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Las piedras del modelo económico chileno
Por Nicolás Gómez Núñez* - Tuesday, Jan. 22, 2008 at 4:04 PM

Pido su perdón con palabra winka dungün, ella proviene del mismo lugar de quienes jugaban al tiro al blanco con sus abuelos, hermanas e hijas, y que nosotros rendimos homenaje colocando sus nombres en nuestras principales calles. Esta solicitud quiero bautizarla con el testimonio único que nos impide ser piedras. Los actos de nuestro Estado en contra de la nación Mapuche son el resultado de la noción de desarrollo que nos inspira.

Sin ser preciso en fechas, digamos que nuestro Estado ha sido manejado durante treinta años asumiendo que los verdaderos chilenos, los que deben ser tipos ideales, son los que están dispuestos a romper toda regla para obtener utilidades económicas.

Esto no sólo implica fracturar los íntimos lazos con nuestras comunidades, sino que utilizar sus anhelos, sueños y necesidades a favor de dicho objetivo. Por un lado, esto trae consigo que nuestra clase dirigente se ate en compromisos fugaces según la duración de la renta, lo cual otorga sustento ético al hiper individualismos que alienta la detención del proceso necesario de sindicalización y sostiene la fuerza de esa razón que indica que las inversiones en territorio de la nación mapuche deben ser defendidas, aún cuando no dejen más que miseria a los que ahí habitan y seguirán viviendo.

Al servicio de esta avanzada nacional están los empresarios de la “terciarización” que entregan sólo lo necesario para que la fuerza de trabajo pida como favor una plaza laboral en una papelera o forestal de la zona porque, dicen ellos: “es mejor tener trabajo que no tenerlo”.

Se agregan a dicho cometido los miembros de Expansiva que desde las carteras de Minería, Hacienda y Obras Públicas y trascendiendo al Partido por la Democracia (PPD) hasta unir las sensibilidades pro oligopolios anidadas en la Democracia Cristiana (DC) y Renovación Nacional (RN), brindan legitimidad al proceso de contra reforma agraria hecho por la dictadura de Pinochet, y son los directores de prensa de los periódicos: La Tercera y El Mercurio, quienes reproducen el argumento de la anatomía de este mito que es nuestra historia oficial.

Por otro lado, están los que viven nuestro modelo de crecimiento económico, el cual viste con ropas de desarrollo a diario. Ellos: niños, jóvenes y adultos, intelectualmente escapan abriéndose paso entre las exiguas oportunidades que ofrecen sus relaciones de clase subordinada. Esta razón, no descrita en la historiografía Patricia según Salazar, hace cálida la existencia en sus comunidades porque une lo que han sido con lo que precariamente son: gente de la tierra que subsiste en la pobreza hace ya más de cuatro fichas de caracterización socioeconómica, mapuches que avanzan con títulos de profesiones liberales, coautores de esa historia que me han conducido a desconocer.

Alex y Matías son de esa nación que nuestro Estado conduce a la reducción indígena y mantiene una jurisprudencia en donde el futuro seguro es ser operario de su máquina, consumidor de sus drogas o presos de sus cárceles. Mientras nosotros, los chilenos, somos cómplices de la violación al derecho internacional porque no sólo nos hemos acostumbrado, sino que, concientemente, disfrutamos de los dividendos de nuestra institucionalidad jurídica que protege a quien destruye y destruye a quien protege, así como lo hace con Patricia Troncoso.


*Sociólogo de FASIC


http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=10175&Itemid=48

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