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La nueva generación de mapuches en Los Toldos
Por Manuel Lonkopan - Sunday, Sep. 30, 2007 at 12:54 PM
mapukimvn@yahoo.com.ar

A través de organización y generando conciencia en sus pares, los jóvenes mapuche de Los Toldos buscan reconstruir la historia escondida, la no oficial, aquella que no aparece en los libros. Es una de las formas que eligieron para reconstruir el tejido de una identidad mapuche reprimida durante años en esta tierra al norte de Buenos Aires.

La nueva generación ...
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LOS TOLDOS / “¿Qué era Los Toldos a comienzos del último cuarto del siglo pasado?”, se pregunta el redactor de su página web oficial refiriéndose a la última parte del siglo XIX de la historia de esta localidad en la provincia de Buenos Aires, en Argentina. Sin dar tiempo a la respuesta avanza con su lectura histórica y se responde así mismo. “Nada!, vasta pampa, pajonal e infinitas promesas de tierra virgen, nada más...” puntualiza.

Prosigue diciendo que era un lugar de “descanso de peregrinos que audaces, cruzaron las peligrosas soledades en una aventura suicida, (...) en esta tierra donde se sabe de los malones, de momentos de angustia, de ataques de locura, de saqueos, de muerte. Pero la civilización no se concibe sin caminos, y así llegó a esta tierra de nadie, con la barbarie, el germen de la civilización”, finaliza. Aunque no aclara que esos supuestos “peregrinos audaces” y “civilizados” eran soldados argentinos que avanzaban matando y despoblando de este modo esas tierras para los nuevos pobladores.

Esos supuestos “bárbaros” eran los mapuche del lugar y la comunidad del conocido lonko Coliqueo que cruzó la cordillera de los Andes desde el sur buscando refugio en esta tierra, luego del destierro sufrido por el ejército chileno que se adentraba hacia territorio mapuche. Al llegar a este lugar no le fue mejor. Obligado a someterse y servir al ejército argentino, ante la amenaza de exterminio, el lonko no encontró más camino que enfrentarse con su propia gente en aquellos días de guerra entre el ejército mapuche y los batallones militares argentinos y chilenos.

Hoy un siglo después, los jóvenes descendientes de esos “bárbaros” mapuche de Los Toldos, a través de organización y generando conciencia en sus pares como también en los nuevos “civilizados”, buscan reconstruir la historia escondida, la no oficial, aquella que no aparece en los libros de historia argentina. Es una de las formas que eligieron para reconstruir el tejido de una identidad mapuche reprimida durante años en esta tierra al norte de Buenos Aires, la tierra del histórico lonko Coliqueo.

Tierra mapuche, sojera y peronista

Los Toldos está ubicada a 300 kilómetros al noroeste de Capital Federal, pertenece al Partido de General Viamonte que tiene una superficie aproximada de 2.145,28 Kilómetros cuadrados. Es una reconocida localidad ferroviaria al interior de Buenos Aires, sin embargo se la conoce históricamente por ser el lugar que vió nacer y dar sus primeros pasos a la popular figura de Eva Duarte de Perón (Evita), quien fuera la primer esposa del legendario tres veces presidente de los argentinos, Juan Domingo Perón.

Allí los jóvenes mapuche se han nucleado en una organización que la llaman “Epu Lafken”, dos Lagos. Muchos son profesionales que con el correr del tiempo y luego de padecer el racismo más cruel de la sociedad blanca, lograron retomar su identidad. “Hay algunos que todavía no se reconocen aún sabiendo su identidad porque han padecido mucho dolor”, señala Carlos Soria, profesor de música, entre una de sus actividades docente y miembro de Epu Lafken. Verónica Cleñan, también miembro de la organización, Licenciada en Ciencias Políticas, agrega a esto que, “la mayoría de los mapuche quieren parecerse al winka”.

La Epu Lafken pretende ser una opción de espacio de reconstrucción de la identidad mapuche desde la medicina y la educación como principales herramientas. Para eso han organizado actividades para la recuperación de la práctica en la medicina tradicional, recuperación de la ceremonia en el territorio ancestral donde sus abuelos lo celebraban, aunque en la actualidad el títulos de propiedad sea de la iglesia “Nuestra Señora del Pilar” que pretende vender al mejor postor esta tierra. También trabajan en la formulación de propuestas de planificación educativa para incorporar la temática mapuche a la educación formal. El objetivo es que ayude a los mapuche desde la educación a sentir orgullo de su historia y sus hermanos.

Al caminar por las calles de esta ciudad se refleja a flor de piel la presencia mapuche que en las ultimas décadas, principalmente en los 80, han llegado a vivir desplazados por la inundación y por las presiones de los grandes productores sojeros. “El último gobierno militar reconoce la tenencia de la tierras como propiedad individual no comunitaria y en esos años hay inundaciones que los grandes chacareros aprovechan para presionar a los pequeños productores para que vendan la tierra”, señala Verónica. Ese porcentaje de mapuche que se viene a la ciudad pasa a ser parte del sector más marginado que fundan los Barrios “Los Eucaliptos” y “Juan el Bueno” en la periferia de Los Toldos, con pequeñas y precarias casas, hoy bastión de la identidad mapuche.

El campo esta inundado en gran parte de la provincia de Buenos Aires y las tierras aledañas a Los Toldos no es la excepción. El agua jaquea la cosecha agrícola, principalmente de soja, y la producción ganadera para este año, lo que preocupa a los productores que se nuclean en el Corredor Productivo del Noroeste Bonaerense (CoProNoBA). La sobre explotación de estas tierra a simple vista es la causa principal de las inundaciones, aunque un estudio realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señala que cada 10 a 12 años se producen grandes lluvias en esta provincia, fenómeno del cual se sufren las consecuencias este año.

Tal como nos señalan Carlos y Verónica, la producción de soja ha sido además la principal causante de la emigración mapuche a la ciudad en los últimos años y por ende, de la gran perdida cultural de estos y de los pocos mapuche que quedan habitando en zonas rurales. “Los que aun quedan en el campo viven con un nivel de resignación bastante grande que les quita el espacio de articulación para cuestionarse sus problemas y tomar conciencia, esto los lleva a resolver pequeños problemas de manera aislada”, subraya Verónica. A pesar de ello, ambos jóvenes supieron reconstruir su historia, su identidad, siendo hoy los abanderados de esta lucha de siglos en la zona.

Por la autoafirmación

“Yo me fui a los nueve años de acá, luego de recorrer varios países de Latinoamérica me di cuenta que necesitaba volver al lugar de mi origen, es así como llego nuevamente a Los Toldos a preguntar si había organización mapuche, que me ayuden a reconstruir mi historia y una de mis tía me llevó a Los Eucaliptos”, relata Verónica. Carlos señala que este camino de búsqueda lo inició mas que nada por curiosidad, “sin tener demasiada conciencia, algunos hermanos me invitaban a las reuniones que estaban haciendo con gente que tenia conocimiento de la lengua y con la idea de recuperar los conocimientos de nuestro pueblo”, sostiene.

Esta necesidad de reflejarse lo ha llevado a impulsar trabajos que ayuden a otros mapuche a reconocerse como tal. “Desde la organización produjimos el primer diagnóstico sociocultural de los docentes de todo el distrito, lo que generó que se abra un camino alternativo en el sentido de los parámetros y de la forma que el estado califica la educación o la identidad para su propio colectivo de docentes, como para también con sus alumnos”, señala con orgullo Verónica. Y no es menor, es la primera experiencia en este sentido que se realiza en todo el país y que puede servir como antecedente a otros distritos donde existe alto porcentaje de población indígena.

“La escuela es un instrumento muy poderoso que tenemos nosotros para enseñarle, trasmitirle el conocimiento a nuestros niños mapuche, confiamos en que ese nuevo enfoque pedagógico en la interculturalidad pueda rescatar los principales valores de la cultura en un mismo nivel de jerarquía, respetándonos unos a otros y principalmente aquí en Los Toldos”, agrega Carlos, un conocedor del tema, pues es profesor para la enseñanza primaria de niños con retardos mentales y director de un establecimiento. “Esa tarea educativa fuera de la educación no formal es hacer política mapuche, es darnos a conocer quiénes somos y que sientan eso como un rasgo positivo y sentirse orgullosos de lo que son”, finaliza.

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