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Alerta hídrica y las formas del “progreso”
Por Ximena Cabral - Sunday, Nov. 08, 2009 at 11:42 PM

La tarde de calor del jueves aumenta la sed. En el salón, el agua se reparte discrecionalmente en pequeños vasos de plásticos. Llega el momento de asamblea y el calor comienza a aumentar. Son alrededor de 80 los vecinos reunidos para comprender porque ya no tienen agua. El Colectivo Salsipuedes invitó a especialistas desde los recursos naturales, el turismo e investigadores en derecho socioambiental para explicar porque hoy las sierras chicas está sin agua y porque, si esta no alcanza, la municipalidad va a permitir un megaemprendimiento “Dinosaurio” en la zona.

Salsipuedes se forma hoy en una caso testigo donde en una localidad que paso de cuatro mil a nueve mil habitantes en solo 20 años a partir del crecimiento poblacional, se encuentra con la infraestructura no desarrollada (por la cantidad de hogares que aun hoy no tienen acceso a red) y al mismo tiempo con ríos secos que no permiten abastecer a las cuencas.
¿Cambio climático?, ¿sequías? Hay razones que se vienen denunciando para estos cambios como es el desmonte -donde la alegoría de Montenegro sobre como los árboles permiten ser “esponjas” de las lluvias que después van distribuyendo explica en parte lo que conduce la deforestación de bosques en la provincia-. Los desmontes también se explican en la rentabilidad del monocultivo y la concentración de las tierras. La fantasía de “todos somos campos” se ve sacudida por las imágenes de desplazamiento de campesinos, de localidades secas, del tambo agonizante y la tecnologización de la tierra. Mientras tanto empieza a aparecer la necesidad de un elemento vital como el agua.
Si nuestro cuerpo es agua y todos queremos cuidar el agua de nuestro cuerpo y de nuestros hijos (lección que repite cada propaganda de nuestra agua-europea) ¿como garantizar el electo vital que nos permite la vida?.
La idea de agua como una mercancía y no como un bien explica el crecimiento de su escasez y su ingesta diferencial. ¿Cómo? Los vecinos de Salsipuedes saben que la llegada de Bugliotti implica menos agua –de la ya poca- para los pobladores y piscinas de lujo dentro del complejo. ¿Cómo? El acceso y su uso sigue siendo diferencial, ya las estadísticas van denunciando que las clases mas altas son las que mas derrochan –acostumbrados claro a una cultura a una práctica que permite el derroche-.

Amor al paisaje
El crecimiento urbanístico, la instalación del turismo como fuerte motor de ganancia, y el crecimiento de holdings inmobiliarios que desregulan las planificaciones urbanísticas son el otro problema del caso. Allí, en medio de la asamblea, lo testifican.
“Vengo porque que voy saliendo de la gran ciudad que es agobiante. Vine a Salsipuedes y tengo la oportunidad de ser testigo del lugar donde se junta el campo de Bugliotti. Hace un tiempo aquí había pumas e iguanas y una diversidad de flora nativa. El monte del emprendimiento es bello… ya los he visto sacando agua. Veo esas maquinas todos los días” dice una de las vecinas presente.
La agresión sobre el paisaje tampoco es una cuestión menor. A la construcción de torres también prevén una “jaula” gigante de especies autóctonas de pájaros. Esta necesidad de encerrar y controlar el ambiente para su exhibición causa malestar en una localidad caracterizada por el amor al paisaje.
En medio de las intervenciones reaparece la fantasía del “progreso” como fuente de trabajo y desarrollo económico de la zona –aun a costa de padecer la sequía-.
Esta situación muestra como se reproducen las mismas lógicas de las empresas que depredan el ambiente, extraen recursos y modifican del entorno. Es por el “desarrollo” del pueblo, dicen. Mineras y pasteras ya han explotado las supuestas bondades del empleo y desarrollo de informes de investigación y la labor de especialistas han contrarestado aquellas promesas de desarrollo –sumado a la realidad entrópica de esos emprendimientos como solo se benefician a si mismos-.
Mientras tanto, desde las oficinas y palcos oficiales, la consigna es lanzar la “autoresponsabilizacion” y perseguir a cada vecino por el agua que consume. El aumento poblacional y una explicación naturalizada de la sequía son la formula clara para ocultar esta “falta anunciada” que desde hace mas de cinco años vienen denunciando las organizaciones y colectivos que defienden el agua.

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