| versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
La mató luego de haber sido denunciado por violencia.
Por Reenvio La Voz -
Tuesday, Mar. 10, 2009 at 9:14 AM
“¡Ahora aparecen ustedes!”, le gritó el padre de la chica a un policía, y agregó: “Pero cuando ella lo denunció por los golpes, bien que no hicieron nada! ¡No hicieron nada!”. http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=495741
Esperó que su ex novia saliera de trabajar y la mató de un tiro
Luego, el asesino corrió hasta un baldío y se suicidó. Ocurrió ayer en la villa El Tropezón.
Hacía algunas semanas que la chica había cortado con él: el noviazgo ya no daba para más. Presuntamente, los maltratos y los golpes ya habían sido demasiados, por lo que ella decidió denunciarlo. Sin embargo, el muchacho la seguía enfermizamente, quería reanudar la relación a como diera lugar o terminarla de la peor manera. Y así lo hizo. Ayer esperó que ella saliera del hipermercado donde trabajaba, la cruzó en el camino y discutió. Al final, la mató de un balazo en la nuca, cuando la jovencita quiso escapar corriendo.
El homicida se llevó el revólver calibre 32 a la sien y gatilló. Pero la bala no salió. Entonces, ante la sorpresa de varios vecinos, salió corriendo. Hizo unos 150 metros y, en medio de un descampado lleno de yuyos, volvió a probar. Esta vez la bala salió. Su muerte fue en el acto.
El drama, el tercero en su tipo que ocurre en lo que va del año, se registró ayer a la tarde en la villa de emergencia El Tropezón, de la ciudad de Córdoba.
Marisa Romina Macaluso Murúa tenía apenas 20 años y vivía con sus padres en una vivienda ubicada en barrio Residencial Los Robles, próximo a esa villa ubicada a pocos metros de la rotonda El Tropezón.
La chica trabaja en un hipermercado ubicado en la avenida Colón al 6000.
Él era Darío Gabriel Furlán. Tenía 25 años, le decían “el Colorado”, vivía en barrio San Ignacio y, según la Policía, contaba con “antecedentes delictivos”.
Violencia y crimen. No está claro cuánto tiempo estuvieron de novios. Lo que sí se sabe, por los testimonios brindados por la familia de la chica, es que ella estaba harta de los maltratos y escenas de violencia por parte del muchacho. No tenían hijos, como trascendió erróneamente en un primer momento.
No eran aún las 17 de ayer, cuando “el Colorado” esperó a Marisa en la villa. Sabía que todas las tardes, ella hacía ese recorrido para “cortar” camino y llegar más rápido a su casa. La discusión fue breve, según testigos.
El sujeto sacó el arma y la chica salió corriendo: allí le disparó. La joven cayó a metros del canal de agua que cruza el asentamiento. “El Colorado” se llevó el arma a la sien y gatilló. “Acá hay tiros permanentemente, pero algo así no se vio nunca”, comentó a secas un vecino de la zona.
La bala no salió. El muchacho fue hasta un baldío próximo, volvió a tirar y esta vez la bala salió.
Vecinos del sector llamaron al 101. “Hay una mujer herida en la cabeza. Le tiró un tipo llamado ‘el Colorado’ y se fue”, dijo la voz antes de cortar. Los policías de la zona, conocedores de quién es ese sujeto, fueron a esperarlo a su casa en barrio San Ignacio; mientras otros móviles fueron a ver qué había pasado en la villa. “Lo queríamos agarrar, tiene varias caídas preso”, confió un policía.
Pero “el Colorado” nunca llegó. Su cuerpo yacía bajo un árbol y el sol abrazador de la tarde.
Al rato arribaron los familiares de Marisa y se quebraron en llanto e insultos. “¡Ahora aparecen ustedes!”, le gritó el padre de la chica a un policía, y agregó: “Pero cuando ella lo denunció por los golpes, bien que no hicieron nada! ¡No hicieron nada!”, bramó.
Anoche, los familiares de la chica declaraban en la Unidad Judicial los episodios de violencia.
Violencia de género: otros crímenes en el año
En barrio Centro América. En la madrugada del 1º de año, José Alberto Pérez (42) asesinó a puñaladas a su ex mujer, Nora Díaz (34), porque ella no quería reanudar la relación. Los chicos de ella vieron todo. El asesino escapó y fue detenido 22 días después por la División Homicidios de la Policía.
En Alta Gracia. El 11 de enero, un médico mató de 10 puñaladas a su ex esposa en una casa de Alta Gracia. La víctima fue Silvia Costamagna (49), nutricionista. El homicida, Roberto Martínez (por entonces subdirector del Hospital Tránsito Cáceres de Allende) fue detenido en Villa Carlos Paz.