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Se fue del pueblo por las constantes detenciones y abusos de la Policía de Morteros.
Por Colectivo Indymedia Córdoba -
Tuesday, Feb. 19, 2008 at 10:46 PM
Testimonio de Silvia,
mamá de Sergio, joven que se fue del pueblo atemorizado por las constantes
detenciones y abusos de la Policía de Morteros. Indymedia ((i)): Por que
detenían a tu hijo? Silvia: El estaba detenido
porque tenía problema con las drogas, dos por tres caía preso,
y le daban… lo torturaban, en una palabra. ((i)): Estamos hablando
de la policía de Morteros. S: Sí, de acá.
((i)): ¿Y hay algún
caso en particular, ha sido siempre la situación de las golpizas sobre
su hijo, a qué se han debido las detenciones? S: Las detenciones son por
consumo en la vía pública, todas esas cosas, después lo
acusaban de cosas que no eran de él, y lo querían hacer hablar,
que diga quién era, entonces mi hijo no hablaba, suponga que era un compañero
de él que había hecho algo, él no lo quería delatar,
y ellos le obligaban, porque ellos le pegaban para que hable, para que diga
quién era. Igual lo querían hacer llorar entonces le metían
el dedo en el ojo, era la única manera de que suelte una lágrima.
Uno lo agarraba de las manos por atrás, y el otro le pegaba en la boca
del estómago. Mi hijo dice que no lloraba. “¡Ah! que vos
no llorás!”, entonces le metían el dedo en el ojo. ((i)): Estos hechos, ¿Dónde
sucedían? S: Acá en la comisaría
de Morteros. Eso es lo único, que le pegan, esas cosas. ((i)): Y las detenciones
son seguidas, siempre cuando pasa algo lo buscan a él para que les dé
información. S: Claro, él no podía
salir a la calle últimamente, porque donde lo veían lo levantaban.
Me iba a buscar la carne acá a la despensa, un sábado a la mañana
fue y a las diez de la mañana lo vieron en la calle, lo levantaron, y
lo encerraron. Entonces mi marido dijo basta. Por nada, donde lo veían,
lo detenían. Así que se fue a Córdoba e hizo la denuncia
allá y dejaron un poco de molestar. ((i)): ¿Y la denuncia
donde la hizo? S: Yo no sé en qué
parte de Córdoba, porque estoy separada, con mi marido mucho no hablamos. ((i)): ¿Pero la hizo
ante la justicia? S: Claro, primero habló
con Zabala, de la policía de acá, no sé qué es,
es el que manda a los policías, tiene un cargo más que Rovere,
le quería hacer parar la denuncia. ((i)): Y su hijo ahora no
está acá. S: No, ahora está
en el campo, le da miedo salir acá, porque lo tienen sentenciado que
donde lo vean lo van a cargar y todas esas cosas. Igual Rovere, el comisario,
que se vino a vivir acá a tres cuadras, cuando se vino a vivir acá
lo vio un día en la calle y le dijo “así que te vas a tener
que ir del barrio, porque ahora voy yo a vivir en el barrio”, cosas así
le decía. Y mi hijo me decía, “me quiero ir lejos, me quiero
ir lejos”, estaba aterrorizado, no quería salir a la calle. Cuando
tenía que ir a la despensa, mandaba a mi nena de nueve años, para
que no lo levantaran. Y cuando salía, salía con alguna criatura,
para que… y eso es todo lo que puedo decir. ((i)): ¿Y esto cuándo
fue? S: Mi hijo tiene problemas
ya hace bastante, tiene veinte años, y hará cuatro o cinco años
que venimos renegando así… ((i)): ¿Y esto en
los últimos años se intensificó? S: Claro, sí, sí.
En el 2007 ya fue una cosa que cada dos por tres lo detenían. Yo no sé
si por ahí mi hijo hacía algo, una nunca sabe, porque tiene sus
amigos, yo no los conozco a sus amigos, yo le creo a él, porque él
me dice yo no hice esto… pero lo acusan de que es él, o que cante
quién fue, cosas así. ((i)): ¿Y él
trabaja, estudia…? S: No, él dejó
en tercer año, y ahora se fue al campo, anda con una chica, y se fue
con esa chica… va a manejar un tractor, y esas cosas, él lo que
no quiere es estar acá en Morteros. ((i)): ¿Y acá
en Morteros ustedes hicieron alguna denuncia, o algo? S: No, yo no. ((i)): Y después
de las golpizas, ¿lo vio un médico, para que quede constancia? S: Sí, mi marido
la última vez que estuvo detenido, que le pegaron, que se quejaba él
que le dolía mucho acá, lo llevó al médico, pero
no le dieron ningún certificado. Quedó asentado en el hospital
del pueblo, pero no se lo dieron a él. Mi marido le pidió algún
comprobante, algún papel para… pero no. ((i)): ¿Y los policías
son los de siempre? S: Sí, son siempre
los mismos, hay dos o tres que se la agarraron con mi hijo, es como que le tienen
bronca, siempre donde lo ven lo molestan. No sé si serán todos,
pero mi hijo siempre me nombra dos o tres que son los mismos. ((i)): ¿Y son policías
de acá? S: Sí, de acá. ((i)): ¿Y las golpizas
siempre fueron en la comisaría? S: En la comisaría.
((i)): Y usted, cuando era
menor de dieciocho, lo tenía que retirar, o su marido… S: Sí, siempre mi
marido se movió él para ir a buscarlo... ((i)): Y él ahora
donde está, ¿está tranquilo, no está teniendo problemas,
no lo han ido a buscar? S: No, no, para nada. El
otro día estuvo tres días acá, y se quedó acá
adentro, salía al frente, volvía adentro, es como que le cuesta
salir por ahí. Después se volvió a ir. Cada tanto viene,
pero viene uno o dos días y se va de nuevo. ((i)): ¿Cómo
se llama su hijo? S: Sergio Darío González. - Y de todas las veces que
lo golpearon o que lo detuvieron, ¿alguna vez pudieron documentar alguna
de las golpizas? S: No, la última
vez que lo llevó mi marido al hospital para hacerlo ver, le dijeron que
sí, que tenia no sé qué cosa, que lo habían golpeado,
pero no le dieron ningún papel a mi marido, le dijeron que eso queda
asentado ahí en el hospital. Y por ahí la bronca
mía o la de todas las mamás, es que ellos saben que la droga es
una enfermedad, y encima que les peguen. A mí como madre me duele, porque
digo, bajo el efecto de la droga, a veces por ahí ellos no saben lo que
hacen, y capaz cuando reaccionan ya es tarde. A lo mejor si hicieron algo malo,
encima que ellos les peguen. Que lo encierren, bueno, está bien, pero
que le peguen, todas esas cosas, me parece que no tienen derecho… así
como me contaba mi hijo que lo tenían y venían de a dos y le pegaban…
me parece que eso es injusto. ((i)): ¿Y usted le
ha podido comentar a algún funcionario de esta situación de las
golpizas o de las detenciones reiteradas? S: No, no. Eso lo sabemos
nosotros no más, nunca lo comentamos con nadie. Ahora que voy a las reuniones,
cuando puedo. Igual él es testigo de ver cómo les pegaban a otros
chicos. Ver cómo en pleno invierno los hacían desvestir y les
tiraban agua fría, pimienta en los ojos, cuando él salió
y quedó otro chico me dijo: “Mami por favor hablá con la
mamá de este chico y que lo saquen de ahí, porque lo torturan
una barbaridad…”