesto, sin romper con el PRS chavista) que, con frases de terciopelo, elaboran documentos alrededor de la necesidad de la “independencia de clase”, de “un gobierno de los trabajadores” sin dedicar una sola línea al gobierno de Chávez.
Así, la cobardía de los “chavistas sin Chávez” los lleva a reproducir, ya con tintes de tragedia, la adaptación del viejo morenismo a los “peronistas sin Perón”.
La izquierda trotskista ha perdido el horizonte de la revolución para pasar a la lucha por reformas maquillada de frases sonoras, y se constituye en la pata izquierda de los movimientos nacionalistas burguesas o pequeñoburgueses. Este es el caso de la LIT cuyo partido madre en Brasil, el PSTU, viene impulsando un frente cuyos principales dirigentes saludan fervientemente cualquier proyecto de desarrollo de la burguesía nacional.
Sin perder nuestra identidad frente a Chávez, las organizaciones que se reclamen de la izquierda revolucionaria en el mundo, debemos asumir la lucha irreconciliable contra los pulpos capitalistas del petróleo y las empresas norteamericanas, Telefónica y demás capitales europeos y cualquier represalia que se tome contra Venezuela. Pero al mismo tiempo es necesario que los luchadores obreros revolucionarios pongan en pie la necesidad de la expropiación generalizada de la burguesía y el estricto control obrero tanto en las empresas privadas como en las semi-estatizadas. Las organizaciones que se reclaman de izquierda deben romper inmediatamente con el chavismo y luchar por la independencia de los sindicatos del Estado y por una organización revolucionaria de la clase obrera, el partido revolucionario que unifique y conduzca la victoria a los sepultureros de Chávez y de los patrones nacionales y multinacionales, aunando esfuerzos para reconstruir la IV Internacional. Debemos forjar la más intransigente independencia de clase de las organizaciones obreras y revolucionarias, en momentos en que la burguesía prepara sus futuros embates y forma sus mediaciones. Las corrientes y organizaciones de izquierda verdaderamente independientes de Chávez debemos encarar conjuntamente una gran campaña denunciando a este gobierno y la necesidad de una gran lucha antiimperialista por el control obrero y la expropiación de las empresas estratégicas en manos del capital imperialista y las patronales parásitas “criollas”. A partir de esta militancia común podemos impulsar un Encuentro donde confluyamos para establecer un programa de acción y un grito de guerra contra el nacionalismo burgués.
Llamamos a todas las organizaciones que se reivindican del marxismo revolucionario a luchar por esta perspectiva.
Fuera las manos de Chávez y los chavistas de la Revolución Permanente
Sólo el marxismo revolucionario tiene la teoría y el programa para enfrentar a los explotadores. Así como la elaboraciones y el programa de Lenin son imprescindibles para la lucha por el partido revolucionario, en contraposición a los movimientos de conciliación de clases, las elaboraciones y el programa de Trotsky son imprescindibles para la lucha contra los bonapartismos sui géneris y los frentes populares. No es casualidad que, mientras coopta a los trotskistas (que más que abrazar la teoría de la Revolución Permanente abrazan la teoría de la Revolución Democrática de Moreno) Chávez ensucie no sólo a Trotsky, sino a Marx y a Lenin con el chistoso objetivo de hacerlos pasar como musas inspiradoras de su “socialismo del siglo XXI” (con latiguillos que recuerdan los comentarios de Perón con respecto al Gran Mao) mientras llama al empresariado de buena voluntad a sumarse a su gran gesta bolivariana y habla de “poder popular” cuidándose mucho de hablar de la clase obrera.
El socialismo revolucionario es conciente, y no vendrá de las urnas ni de la mano de un general visionario. El socialismo revolucionario no acepta las leyes burguesas, aunque pueda utilizarlas con el objetivo de destruirlas.
El socialismo revolucionario se impone mediante la insurrección, mediante una verdadera Revolución Obrera y Socialista sentará las bases de un Nuevo Estado y una planificación socialista de la economía que lleve adelante la transición hacia el socialismo, que empezará en el terreno nacional y culminará en el mundial. La vanguardia obrera tiene para esto la gran tarea de construir su partido revolucionario que prepare la insurrección en base al armamento del proletariado y le permita desterrar a la burguesía del poder estatal y tomarlo bajo su mando y estableciendo la dictadura del proletariado.
Basta de parloteo sobre el MERCOSUR, el Alba y el Banco Latinoamericano. Sólo una verdadera Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina, imponiendo la liberación nacional y estableciendo verdaderos lazos solidarios entre nuestros países, nos permitirá romper de una vez por todas con las cadenas imperialistas, uniendo la economía y la política en función de la revolución socialista en Latinoamérica. De esta manera, se podrá superar las fronteras impuestas por las burguesías y la territorialización del capital, que condena a algunos países a la escasez de recursos.
Control obrero de PDVsa, las grandes empresas petroleras y los servicios, para imponer la expropiación sin pago.
No importa la demagogia que hagan Chávez y Morales Ayma, ni YPFB ni PDVsa están en función de las necesidades de las naciones oprimidas sino de la explotación capitalista. La clase obrera venezolana debe imponer sus intereses y métodos por encima de los gobiernos y los capitales nacionales y extranjeros. PDVsa y todas las empresas nacionalizadas deben estar bajo administración obrera, expulsando la propiedad extranjera y poniendo así verdaderamente los recursos energéticos en función de las necesidades de las masas.
La única manera en que todos los pueblos latinoamericanos lleven hasta el final la ruptura con el imperialismo y la liberación nacional es tomando el camino insurreccional. La clase obrera insurrecta, dirigiendo a los grandes sectores del pueblo oprimido, tirará abajo a Chávez y sus secuaces, expropiará a los grandes propietarios de la ciudad y el campo e impondrá su propio Estado. Este estado Obrero impulsará la autodeterminación de los pueblos originarios y permitirá la organización de la sociedad sobre nuevas bases. Disolverá la policía y las fuerzas de seguridad. Desmantelará las FFAA y establecerá las milicias obreras en el camino de construir su propio ejército regular.
Venezuela es un país que expresa las contradicciones del desarrollo desigual y combinado en su dependencia del petróleo como fuente casi única de recursos. Si se expropiaran las grandes empresas petroleras y el conjunto de los servicios, estableciendo el monopolio del comercio exterior por parte del Estado, Venezuela obtendría la libertad para hacer uso de sus recursos naturales, y podría llevar adelante un proceso de industrialización a gran escala para abastecer el mercado interno y externo, así como podría tecnificar el campo y diversificar la explotación agrícola y la producción industrial.
Sólo una verdadera revolución agraria, que expropie a los terratenientes y liquide al latifundio progresivamente, permitirá introducir el cultivo a gran escala, garantizando así el desarrollo económico intelectual y cultural de millones, en el camino de una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina.
Viva la revolución bolivariana!
Por Norber -
Monday, Jan. 22, 2007 at 2:54 PM
Además de no existir, sus analisis que deforman el materialismo historico dejandolo cuadrado son vergonzosos. Porque no explican como hacen para acumular y crecer como crecen, ah cierto que no crecen siguen siendo una secta de mierda. Dan pena, pero por suerte estan condenados al fracaso.
Siempre lo mismo
Por carlos -
Monday, Jan. 22, 2007 at 4:51 PM
Quisiera saber en que Iglesioa se reunen los gurues de la comparsa obrera revolucionaria. Pobrecitos que estupidos que son.
Nadie los escucha , viven adentro de sus propias elucubraciones, tratando de acomodar la historia al manual de primeros auxilios vetusto que siguen usando. Seguro que escuchan un tiro y salen cagando... jajajajja
Secta madre
Por Coke -
Monday, Jan. 22, 2007 at 4:59 PM
Que bueno es saber que hay compañeros que salen a increpar estos analisis sectarios y cuasi infantiles de esta gente que no se quien carajo son.
chavez "trotskista"
Por uno mas -
Monday, Jan. 22, 2007 at 5:52 PM
lo mas curioso de esto, es q justamente ayer estaba leyendo de Lenin "Marxismo y revisionismo".
Cada vez q leo algo del camarada, no puedo evitar asombrarme de su lucidez, y siempre se me escapa una sonrisa...
Ahi habla sobre los optimistas del capitalismo... q no se cansan de ver fracasar los proyectos de capitalismos mas humanos... lo de chavez es capitalismo de aca a marte. Y cuando habla de socialismo del siglo XXI, esta creando un nuevo concepto, este concepto dira en las futuras enciclopedias "Dicese de una de las variantes del capitalismo. Conciliacion de clases".
Este regimen esta destinado al fracaso, eso es ser materialista dialectico, Lenin con una experiencia de 100 años ya habia afirmado esto. Y aca quiero hacer una aclaracion, no estoy haciendo fetichismo de un personaje cualkiera, este compañero es ni mas ni menos q uno de las mas importantes ideologos de la primer revolucion proletaria triunfante, q dio origen al primer estado obrero.
Siempre lo mismo II
Por Carlos -
Monday, Jan. 22, 2007 at 8:24 PM
Lo que sucede es que , no se puede pensar una revolucion sin historia, y justamente ese es el problema de las sectas religiosas de izquierda que no caminan al paso del pueblo.
Ninguna sociedad se cura en salud. es necesario atravezar el camino de la cura soportando los sintomas y contradiciones agudas. Pero esto es dificil que lo comprendan los mesianicos de izquierda, que piensan en blanco y negro , cuando la realidad es mayoritariamente gris.
El pueblo no ncecesita de los testigos de jehova de izquierda, sino de hombres que piensen adentro de la historia, con astucia, paciencia para que la utopia del socialismo sea una realidad, o la meta. Pero en tanto quieran partir de la meta, siempre les va a pasar lo mismo, perderan la referencia de donde esta parados para pensar que la historia no esta separada de las subjetividades y los cambios tiene que orientarse en esas dos direcciones, progresivamente y no magicamente.
La izquierda que se dice revolucionaria, tendria que ir a catequesis, porque su forma de pensamiento mesianico es muy religiosa!!!
totalmente de acuerdo
Por venezolano -
Monday, Jan. 22, 2007 at 8:57 PM
El camarada uno mas,habla tal cual lo hacen los catolicos o adventistas.
Leiste al camarada Lenin y ese debe ser algo así como tu totem.Quizas tu biblia sea El Capital,o sea criticando la religion que se supone es el opio de los pueblos,actuan igualito que ellas.
De mas está decir que esta no es ninguna revolución marxista.Somos bolivarianos,cuando eso se comprenda,entonces comprenderán que perfectamente pueden coexistir las diferencias clasistas.No buscamos la dictadura del proletariado y mucho menos de la oligarquía,buscamos la organización del pueblo para que este se libere,mentalmente primero o sea se concientice,y luego social-cultural-económicamente.Cuando los trabajadores comienzan a ser dueños de su destino,entonces los dueños de los emprendimientos industriales y fabriles tienen obligados que marchar con ellos si no desaparecen como fuerza económica y esto no es un invento,hay varias fábricas que han pasado a ser empresas de produción social.Lógico que esto no es fácil,o creen que el germen impregnado por el capitalismo del egoísmo solo está en los oligarcas?.Existe abundantemente entre los trabajadores producto del bombardeo diario de la prensa en todas sus formas.De eso se trata pues de lograr emancipar a los trabajadores para que comprendan su papel como verdaderos hombres del cambio revolucionario.
Pero que se olviden los marxistas de todo pelambre que tendremos aquí una dictadura del proletariado,eso ya hemos visto en que termina:U.R.S.S.,China,Vietnam,Camboya,todos los países del este de Europa,prefiero estar claro desde el principio,seguimos la senda de Bolivar,nuestra patria es América,luchar por nuestra unidad para ser fuertes,tener como norte la educación,moral y luces,no claudicar frente a ningun imperio por muy poderoso que se crea,luchar por nuestra independencia económica,sola esa es nuetra via.
siempre lo mismo III
Por Carlos -
Monday, Jan. 22, 2007 at 9:34 PM
Grande cumpa!!
VIVA EL COMANDANTE CHAVEZ Y SU PUEBLO!!!
Hasta la victoria siempre
un abrazo
je
Por Juan -
Monday, Jan. 22, 2007 at 9:45 PM
Estoy bastante de acuerdo con "venezolano", pero no puede dejar de extrañarme que entre los ejemplos stalinistas no haya nombrado a Cuba... y eso que hasta nombró a Camboya.
estos marcianos quienes son?
Por Tito -
Monday, Jan. 22, 2007 at 10:13 PM
Corriente obrera revolucionaria...
Quienes son?
No han organizado jamas ni siquiera un campeonato de billar a tres bandas.
Esta es una de las delicias de la democracia burguesa: cualquier dolobu habre la boca, opina y bate cualquier barbaridad sin tener que sustentar lo que dice con alguna practica.
Hagan algo productivo primero y despues opinen sobre quienes se estan jugando la vida sin joda.
Chavez , Evo... se podra coincidir mas o menos con sus politicas, pero el no reconocerle a estos tipos que se estan jugando la vida, es un acto e hipocresia y mala intencion propia de un Mariano Grondona.
Pongan el 10% de los huevos que los pueblos Boliviano y Venezolano con Evo y Chavez a la cabeza estan poniendo.
Despues tendran derecho a habrir el culo.