Julio López
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"Anarquismo, Poder Popular, Revolucion Ucraniana y Zapatismo" Jueves 26 en Rosar
Por Sarmiento 1232 - 20:30hs - Wednesday, Nov. 25, 2009 at 2:32 PM
columnalibertaria@gmail.com

Taller formación política “ANARQUISMO Y CONSTRUCCIÓN DE PODER POPULAR” Lectura de textos de la Corriente de Acción Libertaria de Chile (CAL) y sobre las experiencias de Poder Popular en la Revolución Ucraniana y el Levantamiento Zapatista JUEVES 26 de NOVIEMBRE 20:30hs. Sarmiento 1232, Rosario, Santa Fe Entrada libre y gratuita Organiza: Columna Libertaria Joaquín Penina se adjunta material a leer

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Taller formación política

“ANARQUISMO Y CONSTRUCCIÓN

DE PODER POPULAR”

Lectura de textos de la Corriente de Acción Libertaria de Chile (CAL) y sobre las experiencias de Poder Popular en la Revolución Ucraniana y el Levantamiento Zapatista

JUEVES 26 de NOVIEMBRE

20:30hs. Sarmiento 1232, Rosario, Santa Fe

Entrada libre y gratuita

Organiza: Columna Libertaria Joaquín Penina
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Texto 1
Por Columna Libertaria Joaquín Penina - Wednesday, Nov. 25, 2009 at 2:42 PM
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Anarquismo y Poder Popular

Por Corriente de Acción Libertaria- Chile

“Los anarquistas deberían entrar en todos los campos que susciten contradicciones en el capitalismo y ahí hacer que funcionen de la forma ‘mas libertaria posible´”.
E. Malatesta


Si consideramos que el anarquismo en su teoría y práctica, rechaza todo tipo de autoritarismo y que tiene como fin una sociedad de seres humanos libres e iguales, se hace necesario referirse a como los libertarios deberíamos entender el tema del Poder.
Se suele ver la relación entre anarquismo y poder de forma antagónica y contradictoria, ya que se asocia la idea de poder a la de dominación y restricción de la libertad individual y colectiva. ¿Pero es el poder necesariamente sinónimo de imposición autoritaria?
Realmente pensamos que no. El poder no puede ser concebido como un objeto o como una cosa abstracta, es ante todo un conjunto de relaciones que se enmarcan dentro de una sociedad dividida en dos clases antagónicas. Por ende las relaciones de poder no se pueden entender por fuera de la lucha de clases.
Es por esto que diferenciamos dos formas de poder. El primero es el poder autoritario, el cual es de pocos y es entendido como un poder sobre algo y por ende esta estrechamente ligado a la dominación.
Sin lugar a dudas la estructura misma del capitalismo ha hecho que dentro de la sociedad existan diferentes intereses de clase en conflicto, ya que tanto el poder político, como el económico están en manos de una sola clase, en detrimento de otra mayoritaria.
El apropiamiento por parte de la burguesía de la riqueza social, ha
generado por motivos obvios una situación constante de desigualdad, la cual ha sido mantenida históricamente a través de un poder autoritario que se impone sobre los intereses del pueblo.
Este poder administrado principalmente por el Estado, busca la
centralización del poder político para proteger los privilegios,
ejerciendo fundamentalmente la dominación y la violencia sobre las masas.
De esta forma se ha constituido un poder alejado de los intereses del conjunto de la población.
El segundo tipo de poder, tiene que ver con el poder hacer, con el poder construir. Esta relación de poder se ejerce de forma colectiva y horizontal, y nace y se construye desde abajo. Se apunta a la destrucción de la ideología y la cultura dominante, y al mismo tiempo, a un proceso de construcción de nuevos imaginarios políticos y sociales, fomentando las capacidades organizativas en el campo popular.
A partir de este análisis, si es que el anarquismo busca la destrucción del Estado y el capital, ¿no seria necesaria la construcción de un poder emanado desde la clase explotada y oprimida, que se oponga al poder concreto con que nos dominan los poderosos?

¿Tomar o construir el poder?
Este debate también ha estado inserto históricamente dentro del campo popular, y tiene que ver con el problema de la centralización del poder, lo que se arrastra desde el surgimiento del pensamiento socialista. (Siglo XIX).
Por un lado las corrientes autoritarias, predominantes en la historia, buscan la centralización del poder en el Estado, monopolizando todo en la relación partido-Estado. Conceptos como el de dictadura del proletariado, han servido para que reducidos grupos de sujetos, representando y utilizando los intereses del proletariado, tomaran el poder del Estado, transformándose en una nueva clase dirigente, titulares del poder estatal, en donde todos los mecanismos de expresión y decisión son controlados por esta elite.
Para las corrientes anti-autoritarias o libertarias, el éxito de un
proceso revolucionario depende de la capacidad de generar la
sociabilización del poder en todos sus ámbitos, en donde prevalezca el protagonismo de las organizaciones populares, sobrepasando todo intento de generación de cúpulas de decisión. De esta forma prima la lógica de la construcción de poder, el cual surge desde abajo para oponerse a todo intento de centralismo y de burocratización.
Como libertarios nuestros esfuerzos deben apuntar al fortalecimiento de este proceso, teniendo como propósito disputarle los niveles de influencia al poder autoritario, posicionando cada vez más fuerte el poder construido
desde abajo.
Esta construcción debe entenderse como un proceso de lucha, formación de conciencia, constitución de actores-sujetos, acumulación y consolidación de nuestras experiencias organizativas, ya que la importancia es que este poder se pueda ejercer desde los sectores populares como una forma de avanzar en el camino de la búsqueda del bienestar y la libertad, manteniendo nuestra independencia de clase. Por este motivo este poder es popular, ya que tiene estrecha relación con una herencia histórica y cultural de resistencia a la dominación de los de arriba.
Es por esto que nuestra propuesta es la construcción de poder popular con autonomía de clase, generando una distancia con otras ideas de poder popular que se han dado en el campo popular. Se puede utilizar el caso de la unidad popular en Chile en los 70 para ejemplificar esta diferenciación.
Para los partidos de izquierda que conformaban la Unidad Popular, poder popular era sinónimo de bases de apoyo al Gobierno, pues no concebían un proceso por fuera del Gobierno, ni contra el Estado burgués. Por otro lado, para sectores de base, y para el mirismo, poder popular quería decir la organización directa del pueblo, en oposición del Estado y el Poder Burgués. Sin embargo dentro de este ámbito también podemos hacer una diferenciación, pues el MIR solo le asignaba un rol al poder popular en la lucha contra el Estado, para luego desecharlo cuando el partido de vanguardia conquistara el poder. Ahora, para sectores de base ligados a experiencias de construcción popular en Comandos Comunales y Cordones Industriales, el objetivo era potenciar estas instancias para que se constituyeran como pilares de la futura sociedad.
Sin duda esta ultima interpretación del poder popular, es la que es
necesaria rescatar ya que se aspiraba de forma intuitiva a que el pueblo se hiciera cargo directamente de sus propios asuntos, de apropiarse de sus propias vidas. Es importante rescatar las prácticas políticas que acompañan esta experiencia como una forma de afrontar los desafíos del presente. Esto nos lleva a preguntarnos como hubiera sido este proceso si hubiera existido un anarquismo social y organizado, que se hubiera propuesto fortalecer estas organizaciones populares en contra de las aspiraciones autoritarias.
Si el anarquismo tiene como objetivo la sociabilización del poder, y si al mismo tiempo busca fortalecer las organizaciones populares, cual seria el problema de que el anarquismo organizado buscara la construcción de poder popular.
Como libertarios tenemos la misión de generar, fortalecer o potenciar el ejercicio del poder popular en los distintos sectores en donde estemos insertos. De ahí la importancia de buscar y construir caminos y formas que permitan y desarrollen el protagonismo de las bases. Estos principios metodológicos se deben tener en cuenta en nuestras prácticas políticas las cuales deben alejarse del mesianismo, recordemos que nuestro rol no es emancipar al pueblo, si no que el pueblo se emancipe, en este sentido debemos ser elementos mediadores que permitan que el nuevo modo de vida social surja de las profundidades de las organizaciones del pueblo.
Los anarquistas dentro de las organizaciones populares (comités de lucha, sindicatos, juntas de vecinos, centros culturales, clubes deportivos, federaciones estudiantiles, entre otras) deben luchar para que estos mantengan su independencia y el libre pensamiento de sus integrantes, con la única condición de que estas mantengan la solidaridad al momento de enfrentar sus problemáticas. Se debe impedir que estas organizaciones sirvan de instrumentos para la politiquería y los fines electorales de los partidos autoritarios, difundiendo y practicando siempre la autonomía, la democracia directa, la libre iniciativa y la acción directa. La idea es que la gente que se motiva por participar en una organización aprenda a participar directamente en la vida de esta y a no tener la necesidad de jefes o dirigentes permanentes.
Los resultados de este proceso podrán verse solo en momentos de ruptura, en donde comprobaremos si estas organizaciones logran ser la base de la nueva sociedad pasando por encima de la acción del Estado, siendo innecesaria la permanencia de este. Solo en este momento podremos afirmar que el proceso de construcción de poder popular fue exitoso. Es por esta razón que solo en la medida en que el poder popular logre sobrepasar y dejar sin legitimidad al poder autoritario, podemos enfrentarnos al inicio de la autogestión social.
En este sentido la autogestión no es posible dentro de una sociedad
capitalista, ya que esta requiere la expropiación de la burguesía y su eliminación como clase. Como dijimos anteriormente el poder popular es clave en el proceso que logre acabar con las actuales relaciones de propiedad y gestión que son impuestas a través del poder autoritario. Por esta razón el poder popular se constituye como el principal medio para llegar a la autogestión. Al existir este en plenitud podemos empezar a gestionar la producción, la distribución, los servicios, etc. y solo aquí podemos hablar de una sociedad libertaria.
La Autogestión no implica sólo una cuestión táctica, una cuestión de medios, es ante todo, una cuestión de fines, es nuestro objetivo como revolucionarios. Promover dentro de los explotados, a que estos se hagan cargo de sus asuntos y den dirección colectiva a sus experiencias, es una de las tareas actuales que como movimiento debemos fortalecer. Las bases de la nueva sociedad deben desarrollarse en el cascarón de la vieja, es por esto que desde la construcción cotidiana configuramos la sociedad a la cual queremos aspirar
En definitiva sin poder popular no puede haber autogestión, es por esto que los anarquistas no podemos desentendernos del tema del poder, es mas, debemos abocarnos con todos nuestros esfuerzos a construirlo a diario porque es la base del futuro libertario que todos buscamos.


¡¡LUCHAR, CREAR, PODER POPULAR CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL!!



LA MAKNOVSNCHINA (Extracto de “Historia del movimiento Makhnovista”)


El movimiento insurreccional y revolucionario de los campesinos y de los obreros de Ucrania tenía al principio el carácter de un mar en tempestad. Por todo el inmenso espacio del país las masas se agitaban, se lanzaban a la revuelta y al combate. Se exterminaba a los terratenientes reaccionarios, a los representantes del poder; a menudo se los expulsaba simplemente del lugar. Imperaba el aspecto destructivo del movimiento. Lo constructivo estaba ausente. El movimiento no ofrecía aún un plan claro de organización de la vida libre de campesinos y obreros. Poco a poco, en su desenvolvimiento, el movimiento fue asumiendo una conducta más clara. Después, por la unificación de la mayoría de las corrientes insurrecciónales bajo la dirección de Makno, adquirió la unidad que le faltaba; encontró su punto de apoyo firme, su espina dorsal, convirtiéndose en un movimiento social definido, con su ideología y su propio plan de organización de la vida del pueblo. Este es el período culminante de la insurrección revolucionaria, la maknovsnchina.
Los rasgos característicos de este movimiento son una profunda desconfianza hacia los grupos no-trabajadores o privilegiados de la sociedad, desconfianza hacia los partidos políticos, negación de toda dictadura sobre el pueblo por parte de una organización cualquiera, negación del principio estatal, autodirección completa de los trabajadores de cada localidad. La forma primaria y concreta de esta autodirección serían los consejos obreros libres (soviets) de las organizaciones campesinas y obreras. Libres significa que deberían ser absolutamente independientes de todo poder central y constituir parte del sistema económico general sobre la base de la igualdad. Obrero quiere decir que esos consejos deberán formarse sobre el principio del trabajo, no incluir más que trabajadores, no servir más que sus intereses y no obedecer más que su voluntad, sin dar acceso a las organizaciones políticas. (Véase Los principios generales de los guerrilleros maknovistas concernientes a los consejos libres de las organizaciones obreras y campesinas, un folleto que será publicado en idiomas accesibles a los trabajadores de la Europa Occidental y de América). Tal fue la bandera de presentación de la maknovsnchina en la lucha social.
La maknovsnchina nació en la época tempestuosa de la vida ucraniana, en el verano de 1918, cuando todo el elemento campesino alentaba la rebelión. Desde los primeros días de su existencia hasta los últimos no ha tenido paz. Su evolución siguió, por consiguiente, un doble camino: el de la inculcación de sus ideas fundamentales a las masas y el del crecimiento y consolidación de sus fuerzas militares. A partir del día en que todos los destacamentos guerrilleros se reunieron en un solo ejército, éste se convirtió en el ejército revolucionario unificado de las masas en rebelión. El estado de guerra en que se encontraba Ucrania fue la causa de que las mejores fuerzas organizadoras del movimiento entraran en el ejército. Por obra de las circunstancias este último fue al mismo tiempo la autodefensa armada de los campesinos y el guía de todo el movimiento, su vanguardia revolucionaria. Organizó y dirigió activamente la ofensiva contra la reacción de los terratenientes; consideró y precisó el plan de la lucha; dio también las palabras de orden del momento. Sin embargo, no ha sido nunca una fuerza soberana, dominadora. Tomaba siempre sus ideas de las masas y defendía su causa. Las masas campesinas, por su parte, consideraban este ejército como el organismo que las dirigía en la lucha.
La actitud de los maknovistas hacia el poder de Estado, los partidos políticos, y los grupos improductivos era la actitud de los campesinos. Y viceversa, la maknovsnchina se identificaba con los intereses de los campesinos pobres y de los obreros, su dolor y su pensamiento. Así, con ayuda de una influencia y acción mutuas, evolucionó el movimiento maknovista y se convirtió en un fenómeno social de la vida rusa.
Los que creen en el Estado temen la libertad del pueblo. Afirman que éste, sin un poder que lo frene, se perderá como sociedad y volverá al estado salvaje. Esta es una afirmación equivocada. Así hablan los parásitos, los amantes de la autoridad propia y del trabajo ajeno o bien los pensadores cegados por la sociedad burguesa. La emancipación del pueblo significa efectivamente la decadencia y la vuelta al estado salvaje, pero no del pueblo sino de aquellos que, por la autoridad y privilegios, viven del trabajo y de la sangre de los otros. El ejemplo de la revolución rusa nos muestra cómo millares de familias de la clase privilegiada -elegantes, bien alimentadas y bien cuidadas- han caído en la decadencia y en el estado salvaje. Privados de sus criados por la revolución, se cubrieron pronto de suciedad. La emancipación del pueblo reduce a estas condiciones a aquellos que vivían de su servidumbre. En cuanto al pueblo trabajador, a partir del día en que se siente realmente libre, comienza a vivir y a desarrollarse de manera intensa. Los campesinos de la región de Gulai-Polé lo demostraron. Durante más de seis meses -desde noviembre de 1918 hasta junio de 1919- vivieron sin ningún poder político y no sólo no perdieron los lazos sociales entre sí, sino que por el contrario crearon una nueva forma superior del orden social: la comuna del trabajo libre y los soviets libres de los trabajadores.
Después de la expulsión de los terratenientes, la tierra de la región pasó a los campesinos. Estos comprendieron que no bastaba con apoderarse de una extensión de terreno y contentarse con ello. Las dificultades de la vida les habían enseñado que los enemigos los acechaban por todas partes y que debían mantenerse unidos. En varios lugares se hicieron tentativas para organizar la vida en común. Dada la hostilidad de los campesinos contra las comunas oficiales (gubernamentales), en muchos lugares de la región de Gulai-Polé surgieron organizaciones campesinas llamadas comunas del trabajo o comunas libres. Así, cerca de la aldea Pokrovskoyé se organizó la primera comuna libre con el nombre de Rosa Luxemburg. Sus miembros eran todos muy pobres. Al principio no contaba más que con algunas decenas de hombres; después su número aumentó a más de trescientos. Esta comuna fue creada por los campesinos más indigentes de la región; su denominación de Rosa Luxemburg testimonia la ausencia de todo espíritu de partido entre los organizadores. Con la sencillez propia del pueblo, los campesinos honraron la memoria de aquella heroína que había perecido en la lucha revolucionaria. Ahora bien, la vida interna de la comuna no tenía nada que ver con la doctrina por la cual había luchado Rosa Luxemburg. La comuna se fundaba en el principio antiautoritario. Al desarrollarse, comenzó a ejercer una gran influencia en los campesinos de toda la comarca. Las autoridades comunistas trataron de inmiscuirse en su vida interna, pero no les fue permitido. La comuna se llamó claramente comuna libre, compuesta por trabajadores, extraña a toda autoridad.
A siete kilómetros de Gulai-Polé, en un antiguo feudo, se fundó otra que reunió a los campesinos pobres de Gulai-Polé. Se llamaba simplemente Comuna Número 1 de los campesinos de Gulai-Polé. A unos veinte kilómetros surgieron las comunas números 2 y 3. Había otras en diversos lugares. Ciertamente, las comunas no eran numerosas y no abarcaban más que a una cantidad restringida de la población, aquella que poseía bienes rurales sólidamente establecidos. Lo importante era que esas comunas habían sido formadas por iniciativa de los mismos campesinos pobres. La obra de los maknovistas no las influyó más que en cuanto estos últimos difundían la idea de las comunas libres en general.
Las comunas no eran creadas porque sí, sino por las necesidades vitales de los campesinos, que antes de la revolución no poseían nada y que después organizaban su vida económica sobre la base comunal. No eran las comunas artificiales del partido comunista, en las que se reúnen habitualmente elementos elegidos al azar, que siembran y cultivan de cualquier modo, gozan del apoyo del Estado, del gobierno y, por consiguiente, viven del trabajo del pueblo, al que pretenden enseñar a trabajar. Se trataba de comunas laboriosas de campesinos habituados al trabajo, que sabían apreciarlo en sí mismos y en los demás. Por tanto, los campesinos trabajaban en ellas para asegurarse el pan cotidiano. También encontraban apoyo moral y material. El principio de la fraternidad y de la igualdad era profundamente mantenido. Todos -hombres, mujeres y niños- debían trabajar en la medida de sus fuerzas. La organización era confiada a uno o dos de los camaradas, los cuales, después de haber cumplido esta tarea, volvían al trabajo al lado de los demás miembros. Indudablemente las comunas poseían estos rasgos porque surgieron del pueblo y su desarrollo seguía una línea natural. Sin embargo, estos gérmenes de comunismo libre estaban lejos de representar el contenido de la actividad creadora -económica y social- de los campesinos. Al contrario, esos gérmenes no veían la luz más que lenta y gradualmente. Independientemente la situación política exigía de los campesinos esfuerzos comunes inmediatos y de gran alcance, una tensión y una actividad generales. Era indispensable llegar a una organización unitaria, no sólo en las aldeas, sino en distritos enteros y aun en las provincias que constituían la región liberada. Era necesario hallar en común soluciones a diferentes problemas concernientes a la nación entera. Era preciso, pues, crear los órganos correspondientes. En efecto, los campesinos no tardaron en hacerlo. Estos fueron los congresos regionales de los campesinos, obreros y guerrilleros. Durante el período en que la región quedó libre, hubo tres de esos congresos. Los campesinos sintieron la necesidad de unirse, considerar la situación política del país y establecer líneas de acción política y económica.

Zonas liberadas
Alexandrovsk y sus contornos fue la primera zona en que los maknovistas permanecieron un tiempo más o menos largo. Se dirigieron primero a la masa trabajadora de la población para invitarla a participar en una conferencia general de trabajadores de la ciudad. Cuando se realizó la conferencia, se presentó un informe sobre la situación del distrito desde el punto de vista militar, después de lo cual se deliberó sobre la proposición de organizar la vida de la ciudad y el funcionamiento de las fábricas por el esfuerzo y cuidado de los obreros y sus organizaciones, basándose en los principios del trabajo y la igualdad. Los obreros acogieron la idea con entusiasmo; sin embargo, tardaron en llevarla a cabo, desconcertados en cierto modo por su novedad e inquietados sobre todo por la proximidad de la línea de combate del frente, que les hacía temer que la situación de la ciudad fuese poco segura. Pero a la primera conferencia siguió una segunda. La cuestión de la organización de la vida de acuerdo a esos principios fue largamente discutida por las masas trabajadoras, y finalmente aprobada, aunque no acertaban la manera de concretarla. Los ferroviarios dieron el primer paso; organizaron un comité, se encargaron de asegurar el funcionamiento de las vías férreas de la región, establecieron un plan detallado para el servicio de los trenes, el transporte de los viajeros, el sistema de remuneración, etc. Desde entonces el proletariado de Alexandrovsk trabajó en la elaboración de un plan práctico de autodirección obrera.
Poco después de esas conferencias, se realizó un congreso regional de campesinos y obreros en Alexandrovsk el 20 de octubre de 1919. Tomaron parte más de doscientos delegados, de los cuales unos 180 eran campesinos y sólo 20 o 30 eran obreros. El congreso deliberó tanto sobre cuestiones de orden militar (lucha contra Denikin, aumento del ejército insurreccional y su avituallamiento) como sobre otras cosas referentes a la constitución de la vida civil.
Los trabajos del congreso duraron cerca de una semana y se desarrollaron en un clima entusiasta. A ello contribuían circunstancias particulares. En primer lugar, el regreso del ejército maknovista victorioso a su región natal representaba un acontecimiento excepcional para los campesinos, cada uno de los cuales tenía miembros de su familia entre los guerrilleros. Pero mucho más significativo era que el congreso se hubiese reunido bajo los auspicios de una libertad verdadera y absoluta; ninguna influencia superior se hizo sentir. Y, para completar, el congreso tuvo un orador excelente en la persona del anarquista Volin, que conmovió a los campesinos expresando sus pensamientos y sus esperanzas. La idea de los soviets libres, que trabajasen según los anhelos de los trabajadores de cada aldea; las relaciones entre los campesinos y los obreros de las ciudades, basadas en el cambio mutuo de los productos de su trabajo; la idea de una organización igualitaria y anarquista de la vida, todas estas tesis que Volin desarrollaba en sus informes eran las ideas de la población campesina, que no concebía la revolución y la organización revolucionaria de otro modo.
Los representantes de los partidos políticos trataron durante la primera jornada de introducir un espíritu de discordia, pero fueron condenados por todo el congreso y los trabajos de la asamblea se desarrollaron después con la plena colaboración de los participantes.
Los últimos días de sesión fueron como un bello poema. Magnífico entusiasmo seguía a las decisiones concretas. Todos estaban animados por la fe en las potencias de la revolución y por la confianza en sus propias fuerzas. El espíritu de libertad verdadera, que a pocos ha sido dado sentir, estaba presente en la sala. Cada cual veía ante sí una obra a la que valía la pena consagrar todas las fuerzas y hasta morir por ella. Los campesinos, entre los cuales se encontraba gente de edad y hasta ancianos, decían que era la primera reunión en que se sentían, no sólo libres, sino también como hermanos y que no podrían olvidarla. En efecto, es poco probable que el que haya tomado parte en ese congreso pueda olvidarlo. Para muchos, si no para todos, quedará en la memoria como un magnífico episodio, en que la grande y verdadera libertad acercó a los hombres, concediéndoles la posibilidad de vivir unidos por una misma idea.
Las decisiones del congreso concernían en primer lugar a la necesidad de hombres del ejército insurreccional. Se decidió que toda la población masculina hasta la edad de 48 años inclusive debería unirse a las tropas. De acuerdo con el espíritu del congreso, el enrolamiento debía ser voluntario, pero era imprescindible dada la peligrosa situación en que se encontraba el distrito. Hemos tenido ya ocasión de destacar la significación que había tenido la decisión tomada en el segundo congreso regional (12 de febrero de 1919), referente al alistamiento voluntario de las diez últimas clases. La resolución tomada por el congreso de octubre tenía el mismo sentido. El congreso decidió luego que el avituallamiento del ejército sería mantenido con donativos de los campesinos, el botín de guerra y las requisas en los medios acomodados. En cuanto a las cuestiones de organización interna, el congreso se limitó por el momento a indicar las líneas generales, a saber, que los trabajadores eran libres en sus aldeas, sin autoridad alguna, para organizar la vida con sus propias fuerzas.
Al separarse, los campesinos subrayaban la importancia y la necesidad de llevar a la práctica las decisiones del congreso. Los delegados llevaron consigo copias de esas resoluciones para hacerlas conocer en el campo. Indudablemente después de tres o cuatro semanas tendrían que haberse empezado a notar los primeros resultados del congreso y entonces el congreso siguiente de campesinos y obreros habría atraído el interés y la participación de las grandes masas de trabajadores. Pero desgraciadamente la libertad estaba constantemente amenazada por su peor enemigo, el poder del Estado. Apenas tuvieron tiempo los delegados de volver a sus casas; ya muchas de sus aldeas estaban ocupadas por las tropas de Denikin, llegadas del frente norte a marcha forzada.
Sobre la región de las zonas liberadas los maknovistas fueron la única organización que disponía de fuerzas suficientes para imponer su voluntad al enemigo. Pero no usaron nunca esas fuerzas para dominar o influir políticamente; jamás se sirvieron de ella contra sus adversarios políticos. El adversario militar, el conspirador contra los intereses de los obreros y de los campesinos, el aparato del Estado, las prisiones, he aquí contra quien iban dirigidos los esfuerzos de su ejército.
Las prisiones son la expresión de la esclavitud del pueblo. No fueron construidas más que para doblegar al pueblo, a los obreros y a los compañeros. Durante siglos la burguesía de todos los países doblegó con ayuda del cadalso y de la prisión la resistencia y el espíritu de rebeldía de las masas. También hoy, en el Estado comunista y socialista, las prisiones están repletas de proletarios de la ciudad y el campo. Un pueblo libre no tiene ninguna necesidad de ellas. Las prisiones existen, por consiguiente el pueblo no es libre. La prisión representa una amenaza constante para el trabajador. Es un atentado a su conciencia y a su voluntad, un signo manifiesto de servidumbre. Así definían los maknovistas su punto de vista a propósito de las prisiones. Y por eso las demolían a su paso. En Berdiansk hicieron saltar la prisión en presencia de una multitud enorme que, por lo demás, tomó una participación activa en su destrucción. Lo mismo en Alexandrovsk, Krivoi-Rog, Ekaterinoslav y otros lugares, fueron destruidas o incendiadas por los maknovistas. La población obrera saludaba con júbilo ese acto.
Con satisfacción podemos notar aquí que los maknovistas aplicaban íntegramente los principios revolucionarios de la libertad de palabra, de conciencia, de prensa y de asociación política y de partido. En las ciudades y aldeas que ocuparon se comenzaba por suprimir las prohibiciones y anular las restricciones impuestas por el poder a los órganos de prensa y a las organizaciones políticas. Fue declarada la libertad de prensa, de asociación y de reunión. Durante las seis semanas que los maknovistas pasaron en Ekaterinoslav surgieron cinco o seis periódicos de distinta orientación; el periódico de los socialistas revolucionarios de la derecha Narodolastié (El poder del pueblo), el de los socialistas revolucionarios de izquierda Znamia Vozstania (Estandarte de la rebelión}, el de los bolcheviques Zviezda (La Estrella) y otros. Sin embargo, eran los bolcheviques los que no tenían demasiado derecho a esperar para ellos semejante libertad de prensa y de asociación para las clases obreras. Sus organizaciones locales tomaron parte directa en la invasión criminal de Gulai-Polé en el mes de junio de 1919; en buena justicia habrían debido sufrir ahora la responsabilidad. Pero a fin de no ensombrecer los grandes principios de la libertad de palabra y de asociación, no fueron molestados y gozaron, igual que las otras corrientes políticas, de todos los derechos conquistados por la revolución proletaria.
La única restricción que los maknovistas juzgaron necesario imponer a los bolcheviques, a los socialistas revolucionarios de izquierda y a otros estatistas fue la de no poder formar comités revolucionarios jacobinos que trataran de ejercer sobre el pueblo una dictadura autoritaria. En Alexandrovsk y en Ekaterinoslav, en cuanto las tropas de Makno se apoderaron de esas ciudades, los bolcheviques se apresuraron a organizar ese género de comités para establecer su poder. En Alexandrovsk los miembros del comité llegaron hasta a proponer a Makno que dividieran la esfera de acción en la ciudad, es decir, que ejerciera el poder militar y reservara al comité libertad de acción y de autoridad en el dominio político y civil. Makno respondió que les aconsejaba ocuparse de algún oficio honesto y amenazó ajusticiar a los miembros del comité comunista si manifestaban intenciones de tomar medidas autoritarias contra la población. En Ekaterinoslav, el comité revolucionario fue disuelto. En estos casos los maknovistas obraban con energía. Al garantizar y defender la libertad de palabra, de prensa y de asociación no debían vacilar en tomar medidas contra aquellas organizaciones políticas que se atrevían a imponer por la fuerza su autoridad a los trabajadores. Y cuando en el mes de noviembre de 1919 el comandante del tercer regimiento insurreccional (maknovista), llamado de Crimea, Polonsky, se encontró implicado en una de tales organizaciones, fue ejecutado junto a otros miembros de esa organización.
He aquí lo que declararon los maknovistas a propósito de la libertad de prensa y de asociación:

1) Todos los partidos, organizaciones y corrientes políticas socialistas tienen el derecho de difundir libremente sus ideas, sus teorías, sus puntos de vista y sus opiniones, tanto oralmente como por escrito. No se admitirán restricciones a la libertad de prensa y de palabra socialistas, y no habrá persecuciones por este motivo.

NOTA: Los comunicados de orden militar no podrán ser impresos más que a condición expresa de que hayan sido proporcionados por la dirección del órgano central de los guerrilleros revolucionarios.

2) Aun dando a todos los partidos y organizaciones políticas plena y entera libertad de difundir sus ideas, el ejército de los guerrilleros previene a todos los partidos que la preparación, organización e imposición de toda autoridad política a las masas trabajadoras, no será admitida por los guerrilleros, porque nada tiene que ver con la libertad de difundir sus ideas.

Consejo militar revolucionario de los guerrilleros maknovistas, Ekaterinoslav, 5 de noviembre de 1919.
Durante la revolución rusa, la época del maknovismo fue la única en la que la libertad se ejerció en todos los aspectos. Aunque la situación en Alexandrovsk, y sobre todo en Ekaterinoslav, atacada diariamente desde los trenes blindados del ejército de Denikin, era grave, los trabajadores de estas ciudades pudieron, por primera vez, decir todo lo que quisieron y como lo quisieron. Además tenían en sus manos la posibilidad de organizar su vida por sí mismos, según su propio entendimiento, sentimiento de la justicia y la verdad.
Después de un mes, los maknovistas tuvieron que abandonar Ekaterinoslav. Pero habían demostrado que la libertad se encuentra entre los mismos trabajadores, y que se desarrolla solamente en un clima de igualdad, sin imposiciones de ninguna naturaleza.

Principios Organizativos del Ejercito Maknovista
El ejército de los guerrilleros machnovistas estaba organizado de acuerdo con tres principios fundamentales: el voluntarismo, el principio electoral y la autodisciplina.
El voluntarismo significaba que el ejército no se componía más que de combatientes revolucionarios que entraban en él por su voluntad.
El principio electoral consistía en que los comandantes de todas las unidades del ejército, los miembros del Estado Mayor y del Consejo, así como todas las personas que ocupaban en el ejército puestos importantes en general debían ser elegidos y aceptados por los guerrilleros de las secciones respectivas o por el conjunto del ejército.
La autodisciplina significa que todas las reglas de la disciplina del ejército eran elaboradas por comisiones de guerrilleros, después revalidadas por las partes generales del ejército y rigurosamente observadas bajo la responsabilidad de cada revolucionario y de cada comandante.


Boletín especial EZLN - Prensa De Frente en Chiapas
Enero 2008 (http://www.latinlasnet.org)
1.'Democracia, justicia, libertad': historia y postales del EZLN
El 1º de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, formado por miles de indígenas mayas, tomó militarmente siete cabeceras municipales en el Estado de Chiapas, sureste mexicano. En sus primeras proclamas, el EZLN anunciaba: 'Hemos empezado la lucha que necesitamos hacer para alcanzar demandas que nunca ha satisfecho el Estado mexicano: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz'. Desde ese momento, serían una fuerza gravitante en su país y en el exterior a través de diversas iniciativas. En la actualidad, continúan desarrollando numerosos proyectos comunitarios, resistiendo 'el olvido, la discriminación, el saqueo de nuestras riquezas naturales, la explotación y opresión y toda clase de injusticia que desde hace más de 500 años hemos venido padeciendo los pueblos originarios de estas tierras'.
(…)
En lo organizativo, los zapatistas proponen mecanismos que distribuyan el poder, tendientes a horizontalizar el proceso de toma de decisiones. A nivel práctico, esto se traduce en una compleja organización popular en la cual se destaca el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, la Comandancia General (CCRI-CG), una estructura colectiva con representació n de todos los pueblos indígenas que forman el EZLN y a la que se encuentra subordinado el Subcomandante Marcos, como jefe militar y vocero de la organización. También hay un complejo entramado de articulaciones civiles y militares, jerárquicas y no jerárquicas, que posibilita la resistencia ante los ataques del Estado y los grupos paramilitares; y el desarrollo de proyectos productivos, de servicios sociales y hasta de autogobierno, consolidando un poder dual en los territorios propios.
Luego de diversas iniciativas con fuerte impacto en el tablero político nacional –que incluso cerraron un ciclo de más de 70 años del PRI, hasta entonces el partido de gobierno-, en agosto de 2003 el EZLN anunció el nacimiento de los Caracoles y la creación de las Juntas de Buen Gobierno, que proponen 'mandar obedeciendo' . Estas instancias cuentan con delegados revocables, que trabajan sin salario y se encargan de tareas de representació n y administració n de justicia, además de coordinar con las demás Juntas de Buen Gobierno el sistema político autónomo zapatista, que territorialmente coexiste en muchas ocasiones con el sistema político y las demás instituciones sociales del gobierno.

2- LOS CARACOLES Y LAS JUNTAS DE BUEN GOBIERNO
Los mecanismos del 'mandar obedeciendo'
En agosto de 2003, el EZLN anunció la muerte de los espacios de encuentro conocidos como Aguascalientes, junto con el nacimiento de los Caracoles y la creación de las Juntas de Buen Gobierno. Los cinco Caracoles –ubicados en los poblados de Oventik, Morelia, Roberto Barrios, La Garrucha y La Realidad- son los centros articuladores de los más de 40 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAReZ) y representan un paso más en el desarrollo de la autonomía de las comunidades indígenas.
'No es una separación del Estado mexicano, sino que es un ejercicio del derecho de los pueblos indígenas, a la autonomía y a la libre autodeterminació n como pueblos originarios de nuestro país' señalaron en repetidas ocasiones. Los derechos indígenas que reclaman están contemplados en los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal y el EZLN en febrero de 1996 pero posteriormente traicionados por los partidos políticos en 2001, al redactar y sancionar un cambio legal a espaldas de los pueblos originarios.
'La reforma constitucional aprobada en el Congreso de la Unión traiciona los Acuerdos de San Andrés en lo general y, en lo particular, la llamada 'iniciativa de ley de la Cocopa' en los puntos sustanciales: autonomía y libre determinación, los pueblos indios como sujetos de derecho público, tierras y territorios, uso y disfrute de los recursos naturales, elección de autoridades municipales y derecho de asociación regional, entre otros', expresaron los zapatistas. 'El EZLN, formalmente, desconoce esta reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas. No retoma el espíritu de los Acuerdos de San Andrés, no respeta la 'iniciativa de ley de la Cocopa', ignora por completo la demanda nacional e internacional de reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas, sabotea el incipiente proceso de acercamiento entre el gobierno federal y el EZLN, traiciona las esperanzas de una solución negociada de la guerra en Chiapas y revela el divorcio total de la clase política respecto de las demandas populares... .'.
Entre 2001 y 2003, el EZLN se llamó casi completamente a silencio, mientras ponía a punto los mecanismos para ejercer de hecho los derechos negados. Particularmente, el derecho al autogobierno. 'Vimos la necesidad de formar y nombrar nuestros propios gobiernos y para gobernarnos sólo como pueblos indígenas, por eso la formación de las Juntas de Buen Gobierno es un paso importante de los pueblos indígenas, para ejercer sus derechos a la autonomía y a la libre determinación' .
'Como el mal gobierno no tiene la voluntad política para reconocer nuestros derechos en la construcción ya no podemos esperar nada de ellos. Nosotros, como pueblos indígenas debemos decidir avanzar en la construcción de nuestra autonomía Y tomar en nuestras manos lo que es nuestro derecho, sin pedirle permiso al mal gobierno neoliberal', señaló un integrantes de la Junta de Buen Gobierno de Oventik en el II Encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo, en julio de 2007.
'Los pueblos mandan a sus Juntas, no es que las Juntas hacen lo que quieren. Aquí el pueblo es el que manda', dicen los insurgentes. 'Para ser integrante de la Junta de Buen Gobierno no se obtiene en hacer campañas políticas, donde se gastan millones de pesos, ni a través de algún partido político. Sino que se hace en asambleas de los pueblos y de ahí depende de la voluntad de la mayoría del pueblo'.
'La función de la Junta de Buen Gobierno es equilibrar el apoyo de todos los municipios y las comunidades zapatistas dentro de nuestro territorio, organizar, orientar, animar, aconsejar, solucionar problemas y gobernar en una forma de mandar obedeciendo, proponiendo y no imponiendo. Esto lo hacemos sin ninguna intervención de los partidos políticos'.
'Los municipios autónomos deciden orientaciones a través de la Junta de Buen Gobierno para poder resistir todos los golpes y programas del mal gobierno en todas las comunidades zapatistas. Así se pone en práctica la verdadera democracia, la de mandar obedeciendo. Solamente tratamos de cumplir nuestro compromiso, dar nuestro servicio al pueblo. De esta manera cumplimos nuestro mandato al pueblo, sin recibir ningún sueldo, más que el deber cumplido'.
Una trama original y compleja
Lejos de la visión romántica –y un tanto ingenua en cuanto a los principios organizativos y políticos del EZLN- que circula en algunos ámbitos intelectuales, los zapatistas han construido una sólida organización, poniendo énfasis en desarrollar herramientas que sustenten la construcción de poder popular que van realizando a través de diversos proyectos autogestivos. Estas reivindicaciones –que representan un avance importante en cuanto a la posibilidad de acceder a derechos humanos básicos, negados durante siglos, como es el caso de la salud y la educación- se sustentan a través de una estructura organizativa que combina horizontalidad en cuanto al trazo grueso de la política con una ajustada verticalidad en la ejecución de las decisiones.
El propio ejercicio del autogobierno asume claramente esas características: las comunidades se agrupan en Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas. Cada municipio es gobernado por un Consejo Autónomo, integrado por delegados de las comunidades de base. A su vez, los distintos municipios se agrupan en los Caracoles, cuyo mando recae en la Junta de Buen Gobierno. Este organismo está integrado por delegados de los MAReZ, que de este modo tienen a su cargo tareas de relaciones con la sociedad civil y coordinación de proyectos comunes a todos los municipios del caracol.
Entre las funciones de la Junta se encuentra trabajar en coordinación y comunicación en todos los municipios autónomos, fortaleciendo los diferentes proyectos de salud, educación, agroecología y las sociedades cooperativas a través de las cuales comercializan café y productos textiles. También la recepción de los visitantes nacionales e internacionales, que en el caso de algunos caracoles, como Oventik, alcanza una magnitud considerable.
Tanto las funciones que se podrían definir como estrictamente políticas como las que tienen que ver con la coordinación de distintos proyectos productivos y comunitarios se ejercen verticalmente, a través de los responsables elegidos colectivamente, sin someter cada problema a asamblea permanente. Las decisiones ejecutivas de los miembros de la Junta de Buen Gobierno o de los Consejos Autónomos Municipales o de los coordinadores o promotores de proyectos se enmarcan en un trazo grueso definido a través de un proceso complejo por las comunidades organizadas en el EZLN. Este proceso incluye distintas instancias de discusión y ejecución: desde asambleas de todos los pobladores, consejos de responsables, de representantes, comités de tareas específicas -como justicia, asuntos agrarios, salud, educación, cultura, producción- hasta, en los lugares donde existen, las autoridades tradicionales y los consejos de ancianos. Los delegados y encargados surgidos de esos mecanismos están sujetos a la revocación de los mandatos. Se intenta conjugar así democracia de base, participativa, con el cumplimiento eficaz de los objetivos de la organización, a partir de las necesidades, actividades y cursos de acción definidos como prioritarios por el conjunto.
Si bien las JBG son una creación relativamente reciente, el principio político y organizativo de 'mandar obedeciendo' recorre la historia de la organización casi desde sus inicios. La propia estructura específicamente militar del EZLN está construida de acuerdo a este modo. En el escalón más bajo de la cadena de mandos se encuentran los insurgentes, en otro nivel los milicianos y luego los distintos grados jerárquicos (teniente, capitán, etc.), donde el más alto es el de Subcomandante insurgente, pero también se encuentra subordinado a una estructura colectiva: el mando máximo es el Comité Clandestino Revolucionario Indígena - Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN; y está formado hombres y mujeres que representan a los diferentes pueblos y regiones que integran la organización.
'Fue nuestro camino siempre que la voluntad de los más se hiciera común en el corazón de hombres y mujeres de mando. Era esa voluntad mayoritaria el camino en el que debía andar el paso del que mandaba. Si se apartaba su andar de lo que era razón de la gente, el corazón que mandaba debía cambiar por otro que obedeciera. Así nació nuestra fuerza en la montaña, el que manda obedece si es verdadero, el que obedece manda por el corazón común de los hombres y mujeres verdaderos. Otra palabra vino de lejos para que este gobierno se nombrara, y esa palabra nombró 'democracia' este camino nuestro que andaba desde antes que caminaran las palabras', señalaban en un comunicado de 1994.
'Nosotros ya teníamos un territorio controlado y para organizarlo fue que se crearon los municipios autónomos', explicó hace algunos años el entonces Mayor Insurgente de Infantería Moisés. 'Al EZLN le sobran ideas de cómo es un pueblo organizado y libre. El problema es que no hay un gobierno que obedezca, sino que hay un gobierno mandón que no te hace caso, que no te respeta, que piensa que los pueblos indígenas no saben pensar, que quieren tratarnos como indios patarrajadas, pero la historia ya les devolvió y les demostró que sí sabemos pensar y que sabemos organizarnos. La injusticia y la pobreza te hacen pensar, te producen ideas, te hacen que pienses cómo hacerle, aunque el gobierno no te escuche'.

6- LA SEXTA DECLARACIÓN Y LA OTRA CAMPAÑA
Una nueva etapa: el impulso de espacios de articulación
En junio de 2005, el EZLN volvió a sacudir el escenario político mexicano al lanzar un alerta roja, mientras realizaba una consulta a sus tropas insurgentes, a los comandantes y comandantas, a los responsables regionales y locales y a sus bases de apoyo. El resultado de la consulta fue la aprobación con un 98% de una nueva iniciativa política, expresada a través de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
'El 1º de enero de 1994 dijimos que queremos la democracia, la libertad y la justicia para todos los mexicanos, aunque más bien nos concentramos en los pueblos indios. Porque resulta que nosotros del EZLN somos casi todos puros indígenas de acá de Chiapas, pero no queremos luchar sólo por su bien de nosotros o sólo por el bien de los indígenas de Chiapas, o sólo por los pueblos indios de México, sino que queremos luchar junto con todos los que son gente humilde y simple como nosotros y que tienen gran necesidad y que sufren la explotación y los robos de los ricos y sus malos gobiernos aquí en nuestro México y en otros países del mundo', señala la Sexta Declaración, que convoca a formar La Otra Campaña, un espacio de articulación al que convoca "a las organizaciones políticas y sociales de izquierda que no tengan registro, y a las personas que se reivindiquen de izquierda que no pertenezcan a los partidos políticos con registro, para organizar una campaña nacional, visitando todos los rincones posibles de nuestra patria, para escuchar y organizar la palabra de nuestro pueblo. Entonces es como una campaña, pero muy otra porque no es electoral'.
'Tal vez unidos con otros sectores sociales que tienen las mismas carencias que nosotros, será posible conseguir lo que necesitamos y merecemos. Un nuevo paso adelante en la lucha indígena sólo es posible si el indígena se junta con obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados… o sea los trabajadores de la ciudad y el campo', expresó el EZLN. Entre agosto y septiembre de 2005 se realizaron encuentros con distintas organizaciones de la sociedad civil, en seis fines de semana. Las reuniones preparatorias reúnen a los indígenas zapatistas "con Organizaciones Políticas de Izquierda; con Organizaciones Indígenas y Pueblos Indios de México; con Organizaciones y Movimientos Sociales de Izquierda; con Organizaciones No Gubernamentales, artísticas, culturales, grupos, colectivos, etcétera; con Mujeres, hombres, ancianos, niños y niñas, a título individual, familiar, de comunidad, calle, barrio, o vecindad; con Otros (o sea los que no pudieron asistir en ninguna de las fechas anteriores)" . Las condiciones del diálogo estaban previstas en la Sexta.
'El EZLN establecerá una política de alianzas con organizaciones y movimientos no electorales que se definan, en teoría y práctica, como de izquierda, de acuerdo a las siguientes condiciones: - No a hacer acuerdos arriba para imponer abajo, sino a hacer acuerdos para ir juntos a escuchar y a organizar la indignación; no a levantar movimientos que sean después negociados a espaldas de quienes los hacen, sino a tomar en cuenta siempre la opinión de quienes participan; no a buscar regalitos, posiciones, ventajas, puestos públicos, del Poder o de quien aspira a él, sino a ir más lejos de los calendarios electorales; no a tratar de resolver desde arriba los problemas de nuestra Nación, sino a construir DESDE ABAJO Y POR ABAJO una alternativa a la destrucción neoliberal, una alternativa de izquierda para México. - Sí al respeto recíproco a la autonomía e independencia de organizaciones, a sus formas de lucha, a su modo de organizarse, a sus procesos internos de toma de decisiones, a sus representaciones legítimas, a sus aspiraciones y demandas; y sí a un compromiso claro de defensa conjunta y coordinada de la soberanía nacional, con la oposición intransigente a los intentos de privatización de la energía eléctrica, el petróleo, el agua y los recursos naturales".

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PLATAFORMISTAS
Por Marxiano - Thursday, Dec. 03, 2009 at 1:24 PM

NO TIENEN IDEA DE LO QUE ESTAN HABLANDO. EL ANARQUISMO NO ES LO QUE USTEDES DICEN, SON UNOS BURGUESITOS COMODOS DE LA UNIVERSIDAD YO LOS CONOZCO NO SE HAGAN LOS BOLUDOS VAN A SER LOS PRIMEROS EN CORRER CUANDO SE ARME. MENTIROSOS, PREPAREN SUS ACTIVIDADES PORQUE A LA QUE PUEDA VOY Y SE LA PUDRO POR POLITICOS DEL ANARQUISMO, LLEVO UN PAR DE AMIGOS, YA SABEN NO SEAN GILES Y DEJEN DE CHAMUYAR PARA BUSCAR FAMA. ENCIMA USAN EL NOMBRE DE UN MILITANTE DE LA FORA PARA JUSTIFICAR SUS GILADAS. USTEDES SON UNOS TROSQUISTAS Y ENCIMA NO TRABAJA NINGUNO DE LOS 3 QUE SON, YO LOS CONOZCO

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PLATAFORMISTAS
Por Marxiano - Thursday, Dec. 03, 2009 at 1:42 PM

NO TIENEN IDEA DE LO QUE ESTAN HABLANDO. EL ANARQUISMO NO ES LO QUE USTEDES DICEN, SON UNOS BURGUESITOS COMODOS DE LA UNIVERSIDAD YO LOS CONOZCO NO SE HAGAN LOS BOLUDOS VAN A SER LOS PRIMEROS EN CORRER CUANDO SE ARME. MENTIROSOS, PREPAREN SUS ACTIVIDADES PORQUE A LA QUE PUEDA VOY Y SE LA PUDRO POR POLITICOS DEL ANARQUISMO, LLEVO UN PAR DE AMIGOS, YA SABEN NO SEAN GILES Y DEJEN DE CHAMUYAR PARA BUSCAR FAMA. ENCIMA USAN EL NOMBRE DE UN MILITANTE DE LA FORA PARA JUSTIFICAR SUS GILADAS. USTEDES SON UNOS TROSQUISTAS Y ENCIMA NO TRABAJA NINGUNO DE LOS 3 QUE SON, YO LOS CONOZCO

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