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HISTORIA DE LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA HUMANA
Por Alejandro Sánchez - Sunday, Dec. 02, 2007 at 2:17 AM
alejandrosanchez77712@hotmail.com

Más allá de una simplista visión religiosa o una limitada visión cientifista

HISTORIA DE LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA HUMANA

El Origen De La Historia

La historia está sujeta a las fuerzas naturales, incluso toda civilización, con su cultura, depende de los recursos naturales para desarrollarse. A través de las leyes de la física el ser humano evolucionó y su desarrollo integral es dependiente de dichas leyes. Es así que dos grandes fuerzas han determinado la evolución e historia de la humanidad: La Termodinámica y la Sinergia.

Las tres leyes de la termodinámica, sobre todo la segunda (la entropía) han determinado la evolución de la vida en nuestro universo, incluso determinan nuestras relaciones sociales, nuestra mentalidad y conciencia. Por la entropía todo organismo se ve obligado a obtener y conservar energía de la mejor forma posible (hablamos de energía en forma genérica) Para ello debe obtener dicha energía de los recursos de su entorno, así lo hicieron los primeros organismos o Archaeas. Con el tiempo otros organismos encontraron una mejor forma de obtener energía: La cadena alimenticia; los organismos empezaron a comerse unos a otros para obtener de una manera más eficiente la energía. De esta manera se inició la evolución hacia sistemas más complejos, en la medida que el entorno ambiental lo permitía (planeta, sol, meteoritos, etc.) La tendencia a la complejidad (Ortogénesis según algunos biólogos que sigen a Pierre Teilhard de Chardin) se debía a la sinergia (que podría deberse a la conjunción asimétrica de las Fuerzas fundamentales), a esa tendencia evidente del universo hacia la complejidad donde el caos no reinaba tanto. Ello a pesar de que la entropía reina fortalecida por la Energía oscura, esa fuerza del caos (?) que está destruyendo rápidamente el universo.

La sinergía dio origen a cierta forma de Neguentropía en la biología, lo contrario a la entropía, pero sin escapar de la termodinámica esencialmente. Así se forja el ser humano, que comenzó con un simio que encontró un entorno ideal donde desarrollar su cerebro y conciencia. Se valió de la complejidad para formar grupos jerarquizados como una manera de sobrevivir. Las jerarquías a su vez generaron privilegios, que a su vez provocaron las primeras formas de opresión en las relaciones humanas. Los líderes eran los más aptos para orientar al grupo, sea por sus dotes de fuerza o inteligencia. Luego vino el gran salto que separaría definitivamente a la subfamilia Hominina del resto de las entidades biológicas: La Conciencia Trascendental. La subfamilia hominina desarrolló la espiritualidad; algo que la evolución le dotó en forma especial y específica. Al momento de la redacción de este artículo solo se puede especular que la multidimensionalidad y la Holonomicidad del Universo (Consciencia Primigenia, Información Cuántica Infinita superpuesta) del multiverso (universos paralelos, incluido el nuestro) hayan provocado tal circunstancia. No fue muy feliz esa adquisición de consciencia trascendental de la subfamilia hominina, en principio solo fue la sombra de un mundo salvaje dominado por la entropía que obligaba a la violencia de matar animales para comer, incluso llegar al canibalismo de comer a los propios hijos y semejantes; aún en rituales trascendentales donde el sacrificado era venerado por su sacrificio (Mísera misericordia) Aún hoy, cuando el Homo Sapiens se ve sometido por los elementos, recurre al canibalismo ritual; como una manera de calmar su conciencia al devorar a sus víctimas.

Del Canibalismo A La Explotación Del Humano Por El Humano

Cientos de miles de años pasaron para que la subfamilia hominina diera lugar al Homo Sapiens, una subraza que tenía un cerebro más pequeño que el de otros géneros homininae (Neardhentales) Pero que tenía mayor Consciencia Trasncendental (fue el primero que usó masivamente amuletos ritualísticos) y mayor creatividad. Así, el Sapiens rápidamente llegó a Europa y dominó, sometió, aniquiló, asimiló y devoró a los otros géneros homininae en un relativo corto tiempo, en cumplimiento de las leyes de la termodinámica; ya que debía dominar todos los recursos a su disposición para sobrevivir, borrando cualquier competencia en su contra y así adquirir y conservar mayor energía para su grupo.

El Homo sapiens de hace miles de años atrás no es muy distinto del de ahora, salvo su consciencia del entorno, sometida por una consciencia trascendental que solo hacía la sombra de un mundo salvaje, violento y terrorífico. No es de extrañar que las creencias chamánicas y politeístas (las primigenias) estuvieran llenas de deidades terribles, egoístas, severas, castigadoras y crueles, incluso las primeras creencias monoteístas imaginaban un dios cruel, sanguinario, severo y malvado a la hora de aplicar una justicia tan radical como la tortura y la guerra.

La conciencia trascendental, antes que impulsar al ser humano hacia la sinergia y la complejidad neguentrópica (hacia la búsqueda del conocimiento y el entendimiento del entorno) se convirtió en una forma más de continuar bajo las limitaciones de una conciencia sujeta a las leyes de la entropía dominante en la biología. Ciertamente civilizaciones tan complejas como la Egipcia fueron grandes avances en la organización y desarrollo evolutivo de la humanidad, pero la misma no hacía más que reflejar las leyes de la termodinámica en sus creencias, estructuras sociales y construcciones esotéricas. Destacable es que la civilización egipcia haya sido la primera que hizo adquirir al Homo Sapiens una conciencia genérica de las leyes del universo (a través de los principios herméticos o Kybalión, similares a las leyes de la Función de ondas y con cierta aproximación a las leyes fundamentales del universo en forma metasistémica, en parte entendible por la La Relatividad de Escala) Esta civilización, con posible base en otras más antiguas (olvidadas en los tiempos por perderse su rastro), fue la que encendió una llama de conciencia organizativa que se expandiría por todo el mediterráneo y sentaría las bases de otras civilizaciones posteriores, como la de la Antigua Grecia y el Imperio Romano.

Es en el momento que decae esta civilización (por las conquistas alejandrinas) que se genera los primeros pasos hacia una nueva conciencia trascendental. En Asia aparecerían dos hombres, cuyas enseñanzas y escritos cambiarían para siempre la conciencia de la humanidad. Primero fue Laozi, luego (al poco tiempo) fue Buda. Ambos desarrollarían una consciencia trascendental que ya no sería más la sombra del mundo limitado y salvaje de la biología sujeta a la termodinámica. Ambos percibieron una realidad más allá de la establecida por las leyes de la física. En principio, como en todo proceso bioevolutivo, estas nuevas concepciones fueron asimiladas por las creencias tradicionales, pero con el paso de los siglos (en una forma acelerada jamás vista) las mismas empezaron a separarse y diferenciarse de las creencias anteriores en las que se originaron. Estas creencias no solo dotaron de una nueva consciencia al Homo Sapiens, sino que incluso lo empezaron a cambiar físicamente (está comprobado como las prácticas de Meditación cambian el cerebro). A su vez, el Taoísmo daría origen al Tai Chi Chuan, una práctica que también cambia la fisiología humana)

Así, además de las clásicas leyes termodinámicas; que sometían a la conciencia humana en una cultura de guerras y conquistas por recursos; en una estructura social de sometimiento y explotación/canibalismo; se generaron otras estructuras sociales y culturales paralelas que desafiaban a dichas leyes al no ajustarse a las mismas, pero no provocarían un cambio masivo y profundo en la conciencia de las civilizaciones del oriente.

Luego llegaría en el mediterráneo las enseñanzas de un ser humano que decididamente iban en contra de las normas culturales fundadas en la termodinámica biológica. El llamado Cristo de Nazareth expandió unas enseñanzas y principios de conducta que generaban una conciencia trascendental que iba totalmente en contra de la anterior conciencia sujeta a las creencias reflejantes de un mundo salvaje. No solo no se ajustaban a las normas vigentes, sino que iba en contra de ellas. Antes que reflejar el mundo salvaje de lucha y dominación de otros para control de recursos, las enseñanzas de Cristo promovían una creencia y conducta de no luchar y no dominar a otros, sino el de organizar, colaborar e incluso sacrificarse con y por otros; es decir, una sinergia y neguentropía pura y esencial. Incluso llegó al extremo de ser ejemplo y paradigma de dicha enseñanza revolucionaria: Se ofreció en sacrificio último, incitando su muerte y dejándose matar, para luego muy probablemente resucitar en forma extraordinaria (en perspectiva científica hay dudas sobre este hecho histórico, pero los estudios sobre el Sudario de Turín no permiten negar categóricamente la posibilidad de que haya sucedido) Nadie sabe con certeza, a la fecha de esta redacción, como pudo ser esto. Tal vez, como mera especulación, el paradigma de Cristo sea un hecho extremo de lo que las enseñanzas asiáticas han demostrado reiteradamente que se puede hacer con la mente y el cuerpo humano. Se sabe que el cerebro y el cuerpo humano pueden, extraordinariamente, desarrollar propiedades físicas emergentes, que incluso desafían a las leyes de la termodinámica (ver más en Mente y Cuántica, además de lo que se puede ver en Loto y Espada 5, Loto y Espada 6, Loto y Espada 7, y Loto y Espada 8). Al respecto, varios autores han señalado reiteradamente las similitudes entre las enseñanzas taoístas, budistas y cristianas. Extrañamente, a pesar de las distancias temporales, geográficas, culturales y dogmáticas, tanto Lao Tze (Lao Tzi en Pinyin) como Buda y Cristo enseñaron la importancia de la Paz, del amor al enemigo y de la solidaridad y compasión por los demás.

Superando las especulaciones, lo real es que incluso las revolucionarias enseñanzas de Cristo no produjeron un masivo y radical cambio de conciencia en Occidente. Así como sucedió en Oriente, dichas enseñanzas fueron asimiladas por las tradiciones anteriores (sobre todo las griegas y egipcias, la Gnosis cristiana es lo que queda de ello) y luego, fatídicamente, el cristianismo pasaría de ser una doctrina proscripta y rebelde a ser la religión del Imperio Romano que, en los hechos, solo significó el paso del politeísmo chamánico a un monoteísmo igualmente chamánico y ligeramente menos violento y opresor. Así, las enseñanzas cristianas pasaron a ser exactamente lo contrario de lo que promovían, se convirtieron en una forma más de fortalecer el sistema entrópico y salvaje de conquista y opresión para control de recursos, en beneficio de los líderes privilegiados y dominantes de una estructura social verticalista.

Las nuevas enseñanzas trascendentales no lograron permitir una mayor evolución de la conciencia humana. Hoy se sabe que en aquéllos tiempos los chinos ya conocían la pólvora y que los griegos sabían que el vapor podía usarse como una fuerza que movía cosas, incluso se tenían computadoras primitivas para hacer cálculos astronómicos (en base a las creencias de que los astros determinaban el destino de todo, siendo que en realidad la posición de los astros solo reflejaba los cambios orbitales que influían en el clima y en el biorritmo de los seres vivos, pero no un destino preciso) Si tenían una conciencia más abierta, racional y menos dogmática, ya en el siglo III D.C. los romanos podían haber volado en globos y se hubieran transportado en máquinas de vapor. Pero para una cultura y conciencia acostumbrada al esclavismo era demasiado imaginar eso (los estoicos intentaron cambiar dicha conciencia, pero fueron silenciados rápidamente, al igual que los primeros cristianos que se oponían a la esclavitud)

No está pues en la técnica y en el conocimiento el avance de la humanidad, sino en el desarrollo de su conciencia y cerebro, lo cual está a su vez determinado por sus creencias y convicciones (sean teológicas o ateístas) que afectan su cosmovisión y curiosidad sobre el entorno. Este es justamente el mayor logro del cristianismo, pudo unificar esencialmente las creencias de tribus y pueblos europeos y del África mediterránea (a excepción de la península arábica, que por su geografía no pudo ser adoctrinada, salvo por un líder autóctono, Mahoma, quien usó las enseñanzas judeocristianas para fundar el Islam) lo cual permitió actitudes y cosmovisiones más similares y, a su vez, una mayor cooperación entre dichos pueblos (La Paz de Dios es una prueba histórica de ello) que permitió una mayor organización social (el Sacro Imperio Romano Germánico), pero con el precio de un mayor rechazo al pensamiento crítico, lo cual generó la Edad Media. Un ejemplo actual, de que la falta de conciencia retrasa el avance técnico, es el motor económico a hidrógeno, cuyos principios ya se conocían en 1967, pero que recién encontró apoyo y desarrollo en el 2007; porque antes apeligraba la industria del petróleo, hasta que hoy -con la catástrofe climática, ambiental y social de por medio- se admite esta tecnología por ser "conveniente" para los sectores del neoimperialismo moderno.

Tendrían que pasar más de mil años para que el ser humano empezase a evolucionar nuevamente, antes de superar la dinámica salvaje y verticalista de la conquista, sometimiento y opresión de otros para control de recursos y energía en beneficio de los líderes privilegiados y los grupos de élite relacionados con los mismos; una sistemática proveniente de la termodinámica, pero que impide la evolución avanzada de la humanidad.

La Era Nuclear Y La Inminencia De La Aniquilación Total

A partir del advenimiento de las revoluciones democráticas; que se habían gestado siglos atrás, por medio del Renacimiento y el retorno a las enseñanzas cristianas esenciales y de la filosofía estoica; la economía esclavista (canibalismo/explotación del otro) empezó a ser fuertemente cuestionada. Entonces, ante tal cambio en las relaciones sociales y políticas, por fin la máquina a vapor tuvo el espacio suficiente para ser aceptada como reemplazo ideal del humano esclavo. Así nace el maquinismo y la revolución industrial. Tuvo que generarse una nueva conciencia sobre el ser humano y las relaciones humanas para que se generará un cambio tecnológico y social y no al revés, como se suele pensar mayoritariamente.

Pero la revolución francesa y el inicio de las democracias modernas, que provocaron la era industrial, no generaron un cambio profundo en la conciencia humana, apenas sí liberaron al hombre de centrarse en dogmas religiosos inalterables; que a su vez sostenían estructuras de poder inmodificables (Los reinos y la nobleza feudal). En su lugar, los grandes financistas y nuevos industriales pasaron a ser las élites de poder y opresión del mundo industrializado. Los obreros pasaron a ser los nuevos esclavos y ciervos de una nueva era feudal.

Ya varios pensadores del liberalismo democrático se adelantaron a ello (destaca Jean-Jacques Rousseau) Pero fue Karl Marx el que denunció más precisamente tal circunstancia. Fue Marx el primer pensador que notó una dinámica constante en las relaciones humanas; esa dinámica de opresión de unos sobre otros. Y si bien la ciencia social y económica apenas estaban dando sus primeros avances, detalló clarificadoramente la relación termodinámica en las sociedades humanas a través de la definición de Plusvalía. Pero se equivocó al considerar que el origen de tal relación solo estaba en la crematística y el uso de la moneda. No podía darse cuenta de ello, aún Maxwell no descubría las leyes de la termodinámica y la biología aún no tenia a su disposición los hallazgos de Darwin y su revolución científica. La ciencia tendría que desarrollarse mucho más, hasta la segunda mitad del siglo XX, para que se pudiese descubrir y comprender cabalmente la influencia de la termodinámica en los seres vivos y en sus relaciones ecológicas, además de concebirse y desarrollarse lo que es la sinergia y la neguentropía. Sobre Marx se ha tendido una fatídica propaganda desprestigiadora, algo que ni el propio Karl Popper apoyó. Sorprendentemente hasta Karl Popper (tan citado por los pensadores de ese liberalismo a favor de la opresión sistémica) valoró los estudios económicos y sociológicos de Marx, pero rechazó su historicismo al notar que el mismo no podía ajustarse a lo que hoy conocemos como método científico. Los conservadores modernos, los defensores de sus privilegios y de un sistema atávico y salvaje de relaciones humanas, se han especializado en un antimarxismo tan fanático y fundamentalista como el que algunos marxistas dogmáticos ostentan aún.

Marx, fundándose en los erróneos conocimientos sobre el origen de la civilización que existían en su época, pensó que la humanidad retornaría a ese estado primigenio antes del invento de la moneda y de la crematística. Pensó que lo que llamó “sociedad comunista” sería un regreso al supuesto desarrollo natural de la sociedad humana; ello influido por las ideas anarquistas (no fue el único, Lao Tze también postulaba lo mismo) Nada más lejos de la verdad, la sinergia tiende a crear más complejidad antes que simplicidad y la humanidad, en su desarrollo de consciencia, claramente se dirige a una sistemática social más compleja y diversa.

La maquinización industrial dio un salto sin precedentes cuando incorporó los combustibles fósiles derivados del petróleo. A partir del uso de este combustible la sociedad humana cambió radicalmente, a tal punto, que la producción masiva de vehículos rápidos de transporte hizo posible el desarrollo de verdaderas guerras mundiales (donde cientos de países podían intervenir con el rápido y masivo transporte de ejércitos) Como la tecnología y la ciencia avanzaron, sin que evolucionase mayormente la conciencia individual y colectiva, las conductas salvajes de conquista violenta, opresión destructiva y afán de dominio de recursos, llegaron a puntos elevadísimos jamás vistos en toda la historia evolutiva en la Tierra.

Pero ni las atrocidades y horrores de la primera guerra mundial provocaron un cambio sustancial en las relaciones humanas opresivas y atávicas. Solo el advenimiento de la bomba nuclear cambió para siempre la forma en que la humanidad gozaba y gustaba de los horrores de la guerra (gustos que siguen aún muy vigentes) El horror y terror que infundían las consecuencias de la radioactividad obligaron a la reflexión y apaciguamiento de la voracidad por parte de las élites opresoras de las naciones más poderosas. A partir de los bombardeos de Hiroshima y Nagazaki y al tomarse conocimiento de los horripilantes efectos de la radioactividad nuclear, los poderosos y opresores del mundo empezaron a apaciguar su apetito de recursos y competencia violenta. Había comenzado la relativa paz pavorosa de las bombas nucleares.

Así, las potencias mundiales de la Guerra fría (EE.UU. y sus aliados contra Rusia y sus aliados) establecieron con el tiempo lazos de seguridad para evitar un aniquilamiento global masivo por accidente o falta de precaución suficiente. El rápido y avanzado desarrollo de bombas termonucleares y de misiles intercontinentales amplió mucho más dichos lazos. Esto a su vez permitió el fortalecimiento de un sistema internacional de relaciones pacíficas entre naciones; auspiciado por un organismo internacional con más atribuciones que la inútil sociedad de naciones. Así fue hasta la invasión de Irak del 2003, cuando EE.UU. - a través de George W. Bush, un fundamentalista religioso con problemas psiquiátricos propios de un ex alcohólico- violentó todas las reglas internacionales, invadiendo, sometiendo y masacrando a un pueblo indefenso.

No solo eso, ese gobierno de EE.UU. (no el político, sino el real, el conglomerado militar industrial) expandió rápidamente una doctrina unilateral y única donde la fuerza y la amenaza de fuerza son los referentes que dirigen las relaciones humanas. Aún peor, ese gobierno de facto dispuso el relanzamiento de una carrera armamentística nuclear, obligando a Rusia a retomar el empoderamiento misilístico y termonuclear en forma acelerada ;cerrando alianzas con China, Irán, Siria y Venezuela. La muerte de Aleksandr Litvinenko fue el punto de inicio de la nueva guerra fría de amenaza nuclear. Este doble espía ruso-británico fue el sacrificio elegido canibalísticamente para un ritual macabro de reinicio de las hostilidades nucleares. Su muerte tenía que ser por medio del arma de aniquilación perfecta: Envenenamiento con sustancia radioactiva. Otra vez el Homo Sapiens, como sus antecesores, realizó de nuevo el ancestral ritual del canibalismo bestial y atávico y Litvinenko fue la víctima elegida.

Pero esta segunda guerra fría rápidamente se puede volver térmica o, mejor dicho, termonuclear. El agotamiento de petróleo y el calentamiento global, con el caos climático que produce, ponen en peligro la estructura de poder de las élites opresoras privilegiadas y, en la forma más visceral y primitiva, dichas élites se preparan para lo único que mejor hacen: Hacer y promover la guerra, producir y vender armas más letales, imponer leyes liberticidas, mal llamadas antiterroristas (para democracias tuteladas que dejarán de ser democracias) para una Dictadura Mundial. Salvajismo y primitivismo, salvajismo y primitivismo y solo salvajismo y primitivismo.

El fundamentalismo y la irracionalidad están a la orden del día, cuando un ser humano hiper egoísta; acostumbrado a casi no trabajar para tener ingentes ganancias y privilegios; tiene la perspectiva de perder todo ese mundo de vanidades y poder, actuará como el más agresivo y primitivo de los Tiranosaurius Rex del Cretácico. No sólo las élites de poder tienen esta mentalidad, toda la cultura que han difundido promociona ello masivamente, la ciencia lo ha corroborado (ver mas en La Ciencia Lo Corrobora: La Cultura Capitalista Nos Vuelve Más Primitivos). La demencia está asegurada.

Así, la aniquilación total de la vida en el planeta está a punto de realizarse. Una guerra termonuclear de destrucción total del planeta no está muy lejos y las probabilidades de que ocurra están aumentando exponencialmente. En muy pocos años podría ocurrir el Apocalipsis final.

Alienación: La Cultura del Egoísmo Salvaje E Involutivo Para La Autodestrucción Asegurada

La élites de poder encontraron la manera perfecta de domesticar, manipular y dominar (oprimir) a las masas de las llamadas democracias (más bien aristocracias son y en algunos casos verdaderas cleptocracias) sobre todo a las masas del autodenominado mundo desarrollado (mundo alienado) la respuesta es única: El Consumismo hiper egoísta. Aldous Huxley no lo pude haber preconizado mejor, las élites de poder han construido Un mundo feliz para las masas alienadas hiperconsumistas; dónde la mayoría cree que vive en una democracia y en absoluta libertad. La publicidad, masivamente, eso hace creer, sobre todo a las masas de jóvenes alienados tanto del mal llamado mundo desarrollado como de ese mundo subdesarrollado.

Antes era la religión y la tradición, hoy es la propaganda por televisión y su cultura de hedonismo superficial y banal. Ello ha agregado el individualismo extremo, que llega al punto de hacer creer que cada alienado es un mundo distanciado de los otros, único y libre totalmente, donde el alienado hace lo que quiere (mientras que en realidad hace lo que quieren que él quiera por medio de la propaganda hiperconsumista) Y en los sectores marginados de todo el mundo, esa élite de poder mundial ha establecido que las drogas y los vicios reinarán. No en vano, a medida que avanza la mal llamada Guerra contra el terrorismo (guerra para infundir terrorismo) en Europa, al mismo tiempo  aumenta el consumo de cannabis y cocaína allí. Iguales resultados se tienen en Sudamérica, donde el Plan Colombia (promovido por Bush y las élites mafiosas colombianas) solo ha logrado que aumente la producción y distribución de cocaína.

En Afganistán, país invadido por EE.UU. bajo una cierta legalidad, junto con la OTAN, la producción de heroína ha aumentado. En todas partes donde el capitalismo (la concepción económica de la mentalidad salvaje y primitiva que reina en muchos seres humanos) y la economía de mercado se han desarrollado; a la par con el consumismo y el hedonismo relativista (todo vale, eres lo que consumes, vales lo que tienes, nadie importa) en todas estas partes el consumo de drogas ha aumentado (incluidos el alcohol y el tabaco) Hasta la otrora revolución China ha caído en esta sistemática de alienación. Su educación y política socialista irán decayendo inexorablemente (como se dijo, la ciencia ha constatado como dicha cultura aliena, ver más en) hasta entrar en la inestabilidad y el caos social. En cambio, las políticas imperialistas de la otrora China comunista están fortaleciéndose más y más, el caso del Tibet es solo un pequeño ejemplo.

Ciertamente los beneficios económicos y el consumo alientan la iniciativa privada para la innovación científica, tecnológica, administrativa y comercial, además del desarrollo económico de una sociedad que ello provoca. Pero estos beneficios se pierden sistémicamente si es que no van acompañados de un necesario desarrollo de la conciencia humana en lo ético, racional, crítico y trascendental, algo que por supuesto no conviene a las élites opresoras del mundo, que prácticamente actúan como una Mafia Mundial al inducir (con el hedonismo) y permitir que el consumo de drogas se expanda más y más en las sociedades hiper egoístas.

La actual cultura alienante, con su permisión hedonista y mediocridad en la disminución de los vicios, está generando masas que se comportan como zombis que se creen libres, pero que siguen las órdenes de la moda y la propaganda impuesta, así son mansamente gobernados por élites voraces y mafiosas con una mentalidad primitiva, como gorilas violentos, pero que manejan armas nucleares.

La Esperanza: Una Nueva Conciencia A Través De La Analéctica, La Práctica Estricta de la Meditación Y El Desarrollo de una Conciencia Crítica, Sinérgica Y De Holotrascendentalidad Evolutiva

El ser humano, en general, sigue siendo tan primitivo como el primer Homo Sapiens que solo sabía cazar, recolectar, sacralizar a los animales y ciclos orbitales, además de proyectar su agresividad en un canibalismo visceral y ritualístico. No es muy distinto de esos primeros Homo Sapiens, solo que ahora produce armas nucleares y es capaz de alterar el clima mundial. Es decir, el cavernícola ahora maneja computadoras y amenaza con destruir toda la vida en el planeta con el petróleo, con sus misiles y bombas nucleares.

La prueba científica de ello es que recién a los 22 o 25 años de edad se desarrolla totalmente la parte del cerebro que se relaciona con los juicios de valoración ética, moral y la capacidad de racionalizar las vivencias (ver más en Confirman la región cerebral relacionada con el sentido de la justicia). Antes de esa edad el ser humano piensa, razona hasta cierto punto, pero es más un animal impulsivo con algo de razón antes que un ser razonante. Pero si el ambiente social, la familia, la alimentación y la falta de buena educación se suman para impedir el buen desarrollo cognitivo y ético, entonces no solo dicha región del cerebro no se desarrolla, sino que muchas otras más tampoco lo hacen (en ello contribuye la violencia doméstica y la violencia contra los niños)

Lamentablemente, en los tiempos actuales, la tendencia que imponen los grandes medios; las películas y series de televisión; y sobre todo los llamados videojuegos, antes que incentivar el desarrollo de esta parte del cerebro, lo que hacen es incentivar su subdesarrollo, promoviendo una cultura de la violencia, donde los horrores de la guerra se vuelven algo divertido y “agradable”. No es extraño que la mayoría de los adolescentes sicóticos de EE.UU. que masacraron a sus compañeros de estudio, en escuelas y universidades, hayan sido fanáticos jugadores de videojuegos violentos (ver mas , en inglés). La cultura de la violencia se está expandiendo en forma masiva y repetida como nunca se vio en la historia de la humanidad. Si bien los odios raciales y políticos supuestamente se han controlado, en la realidad solo se han disfrazado mejor a través de la manipulación informativa y la desinformación a través de estereotipos y prejuicios que la Mafia Mundial muy bien se encarga de expandir.

Ellos, los de la Mafia Mundial, promueven el odio y el racismo llamando radicales y extremistas a otros (a través de desinformación); mientras que ellos son en realidad los radicales extremistas y fundamentalistas que promueven el armamentismo nuclear y se niegan a adoptar medidas urgentes para evitar un daño irreparable a la vida en el planeta.

El tardío desarrollo del cerebro humano en una facultad tan clave y fundamental para una verdadera consciencia civilizada también indica que el ser humano aún es bastante primitivo en general. Lamentablemente solo un grupo muy minoritario de la humanidad desarrolla más avanzadamente esta parte de su cerebro y en las imperfectas y alienadas “democracias” (Alienocracias en realidad) la “mayoría salvaje manda”. El hecho que las masas de los países desarrollados no puedan reaccionar contundentemente ante tanto horror y destrucción, tanto en las guerras como en el ecocidio, es el ejemplo de ello (a los pueblos subdesarrollados apenas se les puede pedir que aprendan a salir de su miseria, algo heroico si se considera que la Mafia Mundial no quiere ello y hace lo imposible por condenar a la mayoría de la humanidad pobre). Mucho más asusta esa terrorífica pasividad ante el nuevo armamentismo nuclear. Si hay algo que realmente puede aterrorizar y espantar, es esa pavorosa indiferencia ante el auge de nuevas políticas de rearme nuclear.

Pero no todo está perdido. La ciencia también ha comprobado como la práctica de determinados ejercicios mentales y corporales puede provocar grandes cambios en el ser humano, cambios que lo hacen evolucionar aceleradamente hacia un cerebro más desarrollado y activo de lo normal. Ya se lo ha mencionado reiteradamente, pero en este punto es necesario mencionar ciertas aclaraciones al respecto. El hecho que una determinada práctica de meditación oriental permita el desarrollo del cerebro no implica que su sola práctica asegure la evolución definitiva del ser humano, su sociedad y civilización, si fuera así países con una población mayoritariamente budista iban a ser los más desarrollados en todo sentido, en cambio Myanmar y Tailandia (con pueblos budistas) no solo sufren del subdesarrollo, sino que actualmente están sometidos por dictaduras.

Si la meditación provoca una mayor evolución del cerebro y la conciencia humana, ¿porqué Myanmar y Tailandia están en una situación tan retrógrada? Lo primero es que en ambos países más que meditación budista, se practica una religión budista y el tipo de meditación que practican es estática, no dinámica y generalmente ni siquiera se practica seriamente este tipo de meditación. La mayoría de ambas poblaciones no practican diariamente la meditación y más bien vinculan a la misma con supersticiones y chamanismo irracional. Ni siquiera en estos países budistas se toma en serio la práctica de la meditación.

Lo segundo es que solo un tipo de meditación ayuda a una rápida evolución del cerebro y la conciencia, la que focaliza el cerebro y la mente en un centro de atención relajador y a la vez alertante. Es la meditación Zen (que tiene vertientes estáticas y dinámicas, contemplativas y proyectivas)

Lo tercero es que la mayoría de las prácticas de meditación son estáticas, propias del budismo Theravāda (que busca alejar al individuo de la realidad física, volviéndolo totalmente inactivo) Mientras que el budismo Mahayana (específicamente la vertiente Chang o Zen, una mezcla de budismo y taoísmo) tiende a volver más calmado y activo al ser humano sobre la realidad. De este tipo de budismo destaca el estilo Zen, nacido en China pero profundizado en Japón.

Thomas Merton ya había mencionado las estrechas similitudes entre el budismo Zen y la meditación mística cristiana. Autores islámicos también han hallado estrechas relaciones entre la mística sufí y el Taoísmo, agregado el Zen inclusive. De estos estudios comparativos ha nacido una corriente filosófica y ética que une lo mejor del Budismo, el Taoísmo, el Judeocristianismo e inclusive el Islam, no sus dogmas ni las religiones mismas, sino las enseñanzas éticas y las prácticas de meditación y desarrollo de la mente-conciencia. Fritjof Kapra ha sido uno de los autores iniciales de este tipo de filosofía sincrética y erradamente se lo vincula con el New Age (que en realidad busca establecer nuevos dogmas religiosos a partir de la mezcla de religiones, para la instauración de una única religión y creencia) Nada más lejos de la verdad cuando se trata de racionalismo y ética racional. Esta nueva filosofía implica también un estilo de vida y una cultura que no se opone a las religiones, pero que tampoco las apoya; que respeta a la ciencia y al pensamiento filosófico racional ontológico-deductivo-sistémico-epistemológico-constructivista, pero que no se reduce a dicha forma de filosofía, sino que se abre también al pensamiento filosófico intuitivo-asimétrico-asistémico-paraconstructivista y esencialmente poético-emotivo que caracteriza al discurso de las tradiciones orientales.

Lo cuarto, volviendo al tema central, es que la práctica de una meditación focalizadora y relajante no ayuda a una conciencia crítica, salvo que dicha meditación sea dinámica y partícipe del desarrollo cognitivo y de la Inteligencia emocional. La meditación sola, sin un desarrollo cognitivo sobre la realidad, no garantiza una verdadera evolución del ser humano hacia una conducta que supere categóricamente la simple impulsividad salvaje y primitiva.

Ciertamente los pueblos de Myanmar y Tailandia son bastante pacíficos y pasivos, pero el hecho que tengan dictaduras que los sometan indica que las conductas primitivas siguen gobernando sobre los mismos; salvo no tanto en Tailandia, donde el sistema educativo-cognitivo está bastante desarrollado en el momento de esta redacción. Es de esperar que con el tiempo ambos pueblos puedan desarrollar una cultura democrática, además de la budista.

Otro factor de gran evolución en la conciencia humana ha sido el desarrollo del conocimiento objetivo a través de la ciencia. El descubrimiento de la evolución biológica y la prácticamente homogénea genética de toda la humanidad ha ayudado a superar; en gran medida; muchos prejuicios de tipo racista o de supremacía cultural. Lamentablemente los avances en el conocimiento científico solo han llegado a influir en la cultura de los países desarrollados (excepto EE.UU., que a la fecha de la redacción sigue sufriendo el estigma de una cultura medieval supersticiosa) Las élites opresoras más reaccionarias detestan a la ciencia, pues la misma, mediante el conocimiento objetivo y comprobable universalmente, señala claramente la mentalidad atávica y brutal que rige en estos grupos; además de como los mismos llegan a paralizar el desarrollo tecnocientífico de la humanidad (ya se ha señalado al respecto anteriormente) Sin embargo, también en el mundo científico existen grupos reaccionarios, partidarios del más sectario Cientifismo (que llega al absurdo de negar todo lo que no se haya probado científicamente, lo cual no es científico, ya que si se asume que no existe lo que no se prueba, entonces la ciencia ya no tiene nada que descubrir y pasa a convertirse en dogma) Pero la ciencia no puede plantear la orientación que la conciencia humana puede asumir para transformar el cerebro humano y la civilización de la humanidad; este campo pertenece a la Ética, apenas sí puede indicar los mejores métodos para lograr tal efecto.

Es en el campo de la ética donde se planteará la renovación de la conciencia humana, no ya de una ética dogmática, de origen divino e inmutable, sino en la ética racional, enraizada en la necesidad de un nuevo pensamiento que supere la Dialéctica de la biología entrópica y plantee una dinámica filosófica más sinérgica. Es así que nace la Filosofía de la Liberación, de Enrique Dussel; su Ética de la Liberación y un nuevo sistema de análisis racional más evolucionado (revolucionario):La Analéctica. Un nuevo camino analítico-racional-sistémico para la construcción de un horizonte que incite la construcción de una nueva civilización.

Mediante el desarrollo metodológico de estos nuevos planteamientos filosóficos es posible crear una nueva visión que permita recrear una nueva sistemática holística de la humanidad; no solo para acabar con el atavismo canibalista de la opresión del humano contra otros seres humanos y contra la naturaleza, sino para construir nuevos proyectos de organización social más neguentrópicos, equilibrados, armoniosos y sostenibles ecológica y socialmente. Como claramente se mencionó en este ensayo, el capitalismo, y la conciencia y el tipo de cerebro que lo sostiene, ya están en absoluta decadencia. Lo que salva a la humanidad de su segura autodestrucción es la plasticidad del cerebro humano que, mediante la meditación, puede cambiar al punto de recrearse en un nuevo tipo de cerebro más evolucionado, donde las funciones cognitivas, racionales, éticas y justicieras estén más activas y desarrolladas que las áreas primitivas. Es decir, hará falta un cambio de conciencia por un trabajo interno a cada ser humano (prácticas de meditación dinámica y ejercicios físicos meditativos) y un trabajo externo sistémico (económico, social, cultural y político) que fortalezca al citado trabajo interno.

Es este cambio o la locura de los grupos opresivos atávicos de poder, que posiblemente ven con beneplácito la locura de plantear la disminución masiva de la población mundial (sobrarían tres mil millones de seres humanos según estos grupos, aunque la ciencia vuelve a aclarar que dicho pensamiento es falso, ver más en Ciencia: El Sistema Económico Y Demográfico Actual Es Insostenible) como una forma de seguir manteniendo un sistema y conciencia primitiva que tiende a generar excesivas competencias en la adquisición y el derroche de recursos humanos y naturales que, indefectiblemente, llevan a guerras que progresivamente pierden límites en el uso de la fuerza hasta el grado de autoaniquilación total.

Es evolucionar para ser seres más pacíficos, racionales, solidarios con los menos favorecidos, generosos, cooperativos y no codiciosos; es decir, construir en verdad una Cultura de la paz...o permitir que la semiconsciencia primitiva capitalista lleve a que los gorilas con armas nucleares terminen apretando el botón del "Juicio Final", acabando con la vida en el planeta.

Es nuestra obligación participar activamente de los nuevos planteamientos y métodos que nos liberarán de la muerte segura en la que estamos.

Alejandro Sánchez

 

 

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