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Villa La Angostura: acusan a la Biblioteca Bayer de apología del delito
Por solidari@s - Monday, Jan. 18, 2010 at 2:52 PM

La carta de lectores de Martin Bianchini, uno de los usurpadores de Cerro Belvedere, fue publicada el viernes 15 en el diario local La Angostura Digital.

Conflicto Belvedere I: “Una historia con muchas contradicciones y una sola verdad”

Martin Bianchini, uno de los propietarios afectados por el conflicto con la Comunidad Paisil Antriao, expresa que "a nivel local sus ideólogos son encabezados por la Biblioteca Popular que en lugar de difundir la cultura se constituye en un “bastión” de lucha llegando hasta tipificar sus declaraciones la figura penal de apología del delito".

(15/01/10)

Sr. Director:

Por la presente quiero dejar de manifiesto mi opinión sobre un tema demasiado utilizado por quienes pretenden sacar provecho de la supuesta existencia de comunidad mapuche en nuestra localidad. Partimos de la base de datos históricos con rigor científico como ser que el mapuche proviene de chile y aprovechando la vastedad de la región patagónica y su virtual situación de abandono por parte del gobierno nacional, erradican violentamente a los verdaderos pueblos originarios, los araucanos. A nivel local se ha probado en forma fehaciente la no existencia de población o comunidad anterior a la colonización impulsada por el gobierno nacional a principios del siglo pasado ni posterior a esta corriente.

Por lo breve de nuestra historia no se hace necesario recurrir a bibliografía o trabajos arqueológicos. Para confirmar como irrefutable esta situación simplemente debemos escuchar los relatos de sus primeros pobladores, algunos de los cuales, todavía con vida, sirven de viva memoria de aquellos días a los que hacemos referencia. Y en ese punto todos coinciden en afirmar que no hubo Comunidad mapuche en el territorio que actualmente se conforma el ejido municipal de Villa la Angostura.

No es coincidencia que el reclamo de supuestos derechos ancestrales de esta pseudo comunidad mapuche comiencen a hacerse escuchar con el aumento de los valores inmobiliarios en la región y acompañados por el guiño cómplice de un gobierno nacional que avala este tipo de reclamos vacíos de derecho y legitimidad y que utilizan la violencia y la intimidación como metodología.

En una suerte de “delirio jurídico” solicitan aplicación de la ley 26160, de los pactos internacionales OIT 160 y de la Constitución Nacional teniendo el descaro de exigir el ser incluidos en nuestra Carta Orgánica y al mismo tiempo desconocen los derechos consagrados en nuestra Constitución Nacional a quienes detentan legítimamente su derecho de propiedad, en el Código Civil Argentino y en cuanta norma jurídica o resolución judicial que vaya en contra de sus pretendidos “derechos ancestrales”.

Los tiempos que nos tocan vivir requieren firmeza de nuestros gobernantes en hacer cumplir las normas que han sido sancionadas para la protección de los derechos individuales y colectivos en el marco jurídico normativo de la pirámide kelseniana. Las aventuras trasnochadas de quienes, al margen de la ley y del derecho pretenden lo que no les corresponde y pasan a la clandestinidad pretendiendo se los tome como “perseguidos y reprimidos” por las fuerzas de seguridad que cumplen con su deber.

Lamentablemente estos forajidos cuentan con el apoyo de estructuras políticas y económicas que financian sus delirios y además con el aval de algunos ideólogos de nuestra izquierda criolla que se llenan la boca hablando de la protección de los pueblos originarios y avalan con sus dichos la metodología utilizada por estos grupos de violentos.

Estarían ellos dispuestos a ceder sus propiedades a favor de estas pseudo comunidades fogoneadas por claros objetivos económicos? Permitirían que les usurpen sus terrenos o casas, que los agredan físicamente, que los expongan como terratenientes insensibles. Dónde está el Estado de Derecho; dónde la seguridad jurídica?

La historia de nuestra Patria está llena de situaciones similares que tienen el mismo discurso perimido y vil. Comenzó con el anarquismo de principios del siglo pasado, introduciendo la violencia y el resentimiento en una sociedad hasta entonces pacífica y próspera que abrió sus puertas al inmigrante y lo incluyó en su proyecto de país. Le siguió la aventura subversiva de las décadas del sesenta y setenta que desencadenaron una violencia irracional por parte del mismo Estado. Es triste ver cómo la historia de nuestros errores se repite una y otra vez. Hasta cuándo seguiremos “experimentando” la forma de torcer la Ley para acomodarla a pretensiones alejadas de lo justo y lo correcto?

Estos personajes incurren puntualmente el las siguientes contradicciones:

• Reclaman justicia, pero no la cumplen...
• Cuestionan la propiedad privada, pero ponen tranqueras en las vías publicas y cobran peajes para cruzar “sus territorios” usurpados...
• Proclaman la guerra al Estado Argentino, mientras utilizan sus hospitales, sus colegios, su asistencialismo...

A nivel local sus ideólogos son encabezados por la Biblioteca Popular que en lugar de difundir la cultura se constituye en un “bastión” de lucha llegando hasta tipificar sus declaraciones la figura penal de apología del delito. Sr Gioldi, Convencional del Socialismo Susana Lara, Arquitecto Picon, y aquellos docentes que con liviandad envalentonan, inducen a la violencia y a no respetar las leyes, ni las sentencias, pero ojo siempre y mientras los derechos afectados sean los de otros.

A estos señores los convoco públicamente a que inviten a estos pseudomapuches (hoy ocupantes del faldeo del Belvedere) a que ocupen parte de sus inmuebles (los alquilados o propios) sus autos, su dinero, así como livianamente promueven que nosotros propietarios usurpados lo cedamos; (hoy nos vemos compelidos por delitos a ceder nuestros inmuebles, nuestras inversiones, nuestra tranquilidad, debido a las amenazas.

Con esta simpleza de cambio de roles, es que los compelo a que desde mañana indiquen sus direcciones y teléfonos para contactarlos directamente con estas personas que tanto les mueven sus pensamientos más solidarios, y los inviten a vivir gratuitamente en sus inmuebles.

El pueblo es chico y nos conocemos todos, invítenlos públicamente así evitamos tener que indicarles nosotros donde serán bien recibidos…, y que no se persigan más a estos “mapuches”


Martin Bianchini
D.N.I 21.940.260
Villa la Angostura

http://www.laangosturadigital.com.ar/v3/home/interna.php?id_not=12968&ori=web

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