Julio López
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Aportes para impulsar el desarrollo del MIC
Por MIC- Movimiento Intersindical Clasista - Sunday, Jul. 01, 2007 at 10:18 PM
mic.nacional@gmail.com

Documento firmado en conjunto por distintos compañeros de la Mesa Provisoria Nacional del MIC


Movimiento Intersindical Clasista [mic.nacional@gmail.com]

APORTES PARA IMPULSAR EL DESARROLLO DEL MIC


INTRODUCCIÓN

La experiencia de construcción del MIC, aún embrionaria, pero que está dando nuevos pasos hacia adelante, se desarrolla en el marco de debates y contradicciones que debemos analizar partiendo de que es el intento más relevante de los últimos años por organizar un espacio de reagrupamiento sindical democrático y de clase, que puso en el centro de sus tareas los intereses reivindicativos y político-organizativos de los trabajadores, en particular del nuevo activismo intentando impulsar un sindicalismo combativo y por la independencia de clase en forma organizada y sistemática..

Al reconocernos como un agrupamiento de sectores representativos, pero aún minoritario e incipiente, entendemos que es central confluir con nuevos sectores en este proyecto, y encontrar las mejores políticas para de vincular al conjunto de los sectores más activos y conscientes que actúan en el movimiento obrero y popular, con los más amplios sectores del movimiento de masas; que hoy no son partícipes de nuestros debates internos y a nuestras preocupaciones estratégicas.

Considerando también que una cantidad importante de nuevos activistas, delegados, dirigentes y agrupaciones no tienen experiencia sindical ni política previa, consideramos que es prioritario poner los esfuerzos de este espacio al servicio de transmitir e intercambiar experiencias de lucha y organización y asimismo llevar adelante una tarea de formación político-sindical desde una perspectiva de clase.

Partiendo de estos conceptos, un conjunto de compañeros, algunos integrantes de la Mesa Provisional Nacional del MIC, con diversidad de orígenes y posiciones, presentamos este material para aportar a un primer texto en carácter de borrador y con la idea de continuar el debate al calor de las acciones de a lucha de clases y la construcción del MIC.

I
La coyuntura política y sindical

En los últimos tiempos se le han generado diversos problemas al gobierno de K: el intento de maquillar los indicadores de la inflación (que afecta al conjunto los sectores populares pero también al pago de los bonos de la deuda externa atados al crecimiento del PBI) mediante la “manipulación estadística” generó descreimiento de asalariados, sectores populares y sindicales, cuestionamientos de la oposición burguesa y caída de “confiabilidad” en el mercado financiero internacional. Simultáneamente comenzaron a hacerse públicos los escándalos de corrupción y sobreprecios en el manejo del Estado (caso Skanska y por manejos en obras públicas). En la discusión por los Convenios Colectivos, tuvo que modificar radicalmente su “táctica de contención” de los conflictos de docentes y estatales. Inicialmente prescindente, confiado en la fortaleza de su acuerdo con la conducción de CTERA (“piso salarial” de 1.040 pesos), que fue enfrentado por una oleada de conflictos docentes con Salta, Neuquén y Santa cruz, como puntos culminantes. Retrocedió en Santa Cruz ante la masividad de la lucha docente acompañada por del conjunto de la población, y sufrió un fuerte desgaste político del doble discurso: la militarización y el autoritarismo fueron dos claras expresiones.
La propuesta de establecer un “techo” del 16,5% para aumentos salariales (el año pasado encorsetó el reclamo en un 19%), no termina de cerrar y numerosos sectores han firmado acuerdos superiores mientras que otros siguen sus reclamos. La inflación que se hace evidente en los bolsillos, aún cuando no en los índices del gobierno, presagia posibles nuevos conflictos salariales. La debacle del sistema de transporte por ferrocarril y aerolíneas, como las dificultades con la provisión de gas y luz, sumó bronca en la población y permitió a la oposición burguesa a tratar de reposicionarse (como sucedió en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires). Asimismo abrió la posibilidad de que se extiendan y se integren las luchas de una parte del movimiento obrero y sectores populares afectados. Esta situación nos obliga a buscar los puntos de unidad de este conjunto heterogéneo que es la actual clase trabajadora y, a la vez, a encontrar las políticas adecuadas para fortalecer cada sector de la clase según sus propias necesidades.

II
Los conflictos docentes. Las experiencias de Neuquén y Santa Cruz

Tanto en Salta, como en Neuquén y Santa Cruz, los conflictos docentes tuvieron consecuencias políticas para el gobierno nacional y los gobiernos provinciales. En Salta, la fuerza de una lucha masiva conducida democráticamente por una organización asamblearia que se fue consolidando durante dos años, logró imponer un acuerdo a Romero que no reconocía su “legalidad”. En Neuquén, quedó limitado el poder de un gobernador de derecha y diluidas sus aspiraciones presidenciales. En Santa Cruz, cayó un gobernador, y fue fuertemente cuestionada la imagen del Gobierno Nacional, en particular la del propio Kirchner. Las políticas y los métodos implementados por las Comisiones Directivas de ADOSAC en Santa Cruz y ATEN Capital en Neuquén, tienen más de un punto de contacto. Pero además ejemplifican la perspectiva de dirección que entendemos deberíamos proponer para el conjunto del movimiento obrero. La confluencia y la relación fraternal entre la Comisión Directiva de ADOSAC y la Agrupación Naranja de ATEN Capital en la CD, se explica por ese acuerdo político y de métodos, mas allá de matices tácticos en la valoración de cada situación específica de ambas luchas. Lo central que queremos destacar: en los dos casos se registra una participación activa del conjunto de la base impulsada y garantizada por las Comisiones Directivas mediante asambleas multitudinarias de miles de trabajadores con un mecanismo democrático de funcionamiento que son un ejemplo para el conjunto de la clase. En particular los Congresos de la ADOSAC con mandato de las asambleas de base en todas las seccionales, fueron un factor clave de la fortaleza de la organización. Con ese método consiguieron sostener largas huelgas (más de dos meses), enfrentaron la represión (incluido el asesinato de un compañero), resistieron la utilización de punteros y patotas de la burguesía, así como acciones de terrorismo e intimidaciones a cargo de fuerzas armadas de represión y patotas civiles, y, junto al esfuerzo hecho desde el MIC, trataron de coordinar la lucha. Constatamos así que esos triunfos no son obra de ciertos grupos de izquierda con una dirección infalible y una política sectaria, sino de un conglomerado de trabajadores que elaboran colectiva y democráticamente sus posiciones durante la lucha. Lamentablemente, cuando estas políticas se expresan al interior de conducciones sindicales que se ganaron bajo postulados combativos, lejos de lograr victorias, aíslan a las luchas del conjunto de la sociedad, enajenan su apoyo y las debilitan o las pueden conducir a la derrota. En última instancia demuestran que hay sectores de la izquierda y que reproducen la lógica de funcionamiento de las burocracias confirmando que la burocracia (sindical o política) no tiene una génesis ideológica ni responde a las dimensiones de una organización, sino que sólo se mueve por objetivos corporativos en defensa de sus privilegios.
Al mismo tiempo constatamos que los triunfos tampoco fueron un resultado de la operatoria de dirigentes de “centroizquierda” o sectores oportunistas sobre los funcionarios del gobierno. Hecho este muy importante porque la política de la simpatía permanente de un sector de la dirigencia de CTERA y CTA sobre los gobiernos de turno, no ha servido más que para lograr una mínima recomposición del salario docente y ningún alivio para el sistema educativo.
Ambas líneas, la sectaria y la oportunista, aparentemente contrapuestas, terminan siendo complementarias ya que pretenden reemplazar el movimiento real de masas por dirigentes que elaboran y resuelven según sus calidades e intenciones pero no en base al respeto absoluto por la elaboración del conjunto de los trabajadores en conflicto. La conducción de CTERA (como la mayor parte de las direcciones sindicales en nuestro país) asienta sus políticas en la conciliación de clases y en la falta de democracia sindical, por lo cual es importante para ellos tener la mejor relación con el poder político de turno y ocupar cargos o espacios en el aparato del Estado.
Claramente, la conducción de CTERA es la principal responsable en que las luchas de miles de docentes no hayan logrado avanzar aun más en la lucha salarial y en las reinvindicaciones laborales.
Las grandes luchas docentes y los incipientes procesos de recuperación y autoorganización de otros sectores de trabajadores (estatales, Subte, ferroviarios, Casino, por citar sólo algunos) no pueden resolver por sí mismos aún la pesada losa de la atomización y fragmentación de la clase.
Para nosotros se trata de unir en una práctica común y democrática a la mayor cantidad de trabajadores, respetando los tiempos y las necesidades del movimiento de masas y no subordinándolos a las necesidades o intereses de las conducciones de las organizaciones sindicales o políticas. Los triunfos parciales que se obtengan en este camino serán un aliciente para el desarrollo y fortalecimiento de la organización en otros sectores del conjunto. Al mismo tiempo es necesario ir identificando un hilo conductor de todas las luchas, lo que implica que en cada sector de la clase en lucha esté planteado que forma parte de un todo mayor unido por la meta de cambiar las estructuras que nos dominan. Las organizaciones sindicales democráticas y combativas precisan tener puntos de unidad para avanzar en esa articulación: las demandas de trabajo genuino y aumento de salarios y jubilaciones deberán unirse al rechazo a la expoliación imperialista, al saqueo de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente, la defensa de las libertades democráticas y de la democracia sindical, y el reclamo de educación, salud pública y vivienda para todos.
Será así como obtendremos los triunfos necesarios para ir fortaleciendo a la organización del movimiento obrero de conjunto y en particular la organización de los sectores clasistas. Es así, entendiendo y respetando las necesidades y los tiempos de las organizaciones de los trabajadores y las masas y aportando a su desarrollo, y no subordinándolos a las necesidades e intereses de determinadas organizaciones políticas o conducciones sindicales, como entendemos la construcción –cuidadosa y perseverante- del MIC.

III
Algunas primeras conclusiones

La fragmentación, dispersión y proporción de la actual clase trabajadora de Argentina nos dificulta enormemente, y a veces hace imposible, encontrar políticas homogéneas y tácticas uniformes para los distintos conflictos que atravesamos como clase . A pesar de esto entendemos que hay importantes elementos comunes en los procesos de organización y lucha, e identificamos al menos tres grandes soportes: a) búsqueda de formas democráticas y de participación masivas en la resolución de los conflictos. b) impulso a la difusión democrática de los problemas y los debates sobre las formas de abordar posibles soluciones c) búsqueda de ayuda mutua y coordinación entre sectores. Y cada día se hace más evidente la necesidad de un cuarto soporte: la formación político-sindical con una perspectiva de independencia de clase, entendida no sólo como un debate de ideas sino como el aprovechamiento de la intervención concreta y sus conclusiones. Es un problema estratégico para poder avanzar en la organización permanente y extendida de las representaciones sindicales que se van interrelacionando al calor de las luchas que encabezan. Ante esta situación nos parece que se manifiestan algunas grandes líneas de acción respecto a cómo construir organización y cómo actuar con ella y en ella.
Por un lado, en el interior del MIC identificamos un sector con tendencia a impulsar políticas sectarias a partir de criterios monolíticos de organización con políticas homogéneas. Estos compañeros tienden a identificar como un “enemigo” más a los dirigentes que impulsan políticas que contemplan las diversas necesidades del conjunto de los involucrados en la lucha, esforzándose por garantizar asambleas masivas y democráticas para que estas se expresen, resolviendo los cursos de acción a partir de la elaboración colectiva que se da en ellas. Así actúan como fiscales, por fuera y por arriba de procesos, que para nosotros son plenamente reivindicables aún con sus inevitables y comprensibles debilidades y limitaciones como fueron las luchas de ADOSAC y ATEN Capital. Este sector prioriza la unidad con organizaciones sectarias (que combaten las políticas del MIC).
Por otra parte, otro sector de compañeros, también presente al interior del MIC, parten de analizar los hechos como una suma de estrategias y tácticas en un tablero en el cual lo decisivo es la participación de buenos especialistas en la superestructura, a nuestro entender sobrevalorando las jugadas “tácticas” en ese terreno. Gran parte de sus análisis están ligados a una visión de la realidad que generaliza una correlación de fuerzas extremadamente negativa para el movimiento de masas, especialmente en los sindicatos, valorizando la parcialidad en la cual actúan como una generalidad para el conjunto., y tendiendo a acuerdos de carácter permanente con sectores burocráticos.
Ante estas variantes elegimos una distinta: impulsar la acción democráticamente organizada de los propios trabajadores involucrados en el desarrollo de cada lucha, confiando en que la masividad de las asambleas, el debate democrático y una política basada en la independencia de clase y la autodeterminación de las organizaciones de los trabajadores en lucha son una herramienta formidable que nos permiten fortalecer a la clase, no despegar al activismo del conjunto de los que están involucrados en la lucha y sumar solidariamente (más o menos activamente) a la población en su conjunto. Es decir, ponernos al servicio y ayudar a que se logren las mejores políticas para que los conflictos se ganen, se coordinen cuando hay condiciones reales y se impulse la democracia sindical.
Desde esta ubicación, entendemos que el MIC debe tener como centro de sus tareas aportar al fortalecimiento de cada proceso de organización y lucha con gran cuidado de respetar sus particularidades, sus dirigentes naturales, sus propios métodos de organización y sus propias fuerzas. Con esta preocupación, puede y debe hacer todo lo posible por generar intercambios de experiencias y solidaridad efectiva (fondos de huelga, aportes legales, impresión de volantes, prensa y difusión para el sector en lucha, etc...) buscando que obtenga conquistas y/o que recupere conquistas perdidas. Aunque esos triunfos fueran parciales nos encontraríamos ante un fortalecimiento de la organización de la clase, de sus activistas y direcciones combativas, por lo tanto, ante un punto de referencia no sólo para los involucrados sino también para una parte del conjunto de la clase en el caso de las grandes luchas nacionales.
Y otro gran aspecto decisivo de las tareas del MIC es el impulso de decenas de talleres de formación político-sindicales apoyándonos en la experiencia de los componentes del MIC y en el Centro de Formación. Desde una perspectiva de independencia de clase deberíamos llevarles a miles de jóvenes activistas, antes y después de los conflictos, herramientas de análisis y elaboración que les permitan incorporarse como sujetos concientes a la construcción y/o recuperación y/o transformación de las organizaciones reivindicativas. Para hacerlas independientes de la burguesía, profundamente democráticas y políticamente autónomas, buscando acumular organización para fortalecer la lucha y desequilibrar a nuestro favor la correlación de fuerzas con el enemigo de clase.
El sentido del periódico del MIC debe ser expresar didácticamente estos objetivos y por eso consideramos auspiciosa la salida de su primer número.
De esta manera también deberíamos procesar nuestros debates: sin descalificaciones, sin maniobras polémicas basada en medias verdades y/o desinformaciones. Si no nos adaptamos a necesidades ajenas al conjunto de la clase trabajadora (sean de una corriente política, o de una dirección sindical), estaremos en condiciones de llevar adelante las tareas planteadas. El balance de nuestra actuación colectiva en los conflictos docentes, en las elecciones de ATE, en la construcción de una corriente opositora en CTERA, en la ayuda mutua e intercambio de experiencias en diversos conflictos, en la consolidación del periódico del MIC, en la consolidación de las actividades emprendidas por los compañeros del Centro de Formación, constituyen, a nuestro juicio, un piso inicial que se va solidificando. Su solidez definitiva dependerá de la capacidad colectiva que tengamos para tomar el MIC en nuestras manos y ofrecerlo como una herramienta para ayudar a la organización y la lucha de los nuevos sectores de activismo genuino que están comenzando a actuar con fuerza en el movimiento obrero y popular.

30 de junio de 2007.-

Primeras firmas:

Integrantes de la Mesa Provisional Nacional del MIC:

Enrique Gandolfo (Secretario General de SUTEBA Bahía Blanca y de la CTA Bahía Blanca – Coronel Borrego) / Jorge Montero (Delegado General de Comisión Interna Shell de Dock Sud) / Susana Ancarola (Secretaria General de la Seccional Gran Buenos Aires Sur de ATE) / Alejandro Mascareño ( Secretario General Electo Seccional ATE Alte Brown-Pte Perón / Gustavo Teres ( Secretario General AMSAFE Rosario /Juan Pablo Casiello (Secretario Adjunto de AMSAFE Rosario) / Carlos González (Delegado de SIDERAR Haedo UOM) / Marcos Britos y Pablo Goodbar (Agrupación Semilla Ramírez de Trabajadores de la UBA en el ETUN) / Guillermo Pacagnini (Secretario Adjunto de CICOP Provincia de Buenos Aires y Secretario de Prensa Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina / Claudio Carreño (Secretario Adjunto de Seccional Victoria de la Unión Ferroviaria) / Abel Jaimez(Secretario General de ATESE Sgo del Estero )/ Luis Angió (Secretario de Actas de Comsión Interna de Seccional Buenos Aires del Banco Provincia) / Miguel Ruocco (MTR 12 de Abril), José Mini ( Secretario General Adjunto de ADICUS San Juan)

Dirigentes Sindicales

Norberto Señor (Secretario General Electo ATE GBA Sur) I Silvia Venero (Secretaria Adjunta ATEN Capital Neuquén) I Priscilla Ottón (Secretaria de Primaria ATEN Capital Neuquén) I Gustavo Ibaldi (Agrupación Verde SUTEBA Almirante Brown) I Sergio Escobar (Mesa de Conducción Cuerpo de Delegados ATE Astilleros Río Santiago) I Omar Morán (Cuerpo de Delegados Astilleros Río Santiago) I Guillermo Garcia (Secretario General Adjunto SUTEBA La Plata) I Adrián Dávalos (Secretario General Sindicato de Aceiteros de Rosario) I Néstor Segovia y Francisco Ledesma (Cuerpo de Delegados Subterráneos de Buenos Aires) I Ruben Uribe (Cuerpo de delegados Sindicato Petroleros de Las Heras Santa Cruz) / Orlando Restivo (Consejo-Directivo de CICOP) I Carlos Gularte (Secretario General CICOP Seccional Hospital Castex San Martín) I David Scrivo (Presidente CICOP Seccional Hospital Belgrano San Martín) I Jorge Pravatoni (Secretario General Seccional Hospital Belgrano San MartIn) I Marilin Alaniz (Comision Directiva ADIUC Cordoba) I Miguel Mugueta {Secretario Gremial ADUNCe Univ. del Centro Pcia. Bs. As.} I Daniel Mercado (Delegado General Banco Nación) I Omar Romero (Delegado General Hospital Italiano) I Mónica Melián (Delegada General Anexo Hospital Francés) I Ricardo Bruno (Secretario General Junta Interna ATE - Comisión Nacional de Energía Atómica) I Fabián Patachiutta (Secretario General Junta Interna ATE Hospital del Quemado Ciudad de Bs. As.) I Marta Garcia (delegada Junta interna ATE Hospital del Quemado Ciudad de Bs. As). I Gabriel Giordano (delegado Junta Interna ATE, Dirección Gral de Escuelas Pcia Bs. As.) Adriana Vítoli (delegada Junta Interna ATE Ministerio de Trabajo Nación) / Carlos Ventura (Cuerpo de delegados TBA Unión Ferroviaria FF CC Sarmiento) / Fernando Sacarelo (Congresal SUTEBA Lanús) I Olga Villarreal (Congresal SUTEBA Quilmes) I Maria Garrido (Congresal CTERA - San Juan) I Eduardo Montenegro (Delegado y Congresal de FOETRA Bs. As.) I Ángela Sandoval Delegada Hospital Regional de Comodoro Rivadavia) I Juan Gonzalez (Junta Interna ATE INTI) I José Mansilla (Junta Interna Educación ATE Moreno) I Silvia Molina (delegada Sección Palermo AFIP - Sindicato DGI) I Gastón Cambeiro (delegado ATE IOMA La Plata) I Alejandro Parlante (Delegado Hospital Emergencias Rosario) I Carlos Horna (Delegado Hospital Carrasco Rosario) I Marcia Marianetti Delegada SUTE Mendoza) I Claudia Gelfo (delegada AGMER E. Ríos) I Andres Bercum (Comisión Interna Arquitectura de la UBA) I Anahí Tanguikián (Agrupación Naranja Universidad Nac. Mar del Plata) / Ernesto Díaz (Consejero Superior No Docente de la UTN) I Francisco Torres (Agrupación Nacional Alternativa Docente).


1- Cifras tomadas de indicadores del MTSS, tercer trimestre 2006: De 13.200.000 trabajadores, sólo están registrados 4.000.000 (30%). El 12 % de la población. Otro 30% son asalariados precarizados y 5.300.000 (40%) tienen distintas formas de trabajo “independiente” o “informal”, de los cuales sólo 2.700.000 (51%) son monotributistas. Hay 1.600.000 desocupados “que buscan trabajo” mientras otro 1.400.000 reciben miserables subsidios del MTSS (sin contar los provinciales y otras variantes). En este marco (en el cual hay gran cantidad de subdivisiones en estos mismos ítems) el 80% de las empresas mayores de 100 trabajadores no cuentan con organización sindical de base, los precarizados y monotributistas generalmente no son parte de organizaciones sindicales. Y entre todos estos mas la población económicamente inactiva (19.000.000 de personas), hay 7.000.000 de indigentes cuya perspectiva de organización y lucha está determinada por la desesperación de la subsistencia alimentaria del día.

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