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Investigan una conspiración para matar al procurador penitenciario F Mugnolo
Por re - Tuesday, Feb. 24, 2009 at 1:41 PM

Es el encargado de proteger los derechos de los presos. Cuatro detenidos denunciaron que guardiacárceles les dieron una pistola para que lo asesinaran en un penal. Revisaron su pabellón y el arma apareció donde ellos decían. Por: Rolando Barbano

Eligieron a ese preso que adeudaba tantos años de condena que ya nadie hubiera podido cargarle algo que le importara. Tal como esperaban, el hombre aceptó sin esperar siquiera a saber quién sería la víctima ni cuál la recompensa. A cambio de actuar como sicario -le prometieron antes de que preguntara-, arreglarían para él un traslado a un penal del que podría fugarse con ayuda y sin esfuerzo. Luego le pusieron en las manos los medios necesarios para alcanzar el objetivo: una pistola calibre 22, que quedó escondida dentro de la propia cárcel.

Siempre según los involucrados, la sangre debía ser derramada antes de que terminara la primera quincena de marzo. El escenario sería el Complejo Federal II de Marcos Paz, la cárcel donde hay más de treinta ex represores detenidos. Las víctimas: el Procurador Penitenciario de la Nación -el funcionario encargado de proteger los derechos humanos de los presos-, y su segundo. Los responsables de la conspiración: jefes y guardiacárceles del Servicio Penitenciario Federal, según una denuncia presentada en una investigación judicial a la que Clarín tuvo acceso exclusivo.

El plan nunca llegó a consumarse, y desde el Servicio Penitenciario (SPF) niegan que haya existido jamás. Es más, aseguran que es un "disparate" inventado por el propio Procurador, Francisco Mugnolo (65), para "victimizarse" en vísperas de una posible remoción de su puesto. "¿Para qué lo van a matar? Si se está yendo, no existe más. Si se muere solo, ¿para qué lo van a matar?", dijo a Clarín el director del SPF, Alejandro Marambio.

Parado enfrente, Mugnolo cree en la veracidad de la denuncia. "¿Cómo puede ser que le den un arma a un sicario para que nos venga a apretar a nosotros? Es un mensaje mafioso", opinó. "Yo no sé cuál fue la motivación específica, pero tenemos una fuerte confrontación con la dirección del SPF, que trata de ocultar lo que ocurre en las cárceles, donde hay prácticas sistemáticas de tortura", agregó, apenas horas antes de denunciar al SPF ante la Corte Suprema por obstaculizar su trabajo, y a menos de diez días de presentar un duro informe oficial sobre torturas en cárceles.

La investigación judicial por el presunto complot para matar a Mugnolo está en manos del juzgado federal Nº 1 de Morón y del fiscal federal Sebastián Basso, según confirmaron fuentes judiciales a Clarín. La primera noticia sobre la existencia del plan surgió el 12 de marzo último, cuando un preso del módulo 5 (pabellón 5) de Marcos Paz -el de los más peligrosos- se presentó a hacer la denuncia.

El detenido contó que sabía que "personal del Servicio Penitenciario" le había entregado a otros tres presos "una pistola calibre 7.65 (equivale al 22), color negra, con cinta aisladora en la culata, que contiene cinco balas". Y agregó: "Está escondida en el plafón de la primera puerta corrediza de acceso al pabellón 5". También afirmó que, dos días antes, le había revelado esto a su esposa en una visita, y que ella se había resistido a irse hasta tanto le dieran garantías a su marido.

La reacción de la mujer provocó que, aquel día, fueran a la cárcel el procurador Mugnolo y el juez de Ejecución Penal Sergio Delgado. A ellos, el preso les reveló que el arma tenía como destino el asesinato del propio Mugnolo y de su segundo. Su papel en el plan, se sabría luego, era el de asegurarse que el sicario disparara y reemplazarlo si dudaba.

El mismo día en que este preso declaró ante la Justicia de Morón, pero unas horas más tarde, Seguridad Interna del SPF revisó el pabellón 5, desarmó la parte superior de una puerta -el lugar señalado en la denuncia- y halló la pistola y su cargador. Por si fuera poco, también encontraron cuatro facas (cuchillos caseros).

Ante esto, la Justicia citó a declarar a los tres presos que, según el interno denunciante, habían recibido el arma. Todos ratificaron la historia.

El primero fue uno de los dos líderes del pabellón, condenado por delitos gravísimos y con una causa abierta por matar a otro preso. Este relató que, el 28 de febrero, mientras estaba haciendo tareas de limpieza junto a otro de los líderes, se les acercó el jefe de turno (dio el apellido) y les pidió que se acercaran a la celaduría.

Según su relato, allí estaba también el jefe de módulo, quien les habría dicho: "Voy a traer ingresos (presos). Estaban haciendo las cosas mal en el módulo 3 y Procuración está rompiendo las bolas... ¿Por qué no te fijás? Vos viste que hay dos personas que están con 25 años... Están para que les den salida".

El preso creyó captar el mensaje. "Entendí que había que herir a dos presos y le contesté: 'Está todo bien, que vengan nomás. Ahora vamos a hablar con el rancho a ver qué onda'. Con eso quise decir que iba a hablar con G. (un condenado a 25 años)", declaró. Agregó que el jefe de módulo le prometió que a él le arreglaría la causa por el crimen del preso, al otro líder lo ayudaría a que su esposa (presa por extorsión) saliera libre, en tanto que a G. "lo llevarían de traslado por error" para que se fugara.

Según el detenido, enseguida le mostraron el arma calibre 22. "¿Te animás con esto?", lo habría interpelado el jefe de módulo. De acuerdo con su relato, al día siguiente fue con su compañero a ver a G., quien "aceptó el encargue". Poco después, contó, un celador les entregó definitivamente la pistola y la escondieron.

Al declarar en la causa, el otro líder del pabellón coincidió con el relato. "Como somos presos viejos, teníamos que reunir gente de nuestra confianza para hacer el trabajo", explicó. Por su parte, el preso G. se hizo cargo ante la Justicia de su papel de sicario.

¿Por qué no se consumó el crimen? Según los cuatro presos, fue un guardia el que les reveló que Mugnolo y Cejas serían el blanco. Eso los asustó, dijeron, y decidieron hacer la denuncia para no sufrir represalias.

"Ahora se está investigando todo", afirmaron fuentes judiciales a Clarín. En cambio, el director del SPF relativizó todo. "Lo del complot es un disparate, la denuncia no es seria, aunque es un hecho grave que haya aparecido un arma. Destaco que la hallamos nosotros y que ya un preso nos había soplado su existencia y por eso la estábamos buscando", dijo. "¿Qué pasó con los guardias acusados? Los presos sólo acusan a los guardias que trabajan bien". Mugnolo fue más cauto: "¿Si tengo miedo? De los presos, no. Pero de los penitenciarios...".

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