Julio López
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La conquista no terminó
Por Fuente: La Arena / La Pampa - Monday, Jun. 07, 2010 at 12:40 AM

El reciente reclamo de los pobladores del oeste pampeano ante los diputados provinciales viene, otra vez, a poner el problema de la tenencia de la tierra en la agenda política.

No son nuevos los planteos, lo cual evidencia que los "representantes del pueblo" en los poderes Ejecutivo y Legislativo siguen adeudando una solución para los comprovincianos que están arraigados y viven desde hace muchas décadas en las áreas más inhóspitas de nuestro territorio provincial, haciendo ocupación efectiva en aquellas alejadas extensiones.
Según explicaron por enésima vez, la demora en traducir en hechos las promesas de regularizar la titularización de las tierras sigue provocando malestar e incertidumbre. Porque siguen apareciendo forasteros que, portando los "papeles" que ellos no tienen, instalan alambrados y avanzan sobre sus territorios.
Esta indignante situación revela que la denominada "conquista del desierto" no terminó. Es sabido que en el diseño de aquella "cruzada civilizatoria", el manejo de la ley y del Estado nunca estuvo en función de una distribución equitativa de la tierra. Al contrario, el avance sobre los territorios en donde vivían los indígenas, hecho a sangre y fuego con un costo altísimo en vidas y desarraigo, fue realizado por el Estado con la ley en la mano. Y esa ley fue la que justificó el despojo y la apropiación de las mejores tierras para unas pocas pero muy poderosas familias aristocráticas de nuestro país. Esos "ilustres" apellidos fueron los que suscribieron los bonos que financiaron -en grado mínimo, por supuesto- las sucesivas campañas militares.
Muchos de los sufridos pobladores que hoy siguen denunciando esta situación de injusticia son descendientes de los pueblos originarios derrotados y confinados en los rincones más apartados. Quedaron allí, olvidados en esas lejanías, como silenciosos testigos de la tragedia en que concluyó aquel "choque de civilizaciones". Pero en las últimas décadas, el corrimiento de la frontera agropecuaria como resultado de una combinación favorable de factores tecnológicos y climáticos, tornó atractivos los campos que antaño fueron "descartados" por improductivos.
Los puesteros advierten que, mientras se demora la regularización de los títulos de propiedad siguen apareciendo alambrados que seccionan los campos adonde viven. Y dicen también que esa situación puede derivar en actos de violencia pues no quieren seguir siendo observadores pasivos de la usurpación de las tierras que ocupan desde hace varias décadas. Esa falta de documentación les niega también la posibilidad de cobrar el derecho de servidumbre a las empresas que exploran y explotan hidrocarburos en el extremo sudoccidental de la provincia.
El mayor pecado de los oesteños es que están lejos, demasiado lejos de la "civilización". Por lo tanto es un problema que "no se ve" en este capital. Tiempo atrás, un diputado consciente y sensible ante el problema se vio obligado a llamar la atención trasladando su despacho a uno de los puestos de aquella zona. Sólo así logró quebrar la indiferencia de sus pares y pudo avanzar en la solución de algunos de los problemas. Pero es evidente que todavía resta mucho camino por andar para atender los legítimos reclamos de nuestros comprovincianos.

Edición del 5/6/2010

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Diario La Arena y los Rankülche
Por Fuente: German Carlos Canuhe - Wednesday, Jun. 09, 2010 at 12:15 AM
canuhe@yahoo.com.ar

El Diario La ARENA, de La Pampa, aunque últimamente con algunos clarooscuros, es uno de los pocos medios que se ocupa y preocupa por la cuestión indigena. Diría que desde que decidimos nuestro retorno, allá por 1983. Y esta nota Editorial lo confirma. No siempre coincidimos, como cuando nos quiere endilgar el mote "mapuche". Con el mayor de los respetos por nuestros hermanos que decidieron aceptar ser denominados así, no somos ni seremos "mapuche" simplemente porque somos "rankülche", y estamos muy orgullosos de serlo. Con el apoyo de la Provincia de San Luis, hemos escrito un libro que se las trae. "Los Rankülche sobre la huella de Mansilla", llamado a ser un éxito editorial, no por el vuelo académico que pueda tener sino por la verdades documentadas que los lectores encontrarán en él, verdades que la historia oficial se cuidó muy bien de mantener ocultas y que ahora ven la luz. Por ejemplo el tema "tierras". Allí queda claro lo que bien dice "La Arena", no fué el triunfo de la civilización sobre la barbarie, sino la apropiación de tierras por y para unos pocos a costa de una Nación, habitante desde tiempos inmemoriales del Centro de la actual República Argentina, que no sólo quería vivir en paz sino que fué parte crucial, decisiva, aportando hombres y caballos para el ejército de San Martin que liberaron Chile y Peru, además se negó a firmar un Tratado con los españoles que a través de su territorio querían recuperar Buenos Aires dando fin de este modo a la revolución de Mayo, y sí lo firmó con las Provincias Unidas en Sudamérica, transformándose de este modo en la primera Nación Soberana en reconocer al Gobierno Patrio. Traicionada, al igual que aquellos primeros patriotas, el pago que recibió fué el despojo de su territorio, por testaferros que obedecían órdenes provenientes desde el otro lado del mar. Así siguió, así sigue, Argentina, y el continente. Latifundistas, terratenientes, multinacionales, además de llevarse todo lo que posea algún valor, hoy vienen por lo poco que nos queda. Con la complicidad de gobiernos que son cómplices por acción u omisión. La tierra que actualmente poseemos no servía para nada, apenas para que un indio pudiera subsistir. Hoy está teniendo algun valor. Y allí están los cuervos, que nunca dejaron de sobrevolarnos, dispuestos a abalanzarse sobre ella. Pero ahora no les va a ir bien. Estamos organizados. Tenemos leyes que nos costó mucho hacer aprobar, como la misma Constitución. No se aplican, pero están. Son operativas. La Justicia nos dá la razón. No podemos, no debemos, no vamos a ceder. Porque además estamos unidos. Mal que les pese a los muchos intentos que han hecho y se siguen haciendo para dividirnos, seguimos juntos. Y cada vez somos más. Y esto es un hecho irrebatible e irreversible. Que nos permite afirmar: "Basta, no nos provoquen. No queremos cometer el mismo error que cometieron sus antepasados. Queremos convivir. Las circunstancias actuales así lo exigen" No es justo que por la apetencia de unos pocos, como ocurriera en 1878, sufran las consecuencias muchos. Para aquellos que no están compenetrados en la historia, les hacemos saber que considerando los Tratados firmados entre nuestra Nación y el Estado Argentino que nos reconocía como Nación Soberana, sumado a que fuímos atacados sorpresivamente estando en vigencia un Tratado de Paz, que la Constitución de 1853 decía: "...conservar el trato pacífico con los indios...", que se apropiaron de nuestro territorio "sin nuestro consentimiento libre e informado", por lo tanto en forma ilegal, que jamás capitulamos, y finalmente, si Argentina se cree con derecho a reclamar el Territorio de la Islas Malvinas, por considerar que las poseia en el tiempo en que Inglaterra las usurpó, el mismo Derecho nos cabe a la Nación Rankül respecto a nuestro territorio. Casualmente el diálogo que Argentina reclama a Inglaterra, es el mismo que nosotros venimos reclamando al Estado Argentino. Y obtenemos por ahora la misma respuesta: El Silencio. Por lo tanto, a los potenciales usurpadores, les decimos: no sigan tirando de la cuerda. Esta puede llegar a cortarse. Amuchimai.

Germán Canuhé - Rankül - La Pampa - Centro de Argentina

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